FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

DOMINGO DE RESURRECCIÓN.


El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.


Nos dice San Pablo: "Aquel que ha resucitado a Jesucristo devolverá asimismo la vida a nuestros cuerpos mortales". No se puede comprender ni explicar la grandeza de las Pascuas cristianas sin evocar la Pascua Judía, que Israel festejaba, y que los judíos festejan todavía, como lo festejaron los hebreos hace tres mil años, la víspera de su partida de Egipto, por orden de Moisés. El mismo Jesús celebró la Pascua todos los años durante su vida terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo de Dios, hasta el último año de su vida, en cuya Pascua tuvo efecto la cena y la institución de la Eucaristía.


Cristo, al celebrar la Pascua en la Cena, dio a la conmemoración tradicional de la liberación del pueblo judío un sentido nuevo y mucho más amplio. No es a un pueblo, una nación aislada a quien Él libera sino al mundo entero, al que prepara para el Reino de los Cielos. Las pascuas cristianas -llenas de profundas simbologías- celebran la protección que Cristo no ha cesado ni cesará de dispensar a la Iglesia hasta que Él abra las puertas de la Jerusalén celestial. La fiesta de Pascua es, ante todo la representación del acontecimiento clave de la humanidad, la Resurrección de Jesús después de su muerte consentida por Él para el rescate y la rehabilitación del hombre caído. Este acontecimiento es un hecho histórico innegable. Además de que todos los evangelistas lo han referido, San Pablo lo confirma como el historiador que se apoya, no solamente en pruebas, sino en testimonios.


Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande. ¿Cómo no alegrarse por la victoria de Aquel que tan injustamente fue condenado a la pasión más terrible y a la muerte en la cruz?, ¿por la victoria de Aquel que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado con salivazos, con tanta inhumana crueldad?


Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.


La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me alienta en esta vida?, son preguntas que cabe preguntarse.


El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que , aunque implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo se realiza de manera positiva con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu , la vitalización del ser por una vida nueva, que desborda gozo y paz -suma de todos los bienes mesiánicos-, en una palabra, la presencia del Señor resucitado. San Pablo lo expresó con incontenible emoción en este texto : "Si habéis resucitado con Cristo vuestra vida, entonces os manifestaréis gloriosos con Él" (Col. 3 1-4).


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Jesucristo resucitado nos compromete a ser testigos y artífices de paz en el mundo entero


S.S. Juan Pablo II, Homilía de S.S. Juan Pablo II en el Domingo de la Resurrección del Señor, pronunciada el 3 de abril de 1999



Homilía de S.S. Juan Pablo II en el Domingo de la Resurrección del Señor

1. «A los ocho días (...) llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y dijo: "Paz a vosotros"» (Jn 20, 26).


En esta octava de Pascua, resuena el saludo de paz que Jesús dirigió a los Apóstoles el mismo día de su resurrección: «Paz a vosotros». Con su muerte y resurrección, Cristo nos ha reconciliado con el Padre, y a todos los que lo acogen les ha ofrecido el don valioso de la paz. Su gracia redentora los hace testigos de su paz y los compromete a convertirse en artífices de paz, acogiendo este don sobrenatural de Dios y traduciéndolo en gestos concretos de reconciliación y fraternidad.


¡Cuánta necesidad de auténtica paz tiene el mundo en este último tramo del milenio! Afecta a las personas, a las familias y a la vida misma de las naciones. Por desgracia, ¡cuántas situaciones de tensión y guerra perduran en el mundo, tanto en Europa como en otros continentes! Durante estos días, nuestros ojos están llenos de las imágenes de violencia y muerte que provienen de Kosovo y de los Balcanes, donde se libra una guerra con consecuencias dramáticas. A pesar de todo, no queremos perder la esperanza de la paz. Como santo Tomás y los demás Apóstoles, durante este tiempo pascual estamos llamados a renovar nuestra fe en el Señor vencedor del pecado y la muerte, acogiendo su don de la paz y difundiéndolo con todos los medios de que disponemos.


2. Amadísimos hermanos y hermanas de la parroquia de Santa María de Loreto en Castelverde, me alegra encontrarme finalmente en vuestra comunidad, que no pude visitar al inicio del pasado mes de febrero. Doy gracias al Señor por la oportunidad que me brinda de estar entre vosotros este domingo, llamado tradicionalmente «in albis». Comparto de buen grado con vosotros la alegría del tiempo pascual, expresada repetidamente durante estos días con las palabras del salmista: «Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo» (Sal 118, 24).


Dirijo un saludo cordial al cardenal vicario, al monseñor vicegerente, a vuestro querido párroco, don Patrizio Milano, y a sus colaboradores, así como a las religiosas Franciscanas de los Sagrados Corazones, a los miembros del consejo pastoral parroquial y a todos los componentes de los diversos grupos asociaciones y movimientos presentes en la parroquia. Os saludo con afecto a todos vosotros, queridos feligreses, con un recuerdo particular para los pobres y los enfermos, que constituyen un auténtico «tesoro» de vuestra comunidad.


Sabéis bien que no es la primera vez que vuestra comunidad parroquial recibe la visita del Sucesor de Pedro. En efecto, mi venerado predecesor el siervo de Dios Papa Pablo VI, de quien concluyó hace pocas semanas la fase diocesana del proceso de beatificación, os visitó el 5 de marzo de 1967: es una circunstancia que merece ser recordada. Su paso dejó una huella profunda en el corazón de las personas, pero también en la misma denominación del territorio, hasta entonces llamado Castellaccio. En efecto, el Papa, al ver la exuberante vegetación de esta zona, exclamó: «¡Debería llamarse Castelverde y no Castellaccio!». Y la administración municipal, acogiendo prontamente su propuesta, cambió el nombre del barrio.


3. Hoy, más de treinta años después de esa fecha, el Papa está nuevamente entre vosotros. Deseo que este encuentro sea una ocasión propicia para que todos intensifiquen su camino hacia Dios, gracias a una existencia cristiana más sólida, animada por la escucha constante de la palabra de Dios vivificada por la práctica frecuente de los sacramentos y caracterizada por un genuino testimonio evangélico en todos los ambientes y en todas las situaciones.


Queridos hermanos y hermanas, el Señor resucitado os llama como individuos y como parroquia a anunciar su Evangelio con el mismo estilo de la comunidad apostólica descrito en la primera lectura de hoy (cf. Hch 2, 42-43). Así mostraréis el valor de la fe que os anima y la profundidad de vuestro amor a Cristo (cf. 1 P 1, 7-8). Y entonces seréis dichosos, según la promesa de Jesús (cf. Jn 20, 28) puesto que, aunque no tenéis la posibilidad de tocar, como santo Tomás, las señales de la crucifixión en el cuerpo del Resucitado, creéis en él y queréis ser sus apóstoles intrépidos y generosos.


En esta ardua tarea os sostiene la misión ciudadana, oportunidad providencial para la nueva evangelización. Sé que en vuestra parroquia habéis continuado laudablemente esa importante iniciativa apostólica también durante este año, visitando a las familias, potenciando los centros de escucha y procurando llevar a cada uno de sus habitantes el anuncio del Evangelio. Estoy convencido de que la misión no terminará con la celebración de la fase conclusiva en la solemne Vigilia de Pentecostés. ¿Cómo se podrían dejar sin respuestas adecuadas las numerosas expectativas que la misión ha despertado en el corazón de la gente? Muchas personas desean una vida cristiana mas auténtica, y hay que alentar y sostener este anhelo con iniciativas espirituales y misioneras apropiadas. Os corresponde a vosotros prolongar esta extraordinaria experiencia apostólica, teniendo en cuenta las expectativas y los desafíos relacionados con vuestro barrio, que ha cambiado notablemente durante estos años.


Ya han pasado más de 45 años desde que, en 1953, se puso la primera piedra de la iglesia, bajo la protección de la Virgen de Loreto, tan querida a los habitantes de Las Marcas, región de la que provenía gran parte de los primeros habitantes de Castelverde. Gracias a Dios con el paso de los años se ha alcanzado cierto bienestar, y muchos han tenido la posibilidad de construir una casa para su familia y sus hijos. Pero, junto con el progreso social, a menudo fruto de grandes sacrificios, han aparecido algunos fenómenos típicos de las sociedades de consumo. A veces se filtra cierta superficialidad en la vivencia de la fe. Existe el riesgo de un aislamiento en sí mismos, sin tener debidamente en cuenta los problemas de los menos favorecidos. Se siente la crisis de la familia, al mismo tiempo que los jóvenes esperan propuestas de vida exigentes para no caer en una existencia mediocre y superficial.


