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IN ARTICULO MORTIS: LA ÚLTIMA BATALLA.



UN TEMA DEL QUE HOY SE PREFIERE NO HABLAR 

Cuando Lucifer y sus demonios advierten que un hombre está cercano a la muerte emplean toda su malicia y astucia para agredir espiritualmente al enfermo. Lo acechan y, con diversas tentaciones, buscan su perdición final. Saben que se dará la última batalla y emplean toda su fuerza.

Como leones rugientes ante una presa herida, merodean a su alrededor, consideran sus puntos débiles y ahí -precisamente- inician el ataque. ¿Cuáles han sido sus mayores faltas y pecados? Ese es su flanco frágil y pretenden hacerlo caer. Le hacen dilatar en pedir ayuda espiritual y los sacramentos. Buscan convencerlo de que habrá tiempo más adelante para ello. Le sugieren que su enfermedad no es tan grave. Al mediocre, buscan entibiarlo espiritualmente más. Le inspiran que sus faltas no son graves y que no hay mucho de qué arrepentirse, o que podrá diferir su arrepentimiento. Si acude a los sacramentos, buscan que los reciba sin las debidas condiciones. Al hombre sensual lo atacan por ese mismo sendero de su defecto. Al orgulloso le alimentan su soberbia. En general, buscan que el moribundo no admita las divinas inspiraciones, ni tenga verdadero dolor de los pecados, ni haga penitencia por su mala vida. Al timorato le hacen desconfiar de la misericordia divina y buscan su desesperación.

Pocos son los hombres santos y virtuosos, como lo fue San José, que se libran de las asechanzas demoníacas al morir. Y si a los hombres de virtud probada acomete el demonio en sus últimos momentos con pruebas diversas (como hacerles dudar de Dios y su misericordia, de la existencia de la Mansión eterna para los elegidos, etc.), mayores elementos para esa batalla final le habrán proporcionado quienes han llevado una existencia lejana a Dios y han vivido una "moral" transigente con los falsos "valores" del mundo. El más pecador tiene más flancos por donde puede ser acometido y el demonio sabe bien cuáles son.

El moribundo necesita de ayuda espiritual, de ahí el gran crimen de no llevársela por miedo a que se espante o la rechace. La genuina caridad no puede reparar en eso. Es más importante su salvación eterna que cualquier consideración humana. Preferible es espantarse en esta vida y no en la otra. Facilitémosle la Confesión, la Extremaunción, el Viático y busquemos que alcance una indulgencia plenaria.

LA VIDA ES EL TIEMPO QUE DIOS NOS DA PARA DECIDIR

La regla general es que se muere como se vive. Cierto, hay excepciones. Dimas -el buen ladrón- robó el cielo desde su cruz, al arrepentirse perfectamente de sus faltas por puro amor a Dios, al ver -en persona- la agonía de Cristo. Pero no es la norma, ¡no te confíes!. De ahí que si la vida es el tiempo que Dios no da para decidir, vivámosla siempre en gracia. Y si tenemos la desgracia de caer, de inmediato levantémonos, realicemos un acto de contrición perfecto, propongámonos confesarnos a la brevedad y, efectivamente, acudamos pronto al sacramento de la Penitencia. El asunto es vivir, día a día, en gracia santificante, como si fuese el último de nuestra vida, para que éste no llegue en silencio y nos sorprenda.

Pide a Dios la perseverancia final, solicita la intervención de la dulcísima Virgen María "ahora y en la hora de nuestra muerte". Ruega al Señor Todopoderoso que desvanezca los engaños de los demonios, y quebrante sus lazos y consejos que arman contra quienes hoy morirán. Reza diariamente por los agonizantes para que Dios los conforte y los inspire en su última batalla y salgan airosos de ella, y así alcancen la bienaventuranza eterna. Pide por ellos, y pide por ti y tus familiares, para cuando llegue esa hora.

