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EL DEMONIO Y EL VIACRUCIS DE JESÚS






Una de las figuras más controvertidas de nuestra fe es el demonio, hasta el punto que hoy tenemos hasta sacerdotes diciendo que no existe. La realidad es que el diablo existe. Yo he visto con mis propios ojos las fuerzas del mal que son personas. Personas vivas, son espíritus y no solamente ellos como espíritus caídos que caen de la gracia del cielo y que son monstruos, sino las almas malditas que son todos los seres que se han condenado, porque el infierno existe. El infierno es una realidad.

La figura del demonio es una realidad. El demonio existe. Y no solamente existe sino que anda por aquí, por ahí están y es una realidad inevitable.

El diablo no es una figura a la que le debemos temer, a lo que debemos temer es al pecado que es el mismo. Pero el pecado tan solo puede actuar en nosotros cuando nosotros lo aceptamos. Por eso el diablo no tiene poder sino tanto como nosotros le demos. El padre Pío cuando hacía sus retiros espirituales le preguntaba a la gente acerca de qué conocían ellos de cuál era el demonio más feroz de todos. Decían: Lusbell, Satanás, Lucifer. El padre Pío decía: No! Eso no es nada! El demonio más terrible es yo, yo, yo, yo.  Porque claro, el demonio no podría actuar en la vida nuestra si yo no lo dejo y aquí es donde viene a entender el demonio...  


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