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"ACÓLITO"




(Etim. Griego: akolouthos, seguidor que ayuda.)

El hombre que ha recibido de la Iglesia el ministerio de servir el altar y administrar la Eucaristía como ministro extraordinario.

El acólito asiste al diácono y al sacerdote al servicio del altar, y ayuda, cuando se le necesite, durante la celebración de la Misa. A un acólito se le puede confiar con la exposición pública del Santísimo Sacramento para la adoración, pero no puede dar la bendición.

El ministerio del acólito es reservado para los hombres únicamente y es conferido por el obispo de la diócesis o, en institutos religiosos clericales, por el superior mayor, de acuerdo a los ritos litúrgicos hechos con este propósito por la Iglesia. Las mujeres podrán ser delegadas para hacer algunas de las funciones de los acólitos.

El acolitado es una de las órdenes menores que se reciben camino al sacerdocio.

El monaguillo hace algunas de las funciones del acólito pero sin haber recibido esta orden menor.

La instrucción general del Misal Romano se refiere al Ministerio del acólito instituido en los siguientes números:


98. El acólito es instituido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Al él compete principalmente preparar el altar y los vasos sagrados y, si fuere necesario, distribuir a los fieles la Eucaristía, de la cual es ministro extraordinario.

En el ministerio del altar, el acólito tiene sus ministerios propios que él mismo debe ejercer.

Ministerios del acólito

187. : Las funciones que el acólito puede ejercer son de diversa índole y puede ocurrir que varias de ellas se den simultáneamente. Por lo tanto, es conveniente que se distribuyan oportunamente entre varios; pero cuando sólo un acólito está presente, haga él mismo lo que es de mayor importancia, distribuyéndose lo demás entre otros ministros.

- Ritos iniciales

188. En la procesión hacia el altar, puede llevar la cruz en medio de dos ministros con cirios encendidos. Cuando hubiere llegado al altar, erige la cruz junto al altar para que sea la cruz del altar; pero si no se puede, la lleva a un lugar digno. Después ocupa su lugar en el presbiterio. 189. Durante toda la celebración, corresponde al acólito acercarse al sacerdote o al diácono, cuantas veces tenga que hacerlo, para presentarles el libro y ayudarles en lo que sea necesario. Por tanto conviene que, en la medida de lo posible, ocupe un lugar desde el que pueda ejercer oportunamente su ministerio, junto la sede o cerca del altar.

- Liturgia Eucarística

190. En ausencia del diácono, concluida la oración universal, mientras el sacerdote permanece en la sede, el acólito pone sobre el altar el corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal. Después, si es necesario, ayuda al sacerdote a recibir los dones del pueblo y, según las circunstancias, lleva el pan y el vino al altar y los entrega al sacerdote. Si se usa incienso, presenta el incensario al sacerdote y lo asiste en la incensación de las ofrendas, de la cruz y del altar. Después inciensa al sacerdote y al pueblo.

191. Cuando sea necesario, el acólito ritualmente instituido, como ministro extraordinario, puede ayudar al sacerdote en la distribución de la Comunión al pueblo. Y si se da la Comunión bajo las dos especies, en ausencia del diácono, ofrece el cáliz a los que van a comulgar o sostiene el cáliz cuando la Comunión se da por intinción.

192. Y así mismo, el acólito instituido, terminada la distribución de la Comunión, ayuda al sacerdote o al diácono en la purificación y en el arreglo de los vasos sagrados. En ausencia del diácono, el acólito ritualmente instituido lleva los vasos sagrados a credencia y allí los purifica los seca y los arregla del modo acostumbrado.

193. Terminada la celebración de la Misa, el acólito y los otros ministros, juntamente con el diácono y el sacerdote, regresan procesionalmente a la sacristía de la misma manera y en el mismo orden en el que vinieron.





ORACIÓN DEL ACÓLITO ANTES DE LA MISA

Padre bueno,
revestido con la túnica que desde el Bautismo
me une a Cristo Sacerdote, Profeta, Rey,
te doy las gracias por poderte acompañar de cerca
en esta celebración litúrgica.

Junto a María, Madre de la Iglesia
te pido que el Espíritu Santo
me purifique y consagre como auténtico acólito de Jesús.

Ayúdame a escuchar con fe su Palabra,
servirlo con amor en la Iglesia
y seguirlo fielmente en la vida diaria,
ahora y siempre.

AMÉN



ORACIÓN DEL ACÓLITO DESPUÉS DE LA MISA

Señor,
bendito seas por el gran don de la Eucaristía.

Una vez más me has querido cerca de tu altar,
sirviéndote a ti y a los hermanos.

Gracias por tu Palabra, que me enseña
todo lo que has hecho y haces constantemente por mi;

Gracias por el Sacerdote,
imagen tuya, que eres el Buen Pastor,

Gracias por la comunidad
que me ayuda a comprender que soy miembro de la Iglesia;

Gracias especialmente por tu cuerpo y tu sangre,
que nos ha dado por amor.

AMÉN.


Enlace ampliado

FUNCIONES DE LOS ACOLITOS INSTITUIDOS DENTRO DE LA LITURGIA EUCARÍSTICA


http://sacerdote-eterno.blogspot.com/2016/07/funciones-de-los-acolitos-instituidos.html

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