Preparémonos desde ahora para esta última y decisiva batalla, no abramos flancos al demonio para ella. A algunos les tocará librarla, a otros la muerte los sorprenderá como un sueño que los roba en silencio. Lástima del que sea así sorprendido en pecado grave. Silencioso o en batalla...¡estemos siempre preparados para el final! Si queremos y ponemos los medios, seguramente será nuestro el triunfo. Ante Dios, es gran mérito salir airoso de las tentaciones y será para mayor bien. Y tengamos siempre presente que, acogiéndonos a su auxilio, Dios nunca nos dejará de su mano ni permitirá que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Si nos lo proponemos, con los ruegos y la intercesión de la dulcísima Virgen María, triunfaremos en esa dura batalla final para alcanzar a Dios por los siglos de los siglos.

Madre Nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte...


EL SECRETO DE MARÍA (DE SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT) (Primera parte)

El Secreto de María 

(San Luis María Grignion de Montfort)




Introducción

Aquí tienes, alma predestinada, un secreto que me ha enseñado el Altísimo, y que en ningún libro antiguo ni moderno he podido encontrar. Voy a confiártelo con la gracia del Espíritu Santo; pero con estas condiciones: 

1) Que no lo comuniques sino a las personas que lo merezcan, por sus oraciones, sus mortificaciones, sus limosnas, sus persecuciones, su abnegación y su celo por el bien de las almas.

2) Que te valgas de él para hacerte santa y espiritual; porque la importancia de este secreto se mide por el uso que de él se hace. Cuidado con cruzarte de brazos, sin trabajar; que mi secreto se convertirá en veneno y vendrá a ser tu condenación. 

3) Que todos los días de tu vida des gracias a Dios, por el favor que te hace al enseñarte un secreto que no mereces saber. 


Y a medida que lo vayas poniendo en práctica en las acciones ordinarias de la vida, comprenderás su precio y excelencia; que, al principio, por la multitud y gravedad de los pecados y aficiones secretas que te atan, sólo imperfectamente lo conocerás. 


No te dejes llevar de ese deseo precipitado y natural de conocer la verdad, di primero devotamente, de rodillas, el Ave Maris Stella y el Veni Creador Spiritus, para pedir a Dios la gracia de entender y saborear este misterio divino. 

Como tengo poco tiempo para escribir y tú tienes poco para leer, te lo diré en compendio. 

Primera Parte 

Necesidad de una verdadera devoción a María 

I. La gracia de Dios es absolutamente necesaria. 

3) Lo que de ti quiere Dios, alma que eres su imagen viva, comprada con la sangre de Jesucristo, es que llegues a ser santa, como Él, en esta vida, y glorificada, como Él, en la otra.

Tu vocación cierta es adquirir la santidad divina; y todos tus pensamientos, palabras y obras, tus sufrimientos, los movimientos todos de tu vida a eso se deben dirigir; no resistas a Dios, dejando de hacer aquello para que te ha criado y hasta ahora te conserva.

¡Qué obra tan admirable! El polvo trocado en luz, la horrura en pureza, el pecado en santidad, la criatura en su Creador, y el hombre en Dios. Obra admirable, repito, pero difícil en sí misma, y a la naturaleza por sí sola imposible. Nadie si no Dios con su gracia y gracia abundante y extraordinaria puede llevarla a cabo; la creación de todo el universo no es obra tan grande como ésta. 

4) Y tú, alma, ¿cómo lo conseguirás? ¿Qué medios vas a escoger para levantarte a la perfección a que Dios te llama? Los medios de salvación y santificación son de todos conocidos; señalados están en el Evangelio, explicados por los maestros de la vida espiritual, practicados por los santos. Todo el que quiera salvarse y llegar a ser perfecto necesita humildad de corazón, oración continua, mortificación universal, abandono en la Divina Providencia y conformidad con la voluntad de Dios. 

5) Para poner en práctica todos estos medios de salvación y santificación, nadie duda que la gracia de Dios es absolutamente necesaria y que, más o menos, a todos se da. Más o menos digo, porque Dios, a pesar de ser infinitamente bueno, no da a todos el mismo grado de gracia, aunque da a cada uno la suficiente. El alma fiel con mucha gracia hace grandes cosas, y con poca gracia, pequeñas. Lo que valora y hace subir de quilates nuestras acciones es la gracia dada por Dios y seguida por el alma. Estos principios son incontestables. (...)

