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NOVENA DE LOS NUEVES DOMINGOS AL DIVINO NIÑO JESÚS


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Oración para todos los Domingos

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas.

¿Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a Tu Majestad?

Señor: Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes.

Tú has dicho: “Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pida al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe”.

Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas.

Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.


PRIMER DOMINGO

Consideración: Jesús cambia el agua en vino

Lectura del Santo Evangelio según San Juan: (Jn 2, 1-10)

Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.

Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»

Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.

«Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.
Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»

Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho. Basta que tengas fe y me ames con fervor: Si quieres agradarme confía en mí. Si quieres agradarme más confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente.

Háblame pues como hablarías al más Íntimo de tus amigos, como hablarías a tu Madre o a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera?

Dime su nombre, sea el de tus padres, el de tus hermanos o amigos o personas encomendadas a tus cuidados. Dime enseguida que quisieras que hiciera actualmente por ellos. Yo he prometido: "Pedid y recibiréis todo el que pide recibe".

Pide mucho, mucho. No vaciles en pedir, pero pide con fe, pues Yo he dado Mi Palabra: " Si tenéis fe aunque sea tan pequeña como un granito de mostaza le podréis decir a una montaña: Quítate de aquí y lánzate al mar" y os obedecerá. Cualquier cosa que pidáis en la oración, creéd que ya os ha sido concedida, y la obtendréis".

Práctica: Leeré una página de un buen libro.


SEGUNDO DOMINGO

Consideración: Jesús cura a un sordomudo

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos – (Mc 7, 31)

Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.

Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: = «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!»

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.

Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.

Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

Dime por muchas personas una palabra si quiera, pero una palabra de amigo, palabra de corazón y
fervorosa. Recuérdame que he prometido: "Todo es posible para quien tiene fe. Mi Padre dará cosas buenas a quienes se las pidan. Todo lo que pidáis a mi Padre en mi nombre, os lo concederá".
Me gustan los corazones generosos que llegan en cierto modo a olvidarse de sí mismos, para atender a las necesidades de los demás.

Así lo hizo mi Madre en Caná en favor de unos esposos en cuya fiesta se había acabado el vino. Me pidió un milagro y lo obtuvo. Así lo hizo aquella mujer cananea del evangelio la cual con tantos ruegos me suplicó que sacara de su hija al demonio y consiguió esa gracia especialísima.

Háblame pues con sencillez de los pobres a quienes quieres consolar, de los enfermos a quienes ves
padecer, de los extraviados que anhelan volver al buen camino, de los amigos alejados que quisieras
ver otra vez a tu lado, de los hogares desunidos para los cuales deseas la paz.

Recuerda a Marta y a María cuando me suplicaron por su hermano Lázaro y obtuvieron su resurrección. Recuerda a Santa Mónica que después de rezarme durante treinta años por su hijo que
era tan pecador, obtuvo su conversión llegando a ser el gran San Agustín. No olvides a Tobías y su esposa que con sus oraciones obtuvieron que fuera enviado el Arcángel San Rafael a que defendiera a su hijo en el largo viaje, lo librara del demonio y de los demás peligros y lo devolviera sano, rico y muy feliz al lado de sus familiares.

Práctica:

Visitaré a un enfermo, o ayudaré a un pobre.



TERCER DOMINGO

Consideración: Jesús desea la conversión de los pecadores

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.»

Entonces les dijo esta parábola.

«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?

Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido."
Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el Cielo por un solo pecador que se convierta que
por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.

«O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?

Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido."

Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se
convierta.»

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

¿Para ti no necesitas alguna gracia?

Hazme, si quieres, como una lista de tus necesidades y ven y léela en mi presencia. Recuerda el caso de mi siervo Salomón que me pidió sabiduría y le fue concedida en gran manera. No olvides a Judith, que imploró gran valor y lo consiguió. Ten presente a Jacob que me pidió prosperidad (prometiéndome dar para obras buenas la décima parte de lo que ganara) y le concedí muy
generosamente todo lo que deseaba y mucho más. Sara me rogó y le alejé el demonio que la
atormentaba. Magdalena oró con fe y la libré de sus malas costumbres. Zaque por su oración dejó su apego dañoso al dinero y se transformó en hombre generoso. Y tú…que es lo que deseas que te
conceda?

