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EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN - TOMO 1 - ENTREGA 7.

REVELACIONES AL HERMANO AGUSTÍN.

Mensajero de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María.

Libro "María Madre del Segundo Advenimiento"

Relatos divinos para comprender los acontecimientos que marcan la real historia de lo que muchos creyentes llamamos "Últimos tiempos", mediante los cuales tenemos la oportunidad de estar a salvo en toda circunstancia.


Revelaciones dadas a un alma
a quien Jesús le llama cariñosamente
Agustín del Divino Corazón.


Amad inmensamente

Septiembre 1/07 10:50 a.m.


Jesús dice:

Amad inmensamente y dad de esta medicina a los Corazones reticentes al amor.

Amando, doblegaréis la altivez y el orgullo de los corazones soberbios.

Amando, acercaréis almas al manantial de amor que es mi Divino Corazón.

Amando, vendaréis corazones heridos para ser sanados con el óleo de mi amor.

Amando, robaréis corazones para ser adheridos a las fuentes de mi Divino Corazón.

El amor es la luz que alumbrará en la oscuridad.

El amor es el camino que os conduce a Mí.

El amor es la donación absoluta al Amor, que soy Yo.

Caminad como enamorados del Gran Amor y si os preguntan acerca de este amor, responded que ese

Amor que se os ha llevado su corazón, es Jesús.

Predicad del amor, aún amando a los que os hacen mal.

Aún amando a los que se dicen ser mis enemigos, porque a través del amor, desmoronaré castillos humanos y los exaltaré como castillos Divinos, cuya base sólida es el amor.

Os inundo de amor, para que deis amor.

Os embriago de mi paz para que regaléis mi paz.

Os acerco a mi Divino Corazón para que os extasiéis aún más y sientan mi calidez a vuestro alrededor.

El amor, el amor ha de reinar en vosotros, dadlo a manos llenas en generosidad extrema.

Os amo, os amo en extremo, hasta el punto de dejarme crucificar de nuevo para salvaros.



El humilde carpintero de Nazaret

Septiembre 1/07 10:57 a.m.


Jesús dice:

Jesús, el humilde carpintero de Nazareth, el humilde hijo de aquella aldeana, María, ha llegado a vosotros como vuestro médico Divino, médico Divino que sanará a vuestros corazones, purificándoos y acrisolándoos en mi amor.

Depositad en mis Divinas manos, vuestras enfermedades físicas y espirituales que Yo os sanaré.

Yo os restauraré nuevamente vuestros cuerpos, deteriorados por la enfermedad.

Yo os daré la salud de niños espirituales. Yo haré que recobréis nuevos ánimos, nuevo vigor y nuevas esperanzas, para que caminéis por mis caminos que han de ser bien angostos, bien estrechos y bien escarpados para que podáis llegar a mi Reino que será vuestro Reino.

Tantos enfermos llegaban a Mí, cargando con la cruz de su enfermedad. Mi Corazón se dolía ante su adversidad y Yo los acercaba a mi Divino Corazón para darles alivio a sus males y hoy eso quiero hacer con vosotros mis pequeños deleites de mi Divino Corazón.

Os invito a tener la fe de aquella mujer, que por muchos años padecía de un flujo sanguíneo y supo adentrarse en medio de las multitudes y con sólo tocar la punta de mi manto, quedó sanada.

Hoy os toco con el lienzo blanco de mi amor para que recobréis la blancura en todo vuestro ser.

Hoy os sano de la lepra del pecado, cicatrizando con mi amor vuestras heridas y ungiéndoos con el dulce bálsamo de mis lágrimas, para que vuestras heridas desaparezcan. En la medida de vuestra fe, actúo.

En la medida de vuestra fe, realizo obras maravillosas.

En la medida de vuestra fe, hago de vosotros vasos consistentes de mi elección.

En la medida de vuestra fe, mi Arcángel San Rafael, ángel de la medicina de Dios, os sanará haciendo que de vuestros cuerpos desaparezcan vuestros males.

Mirad como estoy, en medio de vosotros, con mi túnica suelta, con mi manto Divino en mis manos para cubriros del frío y para acercaros a mi Divino Corazón y escuchéis mis palpitaciones de amor por vosotros. Los milagros que un día hice, hoy continúo realizándolos a tantas almas que un día llamé.

Hoy, os llamo a vosotros para que dejéis atrás vuestra antigua vida de pecado y caminéis en pos de Mí, cargando con vuestra cruz como apóstoles de los últimos tiempos, apóstoles que se hayan en medio del mundo, pero que no son del mundo. Hombres y mujeres que encarnan mi Evangelio hasta semejaros a Mí, dejándose crucificar en el leño de mi amor.