Continuará. 

OREMOS DIARIAMENTE A NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA.


El Ángel Custodio 



- Desde pequeños, a casi todos, nuestros padres nos enseñaron a rezarle al Ángel de la Guarda. 

Algunos siguen rezándole, otros lo han olvidado. En este folleto queremos platicarte todo lo que la Iglesia Católica enseña sobre los Ángeles, y en especial sobre ese Ángel que Dios te asignó exclusivamente para que te acompañe cada día a ti. 

LOS ÁNGELES 

VERDAD DE FE 

- El catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que los Ángeles sí existen. Dios hizo seres que son sólo espíritu (no tienen cuerpo). La sagrada escritura les llama ÁNGELES.

¿QUIÉNES SON LOS ÁNGELES?

- Son seres espirituales que contemplan constantemente a Dios (Mt 18,10), están atentos a sus órdenes y a la voz de su palabra (Sal 103,20). 
- Los ángeles tienen inteligencia. Una inteligencia muy superior a la de los hombres.
- Los ángeles tienen voluntad.
- Son inmortales , es decir, que nunca mueren.
- Superan en perfección a todas las criaturas visibles.


LOS ÁNGELES EN LA HISTORIA DEL HOMBRE.

- La palabra ÁNGEL significa ¨enviado¨. Los ángeles son entonces los mensajeros de Dios.

- Desde que Dios creó al mundo y al hombre, vemos que en los momentos más importantes de la historia humana, uno o varios ángeles, dejándose ver a veces en forma de cuerpo, han sido mandados por Dios para comunicar al hombre sus designios o su voluntad. Son los ángeles los que cierran el paraíso cuando Adán y Eva desobedecen a Dios; detienen la mano de Abraham cuando va a sacrificar a su hijo; ayudan a los profetas; conducen al pueblo judío en busca de la tierra prometida; anuncian nacimientos y vocaciones. Finalmente el Ángel Gabriel anuncia a la Virgen Maria el nacimiento de Jesús.

- La vida de Jesús, está rodeada de la adoraciòn y del servicio de los ángeles. En la Biblia podemos leer que los ángeles: anuncian a los pastores que Jesús ha nacido; protegen la infancia de Jesús cuando avisan a José que huya a Egipto porque Herodes busca al niño para matarlo; sirven a Jesús en el desierto; lo reconfortan en su agonía en el Huerto de Getsemaní; anuncian a las mujeres que van a la tumba, que Cristo no està en el sepulcro sino que ha resucitado.

- La Biblia nos enseña también que los ángeles estarán presentes cuando Cristo vuelva al final del mundo para hacer el Juicio Final. 


EL ÁNGEL CUSTODIO 

- Dios ama infinitamente a cada uno de los hombres. Tanto les ama que ha dispuesto un ángel especialmente para cada hombre. Este ángel se llama el ÁNGEL CUSTODIO o el ÁNGEL DE LA GUARDA.

- Así como un padre, cuando el hijo tiene que viajar por caminos peligrosos, hace que le acompañe una persona mayor que le cuide y defienda de los peligros, de igual manera nuestro Padre
del Cielo, durante la vida (que es el viaje a nuestra verdadera patria que es el cielo), a cada uno de nosotros nos da un ángel para que nos acompañe.


MISIÓN DEL ÁNGEL CUSTODIO 

- La misión del ángel custodio es AYUDAR AL HOMBRE A ALCANZAR SU SALVACIÓN, es decir, a llegar al cielo.

- Así como los hermanos mayores cuidan de los pequeños, así los ángeles custodios nos asisten a los hombres hasta introducirnos felizmente en la casa paterna. Entonces habrán cumplido su misión.

- Es doctrina que todos y cada uno de los hombres, bautizados o no, tienen su Ángel Custodio.

Su misión comienza en el momento de la concepción del hombre y termina hasta el momento de la muerte.


