El primer sacerdote católico en recibir los estigmas nació el 25 de mayo de 1887.
(San Francisco de Asís no fue sacerdote sino diácono).
Francesco Forgione era el hijo de Grazio y Giuseppa .
Y Pietrelcina, donde su nacimiento, era una remota aldea en el sur de Italia.
El 10 de agosto de 1910, a la edad de veintitrés años, el Padre Pío fue ordenado sacerdote.
CRONOLOGÍA DEL PADRE PÍO
Veamos la cronología de su vida para ubicarnos en su trayecto a la santidad.
1887 – 25 de mayo: Nace en Pietrelcina, Italia
1903 – 6 de enero: A la edad de 15 años, entra en el noviciado franciscano (OFM Cap.) en Morcone a 30 kms de Petrelcina.
1904 – 22 de enero: profesa como franciscano capuchino
1910 – 10 de agosto: Ordenación sacerdotal en Benevento
1918 – 20 de septiembre: Recibe los estigmas (las heridas de Cristo)
1923-1933: Se le prohibió celebrar misa en público y la comunicación con sus hijos espirituales; víctima de la calumnia
1947: Comienzan los grupos de oración del Padre Pío
1956 – 5 de mayo: Inauguración de la casa ” Alivio del Sufrimiento”
1968 – 23 de septiembre: Fallece en San Giovanni Rotondo
1998 – 21 de diciembre: Reconocimiento de su primer milagro
1999 – 2 de mayo: Beatificación
2001 – 20 de diciembre: Reconocimiento del segundo milagro
2002 – 16 de junio: Canonización en el Vaticano.
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Casa de la Familia del Padre Pio en Pietrelcina |
LA VIDA DE FRANCESCO FORGIONE
Francesco creció en una calle sinuosa, en una casa de un solo cuarto, con un implacable calor.
Sus padres eran simples, gente de agricultura, eran trabajadores incansables.
Y se ganaban la vida labrando unas pocas hectáreas que estaban situadas a treinta minutos al pie de su aldea.
En su parcela, tenían una casa de piedra, donde se almacenaban las cosechas, y también allí dormían durante el tiempo de la cosecha.
Llevaban una vida equilibrada, donde el trabajo duro y la observancia religiosa iban de la mano.
Después de un duro día de la siembra de cultivos, la familia Forgione recitaba el rosario todas las noches, sin falta.
Ellos ayunaban de carne tres días a la semana, en honor de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Los padres y los abuelos de Francesco no sabían leer, pero memorizaban la Sagrada Escritura.
Y como parte de la vida cotidiana, decían las historias de la Biblia a los niños.
Su madre, conocida como Mamma Peppa, siempre fue descrita como muy suave, y había una gran calidez y ternura entre ella y su pequeño hijo, a quien había llamado como Francisco de Asís.
Cuando era un niño pequeño, sus familiares y vecinos de la aldea no lo señalaban por ser muy diferente.
Pero décadas más tarde en su vida, San Pío, recordó cómo tuvo visiones de la Virgen cuando tenía meramente cinco años de edad.
En ese momento, él no mencionó las visiones de la Virgen, ni escribió acerca de ellas.
El Francesco pensativo, alerta, y de ojos pequeños y brillantes, de cinco años de edad, creía que las visiones de la Madre de Dios eran algo normal en la infancia.
Y no se creía extraordinario porque ella lo visitara en persona.
Era una época en que la gente realmente creía en los sobrenatural.
LA VOCACIÓN DE FRANCESCO
Algunos han sugerido que él pensó en convertirse en franciscano porque lleva el nombre de San Francisco.
Pero en realidad, cuando tenía alrededor de diez años de edad, se sintió atraído por los capuchinos, después de ver a un fraile joven, Fr. Camillo, que paseaba por Pietrelcina pidiendo limosna.
Fr. Camilo tenía una relación especial con los niños del pueblo, y él siempre les daba pequeños regalos de medallas, estampas y castañas.
El joven Francesco seguía al fraile como los demás niños, pero llamaba su atención la larga barba de Fr. Camillo.
Pío declaró más tarde, que ‘nadie podía quitarme mi deseo de ser un fraile barbudo’.
EL COSTEO DE SU CARRERA
Sus padres recibieron la noticia de su vocación con alegría.
