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JESUCRISTO EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN (PARTE 21)


ULTIMA ENTREGA DEL LIBRO SEGUNDO


Haced de vuestro corazón un templo de oración
Diciembre 14/07 9:48 p.m.

La Santísima Virgen María dice:

Mis queridos niñitos, haced de vuestro corazón un templo de oración, haced de vuestras vidas himnos de amor para el Creador.

Reconoced vuestras miserias, vuestro pecado, vuestras desidias y convertidlas en limpieza para vuestro corazón, en estado de gracia para Dios, y con prontitud buscar caminos de conversión que os lleve a la salvación.

Que este retiro os haga crecer en el amor.
Que este retiro os haga crecer en austeridad.
Que este retiro os haga crecer en humildad.
Que este retiro os haga crecer en estatura espiritual.
Que este retiro os abra vuestras conciencias para reconocer la extrema bondad de Dios para con vosotros.
Que este retiro os haga descubrir la voz de Dios en su silencio y su compañía, y presencia en la soledad.
Que este retiro sea el horizonte que os abre caminos para hallar la verdad.
Que este retiro despierte en vosotros fuerte amor a la Eucaristía, fuerte amor a la caridad, fuerte amor a la oración, fuerte amor a la purificación de vuestros sentidos, fuerte amor a la tenacidad en el caminar de Dios.

Tomad en vuestras manos, vuestros Santos Rosarios que os los bendeciré:

Rezando con este Santo Rosario, cada Ave María será una rosa que se abre para el cielo y una rosa que os planto en vuestro corazón.
Rezando con este Santo Rosario os despertaré gran fervor.
Rezando con este Santo Rosario os haré más espirituales.
Rezando con este Santo Rosario, os daré gran amor que será revertido a las almas por las cuales lo ofrecéis. Rezando con este Santo Rosario, escucharé vuestra oración como sinfonía de amor que me deleita, que me recrea.
Rezando con este Santo Rosario, recibiréis numerosas gracias.
Rezando con este Santo Rosario, despertaré en vosotros fervor Mariano.
Rezando con este santo rosario, os asistiré con prontitud en vuestras necesidades.

Este Santo Rosario debe convertirse para vuestras vidas compañero inseparable de viaje, arma poderosa para que batalléis como soldados de Cristo.

Rezando con este Santo Rosario, os cubriré con mi Manto Divino.

Sois almas privilegiadas por que habéis recibido numerosísimas gracias del cielo, pero así como se os ha dado en abundancia, se os pedirá también en abundancia.


La Santísima Trinidad ha de ser glorificada
Diciembre 15/07 6:50 a.m.

Jesús dice:

Orad con vuestra mente, con vuestro espíritu y con vuestro corazón, alabando y glorificando a la Santísima Trinidad:

“Santísima Trinidad, misterio insondable de Divinidad. Santísima Trinidad, misterio insondable de grandeza.

Santísima Trinidad, misterio insondable de tres Personas en Una Sola.

Santísima Trinidad, entrad en mi corazón y cohabitadme, uniendo mi naturaleza humana con Vuestra naturaleza Divina, uniendo mi naturaleza finita con Vuestra naturaleza Infinita. Santísima Trinidad Potestad infinita de amor, os adoro profundamente y os entrego mis tres potencias: cuerpo, alma y espíritu, a imitación de las 3 Divinas Personas que cohabitan en Una Sola, para que camine por las sendas de la Segunda Persona de Vuestro impenetrable misterio y me conduzcáis a las fuentes de la santidad y reciba dones y carismas de la Tercera Persona de Vuestro insondable misterio. Unido espiritualmente al Hijo y al Espíritu Santo me uno directamente a Vos, Padre Celestial, creador del cielo y de la tierra. Amén”.

La Santísima Trinidad ha de ser glorificada, la Santísima Trinidad ha de ser alabada, la Santísima Trinidad ha de ser adorada.

No escrutéis este Gran Misterio, creed en él como los niños que creen en supuestas verdades sin ser comprobadas como verdaderas, creed en que la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo se une a vuestro cuerpo, alma y espíritu y os lleva consigo al Cielo, dándoos posesión de sus moradas Celestiales.

El Cielo está colmado de riquezas, el Cielo está colmado de resplandor, el Cielo está colmado de santos, santos amantes y fervientes del Gran Misterio de la Santísima Trinidad.

Repetid jaculatorias que os lleven a amar lo grande y sublime del Misterio Trinitario:

“Santísima Trinidad, cubridme con vuestro resplandor.
Santísima Trinidad, unid mis tres potencias a las Vuestras.
Santísima Trinidad, haced que os adore profundamente.
Santísima Trinidad, conducidme a beber de Vuestras Sagradas fuentes.
Santísima Trinidad, plenificad mi ser con Vuestro Ser.
Santísima Trinidad, inundad mi corazón con Vuestra Magnificencia.
Santísima Trinidad, trituradme con vuestro amor.
Santísima Trinidad, henchid mi corazón con Vuestro amor.
Santísima Trinidad, salvadme por Vuestro Gran Misterio.
Santísima Trinidad, conducidme por caminos estrechos que me lleven al cielo”.
Hoy os hablo de la Santísima Trinidad porque, qué pocos son los que la alaban.

