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A MIS SACERDOTES, Concepción Cabrera de Armida.

VOY A REVELAR UN SECRETO.

Y es que al engendrar el Padre en el seno de María por obra del Espíritu Santo, engendro Conmigo en Ella, el germen de los sacerdotes en el Sacerdote eterno. El divino Espíritu comunicó a María una fibra divina de la fecundación de los sacerdotes futuros engendrados en el seno del Padre, de toda la eternidad.

Son hombres (los sacerdotes), y si no están blindados con la corteza de la vida interior,del recogimiento y de la vida íntima de unión conmigo y con María; el mundo, el demonio y la carne los arrollaran en su corriente que va a desembocar en el infierno...

Necesito la voluntad del sacerdote, (la voluntad de amarme) porque sin ella nada puedo hacer en su favor ni en bien de las almas; necesito esa voluntad de seguir mis huellas, de imitarme, de pertenecerme absoluta y plenamente, y de amarme, para tomarlo como mío, para su transformación en Mi.

Aquí voy a descubrirles una cosa: que la falta de esa voluntad es la causa poderosa que impide su transformación en Mí.

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