¿CÓMO PUEDE AYUDAR EL ÁNGEL CUSTODIO? 

- Tu Ángel Custodio es una muestra más del amor y de la bondad de Dios contigo.

- A tu Ángel Custodio, Dios le permite llegar directamente a tu imaginación (sin palabra alguna), suscitando imágenes, recuerdos, impresiones que te señalen el camino correcto a seguir. 

Tu Ángel Custodio puede ayudarte de las siguientes formas: 

a) Darte AUXILIO ESPIRITUAL:

Puede si tú se lo pides, ayudarte a que tu oración sea mejor, a que no te distraigas, puede sugerirte propósitos para mejorar o formas de concretar algún buen deseo, puede ayudarte en el apostolado, en el trato con las personas que te rodean... 

b) Darte, además, algún AUXILIO MATERIAL: 

Puede si se lo pides, ayudarte en las pequeñas necesidades de la vida cotidiana como por ejemplo: no perder el autobùs, ayuda en un examen que has estudiado, encontrar algo que habías perdido, acordarte un asunto olvidado que es necesario tener presente... 

c) PROTEGERTE de los peligros del alma: tu Ángel Custodio te cuida contra las tentaciones que te invitan a cometer un pecado. 

d) PROTEGERTE de los peligros del cuerpo: por ejemplo un tropiezo, un choque, un accidente, una enfermedad... La Biblia dice: ¨Te enviará a sus ángeles para que no tropieces en piedra alguna¨ (Sal 90,11). 

e) Darte consejo prudente. Llamarte al bien. 

f) Animarte. 

g) Confortarte, consolarte. 

h) Ayudarte en todo aquello que sea bueno en tu camino de salvación. 

- Finalmente es importante que recuerdes que los ángeles no tienen el poder de Dios ni su sabiduría infinita. Pueden ayudarte porque Dios se los permite. 

TRATO CON EL ÁNGEL CUSTODIO 

- La tradición cristiana nos invita a tratar y a acudir a nuestro Ángel Custodio.

- ¿ Cómo has de tratar a tu Ángel Custodio ? 

a) Con naturalidad, con confianza como a un amigo.
b)Con respeto porque es un ser superior a ti y porque está en presencia de Dios viéndole cara a cara.
c) Con cariño
d) Con agradecimiento por el amor con que realiza la misión de cuidarte que Dios le ha dado.
e) El ángel custodio no puede leer el interior de tu conciencia (como lo hace Dios), por eso 
es necesario que le hables mentalmente para que te entienda.

ORACIÓN AL ÁNGEL CUSTODIO 

- Existen dos oraciones breves que sirven desde que somos niños y que continúan haciéndonos bien cuando ha pasado ya buena parte de la vida y seguimos teniendo la misma necesidad de protección y amparo: 

ANGELITO DE MI GUARDA 
MI DULCE COMPAÑÍA
NO ME DESAMPARES NI DE NOCHE NI DE DÍA, HASTA DEJARME EN LOS BRAZOS DE JESÚS Y DE MARÍA. ÁNGEL DEL SEÑOR, 
QUE ERES MI CUSTODIO, 
PUESTO QUE LA DIVINA PROVIDENCIA ME ENCOMENDÓ A TI,
ILUMÍNAME, GUÁRDAME, RÍGEME Y GOBIÉRNAME EN ESTE DIA.

PROPÓSITO DEL MES:

- De hoy en adelante, trataré más a mi Ángel Custodio. Seré su amigo, le pediré su ayuda.
- También le mostraré mi estima recitando todos los días una de estas dos oraciones.


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ÁNGEL DE DIOS QUE ME HAS SIDO CONCEDIDO POR LA DIVINA PROVIDENCIA, CUÍDAME, PRETÉJEME, GUÍAME, AMPÁRAME E INSPÍRAME LO QUE DEBO DECIR HACER O PENSAR PARA AGRADAR SIEMPRE Y EN TODO A NUESTRO DULCE PAPÁ DIOS.  Carlos Martín (Desde Colombia).