4. El Señor resucitado nos llama a todos a un renovado esfuerzo apostólico. Id, nos dice a cada uno. Id, anunciad el Evangelio, y no tengáis miedo. Él está con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos. Fortalecidos por esta certeza, amadísimos hermanos y hermanas, no dudéis en ser apóstoles del Resucitado. Cada uno tiene la tarea de dar, en su nombre, un generoso impulso a los valores espirituales como la fidelidad, la acogida y la defensa de la vida en todas sus fases, el amor al prójimo, y la perseverancia en la fe también en medio de las inevitables dificultades de todos los días. No olvidéis que es necesario redescubrir el gusto de la oración, para que el testimonio cristiano alcance el anhelado y vigoroso despertar. A este propósito, me congratulo con vosotros por la hermosa práctica de la oración nocturna, que tiene lugar en vuestra iglesia los primeros viernes de mes. Con ocasión del ya inminente jubileo, sería bueno que en todas las parroquias se realizaran iniciativas similares, para proponer a los peregrinos que lleguen a Roma una ocasión de auténtica espiritualidad.


Encomendemos a la Virgen de Loreto, protectora de vuestra parroquia, no sólo el éxito de este encuentro, sino también las expectativas y los proyectos de toda vuestra comunidad parroquial.


La Virgen os proteja y os inspire pensamientos de paz y reconciliación, para que siempre sepáis dar razón de vuestra esperanza. Ella asista a las personas que viven en el barrio y a la comunidad de los marquesanos residentes en Roma.


Virgen de Loreto, ¡ruega por nosotros!


FUENTE: aciprensa.com // multimedios.org

LA VERACIDAD DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS.

Si Jesús resucitó de entre los muertos, entonces todas sus afirmaciones son verdad y ahora podemos estar seguros que sí hay vida después de la muerte.

Las apariciones del Resucitado no fueron visiones subjetivas, sino hechos objetivos, históricos. Se describen (en los últimos capítulos de los evangelios), como presencia real y hasta carnal de Jesús; come, camina, deja que lo toquen, habla con ellos. Son una base sólida de la fe en la Resurrección.

Aunque no hubo testigos de la resurrección, sí los hay del Resucitado. Quienes lo vieron comenzaron a decir que el “Crucificado estaba vivo” y así es como surge la Iglesia; se puede comprobar; hay “evidencias”.

* Jesús mismo predijo su muerte y resurrección, y estos eventos sucedieron exactamente como él los había anunciado.

* Este evento está bien documentado por numerosos recursos históricos y confiables. Historiadores como Josefo (c.37-110 DC), Ignacio (c.50-115 DC), Justino Mártir (c.100-165 DC) y Tertuliano (c.160-220 DC) estuvieron convencidos de la autenticidad de la resurrección. Sus escritos validan los relatos de los escritores bíblicos, quienes conforme a los teólogos bíblicos, registraron el evento tan temprano como el año 37 DC y no más tarde del año 64 DC. Además, otros historiadores del primer y segundo siglo incluyendo a Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio Segundo, y Luciano de Samosata reconocieron el impacto que este evento increíble tuvo sobre la gente de esa época.

* La resurrección es la única explicación aceptable del sepulcro vacío

* Hubieron numerosos testigos de la resurrección. Después de que él resucitó de entre los muertos, Jesús apareció por lo menos diez veces a los que le conocían y a más de 500 personas a la misma vez. Estas apariciones no fueron alucinacíones; Jesús comió y habló con sus seguidores y ellos le tocaron su cuerpo resucitado.

* La resurrección es la única explicación lógica para la transformación de los discípulos. Ellos abandonaron y negaron a Jesús antes de su juicio público; después de su muerte ellos estaban desalentados y temerosos. Aún, después de su resurrección y su experiencia en Pentecostés, estos mismos desalentados hombres y mujeres fueron transformados por el sobrenatural poder de Cristo resucitado. En su nombre, ellos pusieron de cabeza al mundo. Muchos perdieron la vida por su fe, otros fueron terriblemente perseguidos. Su valiente comportamiento no tiene sentido a no ser por su convicción de que Jesucristo fue verdaderamente resucitado de entre los muertos y es un hecho digno por el cual morir.

* La resurrección es la única explicación razonable para el comienzo del movimiento Cristiano. La Iglesia Cristiana nació en la misma ciudad donde Jesús fue públicamente ejecutado y sepultado. La creencia en un Jesús resucitado tuvo que haber sido auténtica para haberse enraizado en Jerusalén y crecido hasta abarcar el mundo entero. La Iglesia Cristiana es ahora la institución más grande que existe y ha existido en la historia de la humanidad. Claramente, esto hubiese sido imposible si la resurrección fuese solamente un cuento.

Para probar mas en profundidad la realidad de la resurrección de Jesucristo, nos bastará dejar establecido que verdaderamente estaba muerto cuando le pusieron en el sepulcro, y que, después, apareció lleno de vida. Como confirmación más plena de la fuerza de este argumento, demostraremos también que, en el presente caso, se hizo imposible cualquier trapacería, y, en fin, que si Jesucristo no hubiese realmente triunfado de la muerte, el mundo no se hubiese convertido.



PRIMERA PRUEBA

A – JESUCRISTO ESTABA REALMENTE MUERTO CUANDO LO BAJARON DE LA CRUZ

1. San Juan, testigo ocular, afirma que Jesús expiró en la cruz, y los tres Evangelistas nos dan el mismo testimonio.

2. Por otra parte, no puede dudarse de ello, si se tienen en cuenta las torturas atroces que sufrió antes de ser clavado en cruz; antes bien, si algo puede maravillarnos es que hubiese podido permanecer en ella vivo por tres horas enteras; la sola crucifixión, según el historiador Josefo, bastaba para hacerle morir.

3. Los soldados encargados de quebrarle las piernas, se abstuvieron de hacerlo porque vieron que estaba muerto.

4. La lanzada que recibió en aquellos momentos habría bastado para quitarle el último soplo de vida.

5. Pilatos no concedió el cuerpo de Jesús á José de Arimatea sino bajo la aserveración oficial del centurión de que Jesús había muerto realmente.

6. Los mismos judíos estaban de ello bien persuadidos: y es de creer que pondrían buen cuidado en asegurarse del hecho, antes de hacer, guardar el sepulcro; tanto más que, á ser preciso, tampoco hubieran dejado de rematar á su víctima. Así vemos, que ni el Sanedrín, ni los rabinos, ni los sofistas griegos ó romanos, pensaron jamás en negar que Jesús hubiese muerto. Nuestros mismos racionalistas modernos nunca han recurrido á la hipótesis pueril de una muerte ficticia del Salvador, y ni aun el mismo Renán logró sustraerse á la fuerza de este último argumento (2).


B – JESUCRISTO SE MOSTRÓ, EN VERDAD, LLENO DE VIDA; DESPUÉS DE SU MUERTE

1. Este hecho aparece comprobado por numerosos testigos oculares que, después de haber visto á su divino Maestro expirar en la cruz, le volvieron á ver, no soñando, ni mientras dormían, sino en pleno día y estando en posesión de sus facultades; escucharon sus palabras, recibieron sus órdenes, tocaron y palparon su carne y sus heridas, y comieron juntamente con Él.

2. Esto sucedió en el espacio de cuarenta días y en circunstancias las más diversas, porque ocurrieron junto al mismo sepulcro del Salvador, en el camino de Emaús, en el Cenáculo, en la ribera del lago, en el monte de las olivas, etc. Ni fueron siempre los mismos los que le vieron, sino que ahora son las piadosas mujeres, ahora San Pedro, ahora los discípulos de Emaús; después los apóstoles reunidos, excepto Santo Tomás que rehusaba creerles; más tarde los mismos con Santo Tomás, que sé rindió por fin á la evidencia; más adelante siete apóstoles en la ribera del lago; por último, en Galilea le vio un concurso de más de 500, entre apóstoles y discípulos, de los cuales vivían aún la mayor parte cuando apelaba San Pablo al testimonio de ellos. (1 Cor. XV, G.)

3. Más lo que da autoridad excepcional á todos estos testigos es que no dudaran en sufrir la muerte en testimonio de la resurrección de Jesucristo. Y sin embargo estos mismos eran los que poco antes se habían mostrado tan duros en creer; y de ellos uno había llegado hasta rehusar, á trueque de no rendirse, el testimonio unánime de los otros apóstoles, protestando que no creería si antes no lograba poner sus manos en las mismas llagas de Jesús.

Resulta, pues, de toda evidencia, por la naturaleza de estas apariciones, por el número y variedad de los testigos y por el conjunto de circunstancias, que el hecho de la resurrección de Jesucristo es tan cierto y demostrado corno el de su muerte.

Luego, este milagro es absolutamente incontestable.



SEGUNDA PRUEBA

A – LOS APÓSTOLES ÉRALES IMPOSIBLE TODO FRAUDE CON RESPECTO Á L
A RESURRECCIÓN DEL SALVADOR

I. NO PODÍAN TENER INTENCIÓN DE ROBAR EL CUERPO DE JESÚS

Los discípulos no pudieron robar el cuerpo de Jesucristo.-No hay hombre que se meta en aventuras, por extremo peligrosas, sin motivos verdaderamente graves; mayormente cuando el tal izo puede esperar de ello interés alguno; antes al contrario, es completamente ruinoso para sus intereses. Si son, varios los que han de intervenir, la cosa ya no es,sólo dificultosa, sino imposible. Y, sin embargo, esto habríamos de admitir, á creer posible la hipótesis de que los apóstoles hubieran concebido el proyecto qué la impiedad les atribuye.

1°. Hubieran obrado sin motivo . En efecto, ó los discípulos creían en la próxima resurrección de su Señor, ó no creían, ó estaban en duda.

En el primer caso la sustracción del cuerpo hubiera sido absolutamente inútil. En el segundo lo que hubieran hecho era abandonar la causa de un hombre en el que, como suponemos, ya no tenían ninguna fe. En el último, que fué el verdadero, como se deduce del relato evangélico, el simple buen sentido les sugería que estuvieran á la mira de los acontecimientos, para conformar luego con ellos su conducta.

A menos, pues, que fueran insensatos -y nada nos autoriza para hacer tal suposición -y que lo fueran todos á una, jamás pudo, ni siquiera pasarles por pensamiento, el robar el cuerpo de su Maestro.

2º. Por el contrario, tenían motivos muy poderosos para no meterse en semejante lance:

a. Alrededor de ellos no veían sino enemigos de Jesús, y tan encarnizados, que acababan de tratarle de la manera más cruel, no parando hasta quitarle la vida. De consiguiente, por parte de los judíos, no podían esperar otra cosa más que oprobios, suplicios y aun la muerte.

b. De parte de Dios, vengador del pecado, tenían que temer los castigos reservados á la mentira, á la blasfemia y á la impiedad.

c. Además, su impostura habría de averiguarse al fin, forzosamente, y esto del modo más bochornoso y miserable. ¿Cómo sin instrucción, sin crédito, sin fortuna hubieran podido, ni imaginar siquiera, que podrían llevar á cabo el proyecto más insensato que jamás cupo en cabeza humana, cual, era el de hacer adorar por Dios, á un impostor crucificado en Judea, y esto en todas las naciones del mundo?

d. En fin, si no hubo tal resurrección, Jesús no hubiera ya sido en adelante, á los ojos de sus discípulos, más que un embaucador, y el culpable autor de su vergüenza y de su miseria. ¿Y por un hombre tal habríanse ellos expuesto con tanta bravura á todos los castigos y penalidades de este mundo y del otro?

II. NI AUN QUERIÉNDOLO LO HUBIERAN PODIDO HACER

Para convencernos de ello, basta considerar rápidamente la índole y dificultades de semejante empresa.

El sepulcro estaba cavado en la roca; su entrada obstruida con una pesada losa, la cual, á su vez, estaba sellada y guardada por un buen número de soldados. Ahora bien; ¿de qué medios disponían los apóstoles para realizar el robo? Sólo tres pueden imaginarse: ó la violencia, ó la corrupción, ó la astucia. Pero, en el caso presente, los tres resultan impracticables.

1. La violencia: los apóstoles, cuya vergonzosa timidez no puede ser más notoria, pues acababan de huir cobardemente, dejando abandonado á su divino Maestro en la hora de su pasión, no eran hombres para forzar un piquete de soldados, ni romper los sellos públicos; ni esto sólo, sino que, de poner por obra semejante audacia, imposible era que quedara oculta ó impune.

2. La corrupción: ¿con qué habrían podido corromper á los guardas, si siempre fue verdaderamente tradicional su extrema pobreza? Y lo notable del caso es que hubieran debido sobornar á los soldados allí, en el mismo puesto de guardia, y á todos absolutamente, porque la negativa de uno solo hubiera bastado para dar al traste con la empresa. Y estos soldados, ¿estaban seguros de la mutua discreción que unos á otros se debían guardar?

3. La astucia: este recurso es más difícil aún, y hasta imposible. ¿Por qué camino hubieran llegado al sepulcro? ¿Por un conducto subterráneo? ¿Y cómo ó en qué tiempo lo hubieran abierto en la roca viva, sin llamar la atención de ningún guarda? Y una vez abierto ¿cómo lograr rellenarlo luego para que no quedara rastro de su obra? Y puestos dentro del sepulcro, ¡hubieran tenido calma para despojar el cadáver de su mortaja y dejar muy plegadito el sudario que envolvía la cabeza, y, por remate de todo, quedaríales humor todavía para volver la piedra á su sitio, á fin de no suscitar sospecha alguna!

¿O tomaron, tal vez, el camino ordinario? En este caso hubieron de pasar forzosamente por entre los soldados, romper los sellos, apartar la piedra, deshacerse tranquilamente de los lienzos, y doblar el sudario, y después, cargados con su Tesoro, volverse por donde habían venido… ¡Ah! ¡y todo esto sin hacer el menor ruido, sin que nadie se enterara de ello! ¿Se dirá que los guardas dormían? Si esto es razón, convengamos en que hubieron de dormirse todos, sin que ni uno solo quedara en vela para cumplir la consigna ¡y en que su sueño fue tan prodigiosamente profundo, que todo aquel tráfago de idas y venidas, verificado á su alrededor y en el silencio de la noche, no bastó todavía para que despertara ni uno solo! -Más admitamos que todos dormían. En este caso, ¿cómo explicar aún que no buscaran luego el cuerpo que les habían robado? ¿Cómo no se castigó severamente á guardas tan infieles? ¿Por qué se vieron precisados los judíos á darles dinero é inducirles á que se acusaran á sí mismos, publicando su propia deshonra? ¿Cómo se explica que, más adelante, estos mismos judíos que continuamente estaban reprochando á los apóstoles el predicar en nombre de Jesús de Nazaret, no les acusaran, siquiera una vez, de que habían robado el cuerpo de su Maestro? No habían pasado dos meses después de la resurrección, y cuando los apóstoles predicaban este gran milagro, los judíos se contentaban con castigarlos é imponerles silencio.

Gire, pues, y revuélvase la impiedad por donde quiera, que por todas partes viene á dar en el lazo que ella misma nos tenía preparado. ¡Qué miserables son las argucias de que se sirve para sustraerse á la luz de la evidencia! Y es que la verdad de la resurrección no puede combatirse, sin ponerse en abierta pugna con la razón y el buen sentido.



TERCERA PRUEBA

Aun admitiendo, por un imposible, que los apóstoles hubiesen querido robar el cuerpo de Jesús y que, efectivamente, llegaran á realizar empresa tan insensata; con todo no hubieran podido triunfar de otra dificultad mucho mayor, cual era persuadir al mundo entero que Jesús había resucitado y que era Dios; siendo así que, en realidad, no fuera, en tal hipótesis, sino un hombre condenado por la justicia humana, y muerto ignominiosamente en una cruz. ¡Qué de obstáculos, en efecto, se presentaban para la realización de tal proyecto!

1.º Todos los cómplices, autores ó fautores de esta intriga criminal debieran haberse entendido entre sí para acreditar su embuste y comprometerse á sostenerlo, aun á costa de los más atroces suplicios, y esto únicamente para asegurar el éxito, por lo demás imposible, de tal engaño.

2.° También hubiera sido necesario seducirá los numerosos discípulos que no habían entrado en el complot, induciéndolos á creer en las apariciones puramente fingidas de Jesús; é inspirarles una fe tan robusta que fuese capaz de afrontar los más horribles tormentos, y aun la misma muerte, antes que permitirse la menor duda sobre la realidad de la resurrección.

3.° Hubiera sido necesario engañar no solamente á los gentiles que rechazaban la severa moral de Cristo, que menospreciaban su pobreza é insultaban como locura su muerte en una cruz, sino también á los judíos que odiaban á Jesucristo y que, después de haberle hecho morir ignominiosamente, hubieran hecho todos los imposibles á trueque de confundir tal impostura. Pues bien, recuérdese que, al escuchar la primera predicación de San Pedro, se convirtieron nada menos que 3000 judíos; y que, en la 2ª, este número subió á 5000.

4.° En fin, estos hombres completamente faltos de cuanto puede seducir á las masas, vendrían á ser los verdaderos causantes del cambio maravilloso del mundo entero, y esto sin auxilios divinos, sin otro peso que el de sus afirmaciones, ya que no podían esperar que viniera Dios á confirmar con milagros tan criminal impostura.

¡Qué fuerza tan victoriosa no tienen, pues, las pruebas de la Resurrección de jesucristo, sobre todo si se las considera en su conjunto! ¿Y á qué cosa podríamos ya prestar fe si á hechos tan claros y tan firmemente establecidos se la negáramos?



OBJECIÓN

Aunque la verdad de la resurrección de Jesucristo aparezca demostrada de manera que no deje lugar á duda alguna razonable, señalaremos con todo varias tentativas de los impíos para destruir la creencia en este milagro. Y por cierto que no se necesita mucha agudeza de ingenio para apreciar la fuerza de tales argumentos.

