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JESUCRISTO: EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN. (Parte 5).


EN LAS FUENTES DE 
MI DIVINO CORAZÓN
HALLARÉIS 
MENSAJES DE CONVERSIÓN.


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(MENSAJES)

Os quiero sin manchas, siempre en olor de santidad
Noviembre 10/07 8:00 p.m.

La Santísima Virgen dice:

Haced caso a las enseñanzas impartidas por mi hijo Jesús. Es doctrina Divina que os ayuda a morir al hombre terrenal, para lentamente haceros espirituales.

Sois un pequeño rebaño en el que guiados por el Divino Pastor, os fortalece y os alimenta con su Cuerpo Santísimo y con sus enseñanzas provenientes del cielo.

Si supierais las miradas del cielo que hay puestas sobre vosotros, hijitos míos de mi amor, os esforzaríais más en dejar vuestras imperfecciones y haceros perfectos a semejanza de quien os creó.

Es grande vuestra misión, no decaigáis en vuestro camino espiritual. Orad más uniéndoos a la adoración de los Santos. Se os exige, porque pueden dar más.

No os dejéis perturbar por pensamientos fugaces, centrad todo vuestro ser en Dios.

Os quiero sin manchas y sin arrugas, siempre en olor de santidad. La santidad ha de ser vuestro sello, para que impregnados del amor de Dios, lo irradiéis y lo hagáis sentir en vuestros hermanos.

Os amo, os amo y os llevo en mi Corazón como discípulos de mi escuela.

Que estos mensajes sean dados a conocer para que la luz de Cristo brille en la oscuridad. Preparaos en oración y en ayuno, porque os espera una gran misión en la que muchas almas serán arrancadas de las garras de Satanás. Os pido ayuno con pan y agua los días viernes, en memoria a la pasión y sufrimiento de mi Hijo Jesús. El ayuno os purificará y os ungirá aún más, siendo receptivos a los resplandores del Espíritu Santo.

Orad incesantemente porque el enemigo quiere ensañarse sobre vosotros, pero no podrá haceros daño, porque Yo os protejo de manera especial.

San Miguel os protege, orad a diario la oración que os dio, porque es uno de los tesoros dados por el cielo a vosotros, pequeños míos.

Rociad agua bendita en vuestras casas, especialmente en vuestros cuartos, para que seáis protegidos, porque éste es un Sacramental que os ayudará y salvaguardará de todo tipo de asechanzas.

Alimentaos diariamente del Cuerpo y la Sangre de Cristo,

dejad los comodismos del mundo, sed más austeros y penitentes para que crezcáis aún más espiritualmente.

La oración, el ayuno y la mortificación os acrisolarán como se acrisola el oro y la plata, fortaleciendo vuestro ser con la luz de Dios.

Ved como el cielo os enseña y os asiste, responded con vuestra generosidad y entrega absoluta al Divino querer de mi Hijo Jesús.

Os amo, os amo pequeños retoñitos de mi celestial jardín


Soy el loco del amor
Noviembre 11/07 4:44 p.m.

Jesús dice:

Es mi aroma, pequeños míos. Os he traído en esta tarde, pequeños míos, para daros descanso a vuestros corazones fatigados.

Os he traído, para que bebáis en las fuentes de mi Divino Corazón y saciéis la sed de Mí. Sentid mi aroma, aspiradlo suavemente para que este olor os invada todo vuestro ser. Mi aroma arrasa con la fetidez y con el mal olor que un día vuestro pecado os contaminó todo vuestro corazón. Os amo tanto que si miráis hacia el cielo, allí me encontraréis; que si miráis a las estrellas, allí me descubriréis; si miráis la luna allí os hablaré; si respiráis, allí me percibiréis; si bajáis a vuestro corazón, allí susurraré palabras como loco enamorado.

Soy el loco del amor y os invito a que viváis en esta locura, locura que os saca del mundo, de sus falacias, de sus falsas seguridades, del consumismo y del pecado, que origina densas neblinas para la tierra.

Os amo, para que respondáis con amor a mi amor.

El amor ablanda corazones rocosos; el amor derrite corazones de hielo; el amor abre puertas oxidadas, cerradas a mi amor. (Veo una puerta grande antigua, finamente tallada, con aldabas grandes, doradas y brillantes). Estas puertas se abrirán, pequeños míos, en las moradas del cielo, después de haber cumplido vuestra misión en la tierra. Si murierais definitivamente al mundo, viviréis eternamente para el cielo; sembrad, cosechad frutos para que los recojáis en la siega, para que os presentéis con vuestras manos llenas y vuestros corazones plenos de haber cumplido, en todo, mi Divina Voluntad.

