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UN LLAMAMIENTO AL AMOR. Sor Josefa Menéndez.

EL DEMONIO.

¡Ah!- ruge blasfemando-, si quiero tener segura a un alma, no necesito más que hacer brotar en ella el orgullo...

Si quiero perderla del todo, me basta con dejarla seguir sus orgullosos instintos.

"En la soberbia está mi victoria y no descansaré hasta verla abundar en el mundo. Por ella perdi: no puedo consentir que las almas se salven por humildad. Pues está fuera de duda que las almas que llegan a la cumbre de la santidad son las que se han abismado más hondamente en la humildad"

Sor Josefa experimentó las penas espantosas que padecen en el infierno los religiosos infieles. No se atreve a describirlo. Anota, sin embargo, que estas tres palabras: POBREZA, CASTIDAD, OBEDIENCIA, se imprimen en el fondo del alma como una acusación y un remordimiento. Otro padecimiento que padece es la vergüenza.

Fija los ojos en el cielo, y todo lo de aqui abajo considéralo como nada. El sufrimiento es la vida del alma. El alma que sabe aprovechar el valor del sufrimiento vive la verdadera vida. (San Juan el Evangelista, a Sor Josefa).

"Hija mía, si quieres dar mucha gloria a Jesús y que se salven muchas almas, déjale que haga de tí lo que quiera y abandónate a su amor." (La Virgen Santísima a Sor Josefa).

1 comentario:

  1. Nuestro Señor le dijo a Monseñor Ottavio Michelini: Lo que es extremadamente penoso es el hecho de que muchos de mis sacerdotes, antes que confiarse humildemente al Magisterio infalible de Mi Iglesia,erigiéndose con presunción en maestros, se han coaligado con los enemigos de la verdad, se han vuelto responsables de la difusión de no pocas herejías con gran daño para las almas.
    ¿Porqué tantos sacerdotes míos se hacen promotores con Satanás de tanto daño para las almas? La soberbia ciega, si verdaderamente ciega.

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