JESÚS A SUS DISCÍPULOS.
Cuanto más puros seáis, más comprenderéis; porque la impureza del tipo que sea- es en todo caso humo que obnubila y grava vista e intelecto.
Sed puros. Comenzad a serlo por el cuerpo para pasar al espíritu. Comenzad por los cinco sentidos para pasar a las siete pasiones. Comenzad por el ojo, sentido que es rey y que abre el camino a la mas mordiente y compleja de las hambres. El ojo ve la carne de la mujer y apetece la carne. El ojo ve la riqueza de los ricos y apetece el oro. El ojo ve la potencia de los gobernantes y apetece el poder. Tened ojo sereno, honesto, morigerado, puro, y tendréis deseos serenos, honestos, morigerados y puros. Cuanto mas puro sea vuestro ojo mas puro será vuestro corazón. Estad atentos a vuestro ojo, ávido descubridor de los pomos tentadores. Sed castos en las miradas, si queréis ser castos en el cuerpo. Si tenéis castidad de carne, tendréis castidad de riqueza y de poder; tendréis todas las castidades y seréis amigos de Dios. No temáis ser objeto de burlas por ser castos, temed sólo ser enemigos de Dios.
JESÚS A JUAN DE ZEBEDEO (el puro entre los discípulos).
Insisto sobre el valor de la pureza. La castidad es siempre fuente de lucidez de pensamiento. La virginidad afina y conserva la sensibilidad intelectiva y afectiva hasta la perfección, perfección que sólo quien es virgen experimenta.
YO DOY EN NOMBRE DE MI MADRE LO QUE EN NOMBRE DE MI MADRE SE PIDE...
YO NO PUEDO HACER NADA DONDE HAY INCREDULIDAD Y ODIO.
LA GRACIA OBRA EN OCASIONES FULMINANTEMENTE, OTRAS VECES LENTAMENTE, MAS SIEMPRE OBRA EN DONDE EXISTE VOLUNTAD DE SER JUSTO.
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