Luego, de un espacio de tiempo, añade:

A esta obra os regalaré un Cristo, en el que obraré prodigios, milagros y manifestaciones de mi amor.

Todos, aquellos que se acerquen con fe, percibirán mi mirada y los latidos de amor de mi Divino Corazón.

Mi Corazón se derrite por amor a vosotros, porque recibo amor verdadero de cada uno de vosotros.

Pequeños míos, conservad con mucha reverencia y recelo la reliquia que os recuerda mi Pasión y crucifixión. Cuando estéis en oración, besad y adorad mis Sagradas llagas que, Yo, sanaré las llagas de vuestros corazones.

Mes y medio después, el Señor dio el siguiente mensaje, haciendo referencia al Santo Crucifijo de las Divinas Gracias, nombre dado por Él, que contiene 33 letras, en honor a sus 33 pasos como Cristo Crucificado:


Santo Crucifijo de las Divinas Gracias
Enero 7/08 7:40 a.m.

Jesús dice:

Hijitos míos estáis viviendo el tiempo de mi Misericordia.

Misericordia que derramo sobre vosotros como lluvia abundante que cae sobre la tierra, tierra que está siendo devastada por el espíritu del mal, mal que opaca las innumerables gracias del cielo, que os doy como reservas inagotables de mi amor para que os salvéis, para que os acerquéis a Mí, para que creáis que el mismo Hombre-Dios, que estuvo hace más de dos mil años, hoy está en medio de vosotros para daros Divinas Gracias a todas las almas que lleguen a Mí con espíritu de fe y de piedad a adorarme, presente en el Santo Crucifijo de las Divinas Gracias, Divinas Gracias que os daré a granel si reconocéis mi presencia en esta Santa Reliquia, Reliquia preservada por 7 generaciones para el final de los tiempos, tiempos privilegiados porque llego de variadas formas a vosotros, para que comprendáis que soy un Cristo vivo con un Corazón desbordado en amor y misericordia.

Si adoráis verdaderamente mi presencia en el Santo Crucifijo de las Divinas Gracias o aun en una fotografía que copie mis manifestaciones de amor desbordante en vosotros, os asistiré en vuestras necesidades más apremiantes, aún, en aquellas que humanamente serían imposibles de alcanzar; besando mis Sagradas llagas y estrechando la Reliquia en vuestro corazón, sanaré las llagas purulentas de vuestra alma y os haré sentir el palpitar de mi Divino Corazón en vuestro corazón, dándoos verdadero arrepentimiento de vuestros pecados.

Adorando esta Santa Reliquia, Divinas Gracias serán dadas, según sea vuestra fe y piedad con que me hayáis adorado.

Adorando esta Santa Reliquia os sanaré física y espiritualmente: los ciegos recobrarán la vista, los sordos escucharán, los mudos hablarán, los paralíticos caminarán, los desahuciados unirán sus sufrimientos a los sufrimientos de mi Sagrada Pasión, los pecadores más empedernidos volverán a mi camino, como hijos pródigos regresarán a la Casa Paterna.

Adorando esta Santa Reliquia los oprimidos serán liberados, los privados de la libertad quedarán libres, las madres gestantes con embarazo de alto riesgo serán asistidas por mediación de mi Madre hasta el día del nacimiento.

Adorando esta Santa Reliquia vuestro purgatorio disminuirá, asistiré a los moribundos en el trance de su muerte a la vida.

Adorando esta Santa Reliquia protegeré a los viajeros de asaltos y accidentes en las carreteras.

Adorando esta Santa Reliquia haré de vuestros hogares, hogares de Nazaret.

Adorando el Santo Crucifijo de las Divinas Gracias en memoria a mis 33 pasos como Cristo Crucificado os mostraré vuestros más leves y graves pecados, dándoos 33 días de arrepentimiento y de enmienda antes de vuestra muerte.


Dejaos abrasar por mi amor
Noviembre 11/07 5:34 p. m.

La Santísima Virgen dice:

Estoy en medio de vosotros, pequeños míos, para que sintáis mis rayos de luz, rayos que penetrarán en la profundidad de vuestros corazones y seáis abrasados por mi amor. Presento mi Corazón ardiente a mi hijo Jesús, para que los refulgores de este Corazón Santísimo, penetren en las profundidades de vuestras almas y sintáis mi paz. Entregadme vuestros sufrimientos y vuestras necesidades, vuestras tristezas y vuestras enfermedades para presentarlas a mi hijo Jesús y recibáis bendiciones.

Os amo, os amo.

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