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ADVERTENCIAS DEL MAS ALLÁ A LA IGLESIA CONTEMPORÁNEA

Parte 29

Por el Padre Arnold Renz

EL CELIBATO

J:  Y luego la confesión...y el celibato,  ¡Esta es otra de las cuestiones! Si un sacerdote vive en celibato, entonces todas las mujeres, y también los hombres, tienen mucha más confianza en él, que si estuviera casado, especialmente en la confesión.  Podría suceder que una de esas brujas (ríe irónicamente) interrogase a su marido de lo que éste o el otro ha confesado.  Le interesaría saber lo que éste o el otro ha dicho, sobre todo si corresponde a sus proyectos. Pero si el sacerdote vive y persevera en el celibato, y si imita la vida virginal de Cristo, entonces cualquier "asno" tendrá que reconocer o cualquier persona pensará: "Aquí puedo venir. Aquí puedo vaciar todo el saco. eso quedará entre nosotros dos y no saldrá a relucir.  Si son tan buenos que aceptan el celibato, entonces también son capaces de callarse".  Pero ya no piensan así con los que están casados, sino que piensan todo lo contrario: "Este se ha casado, lo que es señal de que no ha podido observar el celibato, por lo tanto, como quiere... (ríe insidiosamente). Como quiere, callarse, como quiere cerrar la boca, si ni siquiera es capaz de dominar su cuerpo".

E:  ¡Di la verdad, solamente la verdad, por orden de la Santa Virgen!

J:  Cristo quiere el celibato. No hay que apartarse de él ni una pulgada, no hay que variar ni una jota. Los que se han casado, tienen que volver, y arrepentirse de sus faltas... lo mejor de todo sería que cada uno de ellos se volviese atrás, y reconociese sus faltas, pero...precisamente...

E:  ¡Continúa diciendo lo que la Santa Virgen te encarga decir, Judas Iscariote!  ¡Lucifer no debe estorbarte, tiene que irse!  ¡Continúa, di lo que tienes que decir por orden de la Santa Virgen, y solamente la verdad!



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