Dime francamente que sientes orgullo, amor a la sensualidad y a la pereza. Que eres egoísta,
inconstante. Que descuidas tus deberes. Que juzgas muy severamente a tu prójimo olvidando Mi
prohibición. "No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados por Dios" Dime que hablas sin caridad de los demás. Que te preocupas más por el qué dirán los demás de ti, que por el "que opinará Dios". Que te dejas llevar por la tristeza y por el mal genio. Que reniegas de tu vida, de tu pobreza, de tus males, de tus oficios, del trato que recibes. Olvidando lo que dice el libro santo:
"Dios dispone todas las cosas para el bien de los que aman".

Dime que tienes la costumbre de decir mentiras, que no dominas tu vista ni tu imaginación, que rezas poco y sin fervor, que tus confesiones son hechas casi sin dolor y propósito y que no evitas después las ocasiones de pecado y por eso vuelves a caer siempre en las mismas faltas. Que tu Misa es tan mal atendida y que tus Comuniones son hechas casi sin preparación y con poca acción de gracias.

Que tienes pereza y miedo para hacer apostolado. Que a veces pasas hasta varios días sin leer una página de la Biblia…

Y Yo te recordaré mis enseñanzas, que pueden traer una transformación total para tu vida.
Te diré de nuevo "Dios humilla a los orgullosos, pero a los humildes los llena de sus gracias"…

Si eres descuidado en tus pequeños deberes, también lo serás en los grandes. De toda palabra dañosa que digáis tendréis que dar cuenta en el día del juicio. Dichosos los que escuchen la palabra de Dios y la practiquen.

Práctica:

Recordaré un favor de Dios y le daré gracias.



CUARTO DOMINGO

Consideración: Jesucristo es nuestro pastor

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y Yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y
escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

Hoy por hoy ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por tu bien? Si supieras los deseos que tengo de favorecerte. Yo di de comer a cinco mil hombres con solo cinco panes, porque ví que lo necesitaban.
Yo calmé la tempestad cuando los apóstoles me despertaron. Yo resucité la hija de Jairo cuando su
padre me pidió que fuera a resucitarla. Tú también tendrás que repetir con el profeta: "¿Quién ha clamado a Dios y no ha sido escuchado?".

¡No te avergüences, pobre alma! Hay en el cielo tantos justos y tantos santos de primer orden, que tuvieron los mismo defectos que tú tienes. Pero rogaron con humildad y poco a poco se vieron libres de ellos.

Porque "Yo no vine a buscar a los justos sino a los pecadores". Y porque "un corazón humillado y arrepentido, Dios nunca lo rechaza". "El mejor regalo para Dios es un corazón arrepentido".

Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales. Salud, memoria, simpatía, éxito en el trabajo, los estudios, o negocios. Entenderte bien con todas las personas. Ideas nuevas para tus empresas, amistades que te sean provechosas, buen genio, paciencia, alegría, generosidad, amor de Dios, odio al pecado, etc. Todo eso puedo darte y lo doy, y deseo que me lo pidas, en cuanto no se oponga, antes bien, favorezca y ayude a tu santificación. Pero en todo debes siempre repetir mi oración del huerto:

"Padre no se haga mi voluntad sino la tuya. No se haga como yo quiero sino como quieres Tu".
Porque muchas veces lo que una persona pide no le conviene para su salvación, y entonces nuestro Padre Dios le concede en cambio otros regalos que le harían mayor bien.
Práctica: Por amor a Dios: callaré cuando esté de mal genio.



QUINTO DOMINGO

Consideración: Jesús cura a un ciego

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas.

Tomando consigo a los Doce, les dijo: «Mirad que subimos a Jerusalén, y se cumplirá todo lo que los
profetas escribieron para el Hijo del hombre; pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burlas, insultado y escupido; y después de azotarle le matarán, y al tercer día resucitará.»
Ellos nada de esto comprendieron; estas palabras les quedaban ocultas y no entendían lo que decía.
Sucedió que, al acercarse Él a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello.

Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo:

«¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más:
«¡Hijo de David, ten compasión de mí!»

Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres
que te haga?» -El dijo: «¡Señor, que vea!» Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado.»
Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
Palabra de Dios.


Habla Jesús:

¿Tienes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo minuciosamente. ¿Qué te preocupa?
¿Qué piensas? ¿Qué deseas? ¿En qué puedo ayudarte?

Ojalá recordaras siempre la frase del Salmista: "Lo que nos trae éxitos no son nuestros afanes. Lo que nos trae éxitos es la bendición de Dios. Encomienda a Dios tus preocupaciones y se te cumplirán tus buenos deseos".

