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Evangelio según me ha sido revelado - Jesús a su primo Judas Tadeo, al dejar su casa para seguirlo solo a El.

No te crees remordimientos por ser más de Dios que de tu padre.

Os digo a todos vosotros: Dios es más que el padre, que la madre, que los hermanos. Yo he venido a unir la carne y la sangre según el espíritu y el cielo, no según la tierra. Por ello debo desunir las carnes y las sangres para tomar conmigo a los espíritus aptos para el Cielo ya desde esta Tierra, para tomar a los siervos del Cielo. Por ello he venido a llamar a los "fuertes", a hacerlos aún más fuertes porque de "fuertes" está hecho mi ejercito de mansos: mansos para con los hermanos, fuertes respecto al propio yo y el yo de la sangre familiar.

No llores primo. Tu dolor te lo aseguro- actua anteDios, en favor de tu padre y de tus hermanos, más que cualquier palabra, no solo tuya, sino inclluso mía. No entra la palabra alli donde el prejuicio crea una barrera, creelo. Pero la Gracia entra y el sacrificio es imán de gracia. 


En verdad os digo que cuando yo llamo para ir a Dios, no hay obediencia más alla, y es necesario cumplirla sin detenerse a calcular cuánto y cómo raccionarán los demás ante vuestro ir hacia Dios. Ni siquiera detenerse para enterrar al propio padre. Sereis premiados por este heroísmo, y el premio será no sólo para vosotros, sino tambien pára aquellos de quienes, con un grito del corazón os separáis, y cuya palabra frecuentemente os hiere más de lo que hiere una bofetada, porque os acusa de ser hijos ingratos, y os maldice, en su egoísmo, como rebeldes. No. No rebeldes, santos.Los primeros enemigos de los llamados son los familiares. Pero entre amor y amor, hay que saber distinguir y amar sobrenaturalmente, o sea, amar mas al Dueño de lo sobrenatural que a los siervos de ese Dueño. Amar a los parientes en Dios, y no por el contrario, amarlos más que a Dios.

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