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JESUCRISTO: EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN. (Parte 4).

EN LAS FUENTES DE 
MI DIVINO CORAZÓN 
HALLARÉIS MENSAJES 
DE CONVERSIÓN.

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(MENSAJES)

La bestia será aplastada por la mujer vestida de sol
Noviembre 9/07 4:30 p.m.

La Santísima Virgen María dice:
Os amo pequeños míos. Gracias por haber respondido a mi llamado. Orad por el advenimiento del nuevo Pentecostés, Pentecostés que reconstruirá nuestra Iglesia en ruinas. Pedid con insistencia que el dragón rojo sea aniquilado y sus errores no se reviertan más en la Iglesia. Ella es llevada como cordero al matadero.
El Vicario de Cristo tendrá que sufrir, está en medio de lobos revestidos con piel de cordero (veo: Sagrario saqueado, cáliz en el piso, con Hostias regadas, obispos y sacerdotes muertos vestidos de púrpura). Mi Corazón se desgarra al tener que presenciar horrendos sacrilegios a la Divinidad de mi Jesús, al saqueo de los templos y a la matanza de obispos, cardenales, sacerdotes, laicos y religiosas que profesan su fe en Cristo. El sacrificio perpetuo será suspendido; entran a la Iglesia densas tinieblas que la cubrirán de la Luz verdadera, que es Cristo. No os alarméis, porque la segunda venida está muy próxima.
Orad para que la sordera y la ceguera espiritual de mis sacerdotes se conviertan en un impulso para acoger y recibir en sus corazones mis mensajes apocalípticos de amor.
Satanás ha menguado sus inteligencias incapacitándolos en creer; el demonio los ha engañado haciéndolos formar parte de la falsa iglesia y adorar al falso cristo.
Estos ministros, que un día trabajaron para la verdadera Iglesia de Cristo, se han convertido en verdaderas cloacas humanas que trabajan para la falsa iglesia expandiendo sus errores.
Os hablo de muchos modos, pero no me quieren escuchar; el cielo os ha dado a conocer maneras y modos para sobrevivir a esta espantosa crisis.
Mantened en reserva cruces benditas y haced uso de los sacramentales; orad muchas veces a San Miguel Arcángel, porque aparentemente la bestia triunfará, pero será aplastada por los pies de la mujer vestida de sol (veo a la Virgen María muy resplandeciente con doce estrellas a su alrededor y parada sobre el mundo. Luego veo confesionarios, pero veo sacerdotes deformes confesando con alas y con crestas).
Mi Inmaculado Corazón triunfará y volveréis a vivir en la nueva Jerusalén. Os quiero agrupados en pequeñas comunidades, refugiándoos en los Aposentos de los Sagrados Corazones y compartiendo vuestros bienes, vuestros intereses, vuestras oraciones a imitación de los primeros cristianos. No os dejéis perturbar, porque el imperio de mi Hijo Jesús triunfará.
Os amo y os bendigo pequeños míos.

Os asisto y os protejo.
Noviembre 9/07 5:44 p.m.

San Miguel Arcángel dice:
Pequeñas flores del jardín Inmaculado de María: os asisto y os protejo con mi armadura celestial porque en el final de los tiempos, satanás actúa con mayor fuerza intentando sacaros del camino que os lleva a la santidad.
Si me invocáis diariamente pidiendo mi asistencia Divina, os protegeré de las insidias, hostigamientos y mentiras del maligno. Adorad con espíritu de verdad los Sagrados Corazones de Jesús y de María, porque son el refugio seguro que os preservará en vuestra vida espiritual. Os daré mi espada para que derrotéis al príncipe de las tinieblas.
Yo soy el Arcángel San Miguel, os cubro con mi armadura celestial, revistiéndoos de la coraza de Dios para que los dardos lanzados contra vosotros no os hieran. Cuantas veces me invoquéis, os libero y os purifico acercándoos más al cielo. He hecho presencia visible en medio de vosotros, hombres moradores de la tierra, pero muy pocos me habéis visto, porque aún hay densas tinieblas en vuestros ojos que impiden verme.
Batallad sin temor alguno conquistando almas para Dios. Resistid a las tentaciones que se os vengan y llenad vuestros corazones del amor de Dios. El Corazón purísimo de la Virgen María, es un cofre de oro que contiene grandes riquezas para vosotros; recogedlas reconociendo en ella su gran misión dentro de la Iglesia. Ella es la Madre del sacerdocio Real de Cristo. Orad por todos los ungidos del mundo entero para que sean preservados en su Inmaculado Corazón.
Obedeciendo a ella obedecéis a Jesús, porque son dos Corazones unidos y traspasados por el amor y el dolor.
Orad al cielo, para que muchas almas reconozcan que la gran tribulación está en medio de vosotros y que el advenimiento del Reino de Cristo está próximo.
Repetid con espíritu de fe la siguiente Oración que, de inmediato al escuchárosla, vendré pronto en vuestra ayuda:
“San Miguel arcángel, me abandono por completo a vuestra protección. Revestidme de vuestra armadura celestial para que el imperio de Satanás no tenga dominio sobre mí, sobre mi familia y sobre todos los que amo. Iluminadme con la Luz de Cristo para que el error y las falsas seducciones del demonio no entren en mi corazón. Sed mi guardián y protector, en este final de los tiempos, llevándome de vuestra mano al verdadero reinado de Jesucristo. Haced que, vehementemente, adore el Sagrado Corazón de Jesús y Venere el Inmaculado Corazón de María, resguardándome dentro de ellos, considerándolos como habitáculos de la Divinidad. Protegedme, poderosísimo defensor, contra las huestes del mal y unidme al triunfo de los Divinos Corazones, haciéndome partícipe de la Nueva Jerusalén. Amén”.


