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MARÍA MAGDALENA - APOSTOLA APOSTOLORUM

Su relevancia, festejada de manera litúrgica como el resto de los apóstoles.



Cada 22 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa María Magdalena, discípula y apóstol del Señor, figura histórica y bíblica. Su nombre aparece en los evangelios del Nuevo Testamento de la Santa Biblia, y es reconocida por ser una de las seguidoras más cercanas de Jesucristo.

María Magdalena fue la mujer que estuvo siempre al lado de Jesucristo antes, durante, y después de la Crucifixión. Fue además la primera persona en tener el privilegio de verle tras la Resurrección y quién dio la buena nueva al resto de los apóstoles.

María Magdalena tiene un lugar especial entre los discípulos de Jesús. Fue su gran amor para Cristo que la mantenía a los pies de la Cruz llorando desconsolada, hasta que su Salvador murió. Fue su dolor de pérdida desgarrador la que la llevó a su tumba a la primera luz del día para ungir su cuerpo.

Como recompensa por su gran amor y fidelidad, ella es la persona privilegiada a quien Jesús se apareció por primera vez el domingo de Pascua en la mañana; ella fue el primer testigo de la resurrección.


En realidad, se llamaba María (Miriam), pero se la conocía en su época por su procedencia, `la de Magdala´, una aldea junto al lago de Galilea y de ahí el gentilicio de María Magdalena.

Lo más aceptado es que se trate —apuntan los expertos— de María de Betania (la hermana de Marta y Lázaro) que se trasladó a vivir a un lugar de Galilea, sin mencionar dónde, por lo que pudiera tratarse de la pequeña aldea de Magdala, y de ahí María, la de Magdala o Magdalena, quién pasó toda su vida al lado de Jesús de Nazaret, incluso en el largo proceso que llevó a su muerte y crucifixión, cuando otros huyeron por miedo, incluso le negaron reiteradamente, como Pedro, sobre el que fundó su Iglesia. María Magdalena permaneció a su lado, siendo la primera persona a la que se le aparece el Resucitado y por tanto la portadora del mensaje más importante de la cristiandad, la Resurrección de Jesucristo a los apóstoles: ¿Cabe mayor reconocimiento?María Magdalena formó parte del grupo de los discípulos de Jesús, lo siguió hasta el pie de la cruz y, en el jardín donde se encontraba el sepulcro, fue la primera "testis divinae misericordiae", como recuerda San Gregorio. El Evangelio de Juan que hemos visto narra que María Magdalena lloró porque no había encontrado el cuerpo del Señor y Jesús se apiadó de ella transformando sus lágrimas en alegría pascual.

Así, ella tiene el honor de ser la primera testigo de la Resurrección del Señor, la primera en ver el sepulcro vacío y comprobar la verdad de su Resurrección. Cristo tiene una especial consideración y misericordia hacia esta mujer que le manifiesta su amor buscándole en el huerto con angustia y sufrimiento, con "lacrimas humilitatis", como dice San Anselmo.

Además, es precisamente en el jardín de la Resurrección donde el Señor le dice a María Magdalena: "Noli me tangere" (“No me retengas”). Es una invitación -dirigida no sólo a ella, sino a toda la Iglesia- a entrar en una experiencia de fe que va más allá de toda apropiación materialista y de toda comprensión humana del misterio divino. Tiene un significado eclesial. Es una buena lección para todo discípulo de Jesús: no busques seguridades humanas, sino la fe en Cristo vivo y resucitado.

María Magdalena, una mujer, quien fue y les dijo a los Apóstoles que Jesús había resucitado de la muerte; por esto se le llama "Apóstol de los Apóstoles".


Precisamente porque fue testigo presencial de Cristo resucitado, María Magdalena fue también la primera en dar testimonio de Él ante los apóstoles. Cumplió el mandato del Señor resucitado: "Ve a mis hermanos y diles...” María fue y contó a los discípulos: "He visto al Señor", y lo que le había dicho (Jn 20,17-18). De este modo se convierte en mensajera que anuncia la buena nueva de la resurrección de Cristo; o, como decían Rabano Mauro y Santo Tomás de Aquino, "apostolorum apostola", porque anuncia a los apóstoles lo que ellos, a su vez, anunciarán a todo el mundo. El Doctor Angélico utiliza acertadamente este término aplicándolo a María Magdalena: ella es testigo de Cristo resucitado y anuncia el mensaje de la resurrección del Señor, como los demás apóstoles.

Después de la resurrección y la ascensión de Jesús, María Magdalena continuó su misión como evangelizadora, contemplativa y mística en el corazón de la Iglesia.


María Magdalena en San Juan Pablo II

Fue San Juan Pablo II quien dedicó gran atención no sólo a la importancia de las mujeres en la misión de Cristo y de la Iglesia, sino también, y con especial énfasis, al papel particular de María de Magdala como primera testigo que vio al Señor Resucitado y primera mensajera que anunció la Resurrección del Señor a los Apóstoles (cf. Mulieris dignitatem, n. 16). Esta especial consideración continúa en la Iglesia de hoy -como lo demuestra el compromiso actual de la nueva evangelización-, que desea acoger, sin distinción, a hombres y mujeres de toda raza, pueblo, lengua y nación (cf. Ap 5,9), para anunciarles la buena noticia del Evangelio de Jesucristo, acompañarles en su peregrinación terrenal y ofrecerles las maravillas de la salvación de Dios. Santa María Magdalena es un ejemplo de verdadera y auténtica evangelizadora, es decir, de evangelizadora que proclama el alegre mensaje central de la Pascua (cf. colecta del 22 de julio y nuevo prefacio).

María Magdalena en el Papa Francisco

El Santo Padre Francisco tomó la decisión de establecer la fiesta litúrgica de María Magdalena en el contexto del Jubileo de la Misericordia, para subrayar la relevancia de esta mujer que mostró un gran amor a Cristo. Es cierto que la tradición eclesial en Occidente, especialmente después de San Gregorio Magno, identificó en la misma persona a María de Magdala, a la mujer que derramó perfume en la casa de Simón, el fariseo, y a la hermana de Lázaro y Marta. Esta interpretación continuó y tuvo influencia en los autores eclesiásticos occidentales, en el arte cristiano y en los textos litúrgicos relativos a la Santa.


Santa María Magdalena, es protectora de la Orden de Predicadores. En la actualidad, es considerada un símbolo de redención, fe y devoción. Su historia ha inspirado a muchas personas a lo largo del tiempo, y su figura ha sido una fuente de inspiración en la literatura, el arte y la cultura popular.

En conclusión, María Magdalena fue una figura clave en la vida de Jesucristo y en el desarrollo del cristianismo. Su cercanía con el Mesías y su papel como testigo de la resurrección la convierten en una figura trascendental dentro de la historia bíblica. Su legado continúa vivo en la fe y devoción de muchas personas que encuentran en su historia una poderosa fuente de inspiración y esperanza.

Fuentes:
sandiegouniontribune.com
saintmatthew.us
vaticannews.va
radiomariaperu.org


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