Pero también con una firme determinación de que estaban comprometidos a hacer muchos sacrificios para mantener al joven Francesco en el seminario.
En ese momento en Italia, el gobierno proveía sólo tres años de educación primaria.
La familia Forgione tendría que encontrar una manera de pagar por educación privada para Francesco.
Para que él estuviera lo suficientemente educado como para ser aceptado para la formación sacerdotal.
Pero la familia no tenía suficientes liras.
Grazio, el padre de San Pío, dijo que tendría que ’emigrar o robar’.
En 1899, Grazio viajó en un barco con destino a Brasil, pero cuando llegó se encontró con que las oportunidades de empleo eran pocas, y que iba a tener que pedir dinero prestado para regresar a Italia.
Esto sin duda fue una decepción exasperante, pero impávido, Grazio hizo planes para emigrar de nuevo.
Y esta vez cruzó el océano a los Estados Unidos, donde encontró trabajo en una granja en Pennsylvania.
Su empleador notó la amplia experiencia de Grazio en la agricultura, y lo nombró supervisor de otros peones.
Grazio enviaba dinero a casa para la educación de su hijo.
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Pero tenía una preocupación creciente de que el joven Francesco pasaba horas y horas rezando en la capilla, y estaba descuidando sus lecciones escolares.
Sus padres no desaprobaban su piedad, pero le dijeron que no siguiera así porque no estaba concentrado lo suficiente para los exámenes escolares.
Le recordaron que su padre había dejado la granja familiar y estaba haciendo trabajo agrícola extenuante en Estados Unidos con la intención de financiar su educación.
Con el tiempo, Francesco consiguió el equilibrio adecuado, y se centró en los tres aspectos de su vida, la oración, el trabajo de la granja y el estudio.
Vitral en la Basílica del Padre Pïo en San Giovanni Rotondo
EL NOVICIADO
En enero de 1903, Francesco estaba a punto de comenzar su noviciado, en el convento de los Capuchinos de Morcone.
Tenía sólo quince años, y encontró la experiencia de dejar a su madre muy dura, era como un ‘martirio interior’.
Y más tarde dijo que sintió que sus huesos estaban siendo aplastados.
Su madre tenía angustia también, ella dijo, ‘mi corazón está sangrando, pero San Francisco te ha llamado’.
Al llegar al convento, la primera persona que encontró fue a Fr. Camillo que dijo ‘¡bravo!’ al verlo.
Después que estuvo allí dos semanas, tomó el hábito de la Orden de los Frailes Menores y tenía un cordón blanco atado a la cintura.
Ya no era conocido como Francesco, sino que se le dio el nombre de Pío.
Para el resto de su vida, San Pío celebraría el 5 de mayo, la fiesta de San Pío V, como su ‘onomástico’, una ocasión de celebración a la par de un cumpleaños.
Como novicio, San Pío, adoptó el estilo de vida estricta de un fraile.
Y era un novicio ejemplar por la forma humilde pero intachable de realizar penitencias, ayunos y los silencios impuestos.
Durante el otoño de su noviciado, su padre llegó a casa desde América para una visita, y junto con su madre visitaron Morcone.
Estaban en un shock cuando vieron a un Pio excesivamente delgado, quien había adquirido la costumbre de pasar sus raciones de pan a los otros frailes.
Ante el reproche, su hijo se mantuvo en silencio y mirando al suelo.
El Padre Guardián tuvo que animarle a hablar, y sólo entonces se dio la charla libremente con sus padres.
En otra ocasión, el Superior del Convento anunció a su madre:
‘Su hijo es demasiado bueno; no podemos encontrar ninguna falta en él’.
Dos fenómenos místicos se asociaron con el Padre Pío durante su noviciado.
Un día, su maestro de novicios le dijo de no recibir la Santa Comunión.
Pio, según los informes, estuvo a punto de morir, porque no se le permitía recibir la Eucaristía.
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Y cuando el maestro de novicios cedió y le dio permiso, Pio revivió.
El segundo fue que testigos clave observaron que tenía ‘el don de las lágrimas’.
Ellos encontrarían a Pio en la capilla, ante un crucifijo, llorando tan profusamente que un testigo dijo: ‘el suelo se tiñe’.
Finalmente, el largo año de su noviciado terminó, y en enero de 1904 emitió los votos temporales de pobreza, castidad y obediencia, que durarían tres años.
SUS ESTUDIOS PARA EL SACERDOCIO
Es preciso decir que pasó los siguientes seis años estudiando para el sacerdocio.
Pero al igual que la calle donde se crió, el viaje de San Pio al sacerdocio sería un camino duro con muchos giros y vueltas.
En ese momento, el gobierno había suprimido las órdenes religiosas en Italia y como resultado directo no había monasterio designado que proporcionara una educación de seminario completa.
En su lugar, Pío viajó hacia cinco comunidades diferentes.
Después de tres años de itinerancia entre conventos, y a la edad de diecinueve años, Pío hizo su Profesión Solemne en enero de 1907, cuando se comprometió a vivir toda su vida imitando el ejemplo de San Francisco.
Los primeros tres años de estudio para el sacerdocio fueron exitosamente completados.
Pero los tres últimos años fueron una época de graves problemas de salud y la incertidumbre dolorosa se cernía como la sombra de la parca.
Porque no pasó mucho tiempo después de haber tomado sus votos permanentes de pobreza, castidad y obediencia, que empezó a sufrir fiebres altas y bronquitis.
Él fue enviado con frecuencia a casa en Pietrelcina para la convalecencia, y podía volver a la vida religiosa cuando mostrara signos de mejoría.
Pero en 1908, se le dio el diagnóstico de tuberculosis, y se le informó que sólo tenía unos pocos meses de vida.
Otros dos médicos desestimaron el diagnóstico de tuberculosis, pero sí confirmaron la bronquitis crónica, que se agravó debido a los ayunos extremos de Pio.
Pero Pío también fue golpeado con un punzante dolor de estómago y debilitantes episodios de vómitos, que tuvieron una gran mella en su fuerza.
Él había recibido permiso para estudiar para el sacerdocio en Pietrelcina.
Sin embargo, durante este período de enfermedad grave, Pio a menudo estaba tan convencido de que su muerte era inminente, que empezó a dudar si iba a ser ordenado.
La regla era que un seminarista tenía que tener veinticuatro años antes de ser consagrado al sacerdocio.
En su caso se hará una excepción, y a la edad de veintitrés años, el 10 de agosto de 1910, fue ordenado sacerdote por el Arzobispo Paolo Schinosi en la Catedral de Benevento, y se convirtió en ‘Padre Pío’.
Casi 92 años más tarde, el 16 de junio de 2002, Juan Pablo II canonizó ‘al simple fraile que reza’.
Pero hasta el día de hoy todavía se le conoce cariñosamente como ‘Padre Pío’.
SUS DONES EXTRAORDINARIOS
El Padre Pío tuvo relgalos de dones extraordinarios.
Discernimiento Extraordinario: Tenía la capacidad de leer los corazones y las conciencias.
Profecía: Era capaz de anunciar eventos del futuro.
Curación: Curaciones milagrosas atribuidas a través del poder de la oración.
Bilocación: Era capaz de estar en dos lugares al mismo tiempo.
Perfume: La sangre de sus estigmas olía a flores.
Lectura del alma: Le decía a los penitentes sus pecados antes que ellos los confesaran.
Estigmas: las llagas de la pasión de Cristo en su cuerpo.
Una multitud de peregrinos iba a verlo y también recibía muchas cartas pidiendo oración y consejo.
Los médicos que estudiaron los estigmas del Padre Pío no fueron capaces de curar sus heridas o dar una explicación para ellas.
Calcularon que perdía una taza de sangre todos los días, pero sus heridas nunca se infectaron.
El Padre Pío decía que eran un regalo de Dios y una oportunidad de luchar para ser más y más como Jesucristo Crucificado.
Su beatificación tuvo la mayor asistencia en la historia.
La plaza de San Pedro y sus alrededores no fueron capaces de contener a la multitud que asistió a su beatificación.
El Padre Pío es un poderoso intercesor.
Sus reliquias viajan por el mundo entero y mucha gente le reza para pedir favores y para agradecerle los concedidos.
Sus milagros continúan multiplicándose hoy.
FUENTE: forosdelavirgen.org