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LEGADO DE CONCHITA CABRERA DE ARMIDA: DAR SU VIDA POR LA IGLESIA Y LA SALVACIÓN DEL MUNDO



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“El punto central de la mística de María Concepción Cabrera Arias de Armída, fue su amor apasionado por Jesús y su deseo de darlo a conocer a todos los pueblos”, así se refería de ella el Card. Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las causas de los Santos, sobre las virtudes cristianas de la nueva beata mexicana



El sábado tuvo lugar la ceremonia de Beatificación en la Ciudad de México en la Basílica de Guadalupe, presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y el cardenal Carlos Aguiar Retes, Primado de México. Y a la misma hora en la periferia romana en la parroquia de Santa Bárbara se celebró también una misa para vivir en contemporánea esta celebración de Beatificación.


SU HISTORIA

La voluntad del Padre de salvar a todos los hombres encuentra expresión en la Encarnación, en Misterio Pascual, en el don del Espíritu Santo y en el sacerdocio común de los fieles.

Aceptar la cruz en la vida, asumiéndola como una oportunidad de participar con la propia vida en la obra salvador de Jesús, uniéndose a Él como una ofrenda total desde las penalidades de la vida ordinaria, siguiendo a Cristo sacerdote, quien nos comunica su sacerdocio desde el sacramento del bautismo, es el fundamento de la espiritualidad de la cruz.

Hacer vida esta espiritualidad fue un proceso que se fue develando en Concepción Cabrera de Armida, la nueva beata mexicana, quien fue profundizando en su vida, el misterio redentor de Jesús, víctima, pero también sacerdote, un misterio que se nos transmite por el don del Espíritu Santo.

Concepción Cabrera de Armida, Conchita, como se le conocía, nació en San Luis Potosí, el 8 de diciembre de 1862. Sus padres fueron Octaviano Cabrera Lacavex y Clara Arias de Cabrera. Fue parte de una familia que constaba de 12 miembros.

Su vida se desarrolló dentro del común denominador de su época y aunque vivió la vida normal de una joven de su tiempo, empezó a sentirse impulsada a una mística espiritualidad, que muchas veces las banales pretenciones de su ambiente creaban un conflicto interno en ella.

Desde muy temprana edad, conoció a quien sería el amor de su vida, Francisco Armida García, originario de Monterrey, con quien contrajo matrimonio a la edad de 22 años. Después de una vida dedicada a su familia, le llegó el sufrimiento al perder a su esposo, cuando solo tenían 15 años de casados.

Sin desfallecer ante la realidad de las penalidades afrontadas, pues después perdería a tres de sus hijos, aún siendo joven, se dedicó a la tarea de sacar adelante a su familia.

Cuando todavía vivía su esposo, Conchita había asistido a un retiro espiritual y ahí sintió el impulso de dedicarse a la salvación de las almas, asumiéndolo como una tarea para su vida y decidida se lanzó a realizar esta misión.

El ser esposa y madre no la alejó de la vida espiritual. Un día estando en ejercicios espirituales escuchó, claramente y sin dudarlo, una voz que le decía: Tu misión es salvar almas. Todo su anhelo era pertenecer al Señor. Grabó en su pecho el Santísimo nombre de Jesús, un sentimiento nuevo y grande le hizo exclamar: “Jesús, salvador de los hombres, sálvalos”.


Entregada a Dios y a su familia

De sus nueve hijos, una, Concha, fue religiosa de la Cruz del Sagrado Corazón, congregación que ella fundó, y un hijo, Manuel fue jesuita. El cuidado de ellos ocupó la mayor parte de su vida y desde entonces comenzó para ella otra vida espiritual, llena de gracias y favores. Sus días eran del Señor, de su familia y de sus obligaciones. Tras la muerte de su esposo, lejos de quedarse hundida en la depresión sacó adelante los hijos, haciendo todo lo que estaba en sus manos, para poder superar los efectos de la crisis económica en la que se encontraban. Aprendió a confiar en Dios, dejándose hacer y deshacer por el Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de la Santísima Virgen María. Nunca se dejó vencer por el miedo o el desaliento.


Inspiradora de las Obras de la Cruz

Conchita fue la inspiradora de las cinco obras de la Cruz: Apostolado de la Cruz (1894), Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (1897), Alianza de Amor (1909), Fraternidad de Cristo Sacerdote (1912) y Misioneros del Espíritu Santo (1914). Al cabo de un tiempo Conchita perdió también a sus hijos, comenzó para ella la soledad y con ella la última etapa de su vida. Tenía a Dios que no la dejaría sola jamás. Sus directores espirituales le ordenaron que escribiera todas las comunicaciones que recibiera de parte de Dios. Así fue como escribió varios libros. La fecundidad de Conchita se prolongó, no sólo en su familia de sangre y en sus escritos, sino también en su familia espiritual. De su espíritu viven las cinco Obras de la Cruz, nueve Congregaciones Religiosas y Movimientos de Pastoral.

Concepción Cabrera de Armida, murió en la ciudad de México el 3 de marzo de 1937, con fama de santidad. En 1959 se inició el proceso de Beatificación en Roma, Fue declarada Venerable por el Papa San Juan Pablo II el 20 de diciembre de 1999. Para el estudio del Milagro, las pruebas fueron estudiadas en la diócesis de Monterrey del 11 de marzo de 2011 al 14 de mayo de 2015.


El Milagro por el cual es Beata

El Congreso de los médicos en Roma fue el 23 de noviembre de 2017 donde se aprobó una curación inexplicable.

En la tarde del 22 de mayo de 2008, el Sr. Jorge Treviño por la oración hecha al Señor por intercesión de Conchita, fue curado de manera inexplicable de una parálisis general que tenía, que no lo dejaba moverse, caminar, etc… de estar paralizado, prácticamente al día siguiente salió caminando del hospital de San José, en Monterrey, N.L.

El 1º de marzo de 2018, el Congreso de los teólogos de la Congregación de las causas, aprobaron que el milagro fue por intercesión de al Venerable Sierva de Dios y en el Congreso Ordinario de los Cardenales y obispos del día 5 de junio de 2018, aprobaron lo dicho anteriormente y lo presentaron al Papa para la promulgación del decreto que habla de tal milagro. Tal decreto ha sido emitido el día 8 de junio de 2018, Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Todavía no se ha concretado la fecha exacta de la Beatificación, que será celebrada en la Ciudad de México el año próximo.


FUENTE: noroeste.com.mx / vaticannews.va 


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