1. Strauss trabaja y suda para explicar el modo cómo el cuerpo de Jesús desapareció del sepulcro, y, después de tantas fatigas, acaba por adoptar la solución más descabellada, á saber, que el cuerpo se quedó en el mismo sepulcro.

Esta explicación no tiene más inconveniente que el de contradecir la narración de los cuatro. Evangelios y el darse de bofetones con la verosimilitud. Si el cuerpo de Jesús quedó en el sepulcro ¿cómo no se apoderaron de él los judíos y lo pasearon por Jerusalén y el mundo todo, á fin de destruir de una vez la creencia en la resurrección?

La manera cómo Renán procura desenredarse de tal dificultad, no puede ser ni más cómoda ni menos aguda: «cuestión es ésta, dice, á más de ociosa insoluble, pues nunca llegará á conocerse este detalle» Lo cual no le impide que busque á este detalle una docena de explicaciones á cual más arriesgada: el rapto del cuerpo, pudo hacerse, según él, por los apóstoles, ó por los discípulos, los cuales pudieran haberlo escondido en Galilea; tal vez hasta por los mismos judíos, y quizás… quizás…, cosa por cierto nada inverosímil, por el propietario del jardín. Más aún; el que estuviera plegado el sudario parece indicar, no sin fundamento, que anduvo allí de por medio la mano de alguna mujer. Después rechaza todas estas explicaciones, y acaba atribuyendo la desaparición del cuerpo de Jesús… ¡á pura casualidad!

2. Con iguales dificultades topan los incrédulos al explicar la fe inquebrantable de los apóstoles en la resurrección. Strauss hace esta confesión: «Si no hay medio de explicar sin milagro el origen de la fe en la resurrección de Jesús, nos vemos obligados á negar todo lo que hemos dicho, y á renunciar á nuestra empresa.»

Además, el mismo autor rechaza, como inverosímil, el caso de impostura por parte de los apóstoles: «jamás, dice con razón, habrían puesto tanta fe en una mentira, hasta perder por ella la vida.» Por fin, y persuadido tal vez que con ello daba satisfacción cumplida á todas las dudas, afirma sin titubear que los apóstoles fueron engañados, y que la causa de su engaño hubo de ser, ni más ni menos, la imaginación. Por tanto la resurrección de Jesús, según este impío- y Renán encuentra la invención muy de su gusto- es el simple resultado de una alucinación, el efecto de una fantasía desbocada. Y así dice: «como los apóstoles se encontraban en un estado de grande sobreexcitación, tomaron por realidad lo que no era sino simple juego de imaginación».

Tan gratuitas aserciones por sí mismas se refutan. Si todavía no merecen fe testigos que ofrecen tales garantías de veracidad ¿qué cosa del mundo podrá jamás ser digna de ella?

Si la resurrección de Jesucristo no tiene otro fundamento que la alucinación, los apóstoles y discípulos han creído ver lo que de veían, oír lo que no oían y tocar lo que no tocaban; pero del relato evangélico consta todo lo contrario: luego… Pues lejos de estar predispuestos á admitir fácilmente la resurrección, lo que hicieron fue encerrarse en el Cenáculo por miedo á los judíos, y abandonarse á la desconfianza: ¡tan olvidadas traían las predicciones de su Maestro! Se resistieron á creer en el testimonio de las santas mujeres; cuando Jesús se les apareció, tomáronle al principio por fantasma, y no salieron de su engaño hasta que hubieron tocado y palpado el cuerpo del. Salvador y, finamente, vístole comer con ellos. ¿Aparece aquí traza alguna por donde se eche de ver la tan decantada alucinación:

Porque, aun en este supuesto, preciso fuera que todos los discípulos, absolutamente todos, hubiesen sido víctimas de dicha alucinación, incluso aquellos tardos de corazón y pusilánimes que iban á Emaús, y aquel primer incrédulo, Tomás, y los quinientos discípulos que presenciaron la ascensión de Jesús. (1 Cor., XV, 6.) Ni esto solo, sino que tal engaño hubiera tenido que prolongarse por espacio de cuarenta días, y repetirse en circunstancias las más diversas, y, finalmente, cosa tal vez más rara que las anteriores, se hubo de desvanecer de una vez y para siempre el día de la ascensión, fenómeno, á su vez, también puramente imaginario!

Más todavía: sería necesario admitir que el acto de apartar la piedra del sepulcro y el espanto de los guardas fueron igualmente pura ilusión; que los mismos guardas fueron también alucinados; que el sepulcro no estuvo vacío más que en la imaginación de los discípulos! Á la verdad, que está uno tentado de preguntar si hablan seriamente los escritores que tales hipótesis sostienen.

Pero aun suponiendo todo esto posible, quédase todavía por explicar cómo el Cristianismo, que en tal caso no tiene por fundamento más que una ilusión, se ha podido establecer, regenerar el mundo v, á despecho de todos los obstáculos, perpetuarse hasta nosotros á través de los siglos. Á la verdad que este solo milagro sería más grande que todos los otros.


FUENTE: forosdelavirgen.org

CONTRA EL PODER DE LAS TINIEBLAS

Ritual Romano de exorcismos y otras súplicas, Apéndice II
Versión castellana de la edición típica, 2005. 




Súplicas que pueden ser utilizadas privadamente por los fieles en la lucha contra el poder de las tinieblas 


Oraciones


1. Señor Dios, apiádate de mi, siervo tuyo,
que, a causa de muchas insidias,
me he vuelto como un objeto perdido;
sálvame de la mano de mis enemigos
y ven a buscarme si estoy perdido,
acógeme cuando me encuentres,
y no me abandones,
así podré agradarte por siempre,
porque se que me has redimido con tu fuerza.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.


2. Dios todopoderoso,
que das cobijo a los afligidos en tu casa
y conduces a los cautivos a la prosperidad,
mira mi aflicción
y ven en mi auxilio;
derrota al enemigo malvado,
para que, una vez vencida la acción del adversario,
la libertad me conduzca a la paz,
de modo que restablecido en la piedad serena,
proclame que eres admirable
Tú que diste fuerza a tu pueblo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen


3. Oh Dios, creador y defensor del genero humano,
que formaste al hombre a tu imagen
y lo recreaste mas admirablemente
con la gracia del Bautismo,
dirige tu mirada sobre mi, siervo tuyo,
y se propicio a mis súplicas.
Te pido que nazca en mi Corazón
el esplendor de tu gloria
para que, eliminado plenamente todo temor,
pueda alabarte
con animo y espíritu sereno,
junto a mis hermanos en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen


4. Oh Dios, origen de toda misericordia
y de toda bondad,
que quisiste que tu Hijo
sufriera por nosotros el suplicio de la cruz
para librarnos del poder del enemigo;
mira propicio mi humillación y dolor,
y concédeme,
pues me renovaste en la fuente bautismal,
que, habiendo vencido el ataque del Maligno,
me colme la gracia de tu bendición.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen


5. Oh Dios, que por la gracia de la adopción,
quisiste que yo fuera hijo de la luz,
te pido que me concedas
no verme envuelto en las tinieblas de los demonios
sino que pueda por siempre permanecer plenamente
en el esplendor de la libertad recibida de ti.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen



Invocaciones a la Trinidad

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Sólo a Dios honor y gloria.

Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
sea alabado y ensalzado por los siglos de los siglos.

Te invocamos, te alabamos, te adoramos,
oh santa Trinidad.
Esperanza nuestra, salvación nuestra, honor nuestro,
oh santa Trinidad.
Líbrame, sálvame, vivifícame,
oh santa Trinidad.

Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso,
el que era, el que es y el que vendrá.

A ti el honor y la fuerza, oh santa Trinidad,
a ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

A ti la alabanza, a ti la gloria, a ti la acción de gracias
por los siglos de los siglos, oh santa Trinidad.

Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal,
ten piedad de mí.


