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SACERDOTE: JUDAS O SANTO


Pocas veces en mi edad adulta, he faltado a la Misa Crismal,solemne celebración que preside el obispo de cada diócesis en su catedral con todos sus sacerdotes, y consagra los santos óleos que se utilizan para la administración los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos. Es en esta Misa que de manera particular se hace memoria de la institución del sacramento del Sacerdocio.

El sacramento del Orden nos posibilita que podamos recibir todos los demás sacramentos.

El Beato Columba Marmiónen su clásico Jesucristo ideal del sacerdote, llama a no subestimar la dignidad sacerdotal y recuerda a los sacerdotes y fieles que tres son los aspectos de la asimilación a Cristo en el sacerdocio:

Primero: el sacerdote ha sido elegido por el mismo Jesús cuando dijo: Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes (Juan 15, 16). Consecuentemente el sacerdocio no es un oficio cualquiera, es ante todo un don de Dios, y aunque ellos siguen siendo hombres, tenemos que reconocer la sacralidad de su llamado.

Dios es el Santo, y son sagradas aquellas criaturas que en modo manifiesto han sido especialmente elegidas por el Santo para santificar a los hombres.

El Papa San Pío X en la encíclica Pascendi, en la que denuncia la herejía modernista, recuerda que ésta fomenta una desacralización del ministerio sacerdotal. Los modernistas se empeñan en menoscabar y debilitar la autoridad del mismo ministerio eclesiástico, ya pervirtiendo sacrílegamente su origen, naturaleza y derechos, ya repitiendo con libertad las calumnias de los adversarios contra ella (Pascendi, 43).

Segundo aspecto: el sacerdote se identifica, además, con Cristo a causa del poder de que está investido, porque el sacerdocio tiene por fin establecer intermediarios sagrados entre la tierra y el cielo, para ofrecer al Señor los dones de los hombres y comunicarles, en cambio, las gracias de Dios.

Tenemos necesidad del sacerdote, porque ellos, han sido escogidos por Dios para ser sus instrumentos a través de los cuales, Él nos transmite la Vida Divina.

El padre de la mentira, el Demonio, sabe que atacando y debilitando el sacerdocio, debilita la Iglesia entera, de ahí que uno de los principales signos de la acción del diablo hoy, es su ataque al sacerdocio y hace cualquier cosa para engañar a los sacerdotes.

Una vez le pidieron a San Francisco de Sales que hablara sobre el escándalo causado por algunos de sus hermanos sacerdotes en los años 1500 y 1600. Lo que él dijo es tan importante para nosotros hoy, como lo fue entonces. Él no se anduvo con rodeos. Dijo: Aquellos que cometen ese tipo de escándalos son culpables del equivalente espiritual a un asesinato, destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo. Pero al mismo tiempo advirtió a sus oyentes: Pero yo estoy aquí entre ustedes hoy para evitarles un mal aún peor. Mientras que aquellos que causan el escándalo son culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe-, son culpables de suicidio espiritual (P. Roger J. Landry).

Son culpables, dijo el Santo, de cortar de tajo su vida con Cristo, abandonando la fuente de vida en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía.

En tercer lugar, de la misma manera que Jesucristo es a un tiempo verdadero Dios y verdadero hombre, así también el sacerdote lleva en sí un elemento divino y un elemento humano.

Los ángeles no son sacerdotes y por eso reverencian en el sacerdote esta dignidad que ellos adoran en Cristo, y el demonio los odia por esa misma razón, porque los sacerdotes son más poderosos que él:

Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos como se hace con el trigo; pero yo he rogado por ti para que tu fe no se venga abajo. Tú, entonces cuando hayas vuelto, tendrás que fortalecer a tus hermanos (Lucas 22, 31-32).

En 1947, nuestra Señora se apareció a Pierina Gilli. María Santísima estaba muy triste y sus lágrimas caían al suelo. Su corazón estaba traspasado por tres espadas y exclamó:Oración, penitencia y expiación. Guardó silencio. En una segunda aparición, en vez de las espadas tenía tres rosas sobre su pecho, roja, blanca y dorada. Le dijo a Pierina que la primera espada significaba la pérdida de las vocaciones, la segunda espada era por los sacerdotes, monjes, y religiosas que viven en pecado mortal, y la tercera espada era por los sacerdotes y monjes que cometen la traición de Judas, es decir,aquellos que abandonan su vocación y a menudo también la Fe, volviéndose enemigos de la Iglesia.

Al dar gracias a Dios por el maravilloso don del sacerdocio a su Iglesia, pidamos a Cristo Sacerdote y Víctima que haga de todos sus sacerdotes, ministros fieles y santos y para que no tengan miedo de anunciar todo aquello que es contrario a Cristo.


FUENTE: agendum-contra.blogspot.com


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