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EL DEMONIO, SUS TERRENOS Y SUS COMBATES (Tercera Parte)

LOS TERRENOS DE SATANÁS Y SU INFLUENCIA




a. Consulta de magos y adivinos

Para que el demonio pueda “perturbar” a una persona, es decir tener acceso a ella de manera directa o indirecta, es necesario, aparte del permiso de Dios, el que la misma persona se haya expuesto a lo que se conoce como “los terrenos o dominios de Satanás”. Esto se refiere a actividades en las cuales el demonio tiene una participación directa y activa. Entre ellas están: la lectura de las cartas y de la mano, la consulta de magos o adivinos, y todo lo que sea búsqueda del conocimiento al margen de Dios (incluidos los Horóscopos y la Ouija). Estas actividades, de las cuales la mayoría son charlatanería que sólo buscan sacar dinero, debilitan la fe que es nuestro escudo, pues se pone la confianza no en el Dios providente, en el Dios que nos ama y que hace que “todas las cosas cooperen para aquellos que le aman”. Más grave aún es el hecho de que algunos de estos elementos de adivinación son, como ya lo hemos visto, verdaderamente dirigidos por Satanás, el cual conoce nuestro pasado y puede conocer también nuestro futuro, lo cual acredita a quienes se dedican a esta actividad como verdaderos servidores del demonio. Quien tiene la desgracia de toparse con uno de éstos, ha puesto en grave riesgo su vida espiritual y muchas veces incluso psíquica y física, pues el demonio nunca deja de cobrar lo que se le debe.

b. El curanderismo
Otro de los terrenos favoritos de Satanás se encuentra en el “curanderismo”, el cual es una mezcla (sincretismo) de fe con medicina herbórica (la cual no es mala) y prácticas supersticiosas (amuletos y talismanes). Se presume que mediante el rezo de ciertas oraciones acompañadas de hierbas, comidas o bebidas, o el uso de algunos objetos, la persona puede obtener la salud. Recordemos que nada ni nadie puede condicionar a Dios, que es libre y no se condiciona por nuestras prácticas religiosas. Pensar que rezando un número determinado de oraciones específicas mientras se realiza una acción determinada (comer, beber, ejecutar alguno otro signo) dará la salud al enfermo es equivocado y dañino a la fe, ya que si el enfermo no se cura (cosa que sucede de manera ordinaria), no sólo perderá la fe en el curandero, sino y principalmente en el mismo Dios que es “ineficaz”, con lo cual el demonio habrá logrado su cometido: alejarnos de Dios. Muy relacionado con esto está lo que en México se conoce como el “Fidencismo” en el cual los “Cajitas” (personas que supuestamente guardan en sí el espíritu del “Niño Fidencio”) hacen creer a la gente que tienen el poder para curar. Para ello piden a quienes acuden a ellos (además de una jugosa suma de dinero) el rezo de algunas oraciones y la práctica de algunos ritos de tipo totalmente paganos en los cuales de ordinario se ofende la misma dignidad de la persona. Signo de su irreligiosidad es la sustitución del rostro de la Santísima Virgen de Guadalupe por el del “Niño Fidencio”. La ignorancia religiosa y la falta de fe en el Dios del amor, del Dios providente, es causa de muchos males. «La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf. Mt 23,16-22)» CIC 2111

c. La superstición
Un terreno que ha sido siempre utilizado por el demonio para confundir a los cristianos y debilitar su fe es el uso de amuletos y talismanes. Con ellos consigue que en lugar de confiar en la providencia de Dios y caminar en la fe, la vida y la seguridad estén puestas en objetos. La mayoría de estos objetos no tienen ningún valor sino la superstición que se crea al rededor de ella, sin embargo el demonio pude utilizar algunos para causar el mal. Se vale también de la ciencia la cual, por la ignorancia y el deseo de conocer el futuro desvía el corazón y la fe. Esto hace que se le atribuyan poderes “mágicos” o “sobrenaturales” a las pirámides, los cuarzos y otros objetos. Esto es promovido generalmente por ciencias extrañas al cristianismo como la Diabética, el Control mental y la yoga, las cuales se presentan como buenas e inofensivas pero la realidad es que con el tiempo desvían la fe y le pueden dar oportunidad al demonio de perturbar nuestra vida. El demonio es un ser real, capaz de destruir o perturbar nuestra vida y nuestra felicidad; la gracia, la oración y la vida sacramental nos protegen de su acción y sobre todo nos hacen vivir en el amor de Dios. Con gran razón nos dice el Catecismo que: «Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo - aunque sea para procurar la salud -, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legitima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo» CIC 2117

d. El uso de la Ouija
Un juego que parece inofensivo e incluso divertido puede no serlo tanto. Es común encontrar en los supermercados un “juego” que se llama “Ouija”. Éste consiste en una tabla con una serie de números y letras y una pequeña tablilla en forma de aguja sobre la cual se ponen las manos. El “juego” consiste en preguntarle a la “Ouija” sobre algunos aspectos para que ella nos adivine guiando la pequeña tablilla en forma de aguja hacia las letras y números para formar palabras. Esto no es un juego… sino una TRAMPA DEL DEMONIO. Es cierto, que algunas veces, la tabla es dirigida por la persona de manera intencional, sin embargo, con el tiempo se darán cuenta que la tabla comienza verdaderamente a guiar a quien tiene sus manos puestas en ella y a indicar palabras que van formando frases sobre aspectos “secretos” o “futuros” de las personas. Esto es ADIVINACIÓN, la cual está prohibida por Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Algunos padres de familia no le dan importancia a esto (y lamentablemente algunos sacerdotes tampoco) pensando que es un juego inofensivo… ¡NO LO ES! No es raro encontrarse con personas que tienen serios trastornos de tipo emocional, psicológico e incluso físicos, sin una causa aparente. Estados crónicos de depresión, angustia, insomnio, e incluso alteraciones de la salud física sin que los médicos identifiquen cuál es la causa de la enfermedad. Es interesante descubrir que la mayoría de estos casos (por no decir que todos) han “jugado” alguna vez en su vida con la Ouija.

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