Invocaciones a Nuestro Señor Jesucristo

Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mí
Jesús, imagen del Padre, ten piedad de mí
Jesús, Sabiduría eterna, ten piedad de mí
Jesús, resplandor de la luz eterna, ten piedad de mí
Jesús, Palabra de vida, ten piedad de mí
Jesús, Hijo de la Virgen María, ten piedad de mí
Jesús, Dios y hombre, ten piedad de mí
Jesús, Sumo Sacerdote, ten piedad de mí
Jesús, heraldo del reino de Dios, ten piedad de mí
Jesús, camino, verdad y vida, ten piedad de mí
Jesús, pan de vida, ten piedad de mí
Jesús, vid verdadera, ten piedad de mí
Jesús, hermano de los pobres, ten piedad de mí
Jesús, amigo de los pecadores, ten piedad de mí
Jesús, médico del alma y del cuerpo, ten piedad de mí
Jesús, salvación de los oprimidos, ten piedad de mí
Jesús, descanso de los abandonados, ten piedad de mí
Tú que viniste a este mundo, ten piedad de mí
Tú que libraste a los oprimidos
por el diablo, ten piedad de mí
Tú que estuviste colgado en la cruz, ten piedad de mí
Tú que aceptaste la muerte
por nosotros, ten piedad de mí
Tú que yaciste en el sepulcro, ten piedad de mí
Tú que descendiste a los infiernos, ten piedad de mí
Tú que resucitaste
de entre los muertos, ten piedad de mí
Tú que subiste a los cielos, ten piedad de mí
Tú que enviaste el Espíritu Santo
sobre los Apóstoles, ten piedad de mí
Tú que te sientas
a la derecha del Padre, ten piedad de mí
Tú que vendrás a juzgar
a vivos y muertos, ten piedad de mí

b)

Por tu encarnación Líbrame, Señor.
Por tu nacimiento, Líbrame, Señor.
Por tu bautismo y santo ayuno, Líbrame, Señor.
Por tu pasión y cruz, Líbrame, Señor.
Por tu muerte y sepultura, Líbrame, Señor.
Por tu santa resurrección, Líbrame, Señor.
Por tu admirable ascensión, Líbrame, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, Líbrame, Señor.
Por tu gloriosa venida, Líbrame, Señor.


Otras invocaciones al Señor

Cuando se nombra la cruz, puede el fiel oportunamente hacer la señal de la cruz.


Sálvame, Cristo Salvador, por la fuerza de la Cruz Ì:
tú que salvaste a Pedro en el mar, ten piedad de mí.

Por la señal de la santa Cruz Ì,
de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Por tu Cruz, Ìsálvanos, oh Cristo Redentor,
tú que muriendo destruiste nuestra muerte
y resucitando restauraste la vida.

Tu Cruz Ì adoramos, Señor,
tu gloriosa pasión contemplamos:
ten misericordia de nosotros,
Tú que padeciste por nosotros.

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu Cruz Ìhas redimido al mundo.



Invocaciones a Santa María Virgen

Bajo tu protección nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.

Dígnate aceptar mis alabanzas, oh Virgen santa;
hazme fuerte contra tus enemigos.

Madre mía, confianza mía.

María, Virgen Madre de Dios, ruega a Jesús por mí.

Dignísima Reina del mundo,
Virgen perpetua María,
intercede por nuestra paz y salvación,
tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.

María, Madre de gracia,
Madre de misericordia,
defiéndenos del enemigo,
y ampáranos en la hora de la muerte.

Socórreme, oh piadosísima Virgen María,
en todas mis tribulaciones,
angustias y necesidades,
alcánzame de tu Hijo querido
la liberación de todos los males
y de los peligros de alma y cuerpo.

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir,
que ni uno solo de cuantos han acudido a tu protección
e implorado tu socorro,
haya sido desamparado por ti.
Yo pecador, animado con esta confianza,
acudo a ti, oh Madre, Virgen de las Vírgenes;
a ti vengo,
ante ti me presento con dolor.

No desprecies, Madre del Verbo, mis súplicas,
antes bien inclina a ellas tus oídos
y dígnate atenderlas favorablemente.


Invocación a san Miguel Arcángel


Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha;
sé nuestro amparo contra la maldad
y las asechanzas del demonio.
Pedimos suplicantes
que Dios lo mantenga bajo su imperio;
y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja con el poder divino, en el infierno
a Satanás y los otros espíritus malignos,
que andan por el mundo
tratando de perder las almas. Amén.



Letanías


Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros / por mí. 
San Miguel, ruega por nosotros / por mí.
San Gabriel, ruega por nosotros / por- mí.
San Rafael, ruega por nosotros / por mí.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros / por mí.
San Juan Bautista, ruega por nosotros / por mí.
San José, ruega por nosotros / por mí.
San Pedro, ruega por nosotros / por mí.
San Pablo, ruega por nosotros / por mí.
San Juan, ruega por nosotros / por mí.
Todos los santos Apóstoles, rogad por nosotros / por mí.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros / por mí.


(Pueden añadirse los nombres de otros Santos y Beatos)

De todo mal, Líbranos / me, Señor.
De todo pecado, Líbranos / me, Señor.
De las insidias del diablo, Líbranos / me, Señor.
De la muerte eterna, Líbranos / me, Señor.
Cristo, óyenos / me.
Cristo, escúchanos / me.

CUANDO LEÓN XIII DESENMASCARÓ A LA MASONERÍA.


CXXV ANIVERSARIO DE LA ENCÍCLICA HVMANVM GENVS




(Publicación hecha el 20 de abril de 2009 en la web Panorama Católico Internacional y reproducida por diversos medios)


Al cumplirse 125 años de la publicación de la encíclica Humanum genus sobre la masonería, ofrecemos a nuestros lectores el vínculo con el texto en español de tan importante documento (que desgraciadamente hoy no se tiene en cuenta, a pesar de su clarividencia) precedido de la introducción que se hace de él en la edición de los Documentos Políticos de la Doctrina Pontificia (volumen 2) de la BAC, edición a cargo de Jose Luis Gutiérrez García y que no ha perdido nada de actualidad.


A lo largo de todo el siglo XIX los Papas condenaron repetidas veces la masonería. En su encíclica Diuturnum illud, León XIII denunció especialmente la creciente audacia de las sectas y definió de nuevo la postura condenatoria de la Iglesia frente a la masonería. La encíclica Humanum genus significa la justificación doctrinal de esta postura.


El núcleo central del documento está constituido por un análisis de la masonería considerada en sí misma y por un juicio crítico condenatorio de ésta. En este sentido, la encíclica Humanum genus una coincidencia de estructura y carácter con la carta Quod Apostolici muneris, sobre el socialismo. León XIII no hace distinciones. No existe una masonería buena y otra mala. No atiende meramente al sector continental de la masonería. Toda secta que profese los principios masónicos y acerpte total o parcialmente sus prácticas cae dentro de la condenación pontificia. La única matización que recoge León XIII es la salvedad de la participación personal de cada masón en los hechos responsables de de la masonería. Este carácter general diferencia a la Humanum genus de otros documentos de León XIII sobre la masonería que presentan un carácter más limitado por razón de sus destinatarios (la encíclica Dall’alto, de 15 de octubre de 1890, dirigida al episcopado, clero y pueblo de Italia, y la encíclica Custodi, de 8 de diciembre de 1892, al pueblo italiano).


El juicio fundamental sobre la masonería está incluido en la afirmación de que “la masonería es contraria a la justicia y a la moral natural”. La base justificativa de este juicio condenatorio reside en las conexiones totales que unen a la masonería con los principios del naturalismo. La masonería es la proyección social y política del naturalismo filosófico. Por esto León XIII enumera entre los remedios que deben utilizarse en la lucha frente a la masonería la enseñanza de los principios fundamentales de la filosofía cristiana.


¿Cuáles son los principios naturalistas que acepta y pone en práctica la masonería? En primer lugar, el dogma de la soberanía absoluta de la razón y sus dos consecuencias: negación de la verdad revelada e indiferentismo religioso. En segundo lugar, el error antropológico según el cual no son totalmente ciertas las tesis de la espiritualidad y de la inmortalidad del alma humana. En tercer lugar, el error moral: sólo existe para la masonería una moral cívica de base subjetiva y tendencia eudaimonística, carente de todo control normativo objetivo. En cuarto lugar, la masonería defiende la disolubilidad del vínculo matrimonial y el monopolio estatal de una enseñanza forzosamente laica. Por último, la masonería proyecta sobre el campo de la política concreta los principios erróneos del derecho y de la política nuevos.


Link del texto - en español - formato pdf, siguiendo clic en la imagen.

LOS OBJETIVOS DEL PLAN CONTRA DIOS, JESUCRISTO, LA IGLESIA Y EL PAPA OPERANDO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS.




Mirando los cambios en los últimos 20 años se ve con claridad.

Hay un plan diabólico operando sobre la humanidad, que se ha acelerado desde hace un par de décadas. No es necesario grandes revelaciones para verlo, simplemente hace falta discernir los cambios que han ocurrido respecto a la actitud y las creencias sobre Dios, Jesucristo, la Iglesia, el Papa. Mirando el contraste con 20 años atrás podemos ver la dirección y la intención del plan.

En el momento actual están recorriendo por el mundo una serie de predicciones catastrofistas que muchas veces caricaturizan y esconden lo que realmente está sucediendo, que está más a la vista de todos que supuestos planes ocultos.

LO QUE SUCEDE ES MAS CLARO QUE CUALQUIER PROFECÍA

No hace falta esperar terribles cataclismos de la naturaleza o cruentas guerras y hambrunas, lo que está sucediendo es más lento y menos estridente, pero profundo, e implica un gran cambio en el corazón de la humanidad.

Nos falta mirar las cosas sencillas. Nos falta discernir las últimas décadas y allí veremos lo que ha cambiado respecto a la aceptación de Dios, Jesucristo, la Iglesia, el Papa, y todos estos cambios unidos nos van a indicar dónde está el plan, cuáles son sus detalles y cuál es su dirección.