OREMOS... ...




Oración por el Papa Benedicto XVI

Oremos por el Santo Padre, vicario de Cristo en la tierra.

Elevamos nuestra oración por el Papa Benedicto XVI, para pedirle a Dios, dador de todo bien, siga velando con amor y solicitud por su Iglesia, de manera que sea instrumento de salvación para todos los hombres.

Oremos por la Santa Iglesia Católica, para su unidad en torno a nuestro pastor, el Papa Benedicto XVI, sea un testimonio vivo ante el mundo de la presencia de Dios entre nosotros.

Oremos por el Santo Padre, Benedicto XVI, vicario de Cristo en la tierra, para que Dios le conceda fortaleza, prudencia y caridad en el servicio a la Iglesia universal.

Oremos por todos los pastores de la Iglesia: obispos, presbíteros y diáconos, para que sean ejemplo de adhesión incondicional a la Sede de Pedro y su ministerio sea un servicio desinteresado a nuestra Santa Madre la Iglesia.

Oremos también por todos los católicos, para que acojamos con actitud de fe y amor sobrenatural al Papa, Benedicto XVI, y él pueda contar con la adhesión y fidelidad de todos sus hijos. Con María, oremos al Señor.

Amén.

Oración por el Papa

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia...

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el Papa. 

En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego. 

Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica. 

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas. 

Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. 

Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención.

Amén.


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Oración por las vocaciones

Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas...


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar con ojos de de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
dános vocaciones, danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.

Oh Jesús danos sacerdotes y religiosos según tu corazón.

Amén.


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Los siete dolores en honor a la Madre Dolorosa

Acudamos a nuestra Madre en los momentos de dolor.

Son siete Gracias que la Virgen Maria concede a las almas que la honren diariamente, considerando sus lágrimas y dolores con siete Avemarías.

GRACIAS: “ Pondré paz en sus familias. Serán iluminados en los Divinos Misterios. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos. Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la salvación de sus almas. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida. Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte. Verán el rostro de su Madre. Los que propaguen esta devoción sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.”

1º DOLOR. LA PROFECÍA DE SIMEON:
Madre nuestra Santísima, por el dolor que tuviste al escuchar la profecía de Simeón, y porque viviste con el temor de Madre de aquella hora, ten compasión de nosotros y haz que escuchemos siempre la voz de Dios en nuestras almas y no la desoigamos jamás. Avemaría.

2º DOLOR. LA HUIDA A EGIPTO:
Madre Santísima, por el dolor que tuviste al huir a Egipto, viviendo en el destierro y la extrema pobreza ten compasión de nosotros y haz que huyamos de todo pecado. Avemaría.

3º DOLOR. EL NIÑO PERDIDO:
Madre Santísima por el dolor que tuviste cuando se perdió el Divino Niño Jesús, ten compasión de nosotros y no permitas que perdamos la amistad de Dios cometiendo voluntariamente un pecado mortal. Avemaría.

4º DOLOR. EL ENCUENTRO DE MARIA CON CRISTO EN EL CAMINO DEL CALVARIO:
Madre nuestra Santísima, por el tremendo dolor que padeciste en la Calle de la Amargura, viendo a tu Hijo destrozado por los azotes y las espinas, el rostro mas bello cubierto de sangre, ten compasión de nosotros y haz que encontremos a Jesús propicio en la hora de nuestra muerte. Avemaría.

5º DOLOR. LA CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS :
Madre nuestra Santísima, por la espada que atravesó tu Inmaculado Corazón cuando tu Hijo inocente y puro fue desnudado y crucificado, ten compasión de nosotros y haz que podamos crucificar nuestros vicios y apetitos desordenados. Avemaría.

6º DOLOR. JESÚS ES DESCENDIDO DE LA CRUZ Y DESCANSA EN EL REGAZO DE SU MADRE:
Madre nuestra Santísima, por la pena que sentiste al recibir el cadáver de Jesús en tu regazo y examinar sus Santas Llagas, ten compasión de nosotros pecadores con quien El sufrió tanto y haz que lo recibamos cada día con mayor amor en la Sagrada Comunión. Avemaría.

