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EL DEMONIO, SUS TERRENOS Y SUS COMBATES (Primera parte)


EL DEMONIO Y SU EXISTENCIA 


Uno de los temas que poco se tocan, o que se tocan con poca seriedad es el tema del demonio. Esto ha hecho que, sobre todo en la actualidad, mucha gente dude incluso de su existencia, atribuyendo el mal a situaciones puramente psicológicas o de orden natural. La Sagrada Escritura es consistente en afirmar la existencia de este ser espiritual, el cual, busca por todos los medios destruir al hombre y su felicidad. Es por ello que es importante esta catequesis, sobre todo en este tiempo en el que se niega su existencia o se ridiculiza su acción, con lo que se le da la gran oportunidad de actuar desde la oscuridad… desde el anonimato. Recordemos lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: «La Iglesia enseña que Satanás primero fue un ángel bueno, creado por Dios. El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos» CIC 391

Empecemos diciendo que el demonio no es un ser eterno, pensamiento difundido por el Maniqueísmo, el cual, ve en él el principio del mal, coexistente con Dios, principio del bien. El Demonio es un ser creado por Dios, por lo que en su origen fue bueno. La Escritura nos dice que su nombre era Luzbel, es decir "luz bella". Diferentes comentaristas de todos los siglos lo identifican como el ángel más bello, el cual debido a esa extraordinaria belleza se llenó de soberbia y se reveló contra Dios, siendo así arrojado de su presencia para siempre. "La Iglesia enseña que el demonio primero fue un ángel bueno, creado por Dios como dice el Concilio de Letrán "El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos"(DS 800)" CIC 391

Podemos decir que en la lucha espiritual que se desarrolla desde el Génesis hasta el Apocalipsis, se encuentra implicado el demonio, como un auténtico adversario. Su inteligencia angelical supera grandemente la nuestra, por lo que su acción es temible y su poder busca únicamente desorientar, deprimir y finalmente destruir. Cuando hablamos del demonio nos encontramos ante el misterio del mal y de la perdición eterna. El Catecismo nos lo dice enfáticamente: "Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios" CIC 538

Otra de las cosas que a veces nos causan confusión es: si el demonio es uno o si son varios, y esto es debido a que a veces se habla del "diablo", del "demonio" o de "Satanás". Así pues, diremos que el nombre de "Satanás" es usado para indicar al Jefe de todos los demonios, al cual podríamos identificar con Luzbel. Prácticamente esto mismo se podría decir en el término "diablo". Sin embargo, este término indica una función de Satanás, y en general de todos los demonios, que es la de dividir (del latín "diavolus"). Finalmente él término "demonio" sirve para indicar a todos los ángeles rebeldes. Ahora bien, este último nombre, en el uso que le da el Nuevo Testamento, nos revela parte del misterio de estos seres malignos, ya que en él se muestra el "caos que es el infierno". En el pasaje en el que Jesús se enfrenta al demonio de Gerasa (Mc 5,10), éste le pregunta: “¿Cómo te llamas?" Con lo cual, nos da a entender que habla con uno (en singular). A esta pregunta el demonio responde: "Me llamo legión pues somos muchos". En la respuesta notamos que responde en singular, pero que en realidad se refiere a una multitud. Así vemos que mientras que en Dios todo es orden y unidad, en el demonio todo es desorden y desunión; todo en él es imperfecto e indeterminado. Es de esta manera como ejerce su acción destructiva en el hombre y en el Reino, creando caos, desorientación y toda clase de perturbaciones que buscan únicamente quitarle la paz y la felicidad al hombre.

Una de las tácticas favoritas y que en los últimos tiempos le ha dado muy buen resultado al demonio, como ya lo decía al principio, es el "pasar desapercibido" o hacerle creer a la gente que no existe, y que todo esto es un mito inventado por la Iglesia o en el mejor de los casos, por el mismo hombre ante el misterio del mal, de la enfermedad, etc. De ahí que hoy se busque hacer creer a la gente que dado que el demonio no existe, tampoco existe la tentación, ni la perturbación y posesión diabólica. Sin embargo, el testimonio de la Biblia no deja lugar a dudas sobre la acción del poder del Demonio. Dado que sería muy extenso el análisis de todos los textos en los que Jesús combate al demonio y demuestra así su existencia, nos limitaremos a presentar, a guisa de ejemplo, el caso del "epiléptico endemoniado" (Mt 17,14-18, Mc 9,14-29, Lc. 9,33-45), ya que este pasaje ha sido usado frecuentemente para decir que Jesús en realidad, lo más que se le puede atribuir al caso, es el haberlo sanado de una enfermedad de tipo psiquiátrica.