Los israelitas deseaban ocupar la Tierra Prometida. Me lo suplicaron y se lo concedí. David deseaba vencer a Goliat. Me rogó y lo obtuvo. Mis apóstoles deseaban que se les aumentara su fe. Me imploraron ese favor y les fue otorgado con enorme generosidad. Y tú… ¿qué deseas que te conceda?
¿Qué puedo hacer por tus amigos? Por tus superiores, por las personas que viven en tu casa, en tu barrio, en tu vereda, por aquellos por los cuales tendrás que dar cuenta el día del juicio?

Jeremías oró por su ciudad, Jerusalén, y Dios la llenó de bendiciones. Daniel oraba por sus paisanos y obtuvo que se les disminuyeran muchas penas.

Y tú ¿qué me pides para tus vecinos, para tu barrio? ¿Para tu región, para tu patria?…

¿Y por tus padres? Si están muertos recuerda que "es una obra santa y buena rogar a Dios por los muertos para que descansen de sus penas".

Y si están vivos, ¿qué deseas para ellos? ¿más paciencia en sus penas, salud? ¿un genio agradable?
¿entendimiento y comprensión en toda la familia?

Los ruegos de un hijo no pueden ser desechados por quien estuvo treinta años dando ejemplos de amor filial en Nazaret.

Práctica: Daré una ayuda al Templo o a una obra religiosa.



SEXTO DOMINGO

Consideración: Jesús se transfigura glorioso

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (17, 1-9)

Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.

Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.
Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.»

Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.

Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

Si tienes algún familiar que necesita un favor, dirígeme por él o ella tus oraciones, que yo haré de tu familia un templo de amor y consuelo, y derramaré a manos llenas sobre tus familiares las gracias y auxilios que necesitan para ser felices en el tiempo y en la eternidad.

¿Y por mí? ¿No te sientes con deseos de mi gracia y amistad? ¿No quisieras hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas tal vez mucho, pero que viven alejados de la religión o no la practican como debieran?

Soy dueño de los corazones y los llevo dulcemente, sin prejuicio de su libertad, hacia la santidad y el amor de Dios. Pero necesito personas que oren por ellos.

En el evangelio dejé esta promesa: "El Padre Celestial dará el buen espíritu a los que se lo pidan". Pídeme para tus familiares ese buen espíritu, ese acordarse de la eternidad que les espera, ese prepararse un buen tesoro en el cielo haciendo en esta vida muchísimas obras buenas y orando sin cesar.

Al trabajar por la salvación de los de tu familia y de otros, no olvides nunca la estupenda promesa del Profeta "Los que enseñen a otros a ser buenos, brillarán como estrellas por toda la eternidad".

Práctica: Entraré a un Templo y haré una breve oración.



SÉPTIMO DOMINGO

Consideración: Jesús multiplica los panes

Lectura del Santo Evangelio según San Juan: (Jn 6, 1-15)

Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le
seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos.

Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque Él sabía lo que iba a hacer.

Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos 5.000.
Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.»

Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.»

Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame. Cuéntame alma desolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha menospreciado?

Dime si te sale mal tu empresa y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras interesarme algo en tu favor?

Acércate a mi corazón que tiene bálsamo eficaz para todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo y acabarás en breve por decirme que a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, porque "las personas de esta vida no son comparables con la inmensa gloria que nos espera como premio en la eternidad".

¿Sientes desvío de parte de algunas personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadas se alejan
de ti sin que les hayas dado motivo? Ruega por ellas. Mi amigo Job rezó por los que le correspondían
muy ingratamente, y la bondad divina los perdonó y los volvió a su amistad.

Práctica: Hablaré de algo que agrade y haga bien al alma.



OCTAVO DOMINGO

Consideración: Jesús en la última cena nos da ejemplo de humildad y caridad

Lectura del santo Evangelio según San Juan ( Jn 13, 1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñe.

Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.» Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.» Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.»

Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho.

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

¿Y no tienes tal vez alguna alegría que contarme? ¿Por qué no me haces participe de ellas como buen amigo? Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y ha hecho sonreír tu corazón. Quizás has tenido agradables sorpresas. ¿Quizás han desaparecido ciertas angustias o temores por el futuro? ¿Has vencido alguna dificultad o salido de algún lance apurado?
Obra mía es todo esto y yo te lo he proporcionado.