Estoy viviendo una segunda pasión
Noviembre 10/07 4:55 p.m.

Jesús dice:
Amando la cruz, pequeños míos, sólo en la Cruz encontraréis salvación, libertad como hijos verdaderos de Dios. Cargad con la cruz cada día, sobrellevando con amor y paciencia vuestras fatigas, vuestros problemas y vuestras arideces. La cruz es el signo vivo que ahuyenta a Satanás. Adoradla, porque allí fui llevado como cordero degollado al matadero. Qué terribles sufrimientos vivió mi Divino Corazón, mi Cuerpo Santísimo, los latigazos despellejaron mi piel, originando heridas dentro de la misma herida, pero todo este sufrimiento lo padecí en silencio por amor a vosotros. Guardad silencio en vuestros momentos de sufrimiento y ofrecédmelo, y así vuestro sufrimiento será de gran mérito para el cielo. La agonía de mi Corazón rebosó hasta el límite, porque los hombres desgarraron su furia sobre el Hijo de Dios, pobrecitas almas impulsadas por la rabia feroz de Satanás, como instrumentos del mal que profanaron mi Cuerpo y mi Sangre Santísimo. Reparad por mis dolores físicos e interiores de mi pasión Santísima, por la Sangre preciosa que fue derramada. Id, espiritualmente, a todos los lugares de mi Sagrada Pasión y besad el suelo en reparación por los sacrilegios e indiferencias con que fui tratado. Adorad la llaga de mi Sagrado hombro, dolores atroces padecí en ella, besadla y ungidla con vuestras lágrimas, que como suave bálsamo sanará.
Escuchad las risotadas y palabras burlescas, cuando me fue ceñida la corona de espinas fue tanto el dolor, que corrían borbotones de Sangre por mi Divino Rostro.
Adorad con reverencia mi corona de espinas y reparad por los pensamientos diabólicos con que aquellos pobres hombres descargaban su furia contra Mí, dislocaron mis huesos al clavar grandes clavos en mis manos y mis pies, y al suspender la Cruz sobre la tierra fue inmenso el dolor físico en mi Cuerpo.
Reparad, apóstoles de mi Sagrada pasión, por todas las faltas, por todos los insultos y por todas las mofas que mis castos oídos tuvieron que escuchar. Venerad y adorad los dolores de mi Divina pasión para que adquiráis grandes méritos y os hagáis perfectos a imitación del Alma Víctima Divina. Meditad en ella con frecuencia para Cristificarme en vosotros.
Reflexionad, uniendo la agonía de mi Divino Corazón a la agonía de mi Cuerpo Santísimo.
Hijos míos, la Cruz es señal de victoria y de redención; después de mi muerte vino mi Resurrección.
Estoy viviendo una segunda pasión, porque otra vez mi Sagrado Cuerpo es golpeado y lastimadas sus heridas por las irreverencias con que algunos sacerdotes tratan mi Cuerpo.
De nuevo escucho improperios contra mi Divinidad, sublimizando mi grandeza en el misterio Eucarístico. Otra vez, soy crucificado al tener que descender del cielo en manos indignas y pecadoras y depositarme encorazones mezquinos que no han purificado sus pecados con el Sacramento de la confesión.
De nuevo clavan mis manos y mis pies con el comportamiento y vestimenta inadecuada con que llegan a los templos; la corona de espinas, de nuevo ceñida sobre mi cabeza, por la falta de preparación y de oración con que muchos sacerdotes llegan a celebrar el Santo Sacrificio de la Misa.
De nuevo mi alma experimenta una sed insaciable de almas, pero en vez de ofrecerme vinagre, me ofrecen la hiel amarga de las infidelidades.
De nuevo mi Divino Cuerpo es flagelado por la falta de fe y la rutina en que las almas participan del milagro más grande que existe sobre la tierra. El mismo dolor que experimenté en el huerto de los olivos, lo experimento hoy en la soledad de los Sagrarios.
(Veo a Jesús crucificado con su cabeza inclinada, su cabello desgreñado, su mirada está opaca; gotas de sangre caen al piso y veo perros que lamen su Sangre). Hijos de mi Sagrado Corazón, mi Cuerpo y mi Sangre de nuevo es profanado, mitigad mi dolor con vuestra oración, con vuestros sacrificios y entregaos totalmente a mi Divina Voluntad. Reparad por los pecados de la Santa Iglesia, especialmente por los pecados de los sacerdotes y demás almas consagradas a Mí, porque el día del juicio será más severo para ellos, ya que al que mucho se le dio, mucho se le exigirá.
En vosotros está la reconstrucción y restauración de mi Iglesia. Estad adheridos a mi Madre Santísima que ella como Madre de la Iglesia os guiará.
Os bendigo en esta misión de salvar y acercar almas para mi Reino.
Meditad La Pasión. ¡Qué poco meditáis la Pasión de Jesucristo!

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