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A MIS SACERDOTES. (Concepción Cabrera de Armida).

Mucha parte de los castigos que Dios invía a los pueblos vienen de esos crímenes ocultos del altar, de esas misas sacrílegas en que viene el Cordero a ser desgarrado no tan solo en el Sacrificio incruento del altar, sino en el sacrificio de mi Corazón herido.  ¡Y esto es tan frecuente!

Los sacerdotes no son otros Yo sólo en el momento de la Consagración; sino que, por la Ordenación Sacerdotal, adquieren un sello divino, y la Trinidad reside en sus almas, y presta su concurso para todo acto de su ministerio santo.

Para Mí mis sacerdotes son como la médula, la Sustancia de Mi Corazón, lo mas íntimo de mi alma, los elementos exteriores con que cuento para la gloria de mi Padre y el bien de las almas.

Mientras más padezca el cuerpo por Cristo, más glorificado será con Cristo.

Mundo son las divisiones, las desavenencias, los respetos humanos, las envidias, el buscarse a sí mismos y el alejamiento de corazón a corazón.

LA CLAVE DE LA PERFECCIÓN` y de la más alta perfección que aleja de la tierra y acerca al cielo, más aún, que atrae al mismo cielo a los corazones.   Y ¿Cuál es este secreto?   EL AMOR A MI PADRE comprendido y desarrollado en el corazón del Sacerdote.

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