Por Gabriel Ariza
España: Un país que arroja por las alcantarillas los cuerpos troceados y descuartizados de decenas de miles de bebés mientras se hace llamar “Estado de derecho”.
La imagen, durísima, que ilustra este artículo, debe hacernos reaccionar. Las conciencias de los católicos en nuestro país están completamente adormecidas. Asustadísimos por la posibilidad de que se constituya un frente popular en España, nadie toma partido ya en política por defender al no nacido. Los partidos que abogan por defender la vida no han sumado ni 100.000 votos en toda España en las elecciones del pasado domingo. ¿Qué economía puede mejorar si los camposantos están regados con la sangre de los mártires de la indiferencia de occidente, los mártires del estado del bienestar, los mártires de la mal llamada liberación sexual.
El ministerio de Sanidad ha dado a conocer este martes el número de la vergüenza: 94.796 fetos no vieron más luz que la de la camilla del quirófano mientras un fórceps les arrancaba del vientre materno. 94.796 asesinatos que pesan en la conciencia de los miembros del gobierno del Partido Popular que han bendecido, con su inacción, la ley del aborto que reconoce más protección jurídica a los percebes de las costas gallegas que a los seres humanos en la primera fase de su desarrollo.
Y los pronósticos para el año que termina el próximo jueves no son más alentadores. Las clínicas de la muerte, los establecimientos que hacen negocio con el descuartizamiento de niñitos indefensos, volverán a cerrar en números negros. En un estado de derecho que tuviera la dignidad de llamarse de tal modo esos nuevos mengeles que aplican sus conocimientos de medicina para aplicar la pena de muerte verían su vida pasar desde el frío suelo de una celda sin ventanas. En España conducen coches caros y visten trajes de etiqueta mientras los católicos, al salir de Misa, depositan en la urna su voto con la papeleta de PP, PSOE o Ciudadanos…
Que Dios nos perdone, porque todo apunta a que el día del juicio le será más llevadero a Tiro y a Sidón que a esta sociedad enferma.
FUENTE: infovaticana.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario