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DE LA AUTORA

LA CRUZ INTERNA QUE DESGARRA A JESÚS Y QUE NADIE VE.



Estimados hermanos y hermanas quiero recordarles del pedido de Jesús en el capítulo CXVII AUXILIOS PREVENTIVOS del libro “A Mis Sacerdotes” de Concepción Cabrera de Armida:


“Quiero que en cada misa se renueve con la mente el ofrecimiento por mis sacerdotes caídos o en peligro de caer. Necesitan mucho mis sacerdotes de auxilios preventivos”.


Jesús quiere que no solo los sacerdotes necesitados las pidan, sino que haya almas consagradas a pedir esas gracias preventivas.

El mismo explica: ¿qué es lo que puede arrancar las gracias para los sacerdotes, las preventivas, que son tan indispensables y que tan poco se piden?  El ofrecimiento del Verbo al Padre, mi Sangre y mis méritos.  ¿Pero saben qué principalmente? Los dolores íntimos de mi Corazón, dolores que dediqué en mi vida mortal y ahora dedico místicamente en favor de mis sacerdotes amados”.

Es muy muy triste, pero Jesús nos revela que los sacerdotes y las almas escogidas infieles son las que forman la cruz interna que Lo desgarra en silencio sin que nadie la vea; que es la cruz dolorosa y cruel de las ingratitudes, desprecios, deslealtades, de los horrendos pecados de los que son Suyos.

¿Sin embargo qué hace Jesús, su víctima divina y humana?  Ofrece esos mismos internos e intensos dolores al Padre en favor de sus sacerdotes, que son como pedazos de Su Corazón herido por sus crímenes y los pone como incienso y los quema ante su Padre, por su bien.

Por favor queridos sacerdotes tengan misericordia, dense cuenta de cuánto los ama el Señor, cuánto sufre interna y calladamente por sus deslealtades, desprecios, infidelidades.

Por ustedes, a quienes llamó como a Pedro, Juan, Santiago… agoniza con la cruz interna que lo traspasa y que nadie ve y que muchos no lo saben ni lo agradecen.

¡Cuánto los ama Jesús!  Los ama tanto que tiene celos hasta del aire que respiran!

UNÁMONOS AL EJERCITO DE ESAS ALMAS CONSAGRADAS A PEDIR ESAS GRACIAS PREVENTIVAS QUE JESÚS TANTO DESEA PARA SUS SACERDOTES.


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