Si alcanzarais a comprender la magnitud de los hechos que están por acontecer, redoblaríais más vuestra oración, multiplicaríais más vuestros ayunos y vuestras penitencias, suplicando con más insistencia misericordia a mi Padre.

Os ofreceríais voluntariamente como almas víctimas de mi amor, para ser esos pararrayos de mi infinito amor.

Divino amor que desborda mi Corazón.

Divino amor que os endulza.

Divino amor que os deleita.

Divino amor que os doblega entregándome vuestra voluntad y donando totalmente vuestro ser.

Venid, pequeños corderos a mi aprisco que os conduciré a las fuentes de mi Divino Amor, para que calméis y saciéis vuestra sed con el agua viva de mi amor, agua viva que regará el jardín marchito de vuestros corazones, permitiendo que las flores marchitas revivan para producir frutos en abundancia.

Agrupaos a mi Divino Corazón para abrazaros en el fuego de mi amor.

Agrupaos a mi Divino Corazón para convertir en cenizas vuestras malezas y convertirlas en cosechas abundantes.

Agrupaos a mi Divino Corazón para cargar con vuestras cargas y alivianar vuestras cruces.

Agrupaos a mi Divino Corazón para llevarme vuestras enfermedades y regalaros salud.

Agrupaos a mi Divino Corazón para consentiros como niños, uniéndome a vuestros juegos y daros el crecimiento espiritual.

Amad mucho a mi Madre. Caminando junto a ella llegaréis a Mí.

Os amo, os amo deleitándome en medio de vosotros.


Mis ropajes divinos

Septiembre 1/07 2:10 p.m.

Jesús dice:

Almas que camináis noctámbulas por el mundo vestidas con el traje de la soberbia y la vanagloria.

Almas sembradoras de discordias que pasáis de largo dejando huellas de confusión.

Almas que no queréis escucharme, porque no me dais un poco de vuestro tiempo para oír mi voz.

Almas que creéis encontrar la felicidad en lo que os produce dolor.

Almas que andáis afanosamente en la tierra buscando el dinero y la fama.

Almas que pretendéis llenar vacíos de vuestro corazón dejándoos seducir de falsas doctrinas.

Hoy, os quiero acercar a Mí para vestiros con mis ropajes Divinos de la humildad y de la mansedumbre de corazón.

Hoy, os quiero plantar semillas de concordia y de unidad para que vuestra presencia sea foco de paz a todos los que crean sectarismos y división.

Escuchad mi voz en vuestro mundo ensordecedor que hoy, os deseo mostrar el verdadero camino para que encontréis la felicidad, felicidad que descubriréis en mi Reino.

Hoy, os daré riquezas espirituales para que paséis desapercibidos a los de vuestro alrededor, dándoos así mi Gloria y Yo coronándoos en el cielo.

Hoy, os tomo vuestro corazón y lo sumerjo en mi fuente Divina para que rebocéis en la alegría constante de mi presencia.

Hoy, os invito a formar parte de mi Iglesia en la que mi Vicario en la tierra es el Santo Padre.

Viniendo a Mí, vuestro corazón será salpicado de mi amor haciéndoos sensible a mi llamado, llamado que los invita a seguir la locura de mi Cruz.



Adoradores del silencio

Septiembre 1/07 4:35 p.m.

Jesús dice:

Os invito mis pequeños a que seáis adoradores del silencio. Venid al Sagrario y postraos a mis Divino pies y sin pronunciar palabras contempladme y adoradme que Yo os daré la Gracia de hablaros al corazón para sondearlo con mi mirada y embellecerlo con mis rayos de Luz.

Seréis mis adoradores del silencio, apartándoos del mundo para venir a recrearos en este pedacito de cielo que es mi Divina prisión, Divina prisión a la que muy pocos vienen a visitarme y si lo hacen dedican tan solo unos segundos de su tiempo, para pedirme que les ayude en sus necesidades, sin acordarse de agradecerme mis manifestaciones de amor.

Seréis adoradores del silencio cuando sintáis enormes deseos de hacerme compañía en mi soledad, soledad que es dulcificada cuando respondéis a mi llamado, dejando vuestras ocupaciones para alimentaros de mis consejos que os invita a un cambio de vida.

Seréis adoradores del silencio cuando me dais espacios de bajar a vuestro corazón y acariciaros con el eco de mi voz.