7º DOLOR. LA SOLEDAD DE LA VIRGEN MARIA DESPUÉS DE DEJAR EL SEPULCRO:
Madre nuestra Santísima, por el dolor que tuviste al depositar apresuradamente el cuerpo inerte de Jesús en el sepulcro, dejándolo en la oscuridad y en el silencio, ten compasión de nosotros Madre de Misericordia y no nos abandones en la hora de nuestra muerte. Avemaría.

ORACIÓN:

Madre Santísima, por tus lágrimas vertidas con tanto dolor al pie de la Cruz, ten piedad de nosotros y alcánzanos un vivo dolor de nuestros pecados, la gracia de morir en brazos de tu Hijo Jesús y la gloria con El en el Paraíso.

Amen.

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Oración para pedir los dones y frutos del Espíritu Santo

El Espíritu Santo con concederá sus dones y frutos si se los pedimos.



ORACIÓN PARA PEDIR LOS DONES

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.

Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.

Intensifica mi vida interior, por el don de Entendimiento.

Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el don de Consejo.

Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.

Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.

Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don de Piedad.

Concédeme que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad. Así sea.


ORACIÓN PARA PEDIR LOS FRUTOS 

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.

Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

FE EN LA IGLESIA Y VATILEAKS

ALGUNAS RESPUESTAS.

Por:  Padre EDUARDO VOLPACCHIO 

Los sucesos que han salido a la luz en los últimos meses de filtración de documentos en la Santa Sede, son dolorosos y escandalizan a muchas almas buenas, que resultan confundidas con informaciones que no acaban de entender. 

Con este artículo sólo queremos dar una visión general de esos sucesos y reflexionar sobre la relación que pueden tener las miserias humanas con la fe en la Iglesia. 

La explicación más sencilla y clara de cómo estos sucesos pueden afectar la fe en la Iglesia, se da con un ejemplo. Si se lo entiende, se entendió todo y no hace falta más que transportar el ejemplo al otro campo. 

Jesús está realmente presente en la Eucaristía. Está en las especies de pan y de vino. Si el vino consagrado se avinagra, ¿qué pasa? ¿Esto afectaría mi fe en la Eucaristía (en el sentido de que produjera dudas de fe en mí, plantearme cómo puede ser que si allí está Cristo, el vino se avinagre)? ¿Se pudre acaso Dios? No, sencillamente deja de haber presencia eucarística. Si la especie del pan se echa a perder ¿Qué pasa? ¿Dios se ha enmohecido? No. La corrupción de los accidentes de pan y de vino, no afectan mi fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. 

Lo mismo sucede con los instrumentos libres de Dios: si yo –sacerdote– me pudro (me desvirtúo espiritualmente, me vuelvo polígamo, asesino…) ¿deja de tener valor lo que Dios hizo a través mío en los años de sacerdocio? No, sencillamente el instrumento se corrompió y dejó de ser instrumento (el problema es suyo, no de Dios). 

La libertad es un tesoro: Dios nunca querrá títeres: sólo se lo puede amar libremente, sólo se lo puede servir libremente. Lleva consigo, la posibilidad de fallas humanas. Un obispo infiel no justificaría que Dios impidiera que los obispos fueran libres… que estuvieran obligados a obrar bien. 

Que los hombres no estemos a la altura de la grandeza a la que Dios nos llama está dentro de los cálculos: Jesús no se equivocó al llamar a Judas, ni lo eligió para que fuera traidor… 

Si vamos a los sucesos de robos de cartas al Papa, a faltas de coincidencia o incluso de peleas entre personas, no es algo nuevo. Ya en la Iglesia primitiva, hubo faltas de sintonía humana. Bernabé y Saulo discutieron si llevaban o no a Marcos en el segundo viaje; y lo hicieron hasta tal punto que no se pusieron de acuerdo y cada uno partió por su lado... Los primeros cristianos tuvieron grandes disputas acerca de los bautizados provenientes del paganismo (¿debían vivir la ley mosaica?): tuvo que resolverlo el concilio de Jerusalén… 

Cristo pidió por la unidad en la Última Cena. Es importante, pero no es la fuente de la fe. Hemos de rezar por la unidad, trabajar por ella, y tener paciencia cuando vemos que falta, pidiendo a Dios perdón por las faltas de caridad y de justicia que supone. 

