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ADVERTENCIAS DEL MAS ALLA A LA IGLESIA CONTEMPORANEA.


ADVERTENCIA ULTRA TERRENAL SOBRE
 LA IGLESIA DE NUESTRO TIEMPO

PARTE 2

Por el Padre Arnold Renz

Texto literal de las revelaciones hechas por los demonios Akabor, Allida, Judas Iscariote, Veroba y Belsebú en el transcurso de los exorcismos de Anneliese Michel.


Culto a la Santa Virgen

A:  Los jóvenes deben ir de nuevo más frecuentemente de peregrinación. Deben volverse más hacia la Santísima Virgen, no deben eliminarla.  Deben...deben reconocer a la Santísima Virgen y no vivir según el espíritu de los innovadores.  No deben aceptar absolutamente nada de ellos (grita furiosamente).  Son ellos los lobos, ya los tenemos, ya los tenemos.

E:  ¡Continúa, di la verdad, en nombre...!

A:  Los jóvenes creen hoy en día que hacen algo extraordinario si han realizado algunas obras caritativas y se han reunido entre ellos.  Pero eso no es casi nada. Frecuentemente es muy fácil, si sienten simpatía los unos por los otros, pero así no se hace nada. Deben volver a hacer sacrificios, deben renunciar, deben rezar. Deben aproximarse a los sacramentos; deben tomar los sacramentos por lo menos cada cuatro semanas.  Pero también son importantes la oración y el sufrimiento.  Ante todo, tengo que decir también...

E:  ¡Continúa diciendo la verdad en nombre de...! ¡Di lo que te ordena la Santa Virgen!


Imitación de Cristo

A:...Ante todo, el mundo de hoy, hasta el mundo católico, no se ha dado cuenta, no se ha dado cuenta en absoluto, que es necesario sufrir por los demás.  Ha caído en el olvido que formáis todos un Cuerpo Místico de Cristo y que debéis todos sufrir los unos por los otros (llora lamentablemente y aúlla como un perro).  Cristo no lo ha hecho todo en la cruz.  Desde luego os ha abierto el cielo pero los hombres deben hacer penitencias los unos por los otros.  Las sectas dicen, desde luego, que Cristo lo ha hacho todo, pero esto no es verdad.  La pasión de Cristo continúa; en su nombre continuará hasta el fin del mundo. (gruñe).


El sentido del sufrimiento

E:  ¡Continúa en nombre de la Santa Virgen, y di lo que ella te ordena decir!

A:  Es necesario que continúe.  Es necesario que sufran los unos por los otros, y que estos sufrimientos se ofrezcan en nombre de la cruz de Cristo y de los sufrimientos de Cristo.  Hay que sufrir en unión con la Santísima Virgen y con todas las resignaciones que tuvo que sufrir en su vida, es necesario unir sus propios sufrimientos con los terribles sufrimientos de Cristo en el Huerto de los Olivos, que fueron más terribles de lo que creen los hombres.  Cristo ha sufrido en el Huerto de los Olivos no solamente como creéis vosotros.  Ha sido aplastado por la justicia de Dios, como si El mismo hubiera sido el mayor de los pecadores, y como si hubiera tenido que ir al infierno.  Ha tenido que sufrir por vosotros, los hombres, sino, no hubiérais tenido salvación.  Ha tenido que soportar los más terribles sufrimientos, y llegó hasta a pensar que tendría que ir al infierno.  Eran tales los sufrimientos, que se sentía abandonado por su Padre celestial.  Llegó hasta sudar sangre, porque se sentía totalmente perdido por el Padre y abandonado por El (llora lamentablemente).  Fue aplastado de tal forma, como si hubiese sido uno de los mayores pecadores.  Esto es lo que ha hecho por vosotros y debéis seguirle.  Estos sufrimientos tienen el mayor valor; estos sufrimientos, estas tinieblas, este terrible abandono, en el que se cree que todo está perdido y que hay que suicidarse.  No quisiera decirlo, no...(respira fatigosamente).

E:  ¡Continúa diciendo la verdad...por orden de los tronos!

A:  Precisamente estos sufrimientos, en los que todo parece perdido, cuando uno se siente completamente abandonado por Dios y en que se cree ser el último de los hombres, la última de las criaturas, entonces, precisamente Dios puede tener sus manos en el juego.  Estos sufrimientos, estos terribles sufrimientos, en la oscuridad, son de los más preciosos que existen (grita y aúlla terriblemente).  Pero eso no lo sabe la juventud.  La mayor parte de los jóvenes no lo saben, y eso es nuestro triunfo.


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