Cómo me alegran los corazones agradecidos que como el leproso curado vuelven a darme las gracias, pero cómo me entristecen esos desagradecidos que como los 9 leprosos del Evangelio no vuelven a agradecer los beneficios recibidos. Recuerda que "quien agradece un beneficio obtiene que se le concedan muchos más". Dime un “gracias” siempre con todo tu corazón.

¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A las personas humanas se les engaña fácilmente. A Dios no. Háblame pues con toda sinceridad. ¿Tienes
firme resolución de no exponerte más a aquella ocasión de pecado? ¿De privarte de aquella revista, periódico, película, programa de habladuría que hace daño a tu alma? ¿De no leer más ese libro que
excitó tu imaginación? ¿De no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma? ¿De guardar
silencio cuando te venga la cólera, porque " las personas imprudentes dicen todo lo que sienten cuando están con mal genio, pero las personas prudentes se callan siempre cuando están de mal humor y saben disimular las ofensas que reciben”.


Práctica: Apartaré ropas o alimentos para dar a los pobres.



NOVENO DOMINGO

Consideración: Jesús resucitado felicita a quienes tienen fe.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan – Jn 20, 19-31

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
«La paz con vosotros.»

Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.»

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»

Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en Su Nombre.

Palabra de Dios.


Habla Jesús:

Recuerda mis palabras: “Si saludáis sólo a los que os aman, ¿qué premio tendréis? También los malos hacen eso. Perdonad y seréis perdonados. Un rostro amable alegra los corazones de los demás”.

¿Quieres hacer el propósito de no hablar mal de nadie, aunque creas que lo que dices es verdad? ¿De no quejarte de lo dura que es la vida? ¿De ofrecerme tus sufrimientos en silencio, en vez de andar renegando de tus penas? ¿De apartar cada día un ratito para leer algo provechoso, especialmente la Biblia?

Así se dirá también de ti: “Quien escucha la palabra de Dios y la practica, será como casa edificada sobre la roca, no fracasará”.

¿Volverás a ser amable con las personas que te han tratado mal? ¿Tendrás de hoy en adelante un rostro alegre y una sonrisa amable? ¿Aún con aquéllos que no sienten mucha simpatía por ti?

Y ahora vuelve a tus ocupaciones. Pero no olvides los minutos bíblicos de grata conversación que hemos tenido aquí en la soledad del Santuario. Guarda en lo que puedas silencio, modestia y caridad con el prójimo. Ama a mi Madre que lo es también tuya. Recuerda que ser buen devoto de la Virgen María es señal de segura salvación.

Y vuelve a visitarme otra vez pronto, con el corazón más amoroso todavía. En el mío encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

No olvides jamás mi estupenda promesa: “Según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán”. Amén. Aleluya.

Práctica: Pediré perdón a Dios por mis pecados.


Gozos

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor
Tú serás el Dueño
De mí corazón.

Niño amable de mi vida
Consuelo de los cristianos.
La gracia que necesito
Pongo en tus benditas manos.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mí corazón.

Tú sabes mis pesares
Pues todos te los confío
Da la paz a los turbados
Y alivio al corazón mío.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor
Tú serás el Dueño
de mí corazón.

Y aunque tu amor no merezco
No recurriré a Ti en vano
Pues eres Hijo de Dios
Y consuelo del cristiano.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor
Tú serás el Dueño
de mí corazón.

Acuérdate oh Niño Santo
Que jamás se oyó decir
Que alguno te haya implorado
Sin tu auxilio recibir.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor
Tú serás el Dueño
de mí corazón.

Por eso con fe y confianza
Humilde y arrepentido
Lleno de amor y confianza
Este favor yo te pido.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor
Tú serás el Dueño
de mí corazón.


Oración final

Oh Jesús: “Tú has dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Por eso vengo a pedirte con toda fe:

(Mencionar favor a pedir)

Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño: Te amo tanto, Tú lo sabes, pero quiero amarte más, amarte hasta morir.

Ven a mí, Niño Jesús, ven a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados.

Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre.

Aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tú vas conmigo, Tú Cetro poderoso me defiende, Tú Bondad y Tú Misericordia me acompañarán todos los días de mi vida.

Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo.

Tuyo es mí ser pues lo creaste; tuya es mi alma pues la redimiste en la cruz con el precio de tu Sangre.

Te proclamo como mi Salvador y mi Amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor. Te adoro como a mi Dios y Soberano Señor.

Demuéstrame una vez más que me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares.

Jesús, José y María, libradnos de todo mal.

Jesús, José y María; salvad nuestras almas. Amén

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




FUENTES: forosdelavirgen.org

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