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UNIÓN LIBRE...




Sinopsis: La unión libre es un pecado grave. Nada en la enseñanza católica apoya esta forma de vida negando la santidad del matrimonio y de paso a Dios. Quien se casa por lo civil está en unión libre. El que está en unión libre o casado por lo civil ni siquiera puede comulgar, so pena de tragarse su propia condenación, tal como enseña la Biblia.

Rev. Julio 22 de 2006

Querido hermano, sólo hay un matrimonio: el que se hace bajo la Iglesia. Si no estás casado conforme ella, entonces NO estás casado, como bien recuerda el Código de Derecho Canónico:

"Solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ante el Ordinario del lugar o el párroco, o un sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos testigos, de acuerdo con las reglas establecidas en los cánones que siguen, y quedando a salvo las excepciones de que se trata en los can. 144 , 1112, § 1 , 1116 y 1127, § § 1 y 2" (Código de Derecho Canónico, canon 1108).

Eso significa que aquellos que se casan mediante "matrimonio civil" también están en unión libre. Ante la Iglesia, el "matrimonio civil" es inexistente ( leer más sobre el "matrimonio civil" ante la Iglesia).

El matrimonio no es un contrato. Es una alianza ante Dios. Ten presente que Jesucristo mismo lo advierte "...lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (Mt 19, 6)

¿Que el matrimonio es una institución humana? Quien dice eso niega a Jesucristo.

"La tradición cristiana siempre ha defendido, contra numerosas herejías surgidas ya al inicio de la Iglesia, la bondad de la unión conyugal y de la familia. Querido por Dios en la misma creación, devuelto por Cristo a su primitivo origen y elevado a la dignidad de sacramento, el matrimonio es una comunión íntima de amor y de vida entre los esposos intrínsecamente ordenada al bien de los hijos que Dios querrá confiarles. El vínculo natural tanto para el bien de los cónyuges y de los hijos como para el bien de la misma sociedad no depende del arbitrio humano" ("Vademecum para los Confesores sobre algunos temas de moral conyugal", documento del Pontificio Consejo para la Familia)


Dice el cardenal López Trujillo:


"...la comunidad cristiana ha vivido desde el principio la constitución del matrimonio cristiano como signo real de la unión de Cristo con la Iglesia. El matrimonio ha sido elevado por Jesucristo a evento salvífico en el nuevo orden instaurado en la economía de la Redención, es decir, el matrimonio es sacramento de la nueva Alianza, aspecto esencial para comprender el contenido y alcance del consorcio matrimonial entre los bautizados. El Magisterio de la Iglesia ha señalado también con claridad que «el sacramento del matrimonio tiene esta peculiaridad respecto a los otros: ser el sacramento de una realidad que existe ya en la economía de la Creación; ser el mismo pacto conyugal instituido por el Creador al principio»" (clic aquí para ir al documento fuente de esta cita)

Cuán horrible es el error de los que creen que es grato a los ojos de Dios la unión libre. Incluso he escuchado a personas en grupos de oración que afirman que estar unidos sin la bendición de la Iglesia no es estar alejados de Dios. Hay quienes, aún estando en tal situación, creen que pueden recibir la Sagrada Comunión (el que come el cuerpo de Cristo indignamente se traga su propia condenación, advierte San Pablo en 1 Co 11, 29).

Explica el catecismo sobre la unión libre:

"Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública a una unión que implica la intimidad sexual. La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las personas no se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en el otro, en sí mismo, o en el porvenir?

Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en cuanto tal, incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (Cf. FC 81). Todas estas situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma de la familia; debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto sexual debe tener lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y excluye de la comunión sacramental." (Catecismo, núm. 2390)

La unión libre quebranta tu relación con la Iglesia.

"Huyan de las relaciones sexuales prohibidas. Cualquier otro pecado que alguien cometa queda fuera de su cuerpo, pero el que tiene esas relaciones sexuales peca contra su propio cuerpo. ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos." (1 Co 6, 18-19)

Pero si además uno de los dos en la unión libre es además casado, o separado civilmente en matrimonio católico, entonces ha incurrido en el gravísimo pecado del adulterio.

Para que no tengas dudas sobre el hecho de que el separado civilmente (hombre o mujer) no puede volver a unirse con nadie, lee el segundo párrafo del canon 2384 del Código de Derecho Canónico:
"Si el marido, tras haberse separado de su mujer, se une a otra mujer, es adúltero, porque hace cometer un adulterio a esta mujer; y la mujer que habita con él es adúltera, porque ha atraído a sí al marido de otra."


FUENTE: buscadoresdelreino.com


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