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MIL MÁXIMAS DE DON BOSCO - ENTREGA 12


MIL MÁXIMAS DE DON BOSCO




PECADO

695 Cuando uno no está bien con Dios, tampoco podrá tener paz consigo mismo, y mucho menos estará en paz con los demás. (XVII, 113).

696 Dos cosas temo: el pecado mortal que da la muerte al alma y la muerte corporal que sorprenda a quien se encuentra en desgracia de Dios. (VI, 75).

697 El más grande enemigo de Dios es el pecado. (XVIII, 863).

698 Insiste en que se confiesen con frecuencia. Este es el medio más seguro para tenerlos lejos del pecado. (II, 152).

699 Cuando estáis desocupados, estáis en un gravísimo peligro de caer en pecado. (III, 608). 700 Por un solo pecado mortal se merece el infierno. ¿Qué sería de ti si murieses en ese estado?. (IV, 55).

701 Vale más no seguir viviendo, que pecar. (V, 637).

702 No se admita a la Comunión diaria a los que manifiesten afecto al pecado venial. (VI, 430).

703 La verdadera causa de todos los males es el pecado. El pecado hace infelices a pueblos enteros.(VI, 470).

704 Tolera cualquier cosa con tal de impedir un pecado. (VII, 524).

705 La experiencia enseña continuamente que aquellos que se mantienen alejados del pecado, son los que más adelantan en sus estudios. (VII, 817).

706 Huid del pecado como de vuestro más grande enemigo,y huid también de la ocasión de pecar, es decir, de las malas conversaciones que son la ruina de las buenas costumbres. (X, 769).

707 El corazón del joven que vive en estado de pecado, es como el mar en continua agitación. (XII, 133).

708 Es una locura buscar la felicidad lejos de Dios. (IX, 567).

709 El medio más eficaz para asegurarse el perdón de los pecados y conseguir la vida eterna, es la caridad hacia los niños pequeños. (XVIII, 622).

710 De Don Bosco se decía que lo único que pretendía de sus jóvenes era que no cometieran pecado, por lo demás, los dejaba gritar, cantar y saltar. (Sm. 183).


PENITENCIA

711 Sin penitencia no se puede conservar la inocencia. (XVII, 727).

712 Con pequeñas mortificaciones se vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).

713 Decídete, pues, a servir al Señor y haz penitencia; no esperes para cuando ya no sea tiempo. (BAC. 693).

714 No dejar nunca la penitencia para la vejez, cuando las fuerzas ya no lo acompañan a uno. (II, 362).

715 La penitencia que el Señor quiere de ti es tu obediencia. (V, 209).

716 ¿Queréis que os recomiende una manera fácil de hacer penitencia, adaptada a vuestra edad y condición?. Os sugiero un ayuno que todos podéis hacer: esto es, cuidar vuestro corazón y vuestros sentidos. Haced ayunar al demonio no cometiendo ningún pecado. Atended los sentidos externos. Haced ayunar a vuestros ojos. (XII, 143).

717 Podéis hacer alguna mortificación soportando con paciencia ciertas contrariedades, un poco de calor o un poco de frío, sin lamentarse. (XII, 144).

718 Muchas veces la mejor penitencia consiste en observar el horario. (XIII, 89).

719 Es un grave error creer que la penitencia tienen que practicarla únicamente los pecadores. La penitencia es necesaria también para conservar la inocencia. (XVII, 726).


PIEDAD

720 El Sagrado Corazón de Jesús es la fuente de todas las bendiciones y de todas las gracias. (D.Bosco).

721 Cada mañana la meditación; a lo largo del día una visita al Santísimo Sacramento, y tendrás la unión perfecta con Dios. (VII, 524).

722 Si rezamos, de dos granos nacerán cuatro espigas; si no rezamos, dos granos darán dos flacas espigas. (BAC. 14).

723 La devoción y el amor a María Santísima, es una gran defensa y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio. (BAC. 679).

724 Así como nuestro cuerpo se debilita y muere si no lo alimentamos, del mismo modo pierde nuestra alma su vigor si no le damos lo que necesita: el alimento del alma es la Palabra de Dios. (BAC. 673).

725 Tanto en el juego como en la conversación, o en el cumplimiento del deber, levantad de cuan
do en cuando vuestro corazón a Dios y ofrecedlo todo a su mayor honra y gloria. (BAC: 682).

726 Con el recogimiento y con la comunión frecuente se conserva la vocación y se forma un verdadero eclesiástico. (I, 460-493).

727 Frecuente comunión y confesión, son las armas con las cuales se obtiene una completa victoria contra el demonio. (III, 217).

728 La Comunión frecuente es la gran columna que sostiene en alto el mundo moral y material, a fin de que no caiga en ruinas. (VI, 583).

729 Si el alimento del cuerpo se debe tomar todos los días, ¿por qué no el alimento del alma?. (VII, 697).

730 La Comunión frecuente y devota es el mejor medio para conseguir una santa muerte y salvar el alma. (IX, 14).

731 Con la Comunión frecuente os haréis muy queridos a Dios y a los hombres,y María Santísima os concederá la gracia de recibir los Santos Sacramentos al fin de la vida. (XVII, 271).