Para esto no necesitamos que alguien nos venga a revelar nada, el plan diabólico, en sus grandes líneas está revelado por la evolución de las opiniones en la sociedad.

Con buen criterio, un cura de pueblo - hoy sacerdote jubilado de 82 años – publicó hace más de 2 lustros los ejes del plan diabólico que se nota que está operativo, advirtiendo que los tiempos que corren son extremadamente graves y preocupantes.

Desde el principio de la humanidad, siempre y en todas partes, se ha dado una lucha sin cuartel entre la luz y las tinieblas; el bien y el mal, la verdad y la mentira; la opresión y la libertad; la fe y la incredulidad; entre Dios y satán; pero en estas últimas década se puede apreciar una aceleración de la confrontación.

Estas décadas están mostrando que nadie es espectador de esta lucha, sino que de algún modo está implicado en ella desde el punto y hora que viene al mundo al nacer y desde que tiene que tomar partido ante los grandes cambios actitudinales y de opinión que se están sucediendo.

He aquí, a grandes rasgos, los principales objetivos de este Plan Diabólico. 


RESPECTO A DIOS. DIOS NO EXISTE

Es tan solo fruto del miedo del hombre. Sólo existe lo que se ve, se toca, lo que es comprobable científicamente. Todo lo que no es inmanente y comprobable científicamente, hay que desecharlo.

El centro de todo, es el hombre = antropocentrismo. El recurso de Dios y el teocentrismo es una vana ilusión, que degrada al ser racional.

El hombre es el que ha creado a Dios y no al revés. La salvación viene del esfuerzo humano (ciencia, técnica, poder, sabiduría, etc.)


RESPECTO A JESUCRISTO

Cristo fue un simple hombre (un profeta, un maestro de moral, un revolucionario, un líder religioso más, un agitador social, un ejemplo a seguir, etc.) pero en modo alguno… el Hijo de Dios.

Cristo es una figura respetable, pero de ningún modo pretendió fundar una religión, ni menos una Iglesia.

Su persona y su mensaje han sido mitificados, adulterados y secuestrados por sus seguidores, en especial por la Iglesia Católica.

La resurrección de Jesús es fruto de la elaboración y la mitificación de sus seguidores.


RESPECTO A LA IGLESIA 

Hay que separar la Iglesia de Cristo. “Jesús sí, Iglesia no”.

La Jerarquía acaparó el poder. Se alió siempre con los poderosos y los ricos, valiéndose del miedo al misterio y a lo desconocido, e impuso a sus fieles su moral y su poder absoluto sobre las conciencias.

Es la verdadera culpable de guerras, revoluciones y matanzas, en nombre de Dios. Además de la Iglesia Católica, hay más Iglesias dentro y fuera de ella.

Es necesario oponer un concilio a otro concilio (Trento al Vaticano II). Fomentar un falso ecumenismo.

“Nadie tiene la verdad”. Todas las Iglesias son verdaderas. Los dogmas son “antiguallas”.

RESPECTO AL PAPA

Poner de relieve el absolutismo del Papa (acusarlo con datos históricos por su totalitarismo, su intolerancia, su alianza con los poderosos, sus riquezas, etc.).

Ridiculizar la infalibilidad papal. (Poner de manifiesto “sus errores” pasados: caso Galileo, la Inquisición, las cruzadas…).

Oponer unos Papas a otros (Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II).

Hacer causa común con los obispos progresistas y oponerlos a un Papa intransigente, inactual, medieval, etc.

Resaltar en el Papa su decrepitud, sus derroches en los viajes por el mundo y sobretodo su magisterio como algo obsoleto, pasado de moda o “que no concierne”.


RESPECTO A LAS PERSONAS

Airear, defender y justificar a “Teólogos” disidentes, víctimas del Vaticano.

Propagar todo lo que pueda disgregar dentro de la Iglesia (celibato de los curas, sacerdocio femenino, defensa de la homosexualidad, legalizar el aborto, manipulación de embriones, matrimonios gays, fomentar la eutanasia).

Publicar todo lo referente a escándalos de personas eclesiásticas (pederastia, abusos sexuales).

Silenciar o marginar a las personas santas o ejemplares. Combatir a las instituciones y personas más significativas que apoyan al Papa y a la Iglesia.


RESPECTO A LAS IDEAS

Difuminar todo lo católico en otras ideologías más aceptables.

Cambiar el lenguaje claro por otro ambiguo, oscuro, por circunloquios o perífrasis que puedan ser mejor digeridos y aceptados por la gente acrítica.

Oponer la ortodoxia a la ortopraxis. Fomentar el relativismo moral en todos los campos.

Minimizar el papel de María, la madre de Jesús, su virginidad.

Propagar la idea de que hoy día son anacrónicos o inexistentes los milagros.

No oponerse, en virtud de la libertad de religión y la tolerancia a las doctrinas o enseñanzas de las sectas.

Ridiculizar a cuantos defienden la existencia e influencia del demonio.

Captar todos los medios de comunicación posibles para difundir estas ideas y así hacer realidad el plan previsto.

FUENTE: forosdelavirgen.org con información de Miguel Rivilla San Martín para Forum Libertas, Signos de estos Tiempos


SATANÁS ATACA A LOS CONSAGRADOS.



El Primer Jueves Santo de la historia, nuestro Señor Jesucristo instituyó el sacramento del Orden Sacerdotal. Desde el inicio de su vida pública hizo saber a sus apóstoles que los estaba llamando al ministerio de serpescadores de hombres (Mt 4, 1). Conscientes los apóstoles de ser servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor 4, 1), después de oración y ayuno confirieron a otros elegidos el sacerdocio que el Maestro les había conferido constituyéndolos en sus sucesores, ministros de los sagrados misterios, hasta nuestros días.

Jesús les dio el poder de expulsar a los demonios, curar a los enfermos, perdonar pecados. Los apóstoles vieron cómo Él obró incontables milagros, y en su nombre lo hicieron de la misma forma, a pesar de todo uno de ellos fue un traidor.

A Pedro, Jesús le advirtió: Simón, Simón, mira que satanás ha pedido permiso para sacudirlos a ustedes como se hace con el trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto confirma a tus hermanos (Lc 22, 31-32).


Del sacerdocio ministerial se ha escrito:

Vivir en medio del mundo sin desear sus placeres. Ser un miembro de cada familia, sin pertenecer a ninguna. Compartir todos los sufrimientos. Penetrar todos los secretos. Curar todas las heridas. Ir de los hombres a Dios llevándole sus oraciones. Volver de Dios a los hombres trayéndoles perdón y esperanza. Tener un corazón de fuego por la caridad y un corazón de bronce por la castidad. Enseñar y perdonar, consolar y bendecir siempre ¡qué vida, Dios mío! Esa es tu vida sacerdote de Cristo.

María Santísima, no puede permitir que sus hijos los hombres, por quienes su Hijo Jesucristo sufrió tantos tormentos se condenen para siempre perdiendo la posibilidad de su salvación, y en sus diversas apariciones, en medio de curaciones y milagros de conversiones inexplicables nos pone en guardia contra el astuto demonio. Satanás es uno de los protagonistas más decisivos de sus manifestaciones. En todos los santuarios es el mismo el fondo de las recomendaciones aunque en algunos desarrolle algo más la misma idea.

En la carta que escribió la vidente Lucía de Fátima al Procurador de la Causa de Beatificación de sus dos primos, hoy beatos Jacinta y Francisco, hay algo que aterroriza en las manifestaciones: la inquina, el odio de Satanás contra los sacerdotes y contra los religiosos por la benéfica influencia que ellos pueden ejercer en la conversión de las almas.

Veamos estas 3 dramáticas advertencias:

1ª: Algunos sacerdotes olvidadizos de su vocación, arrastran muchas almas a la condenación.

2ª: El demonio ataca seriamente a las almas consagradas a Dios. Sabe que con perderlos, se perderían también muchas otras almas.

3ª: Muchas de las personas que creen seguir los caminos de la perfección, no hacen caso alguno de las relevaciones de María Santísima en Fátima a los tres pastorcitos y practican una vida según sus caprichos.

Los soldados de un ejército saben que si hieren o matan a uno de los jefes principales, hacen mucho mayor daño que si eliminaran a millares rasos, puesto que al perder al director de un grupo, se puede fácilmente desbaratar todo él.

De ahí su interés particular de atacar principalmente a los sacerdotes y religiosos que deben animar y conducir a los demás por las vías de la santidad. Lo que no puede tomarse como chiste y ni poner en duda, es la insistencia de nuestra Madre del Cielo por nuestra salvación, que siempre está en peligro mientras vivamos en este mundo.

Jesús avisó estremecedoramente que en tiempo de Noé, mientras fabricaba el Arca, la gente comía y bebía y practicaba el amor, sin acordarse de su alma. Vino el diluvio y arrastró a la aniquilación. Cristo confiesa que también en su tiempo existía la misma despreocupación por el alma por lo que les sucedería otro tanto a sus contemporáneos.