El caso del Epiléptico se desarrolla después de que Jesús ha regresado de la Transfiguración, y se encuentra con que sus discípulos no han podido expulsar a un demonio. En este episodio han buscado, como ya decíamos, reducir el exorcismo realizado de Jesús a una simple enfermedad curada por el poder de Jesús. De acuerdo a un especialista, los síntomas presentados por el muchacho corresponderían a un ataque de epilepsia: 1. el enfermo grita; 2. enseguida el enfermo se tira al suelo y se pierde la conciencia; 3. continúa la fase tónica caracterizada por la rigidez; 4. enseguida sigue la fase clónica con movimientos convulsivos, la respiración se hace difícil y le sale "baba", se corre en este momento el riesgo de que el enfermo se muerda la lengua y se rechinan los dientes; 5. finalmente viene la fase de recuperación, la cual siempre es larga y penosa. Todas estas coincidencias ¿prueban que el evangelio confunde la posesión diabólica con una enfermedad? ¿Podemos decir que fue una sanidad o un exorcismo lo que realizó Jesús?

En este pasaje nos encontramos: 1. Que sí se describen muchos de los fenómenos que se presentan en una crisis epiléptica, esto es debido a que muchas traducciones han buscado conducir los síntomas del muchacho hacia esta enfermedad. Sin embargo, el texto griego nos ofrece una interpretación diversa. SPARASSEI no significa que el muchacho fue únicamente precipitado por tierra, sino que fue "destrozado o lacerado" de la misma forma que el arado lo hace con la tierra al hacer el surco (cosa que ocurre con frecuencia en los posesos o endemoniados). Por otro lado se presentan algunos aspectos que no tienen nada que ver con la epilepsia, como es el mutismo del muchacho, los impulsos suicidas al arrojarse al fuego y al agua; la reacción del muchacho al encontrarse con Jesús, todas ellas características que están relacionadas a la posesión diabólica. Por otro lado, de acuerdo a la experiencia de los exorcistas, el demonio usa las debilidades del poseído incluyendo sus enfermedades. Y vemos que los evangelistas distinguen perfectamente entre poseído y enfermo, ya que mientras con los primeros se establece un diálogo con el demonio y se dan reacciones violentas que terminan con una orden de Jesús, en el segundo se da una terapia en las que se imponen las manos, se unge con óleo u otro signo de curación. Es pues evidente que el demonio es una realidad en el mundo y que puede ser capaz de destruir una vida.

El demonio obra en este mundo con el poder que la misma Escritura le reconoce, lo mismo que la experiencia secular de la Iglesia. Esta acción la ejercita de dos modos: por medio de la seducción y por medio de la constricción. La primera forma de obrar del demonio es también lo que conocemos como la tentación, y consiste en incrementar en nosotros el deseo, presentando por medio de engaños, una realidad que es en sí misma mala y destructora, pero que sabe esconder muy bien bajo la apariencia de un bien, como lo podemos ver claramente tanto en el paraíso como en las tentaciones de Jesús, en donde se les ofrece, el poder, el placer y la gloria. Es la manera como engaña y atrapa a sus víctimas para llevarlas al pecado, que en ocasiones pude incluso llevarlas hasta hacer un pacto con él, a fin de tener todo cuanto le ha sido ofrecido. Esto en principio aparece como un bien, pero pronto se desenmascara descargando sobre su víctima todo su odio, destruyendo su vida y todo cuanto tiene a su alrededor. Debemos saber y recordar siempre que Satanás no tiene amigos, sólo esclavos. Es tan hábil que sabe desestabilizar el alma y llevarla a sus terrenos como son el espiritismo, curanderismo y en general la búsqueda del conocimiento al margen de Dios, en donde fácilmente pude ir teniendo mayor participación en su vida hasta incluso llegar a la posesión. Sobre estas prácticas la misma Biblia nos previene (Lv 19,26.31; 20,27; Dt 18,10-11; 1Re 28,7.9-10.13).

-Continuará-

1 comentario:

  1. Testimonio: Pacto con Satanás.
    He hecho un pacto con Satanás por algunas semanas con el templo espiritual.
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    Jugué a la lotería y XBET y gané un total de 500 mil euros.
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    Encantado de compartir mi experiencia con ustedes.
    En caso de que desee hacerlo, comuníquese con el templo espiritual.
    Para ello, póngase en contacto con esta dirección: espiritualtemplo@gmail.com

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