En el silencio os hablo, os instruyo.

En el silencio bebéis de mi paz que os doy con amor.

En el silencio me descubro a vosotros dándoos a conocer misterios insondables.

Para adquirir mi Sabiduría debéis amar el silencio y de gustar compartir largos momentos de soledad, ya que el ruido del mundo os impide escuchar mis ondas sonoras de amor.

Que pensamiento tan limitado tenéis vosotros, los hombres, al no comprender mi gran manifestación de amor por vosotros, perpetuándome en la simple apariencia Eucarística hasta la consumación de los siglos.

Si decidierais ser mis adoradores del silencio, venid a Mí, que os esperaré diariamente para adornaros de mis joyas preciosas que os embellecerá dándoos la hermosura a vuestra alma haciendo de vuestro corazón un altar en que me rindáis adoración en vuestras horas de trabajo.

Que vuestro espíritu sea contemplativo, extasiándoos frente a mi presencia, para elevar vuestra alma al cielo y unirla a la alabanza de los Ángeles Seráficos para que juntos entonéis dulces melodías ofrecidas al Rey del más alto linaje.

Que vuestra presencia evangelice, que vuestra presencia predique.

Almas generosas que os abrís a mi amor, no necesitáis de venir a pronunciar largos discursos, sólo basta de vuestra mirada para daros derroches de unción de tal modo que perciban mi presencia en vosotros, pequeños adoradores del silencio.



Mi paz es única

Septiembre 1/07 5:50 p.m.

Jesús dice:

La paz que Yo os doy no la puede dar el mundo. Venid a refugiaros en las fuentes de mi Divino Corazón, que estoy necesitado de vosotros para que rindáis vuestro corazón a mi amor, amor que supera todo sentimiento humano porque mi amor no defrauda, enamoro.

Venid al Príncipe de la Paz para que os embriaguéis de mi paz, paz que invadirá cada rinconcito de vuestro ser hasta morir de amor.

Sed caminantes anhelantes de mi paz, sed mensajeros de mi paz, cultivándola con esmero como un bello jardín, jardín en el que muchas almas se deleitarán anonadándose ante la magnificencia de mi amor.

Os trazo figuras de amor en vuestros corazones tatuándoos en mis Divinas manos y escribiendo vuestros dulces nombres en el Libro de Oro de mi Corazón.



Mi obra de arte

Septiembre 1/07 7:45 p.m.

Jesús dice:

Permitidme esculpir vuestra alma para tallarla con dulzura e ir puliendo la piedra bruñida de vuestro corazón y hacer de ella mi obra de arte.

Os puliré con gran ternura hasta que adquiráis la forma de un ángel, ángel que irradiará mi Luz.

Dejadme podar vuestro corazón que Yo, el Divino Agricultor, iré cortando los frutos secos y abonando vuestro jardín con los nutrientes de mi amor.

Dadme la arcilla blanda de vuestra vida, que Soy el alfarero, que tomará vuestra greda en mis manos para formaros según mis designios Divinos.

Dejaos construir en el amor que como vuestro arquitecto, elaboraré nuevos planos para cimentaros en la roca firme de mi Divino Corazón.

Plasmo mi Divino Rostro en vuestro corazón para que, cada pulsación, se convierta en un latido de amor, latidos que os impulsará a renovaros día a día, deseosos de encontraros con el amor que un día os cautivó para consumiros en un bello idilio, estampando vuestros nombres sobre pergaminos celestes y uniéndolos con flechazos de amor.



Alejaos del mundo

Septiembre 1/07 8:35 p.m.

La Santísima Virgen María dice:

Entregadme vuestro cansancio y vuestras dudas que en el largo camino que os queda por recorrer, yo os lo aclararé todo.

Por ahora venid y dejadme utilizar vuestras manos, tomando el esfero y el papel y escuchad atento mi voz maternal que os hablo al corazón y escribid cuanto os pido para que gritéis a viva voz, que el tiempo es corto, que es el momento de cambiar de vida, convirtiéndose al verdadero amor, rectificando el camino y haciendo de la Palabra un libro vivo, que os enseña a agradar a

Dios y a rechazar el pecado.

Decidle a mis hijos amados, aún a los que creen que estáis delirando, que busquen la santidad leyendo las Sagradas Escrituras bajo la luz del Espíritu Santo.

Pedidle a Él que os ilumine en lo que debéis hablar y en lo que debéis callar, de tal modo que viváis bajo la obediencia haciendo en todo su Divina Voluntad.