Y hoy, ¿podemos afirmar que no nos hallamos en las mismas condiciones de ceguera espiritual, y que la mayoría de las personas sólo viven para comer, beber y amontonar riquezas y desahogar sus exigencias sexuales?

Los sacerdotes han sido constituidos por Dios para ser alter Christus, otro Cristo, pero no están exentos de las flaquezas humanas, por lo que necesitan de la gracia y del auxilio del Espíritu Santo para ser fieles al Señor. Nuestra plegaria se ha de profundizar en perfección de orante, ya que el enemigo de las almas quiere arrebatar los mejores frutos de nuestros campos por falta de vigilantes en nuestras estancias.

FUENTE: infocatolica.com

DOCUMENTACIÓN ACERCA DEL INFIERNO - La última oportunidad

Un joven liberado del infierno por San Juan Bosco



Un joven de quince años, en Turín, se encontraba cerca de la muerte. Llamó a Don Bosco, pero al santo no le fue posible llegar a tiempo. Otro sacerdote escuchó la confesión del joven y el chico murió. Cuando Don Bosco retornó a Turín, fue inmediatamente a ver al chico. Cuando le dijeron que el joven había muerto, el insistió en que era un "simple malentendido". Tras unos instantes de oración en la habitación del joven muerto, Don Bosco, de repente, gritó: "¡Carlos!, Sube" Para el gran asombro de todos los presentes, el chico se convulsionó, abrió los ojos y se sentó en el lecho. Viendo a Don Bosco, sus ojos se desviaron hacia el suelo.


"¡Padre, ahora estaría en el Infierno!" suspiró el joven. "Hace dos semanas estuve con una mala compañía que me indujo a pecar y en mi última confesión, tuve miedo de contarlo todo... ¡Oh, acabo de volver de un horrible sueño! Soñé que estaba situado en lo más alto de un gigantesco horno rodeado por una enorme horda de demonios. Estaban a punto de lanzarme dentro de las llamas cuando una bella Señora apareció y los detuvo. 'Aún hay una esperanza para ti, Carlos', me dijo. 'Tú aún no has sido juzgado'. En ese momento, lo escuché a usted llamándome. ¡Oh, Don Bosco, que alegría verlo otra vez! ¿Quiere confesarme, por favor?"


Después de escuchar la confesión del joven, Don Bosco le dijo: "Carlos, ahora que las puertas del Cielo están abiertas de par en par para ti, ¿deseas ir allá o permanecer aquí con nosotros?" El chico miró a lo lejos por un momento, y sus ojos se humedecieron con algunas lágrimas. Un silencio espectante llenaba la habitación. "Don Bosco", dijo finalmente, "realmente estoy ansioso por ir al Cielo".


Los pacientes vieron con estupefacción como Carlos se recostaba sobre las sábanas, cerraba los ojos y se hundía una vez más en la inmovilidad de la muerte.

MENSAJES DE JESÚS EL BUEN PASTOR- MENSAJES RECIENTES - PARTE 19.




¡EJÉRCITO MILITANTE: NECESITO SOLDADOS FORTALECIDOS EN LA FE Y CON EXPERIENCIA EN EL COMBATE ESPIRITUAL, PARA QUE SE INTEGREN A LOS EJÉRCITOS DE MI PADRE!
MAYO 12/2012 7:40 A.M.

LLAMADO URGENTE DE SAN MIGUEL A LA MILICIA TERRENAL


QUIÉN COMO DIOS, QUIÉN COMO DIOS, QUIÉN COMO DIOS. ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, GLORIA A DIOS, GLORIA A DIOS, GLORIA A DIOS.


Hermanos, mi Padre está por dar comienzo a su justicia divina y serán los que están inscritos en el libro de la vida los que la resistan; sólo los que perseveren en la fe alcanzarán la corona de la vida. Ya las copas de la justa ira de Dios han comenzado a derramarse, ¡ay de vosotros mortales que seguís en el pecado y las tinieblas sin hacer caso a los llamados del cielo, porque muy pronto buscaréis y no hallaréis, llamaréis y nadie os escuchará!.


La creación de mi Padre está a punto de ser transformada y sus dolores de parto ya nadie los podrá detener. Suplicad misericordia y perdón antes de que las trompetas dejen de sonar, porque cuando llegue el silencio y la tensa calma, es ahí, cuando todo se desencadenará. ¡Oh naciones impías muchas de vosotras desapareceréis al paso de la justicia divina!. ¡Rebaño de mi Padre estad preparados, porque la hora de la santa ira de Dios está cerca!. Encended vuestras lámparas con la oración y recogeos en torno a nuestra Señora y Reina; reunid pastores del hogar vuestro rebaño y clamad al cielo para que los días que se aproximan los podáis sobrellevar con la fe y confianza en nuestro Padre y nada ni nadie os pueda derrumbar.


Ejército Militante: Necesito soldados fortalecidos en la fe y con experiencia en el combate espiritual, para que se integren a los ejércitos de mi Padre. Ellos serán los que en vuestro mundo llamáis soldados profesionales y conformarán junto con Arcángeles y Ángeles de la milicia celestial otro frente de batalla. Nuestra Señora y Reina nos guiará a la victoria y comandará conmigo los ejércitos celestiales y terrenales y todos juntos al grito de batalla: QUIEN ES COMO DIOS, NADIE ES COMO DIOS, derrotaremos de la faz de la tierra toda fuerza del mal.


Preparaos pues ejército militante; colocaos la armadura espiritual completa dada a nuestro hermano Enoch porque ya el combate espiritual ha comenzado.


ARMADURA ESPIRITUAL COMPLETA


Inicio: Por la señal de la Santa Cruz.

Sellamiento con la Sangre del Señor – Oración.

1. EFESIOS 6.10.18 ARMADURA ESPIRITUAL COLOCARSE A MAÑANA Y NOCHE COMO UN SOLDADO QUE VA AL CAMPO DE BATALLA.
2. SALMO 91 A MAÑANA Y NOCHE
3. ROSARIO A LA VIRGEN CON LOS MISTERIOS QUE CORRESPONDEN A CADA DÍA Y LAS LETANÍAS. UNIDOS A LA TRINIDAD SANTA, AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, A SAN MIGUEL, GABRIEL, RAFAEL, ANGEL DE LA GUARDA Y A LA MILICIA CELESTIAL Y TERRENAL.
4. CUMPLIMIENTO DE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS (REPASAR TODAS LAS NOCHES PARA HACER BUENAS CONFESIONES).
5. ESTAR EN GRACIA DE DIOS (CONFESIÓN Y COMUNIÓN)
6. COMUNIÓN ESPIRITUAL
7. ROSARIO Y CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
8. PALABRA DE DIOS PARA REPELER LOS ATAQUES DEL ENEMIGO (VER MENSAJE EN LA PÁGINA DEL BUEN PASTOR DE FECHA FEBRERO 21 DE 2011).
9. ORACIÓN DE LA CORAZA DE LA SANGRE DEL REDENTOR.
10. EXORCISMO DE SAN MIGUEL DADO AL PAPA LEÓN XIII
11. ORACIÓN DE COMBATE DE SAN MIGUEL
12. CONSAGRACIÓN A SAN MIGUEL (VER MENSAJE DEL BUEN PASTOR DE FECHA FEBRERO 25 DE 2011).
13. CONJURO DE LOS SANTOS ÁNGELES
14. ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA
15. ORACIÓN DE PROTECCIÓN PARA LOS ATAQUES MENTALES CON LA SANGRE DEL SEÑOR.
16. ROSARIO DEL BUEN PASTOR.


Hermanos, me encuentro espiritualmente entre vosotros pero después del aviso y milagro me veréis; vengo a preparar la milicia terrenal para el gran combate espiritual. Estad pues listos desde ahora para que cuando os llame podáis integraros al victorioso ejército celestial. Gloria y alabanza al Señor de los ejércitos. Gloria y alabanza al Señor de señores. Gloria y alabanza al Dios de dioses y Señor de la vida. Quién es como Dios, nadie es como Dios. Que la paz de mi Padre permanezca en vosotros. Vuestro hermano Miguel. Príncipe de la milicia celestial.


Dad a conocer los mensajes del cielo, hombres de buena voluntad.
Próximamente enviaré mensaje con las oraciones de la Armadura espiritual.



VENID A MIS SANTUARIOS Y REZAD CONMIGO MI SANTO ROSARIO Y HARÉ DE VOSOTROS CRIATURAS NUEVAS

MAYO 8 DE 2012 – 1:30 P.M.

LLAMADO DE MARÍA SANTIFICADORA ALTO DE GUARNE ANTIOQUIA

Amadísimos hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros.