Porque, qué pocos son los que le dan homenaje de Realeza.

Porque, qué pocos son los que se detienen a pensar en este gran misterio, misterio del cielo dado a vosotros hombres de la tierra.

Qué profundos, qué poco entendibles son estos caminos, caminos que en el final de los tiempos se os revelan.

Caminos que en el final de los tiempos se os descubren.
Caminos que en el final de los tiempos se os entregan como riquezas dadas por ángeles, para que siempre deseéis habitar en las moradas Divinas.

Cómo son de estultos los hombres que desprecian manjares Celestiales, por migajas de perdición.

Cómo son de estultos los hombres que sirven al príncipe de las tinieblas, en vez de servir al Rey de la Vida.

Cómo son de estultos los hombres que se vanaglorian y se jactan de sus riquezas y desprecian las verdaderas riquezas que se os dan del Cielo.
Cómo son de estultos los hombres que son ciegos y sordos a la voz de Dios, pero de excelente oído y de gran agudeza visual a la voz y seducción del mal.

Vosotros, hijos míos, despreciad las obras de las tinieblas y amad las obras de la luz.
Vosotros, hijos míos, buscad la santidad y evitad el mal.
Vosotros, hijos míos, sed insaciables en la oración, rechazad momentos de ocio, ocio que abre puertas para que el demonio os tiente, para que os aprisione, para que cambiéis de camino, camino amplio y espacioso que tiene como destino llevaros al lago eterno.
Vosotros hijos míos, haced de vuestras obras, frutos para el cielo.

Haced de vuestras obras, alabanzas al Dios Trinitario. Haced de vuestras obras, terreno fértil y abonado. Haced de vuestras obras, tesoros para el cielo, cielo que también se halla en la tierra, si sois verdaderos discípulos, verdaderos adoradores de mi Reino, verdaderas almas amantes de mi Palabra.

Os llamo a que seáis santos.
Os llamo con voz de ruego, a que no declinéis al dulce caminar, al cual os llevo tomaditos de mis manos, porque sois pequeños que no alcanzáis a saltar obstáculos, obstáculos que os ayudo a sobreponer porque os amo.

Porque sois parte de mi Corazón, porque sois un pedacito de cielo en la tierra, porque sois ángeles camuflados de hombres que dan a conocer, de quién os sedujo y de quién os trajo al desierto y os habló a vuestro oído.

Ya habéis de comprender la grandeza de mi amor al sacaros de vuestra ciudad de origen, al sacaros de vuestras familias, al sacaros de vuestro entorno, al sacaos de vuestras labores cotidianas; porque os necesitaba toditos para Mí, para daros mi amor, para enriqueceros con mis enseñanzas, para armaros espiritualmente y batalléis contra el mal, para colmar vuestros corazones con mi presencia, para bañaros con lluvias de amor, lluvias convertidas en dones y carismas, dones que se os dio gratuitamente y si gratis los recibisteis gratis lo debéis dar.

Os traje al desierto para que enterréis en él vuestro hombre viejo y renazcáis al hombre nuevo.
Os traje al desierto para daros un espacio de silencio y soledad y escuchéis mi dulce voz y sintáis mi sutil presencia.
Os traje al desierto para tomar el barro de vuestras vidas y haceros nuevamente, restaurándoos en el amor y para el amor.
Os traje al desierto para llenaros de mi Espíritu.
Os traje al desierto para prepararos a la gran misión que se os pide cumplir.

Misión que se os exige todo vuestro tiempo.
Misión que exige desprendimiento absoluto.
Misión que exige pureza plena de vuestro corazón.
Misión que exige realeza para el Rey.
Misión que exige estar saturados de mis gracias, por eso, hoy os envío nuevamente al mundo para que estéis en medio de lobos, en medio de víboras. Pero no habéis de temer porque os traje al desierto para fortaleceros.

Os traje al desierto para hacer de vosotros mis apóstoles.
Os traje al desierto para ser regenerados en un nuevo bautismo.
Os traje al desierto para armaros de mis singulares gracias y demoléis en mi nombre la perfidia de Satanás.
Os traje al desierto como a Juan Bautista que lo alimentaba de miel, pero a vosotros os alimento con mi Cuerpo y con mi Sangre.
Os traje al desierto para hacer de vosotros otros Pablos: en su predicación y celoso por extender mi Reino.
Os traje al desierto para daros el mismo empuje que di a las primeras Comunidades Cristianas, Comunidades Cristianas que preferían perder sus vidas con tal de glorificar mi Nombre, Nombre que he escrito en la profundidad de mi Corazón porque os amo.

