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EL ORGULLO Y LA SOBERBIA - DE MARINO RESTREPO -

El elemento del orgullo, que es precisamente ese pecado que hierve en nosotros, que camina dentro de nosotros y que combatimos todos los días - la presencia de ese pecado es la presencia del mal y el mal es el orgullo, el templo y reino del orgullo y todo lo que contiene el elemento del orgullo -  es la presencia del maligno; entonces el orgullo trae como vestido la soberbia. Y la soberbia es nuestro más grande abismo.

Se conoce por experiencia que entre el hombre que más se educa y entre el hombre que más conoce a Dios a través de compenetrarse en Él, a través de estudiarlo en un momento dado, …  puede pretender conocerlo y, cuando el hombre pretende conocer a Dios  ¡en ese momento lo pierde! Entonces lo que hace es exactamente lo contrario: camina como si no conociera a Dios y habla como si lo conociera.

Esta contradicción es el escándalo que nosotros vivimos con más frecuencia. El sentido verdadero es que entre más aprendo yo quiere decir que más he recibido yo y más tengo para dar; y entre menos he aprendido yo quiere decir que Dios ha querido que no aprenda para que solo lo tenga a Él.

Ese sentido de la vida que solo se consigue en la humildad es el llamado de Dios a vivir Su Voluntad en el estado perfecto de la Voluntad que es: yo vivo lo que vivo porque Dios quiere que viva yo lo que yo vivo y esto que estoy viviendo es perfecto porque El quiere que lo viva porque El es la vida y Él es el único que determina lo que yo voy a vivir.

¿Qué sucede con el sacerdocio profesional, aquí donde el sacerdote no es sacerdote por vocación sino por profesión lo cual se encuentra mucho hoy desafortunadamente en la iglesia diocesana?


En en sacerdocio profesional nunca podrán atender a nadie en el día libre, si un sacerdote tiene su día libre hoy se puede morir el que quiera, puede pasar lo que quiera, pero está libre, ese día no atiende a nadie, ese día no es sacerdote porque es un profesional y está en día de descanso. Este es el sentido de la profesión, de la perdida de la vocación porque la vocación sacerdotal es que un sacerdote es sacerdote 24 horas del día, claro está que, si le dicen que descanse el lunes, pues que descanse, pero si hay una emergencia ¿entonces qué? ¿Se queda descansando? no puede ser posible porque es sacerdote 24 horas al día.


¿Cuál es la relación nuestra con Dios en nuestro compromiso, ya no sea necesariamente el sacerdote sacramental, sino en cada uno de nosotros los bautizados? El compromiso es que tengo que ser 24 horas de Dios, no puedo tener ese espacio para mí porque cual es el espacio que saco para mí, el único espacio que saco para mí es para acercarme más a Él, entonces ese espacio al final no es para mí porque es para Él ¡siempre!

Es como Jesús, ¿a qué se retiraba? A lo único que se retiraba era a unirse más al Padre porque el quería estar con el Padre, entonces lo único que uno se retira a hacer es a acercarse más a Él y no acercarse más a uno. El orgullo y la soberbia espiritual está compuesto de todo lo que yo pretendo ser porque para eliminar el orgullo y la soberbia espiritual tengo que eliminar la pretensión o sea, yo no puedo vivir de lo que sueño ser sino que yo tengo que vivir lo que vivo o sea lo que soy hoy y no lo que quiero ser.

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