Hijitos, en este mes quiero que me acompañéis con más fervor y que recéis conmigo mi santo rosario, pidiendo muy especialmente por la conversión de los pecadores que hay en vuestra familia y por los pecadores del mundo entero. Quiero hijitos míos, rescatar a muchas almas y traedlas a la conversión, para que cuando llegue el aviso puedan atender al llamado de Dios y no se pierdan. Deseo pues hijitos míos, que la prioridad de mi santo rosario, sea por el rescate de tantas almas que yacen en la oscuridad de este mundo, vagando como sombras errantes sin amor y sin Dios.


Os hago un llamado, legiones que lleváis mi nombre, ejército militante, para que intercedáis conmigo ante la Trinidad Santa, pidiendo también por la conversión de los habitantes de vuestra ciudad, de vuestro país y del mundo entero. El poder que tiene el rezo de mi santo rosario en cadena a nivel mundial, romperá toda atadura y toda barrera que mi adversario está colocando para impedir la conversión de las naciones. Cuento pues hijitos míos con vuestra oración, porque quiero ofrecerle a mi Padre como ofrenda la conversión de muchas almas para consolarlo por el dolor tan grande que siente al saber que la inmensa mayoría de la humanidad le ha dado la espalda por seguir el camino ancho que conduce a la perdición eterna.


Hijitos, estoy derramando bendiciones de sanación física y espiritual en cada santuario mariano; quiero que me visitéis y comprobéis el amor que os tiene vuestra Madre. Venid a mis santuarios y rezad conmigo mi santo rosario y haré de vosotros criaturas nuevas. Mi Padre me ha concedido la gracia de transformar muchos corazones y de rescatar a muchas almas perdidas que se acerquen con fe y devoción a visitarme. Grandes indulgencias recibirán todos aquellos que vengan a mis santuarios y oren conmigo.


Venid ovejitas descarriadas y no temáis; vuestra Madre os ama y no os hará ningún reproche, dejadme transformar vuestros corazones, dejadme enderezar vuestras vidas; sabed que a vuestro Padre y Madre celestial lo que más les interesa es la salvación de vuestras almas. Acordaos ovejitas descarriadas que a mayor pecado, mayor será también la misericordia de Dios, si venís arrepentidas y con corazones contritos y humillados.


Acercaos pues hijitos indóciles y no tengáis miedo, os estoy esperando en mis santuarios, para daros mi amor e interceder por vosotros y por vuestras familias, para que mañana podáis alcanzar el gozo de la vida eterna. Que la paz de Dios os acompañe y mi protección maternal os asista. Vuestra Madre. María Santificadora.

Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.


Llovía torrencialmente al recibir este mensaje, pero la Virgen amorosamente nos cubrió con su manto maternal de niebla, y todo era paz



¡REBAÑO MÍO, NO TEMÁIS, MIS ÁNGELES OS MARCARÁN EN LA FRENTE CON LA SEÑAL DE MI CRUZ (LA TAU)!

Mayo 02 / 2012 8:55 a.m.


LLAMADO URGENTE DE JESÚS DE NAZARETH A SU REBAÑO

Ovejas de mi grey, paz a vosotras.

Rebaño mío, no temáis, mis Ángeles os marcarán en la frente con la señal de mi cruz. (La Tau) Así, cuando de la orden a mis Ángeles justicieros de exterminar a todos los malvados, éstos no tocarán a los que tengan la señal de la cruz en la frente. (Ezequiel 9. 4, 5,6).


Os lo repito de nuevo, si permanecéis unidos a Mí, como el sarmiento a la vid, nada os pasará y nada debéis temer, porque yo seré vuestra luz y salvación; yo seré vuestro refugio y amparo en aquellos días; seré la fortaleza de vuestras vidas. Si vuestros enemigos os asaltan para destrozaros, serán ellos los que tropiecen y sucumban. (Salmo 27. 1, 2) Sé fuertes rebaño mío, y confiad en el Señor. Que no se turbe vuestro corazón por los días que se os aproximan; permaneced en mi amor y todo se irá dando conforme a la voluntad de mi Padre.


Después del aviso y milagro el trigo será separado de la cizaña y comenzará la batalla final por vuestra libertad. De nuevo os digo, tened confianza en el Señor y cuando os sintáis temerosos decid: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?. (Romanos 8.31) Cuando os sintáis atribulados decid como mi Pablo: Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece. (Filipenses 4.13) Animo pues rebaño mío, no desfallezcáis ni perdáis la fe y la esperanza, porque vuestra prueba es nada comparada con la gloria que os espera en la Jerusalén celestial. ¡Adelante pueblo mío, que nada os robe la paz!.


Rebaño mío, antes de que comience la batalla final por vuestra libertad, seréis marcados por mis Ángeles en la frente con la Tau, es la misma cruz que le di a mi amado Francisco de Asís; por eso os pido que desde ya la llevéis colgada en vuestro cuello junto con el rosario de mi Madre, porque es una gran armadura espiritual que os protegerá de los ataques de los espíritus malignos y sus agentes terrenales. Simbólicamente con la Tau, haceos la señal de la cruz en vuestra frente a mañana y noche y hacedla extensiva a vuestra familia, y a medida que la hacéis decid: Que el Señor nos bendiga y guarde; nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros; vuelva su mirada a nosotros y nos conceda la paz.


Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca. Soy vuestro Maestro y Pastor, Jesús de Nazareth.


Dad a conocer mis mensajes, ovejas de mi grey.



¡MUY PRONTO LLEGARÉ COMO LADRÓN EN LA NOCHE Y A MUCHOS ENCONTRARÉ DORMIDOS!

ABRIL 27 DE 2012 – 8:45 A.M.

Hijos míos, paz a vosotros.


Los días de la gran prueba se están acercando, ¡oh humanidad, no queréis acogeros a mi misericordia, seguís dándole la espalda a mis llamados, preferís el camino ancho y espacioso que lleva a la muerte eterna; que esa sea pues vuestra paga!. Muy pronto llegaré como ladrón en la noche y a muchos encontraré dormidos. Ya no van a poder despertar de nuevo a este mundo, ya no van a tener tiempo de arrepentirse, porque lo dejaron todo para lo último, incluyendo su salvación.


Después de mi pentecostés comenzarán a cumplirse cada una de mis palabras escritas para estos últimos tiempos. Preparaos para la venida de mi Santo Espíritu, haced una buena preparación para este pentecostés que se aproxima, para que mi Espíritu os de la fortaleza, la templanza, y todas las gracias que necesitáis para poder enfrentar los días de prueba que se os avecinan. Estad pues listos rebaño mío, porque después de mi pentecostés todo comenzará a cumplirse conforme a los designios de mi Padre. Os digo que una señal grande se os dará en el cielo para que os preparéis para la llegada de mi aviso; todos los acontecimientos se han acelerado por la maldad de los hombres de estos últimos tiempos. Por eso hijos míos, debéis de estar orantes y vigilantes, porque no sabéis el día, ni la hora, en que llegará vuestro amo. Cuando menos lo penséis estaré tocando a la puerta de vuestras almas, para mostraros el estado en que se encuentran con respecto a vuestro Dios y vuestros hermanos.


Haced buenas confesiones de vida os lo pido hijos míos; recibid con mayor frecuencia mi cuerpo y mi sangre, para que cuando os presentéis espiritualmente ante Mí, podáis ser justificados y no tenga vuestra alma que sufrir los padecimientos que sufren las almas del purgatorio y las almas que se condenan. Porque bien sabéis que vuestra alma será llevada al lugar que le corresponde según sus faltas. Visitadme en el Sagrario, porque estoy derramando abundantes bendiciones a todos aquellos que se acerquen a platicar conmigo. Estoy sanando corazones heridos y maltratados y concediendo indulgencias plenarias que os servirán para borrar vuestras faltas y limpiar vuestra alma. Acordaos que estoy por partir para que se cumpla todo lo que está escrito para estos últimos tiempos; de nuevo nos volveremos a ver en mi nueva y celestial Jerusalén donde estaré ya con vosotros hasta la consumación de los tiempos.


Venid pues, porque la fuente de mi misericordia se está derramando más abundantemente en estos días; venid porque quiero atraeros a Mí, para que podáis gozar mañana de la vida eterna. Haced mis primeros viernes y mi hora santa; ofrecedlo todo por la sanación de vuestro árbol genealógico y por vuestros familiares difuntos y antepasados y veréis grandes cambios en vuestra heredad y en vuestras vidas. Ayudadme a rescatar con vuestras oraciones, ayunos, sacrificios, y santas misas a las almas más necesitadas de mi misericordia; no solo a las que yacen en la eternidad, sino también a las que vagan por este mundo sin Dios y sin ley. Acordaos que respeto vuestro libre albedrío y todo lo hago dependiendo de vuestras oraciones y súplicas. Os estoy esperando en el silencio de mi sagrario; yo soy el tesoro escondido que andáis buscando; yo soy vuestra salvación. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca. Soy vuestro Jesús Sacramentado. El amigo que nunca falla.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís