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EL VALOR DEL AYUNO, LA MORTIFICACIÓN ...


Sé que hay muchos y santos sacerdotes, pero siento tristeza al ver que algunos casi nunca, o nunca predican acerca del cielo, purgatorio, infierno, indulgencias, los sacramentales, ayuno, la mortificación o hacer penitencia por el prójimo.

Los sacerdotes deberían explicar que si no podemos hacer una obra de misericordia con la acción o la palabra, SI PODEMOS HACERLA CON LA ORACIÓN.

Como que no quieren predicar que todos los santos hicieron penitencia, se mortificaron y ayunaron (y todo esto agradó al Señor).

El ejemplo más claro fue la Sagrada Familia. Recordemos también las vidas de: el Santo Cura de Ars (patrono de todos los sacerdotes), San Francisco de Asís, el Santo Padre Pio de Pietrelcina, María de Jesús de Agreda, Santa Faustina Kowalska, etc.

En cambio algunos sacerdotes predican que como Dios es misericordioso, al final nos perdonará todo. Es cierto que Dios es MISERICORDIA, pero también es JUSTICIA. (No sabemos cuándo lo veremos CARA A CARA).

También con tristeza he escuchado a algunos sacerdotes que predican que no hay que ayunar a pan y agua (Nuestra Señora en Medjugorje eso es lo que aconseja) un día o dos a la semana, sino que con solo  abstenernos de algo que de verdad nos guste o agrade, como por ejemplo: no comer aquel dulce que nos gusta tanto, no ver la televisión tal día, cosas muy sencillas, etc.

Que no debemos dañar nuestro cuerpo porque eso va contra el quinto mandamiento. Así que ya no hay que imponerse mortificaciones o ayunos como los que hicieron los santos (que son ejemplos para ganar el cielo y agradar a Dios Padre: porque Él posa su mirada amorosa en los que más se asemejan a su Divino Hijo). En cambio solo predican “NO QUIERO SACRIFICIOS, SINO MISERICORDIA”.

Hay muchos ejemplos que se podrían citar de los santos, videntes y la Virgen de Medjugorje, etc.

Jesús le dijo a Santa Faustina:

1. “Hay un solo precio con el cual se compran las almas y éste es el sufrimiento unido a mi sufrimiento en la cruz. El amor puro comprende estas palabras, el amor carnal no las comprenderá nunca”.

2. “Ves, esas almas que se parecen a Mí en el sufrimiento y en el desprecio, también se parecerán a Mí en la gloria; y aquellas que menos se asemejan a Mí en el sufrimiento y en el desprecio, serán menos semejantes a Mi también en la gloria”.

3. Las plegarias, los ayunos, las mortificaciones, la fatiga y todos los sufrimientos, los unirás a la Oración, al ayuno, a la mortificación, a la fatiga, al sufrimiento Mío y entonces tendrán valor ante mi Padre”.

4. “Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción; la segunda, la palabra; la tercera, la oración.

5. “Hija Mía, medita frecuentemente sobre mis sufrimientos que padecí por ti y nada de lo que tu sufres por Mí te parecerá grande. Me agrada más cuando contemplas Mi Dolorosa Pasión; une tus pequeños sufrimientos a mi Dolorosa Pasión para que adquieran un valor infinito ante Mi Majestad”.

Jesús mismo le dijo a sus apóstoles un día que no pudieron sacar los demonios; “ESTOS DEMONIOS SOLO SALEN A FUERZA DE AYUNO Y ORACIÓN”.

Creo firmemente que a mi Señor Jesús le agrada muchísimo nuestro sufrimiento, nuestras mortificaciones, ayunos, etc., después que los unamos a su Dolorosa Pasión.

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