Aumentad vuestra fe para que las montañas cambien de lugar y podáis ver las maravillas que hace Dios en vuestras vidas.

Reafirmaros en vuestra fe acudiendo a los Sacramentos que son siete fuentes Divinas que os da la salvación.

Os ruego con el amor de madre que volváis vuestros ojos al Señor, Él en su Divina Justicia, os dará equidad según vuestras obras.

Alejaos del mundo que os contamina impregnándoos de su mal olor, no os dejéis engañar de sus falsas etiquetas, mejor acercaos a Jesús que os dará el sello de genuinos discípulos de su amor.

El cielo me ha permitido comunicaros con mis hijos en la tierra, no pretendáis callar mi voz, porque si enmudeciera, hablarían las piedras. Escuchadme, que vuestros días pasan y no os dais cuenta, siendo muy tardío vuestro cambio, llegad a Jesús como hijos pródigos en busca de su perdón.

Su Corazón rebosa en deseos de abrazaros y en ceñir en vuestros dedos su anillo como signo de su misericordia, otorgándoos poder de hijos de Dios.

Pronto veréis señales en el cielo, señales que os asustarán y creeréis cuando ya sea demasiado tarde.

Obrad con inteligencia, amados hijos de mi corazón y no esperéis a mañana cuando ya no podáis despertar del sueño letargo.

Buscad sacerdotes santos y confesad vuestros pecados, que os duela en el alma de haber ofendido a mi Hijo y volved a Él para que os llene vuestro corazón de su perdón.

Escuchadle, que os tiene un cielo prometido, caminad con alegría, aún en vuestras tribulaciones, ayudándoos unos a otros porque practicando la caridad se os borrará multitud de pecados.

Venid a Mí que os abro la puerta del cielo, presentándoos ante mi Divino Hijo y suplicándole piedad por vosotros.

Os acurruco en mi Inmaculado Corazón, abrigándoos con mi Sagrado Manto.

Os amo, os amo mucho.


Algunas de mis virtudes

Septiembre 1/07 9:40 p.m.

San José dice:

Como me complace comunicarme con vosotros, hijos adorados de mi hijo Jesús.

Se me ha dado permiso del cielo para instruiros en algunas de las virtudes que ejercité con paciencia en la tierra.

Hice votos, al Altísimo, de conservar mi pureza en mi cuerpo y en el alma, siendo coronado en guardar la castidad como tesoro invaluable para entregarla al Rey del cielo.

Vosotros estáis viviendo un tiempo de decadencia moral, en el que esta virtud es difícil de hallar, quedando unos pocos que, en medio de la oscuridad que puebla la tierra, alumbran como estrellas para el cielo azul.

Pedid la asistencia Divina para que conservéis la pureza, siendo mortificado y austero en vuestro comer y vivir. Volved al ayuno, arma que os devuelve la lozanía de recién nacidos y os hace santos.

Buscad siempre en hacer la voluntad de Dios, siendo obedientes en sus designios, no pongáis obstáculos en tenerla como compañera para que así agradéis a vuestro Señor y se os encomiende grandes misiones como la que un día se me concedió de ser custodio del

Redentor y padre adoptivo de Jesús.

Obedeciendo venceréis vuestra naturaleza humana.

Obedeciendo os aseguráis una corona que no se marchita.

Obedeciendo os hacéis gratos como hijos de Dios.

Hijos de mi amado Jesús, que estáis en un mundo convulsionado en el que al bien lo llaman mal y al mal lo llaman bien, sed justos en vuestra manera de actuar, dando lo que cada quien se merece, que vuestra balanza se conserve en su punto, no pesando más de un lado que de otro, porque viviendo en la justicia vuestro Divino Juez os juzgará con amor y porque siendo justos ganaréis tesoros para el cielo.

La justicia os da equidad en vuestros pensamientos y acciones, ceñidla en vuestra cintura para que sostenga vuestro sayal y os asemejéis a mi Divino Hijo imitándolo en sus virtudes que, como corona de rosas, adornaron su cabeza.

Rendidme tributo durante siete domingos consecutivos,  ofreciendo la Eucaristía en mi honor, que yo abogaré por vosotros y os ayudaré en el momento de vuestra muerte, cuando ya estéis a punto de exhalar vuestro último suspiro.

Os invito a contemplar ocho misterios que un día se os dio a conocer que hacen alusión a mi vida.

Meditadlos con profundidad y descubriréis riquezas.


(Ver mensaje del 16 de octubre).

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