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IDENTIDAD SACERDOTAL - PADRE AMEDEE EUKERBE Y SU OBRA EN EL OLVIDADO ÁFRICA.


El sacerdote católico Amedee Eukerbe recorre a diario cientos de
kilómetros sobre su moto para atender a sus fieles, que se esparcen 
a lo largo de 70 kilómetros y 63 pueblos de Chad.


Difundir la palabra de Dios en un país como Chad tiene sus complicaciones. Alrededor de dos millones de sus habitantes (el 20 por ciento del total de la población) practican la religión católica, pero en las altas instancias vaticanas Chad no figura, precisamente, entre las prioridades. Quizá por eso, el padre Amedee Eukerbe tenga que atender a los feligreses de 63 localidades distintas, dispersas a lo largo de 70 kilómetros de la hostil tierra de Chad.


Las jornadas de este sacerdote no tienen límite. A bordo de su motocicleta atiende cada día las necesidades espirituales de sus fieles, pero, pese a su vocación, aún no tiene el don de la ubicuidad. Por ello, hay pueblos a los que el cura solo puede acudir a dar misa una vez al mes.
El padre Eukerbe oficia sus misas en gambaye, la lengua de la zona de Chad que ocupa su parroquia, en las cercanías de Moundou, la capital económica del país. Muchas de las iglesias que atiende este sacerdote son poco más que chozas consagradas, levantadas con rudimentarios ladrillos de adobe y paja. En ellas no hay luz ni bancos para los fieles.

Todos los desvelos del sacerdote se ven recompensados el domingo de Pentecostés, cuando la iglesia de Nuestra Señora de la Trinidad, en Deli, se abarrota de feligreses de toda la parroquia. Algunos de ellos viajan a pie hasta dos días para asistir a la misa del padre Eukerbe, que aprovecha la ocasión para celebrar bautizos, bodas y comuniones. En el año 2010 llegó hasta los 91 bautizos en una sola jornada.

FUENTE: caballeroaguila.com

1 comentario:

  1. Alabado y Glorificado sea el Señor Jesús con la vida y obra del padre Amedee Eukerbe!
    Rezare diariamente por este Sacerdote fiel al Señor, ejemplo para muchísimos otros sacerdotes sordos a la voz del Espíritu Santo, que han endurecido sus corazones e inmersos en el sueño espiritual.

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