Nombre que os servirá de soporte cuando estéis a punto de desplomaros.
Nombre que os dará la fuerza de mis apóstoles para vencer obstáculos, para vencer tentaciones y para vencer persecuciones.

Seréis perseguidos pequeños míos, seréis amonestados.

Muchos intentarán sacaros de mi camino porque creerán que estáis locos, creerán que vuestros pensamientos son delirios, que sois engañados por la imaginación y hoy bendigo vuestros oídos para sellaros contra toda palabra, contra todo insulto, insultos y palabras que no podrá hacer mella en vosotros, por que os elegí como apóstoles para mi Reino.

Sello vuestro corazón, corazón impregnado de mi mansedumbre, corazón impregnadote mi pureza, corazón impregnado de mi extrema bondad para el que sufre, corazón nuevo en el amor, corazón nuevo para perdonar, corazón nuevo para excusar, corazón nuevo para sentir mi Corazón en vuestro corazón.
Sello vuestros ojos para que podáis ver mi presencia en cada hermano.
Sello vuestras manos para que a través de ellas hagáis las mismas obras que Yo hice y aún mayores.
Sello vuestros pies para que no os canséis en seguir mis huellas.
Sello vuestras palabras y vuestros labios para que salgan de vosotros palabras edificantes, que sean flechas de amor, flechas de amor que ardan en los corazones, corazones que serán purificados en el amor, en la esperanza, en la unidad y en fraternidad.
Sello todo vuestro ser, marcando cada partecita de vuestra piel con mi signo, signo de victoria, signo de vida y signo de repudio para satanás.

Mi Madre os protege, mi Madre os guía, mi Madre os toma de vuestras manos para que permanezcáis fieles en mis caminos y el Espíritu Santo esté en vosotros y con vosotros, porque habéis sido ungidos en un nuevo Pentecostés.

Resistid a los embates y combates porque el enemigo os ronda como león rugiente para devoraros, pero no temáis porque Soy el León de Judá que lo vence, que lo derrota.

En vosotros está esta misión, misión que salvará almas, misión que cambiará vidas, misión que dará luz a tantos ciegos, escucha a tantos sordos, agilidad y movilidad a tantos paralíticos, salud y alivio a tantos enfermos, riqueza a tantos pobres y libertad a tantos encarcelados.

Os anuncio una nueva salida, os anuncio un nuevo lugar de encuentro.
Os amo, os bendigo y gracias por responder a mi llamado.


Vivir en la verdadera vida
Diciembre 15/07 11:29 a.m.

Jesús dice:

Cada momento, en vuestras vidas, es un momento único e irrepetible.
Cada momento, en vuestras vidas, debe ser una experiencia del Amor de Dios.
Cada momento, en vuestras vidas, debe ser un constante
desprendimiento en la tierra para volar al Cielo.
Cada momento, en vuestras vidas, debe ser como el fluir del río.
Cada momento, en vuestras vidas, es un constante ir y venir.

Amad la vida porque es don gratuito de la misericordia Divina.
Amad la vida como experiencia única, como don invaluable.
Amad la vida porque sois errantes de camino es pos del que os da vida plena y duradera.
Amad la vida en sus altibajos.
Amad la vida en el colorido del paisaje o en la lobreguez del suelo.
Amad la vida porque vosotros sois vida.
Amad la vida porque sois hechura del que os dio vida.
Amad la vida porque Yo os doy vida en abundancia.

La verdadera vida no se halla en la tierra, se encuentra en el cielo.

Vivir en la verdadera vida es un himno de alabanza a la creación.
Vivir en la verdadera vida es un unirse al cantar de los pájaros y las golondrinas, cantos que son sinfonías.
Vivir en la verdadera vida es dejarse timonear, aún en medio de la alta mar, por el Capitán que os dio la verdadera vida.
Vivir en la verdadera vida es encontrar provecho de vuestros errores.
Vivir en la verdadera vida es pintar en el cielo caras felices, caras que serán el medio de alegrar el corazón de almitas tristes.
Vivir en la verdadera vida es acoger con beneplácito mi Palabra en vuestro corazón, haciendo que germine.
Vivir en la verdadera vida es aceptar el sol, sol que os calienta, sol que os consiente con su rayo de luz.
Vivir en la verdadera vida es aceptar la lluvia; lluvia que entrape vuestro corazón, que se convierte en abono, abono que hace florecer los frutos secos.
Vivir en la verdadera vida es ser portadores de esperanza, mensajeros de la paz y del amor, vehículos de unidad y reconciliación.
Vivir en la verdadera vida es aceptar el sufrimiento como oro fino que embellece vuestro ser.
Vivir en la verdadera vida es alabar mi obra creadora, quedándoos abismados por la belleza de la alfombra azul, por la belleza de los verdes pastizales, por la belleza de una flor, por la belleza de la cascada de un río, porque sus aguas son mi voz, voz que os llama a contemplar, voz que os llama a contemplar mi obra, voz que os llama para agradecer mi obra.

