LA TRANSFORMACIÓN de los Sacerdotes en Jesús es lo que mas anhela Nuestro Señor para gloria de Su Padre. Pero necesita la voluntad del Sacerdote (la voluntad de amarlo) porque sin ella nada puede hacer en su favor; necesita esa voluntad de seguir sus huellas, de imitarlo, de pertenecerle absoluta y plenamente, para tomarlo como Suyo. LA FALTA de esa voluntad es la causa poderosa que IMPIDE la transformación de muchos Sacerdotes.
Los Sacerdotes no son otros Jesús sólo en el momento de la consagración; sino que por la Ordenación Sacerdotal, adquieren un sello divino, la Trinidad reside en sus almas, y presta su concurso para todo acto de su ministerio Santo. Sólo un Sacerdote transformado en Jesús puede transformar a las almas; y la medida de su transformación en Jesús será la que reciban las almas. En la medida en que se santifiquen, santificarán; y en la medida en que se transformen en Jesús tendrán virtud para transformar.
Dice san Gregorio que el Sacerdocio actual ES EL MISMO que Jesucristo recibió de Su Padre (Jn 17, 22), por lo tanto, exclama san Juan Crisóstomo: "Si el Sacerdote representa a Jesucristo, ha de ser lo suficientemente puro que merezca estar en medio de los ángeles".
Estimado Sacerdote, María ES Y SERÁ SIEMPRE la más poderosa ayuda para tu transformación en su Divino Hijo. Ella es la dispensadora de las gracias; debes acudir siempre a Ella con amor, con humildad y constancia. Ella es el camino mas corto!
Nuestro Señor Jesús les grita hoy con un clamor desde lo más íntimo de su Alma:
¡SACERDOTES DEL SEÑOR, AMAD A MARÍA Y TRANSFORMAOS EN MI POR MARÍA!
-De sacerdote eterno-
-De sacerdote eterno-
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