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OREMOS... ...




Oración por el Papa Benedicto XVI

Oremos por el Santo Padre, vicario de Cristo en la tierra.

Elevamos nuestra oración por el Papa Benedicto XVI, para pedirle a Dios, dador de todo bien, siga velando con amor y solicitud por su Iglesia, de manera que sea instrumento de salvación para todos los hombres.

Oremos por la Santa Iglesia Católica, para su unidad en torno a nuestro pastor, el Papa Benedicto XVI, sea un testimonio vivo ante el mundo de la presencia de Dios entre nosotros.

Oremos por el Santo Padre, Benedicto XVI, vicario de Cristo en la tierra, para que Dios le conceda fortaleza, prudencia y caridad en el servicio a la Iglesia universal.

Oremos por todos los pastores de la Iglesia: obispos, presbíteros y diáconos, para que sean ejemplo de adhesión incondicional a la Sede de Pedro y su ministerio sea un servicio desinteresado a nuestra Santa Madre la Iglesia.

Oremos también por todos los católicos, para que acojamos con actitud de fe y amor sobrenatural al Papa, Benedicto XVI, y él pueda contar con la adhesión y fidelidad de todos sus hijos. Con María, oremos al Señor.

Amén.

Oración por el Papa

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia...

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el Papa. 

En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego. 

Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica. 

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas. 

Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. 

Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención.

Amén.


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Oración por las vocaciones

Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas...


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar con ojos de de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
dános vocaciones, danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.

Oh Jesús danos sacerdotes y religiosos según tu corazón.

Amén.


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Los siete dolores en honor a la Madre Dolorosa

Acudamos a nuestra Madre en los momentos de dolor.

Son siete Gracias que la Virgen Maria concede a las almas que la honren diariamente, considerando sus lágrimas y dolores con siete Avemarías.

GRACIAS: “ Pondré paz en sus familias. Serán iluminados en los Divinos Misterios. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos. Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la salvación de sus almas. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida. Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte. Verán el rostro de su Madre. Los que propaguen esta devoción sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.”

1º DOLOR. LA PROFECÍA DE SIMEON:
Madre nuestra Santísima, por el dolor que tuviste al escuchar la profecía de Simeón, y porque viviste con el temor de Madre de aquella hora, ten compasión de nosotros y haz que escuchemos siempre la voz de Dios en nuestras almas y no la desoigamos jamás. Avemaría.

2º DOLOR. LA HUIDA A EGIPTO:
Madre Santísima, por el dolor que tuviste al huir a Egipto, viviendo en el destierro y la extrema pobreza ten compasión de nosotros y haz que huyamos de todo pecado. Avemaría.

3º DOLOR. EL NIÑO PERDIDO:
Madre Santísima por el dolor que tuviste cuando se perdió el Divino Niño Jesús, ten compasión de nosotros y no permitas que perdamos la amistad de Dios cometiendo voluntariamente un pecado mortal. Avemaría.

4º DOLOR. EL ENCUENTRO DE MARIA CON CRISTO EN EL CAMINO DEL CALVARIO:
Madre nuestra Santísima, por el tremendo dolor que padeciste en la Calle de la Amargura, viendo a tu Hijo destrozado por los azotes y las espinas, el rostro mas bello cubierto de sangre, ten compasión de nosotros y haz que encontremos a Jesús propicio en la hora de nuestra muerte. Avemaría.

5º DOLOR. LA CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS :
Madre nuestra Santísima, por la espada que atravesó tu Inmaculado Corazón cuando tu Hijo inocente y puro fue desnudado y crucificado, ten compasión de nosotros y haz que podamos crucificar nuestros vicios y apetitos desordenados. Avemaría.

6º DOLOR. JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ Y DESCANSA EN EL REGAZO DE SU MADRE:
Madre nuestra Santísima, por la pena que sentiste al recibir el cadáver de Jesús en tu regazo y examinar sus Santas Llagas, ten compasión de nosotros pecadores con quien El sufrió tanto y haz que lo recibamos cada día con mayor amor en la Sagrada Comunión. Avemaría.

7º DOLOR. LA SOLEDAD DE LA VIRGEN MARIA DESPUÉS DE DEJAR EL SEPULCRO:
Madre nuestra Santísima, por el dolor que tuviste al depositar apresuradamente el cuerpo inerte de Jesús en el sepulcro, dejándolo en la oscuridad y en el silencio, ten compasión de nosotros Madre de Misericordia y no nos abandones en la hora de nuestra muerte. Avemaría.

ORACIÓN:

Madre Santísima, por tus lágrimas vertidas con tanto dolor al pie de la Cruz, ten piedad de nosotros y alcánzanos un vivo dolor de nuestros pecados, la gracia de morir en brazos de tu Hijo Jesús y la gloria con El en el Paraíso.

Amen.

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Oración para pedir los dones y frutos del Espíritu Santo

El Espíritu Santo con concederá sus dones y frutos si se los pedimos.



ORACIÓN PARA PEDIR LOS DONES

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.

Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.

Intensifica mi vida interior, por el don de Entendimiento.

Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el don de Consejo.

Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.

Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.

Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don de Piedad.

Concédeme que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad. Así sea.


ORACIÓN PARA PEDIR LOS FRUTOS 

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.

Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

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