732 Sólo con la oración constante y la Comunión frecuente se podrá redimir tanto mal y se podrá evitar el infierno. (XVIII, 285).

733 Todo es vanidad, excepto amar y servir a Dios, ¿Cuándo te resolverás a entregarte del todo al Señor?. (P.M.L.).

734 Aprende a rezar mejor y recuerda: el que reza, se salva y quien no reza, se condena. (P.M. 9).

735 Todos tienen necesidad de la Comunión: los buenos para conservarse buenos, los malos para hacerse buenos. (XII, 567).

736 Si con el dinero se obtiene todo, con la oración también se consigue todo y se triunfa en todo. (XV, 492).

737 La oración es la más poderosa cooperación. (XIV, 672).

738 Las pequeñas asociaciones religiosas son la clave de la verdadera piedad, el sostén de la moralidad y la semilla de las vocaciones eclesiásticas y religiosas. (XII, 26).

739 El pequeño clero, la Compañía de San Luis, del Smo. Sacramento, de la Inmaculada Concepción, sean recomendadas y promovidas. Demuestra benevolencia y satisfacción hacia aquellos que están inscriptos, pero tú sé sólo promotor; considera tales cosas como obra de los jóvenes, cuya dirección está confiada al Catequista. (Manual del Director, 184.5).

740 Prestemos de buena gana cualquier ayuda en el servicio religioso, lo mismo en la predicación, como para celebrar misas para comodidad del público, y escuchar confesiones siempre que la caridad y los deberes del propio estado lo permitan, especialmente a favor de la Parroquia en cuyos límites se encontrará nuestra Casa. Pero no asumáis cargos que impliquen ausencia del establecimiento o puedan impedir el cumplimiento del propio deber. (M. del
Director, 185-6).

741 Para salvar almas, vale más una onza de piedad que mi les de arrobas de ciencia. (XIII, 438).


POBREZA

742 Economícese en todo, pero a los enfermos no les falte nada. Por otra parte, hágase notar a todos que hemos hecho voto de pobreza; por esto no debemos tener y menos desear comodidad en cosas superfluas. Debemos amar la pobreza y los compañeros de la pobreza. Así pues evitad todo lo especial, lo no absolutamente necesario, en los hábitos, en los libros, en el mobiliario, en los viajes, etc. (Manual del Director, 189-90).

743 ¿Podría faltaros la Divina Providencia?. ¡En un solo caso!. Seremos indignos, si derrochamos el dinero, cuando se enfría en nosotros el espíritu de pobreza, a esa hora, las cosas comenzarán a andar mal. Porque no cumplimos las obligaciones impuestas por nuestra vocación. (XII, 79).

744 Procurad que ninguno pueda decir: esta prenda no es señal de pobreza. Esta mesa, este hábito, esta alcoba, no es de pobre. Quien dé motivos justificables de que se digan tales cosas, causa un desastre a nuestra Congregación, que debe siempre gloriarse de observar la pobreza. (XVII, 271).

745 Cuando comiencen entre nosotros las comodidades y los lujos, nuestra Sociedad habrá terminado su finalidad. (XVII, 272).

746 Amad la pobreza si queréis conservar en buen estado las finanzas de la Congregación. (XVII, 258).

747 No es justo que coma el pan de los pobres quien no lo es. (V, 191).

748 Un vestido y un trozo de pan deben bastar a un Religioso. (X, 1098).

749 Procurad que el mundo conozca que sóis pobres en el comer, en el vestir y en las habitaciones, y seréis ricos ante Dios y os adueñaréis de los corazones de los hombres. (Recuerdos a los primeros misioneros, XI, 393).


PREDICACIÓN

750 La juventud tiene necesidad y desea escuchar la Palabra de Dios, pero la predicación hágase con esmero para que
no resulte ni pesada ni aburrida. (II, 389).

751 La prédica más eficaz es el buen ejemplo. (IV, 753).

752 Para hacer bien al pueblo no se requieren cosas sublimes o extraordinarias, sino que el pueblo sepa entender, pueda
captar lo que el predicador dice. Si lo comprende se contenta, si no entiende, se aburre. (II, 229).

753 Si quieres agradar y hacer el bien predicando a los niños, es necesario aportar ejemplos, parábolas, comparaciones; lo importante es que las narraciones vayan bien expuestas y bien detalladas; saber descender a las más pequeñas
circunstancias. (II, 340).

754 Mi único afán al predicar y escribir fue siempre el hacerme entender de todos, ya sea en la exposición, como en el
uso de las frases más sencillas y conocidas. (IV, 649).

755 Algunos estudiantes me preguntan las normas para llegar a ser buenos oradores sagrados. He aquí mi respuesta:
conversar mucho con el Señor, estudio y meditación, frecuentar buenas y doctas compañías. (V, 926).

756 Cuando uno sube al púlpito para predicar, sea siempre con el fin de inducir a una buena confesión. (VI, 903).

757 El verdadero orador sagrado no imite la elocuencia según la sabiduría del mundo, sino hable según el espíritu de
Dios. (IX, 24).

758 En vuestras predicaciones procurad hablar sobre la muerte. Hablad y recordad a todos que no somos dueños de
nuestra vida. Dios es el único Señor. (XVII, 178).

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