Estáis en la orilla del camino que os conduce a mi Aldea. Aldea que se halla dentro de mi Divino Corazón.

Os entrego mis llaves, pequeños míos, guardadla en el aposento de vuestro corazón y disponed de ella en vuestros momentos de prueba, porque mis Puertas se os abrirán para daros descanso en mi Espíritu; utilizad de ella en vuestro decaimiento espiritual que Yo os vigorizaré.


Utilizad de ella cuando estéis en confusión que Yo os daré claridad.
Utilizad de ella cuando haya turbulencia en vuestro corazón que Yo amainaré las corrientes impetuosas.
Utilizad de ella que Yo os sacaré de apuros, os sacaré de vuestras dificultades, os auxiliaré en vuestras necesidades.

Orad Conmigo pequeños míos:

“Divino Corazón de Jesús que me habéis dado las llaves de Vuestro Sagrado Corazón, llaves de oro para abrir las Puertas de Vuestra Mansión de amor. Dadme la Sabiduría para hacer buen uso de ella. Con las llaves de oro de Vuestro Sacratísimo Corazón me dais en posesión uno de vuestros aposentos, para llegar allí cuando el cansancio haya agotado mis fuerzas, cuando la melancolía sature mi corazón,
cuando mi corazón sea herido por el desprecio. Sé que estando dentro de Vuestro Tabernáculo, la tristeza se tornará en alegría, el desánimo se convertirá en vigor y el dolor se cambiará en dulce paz. Con Vuestras llaves abriré Vuestras compuertas para atraeros a los ciegos, a los sordos, a los cojos y a los lisiados espirituales para que beban de Vuestra Medicina y sean sanados, para que beban de Vuestra Agua Viva y sean saciados.

Divino Corazón de Jesús, fuente de todas las Gracias, con Vuestras llaves de oro me habéis dado una de las mayores Gracias que sois Vos. Amén”.


EPÍLOGO

Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón
Diciembre 31/07 7:55 a.m.

Jesús dice:

Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os decidís renovar vuestro antiguo ropaje por uno nuevo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si crecéis en gracia, en santidad.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si dejáis nacer en vuestro corazón el nardo purísimo de celestial perfume.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si rompéis argollas de hierro que os atan.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis del Libro Santo vuestra norma de vida.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis de Cristo el centro de vuestra vida.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si adoráis con vehemencia mi Sagrado Corazón y veneráis con ardor el Corazón Inmaculado de María Nuestra Madre.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os acercáis a los Sacramentos, siete fuentes de gracia para vuestra vida.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si sois fieles celosos en el cumplimiento de los diez mandamientos.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si morís a vuestro hombre viejo y nacéis al hombre nuevo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si sois fieles a mi Iglesia y a su Magisterio.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os hacéis heraldos de mi Evangelio y mensajeros de mi Palabra.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis de la oración vuestro alimento diario.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis uso de armas poderosas como son el ayuno, la mortificación y la penitencia.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os hacéis almas Eucarísticas.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis del Santo Rosario vuestra oración favorita.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os esmeráis en cultivar las virtudes de mi Madre Santísima.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os unís a los dolores acérrimos de mi Sagrada Pasión.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si cumplís cabalmente vuestras promesas al Altísimo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si conserváis vuestra apariencia de ángeles acá en la tierra.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si vuestros pies están en la tierra pero vuestro corazón en el cielo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si oráis insistentemente por la santificación de mis sacerdotes y os entristecéis de corazón por sus pecados.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si atendéis a las inspiraciones del Espíritu Santo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis pactos de amor con vuestros Santos Ángeles.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si vivís en el mundo pero sin ser del mundo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si os hacéis hijos amados de Nuestra Señora del cielo.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si alcanzáis a descubrir mi presencia en cada hermano.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si habitáis en Mí y Yo en vosotros.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón si hacéis en todo Mi Divina Voluntad, así os cueste.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón hasta que llegue el momento en que me vean a Mí en vosotros.
Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón cuando seáis más del cielo que de la tierra.

Sois lirios perfumados de mi Divino Corazón cuando bebáis agua viva EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN.


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EN LAS FUENTES DE
MI DIVINO CORAZÓN
HALLARÉIS MENSAJES
DE CONVERSIÓN


Revelaciones dadas a un alma
a quien Jesús le llama Agustín del Divino Corazón.
Mensajero de los Sagrados Corazones Unidos
y Traspasados de Jesús y de María.

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