Para una persona de fe, el hecho de que los hombres podamos fallar no representa ningún problema. Porque Dios no falla, y a nosotros la conciencia de nuestra falibilidad nos ayuda a aceptar lo poco que somos y ser humildes. 

Es cierto que para una persona sin fe –con una fe poco madura– , sí le provoca un problema: las miserias humanas le dificultan descubrir a Cristo presente en la Iglesia, le resulta un obstáculo para descubrir la fe. 

¿Qué es lo que ha sucedido? 

Se han publicado cartas privadas dirigidas al Papa. 

¿Es tan terrible? No. Los “documentos secretos” de los que hablan los medios de comunicación, no son documentos secretos, son cartas personales dirigidas al Papa. ¿Qué muestran? ¿Una corrupción terrible? No, sencillamente muestran el clima de confianza que existe en la Iglesia: todos los obispos –y cualquiera- pueden escribirle al Papa transmitiendo sus opiniones, preocupaciones, inquietudes, pidiendo medidas… ¿Es malo? No, es buenísimo. 

Cualquier duda, sugiero preguntar a los políticos argentinos el margen de dar opinión que tienen en sus respectivos partidos políticos… 

Lo malo violar esa confianza. Evidentemente atenta contra ese clima. 

Dato: pocas personas en el mundo tienen el conocimiento de lo que sucede en todo el mundo que tiene el Papa: visitas ad limina: todos los obispos cada 5 años pasan y despachan. Lo mismo en todas las Congregaciones Romanas. 

Como resumen, cito una entrevista al Arzobispo Becciu, publicada en L´Osservatore Romano, y resumida por Zenit: 

El arzobispo Becciu afirma que ha visto al santo padre “dolido, porque, por lo que ha podido verse hasta ahora, alguien cercano a él parece responsable de comportamientos injustificables desde cualquier punto de vista. Cierto, en el papa prevalece la piedad por la persona implicada. Pero queda el hecho de que ha sufrido una acción brutal: Benedicto XVI ha visto publicadas cartas robadas de su casa, cartas que no son simple correspondencia privada, sino informaciones, reflexiones, manifestaciones de conciencia, incluso desahogos que ha recibido únicamente en razón de su ministerio. También por eso el pontífice está particularmente dolido, por la violencia que han sufrido los autores de las cartas o los escritos dirigidos a él”. 

Según monseñor Becciu, la publicación de estos documentos es “un acto inmoral de inaudita gravedad. Sobre todo porque no se trata únicamente de una violación, ya en sí misma gravísima, de la reserva a la que cualquiera tiene derecho, sino también de un vil ultraje a la relación de confianza entre Benedicto XVI y quien se dirige a él, también para expresar en conciencia una protesta. No se han robado simplemente algunas cartas al Papa, se ha violentado la conciencia de quien se ha dirigido a él como al Vicario de Cristo, y se ha atentado al ministerio del Sucesor del Apóstol Pedro”. 

Afirma que no se puede tratar de justificar la publicación de las cartas con una pretensión de transparencia y reforma de la Iglesia: no es lícito robar ni aceptar lo que otros han robado. “Son principios simples, quizá demasiado simples para algunos, pero lo cierto es que cuando alguien los abandona, se pierde fácilmente y lleva también a los demás a la ruina. No puede haber renovación que pisotee la ley moral, quizá basándose en que el fin justifica los medios, un principio que además no es cristiano”. 

Algunos de los artículos publicados por la prensa en estos días insisten en que las cartas robadas revelan un mundo turbio dentro de los muros del Vaticano. Monseñor Angelo Becciu señala al respecto que “por una parte, acusan a la Iglesia de gobernar de modo absolutista; por otra, se escandalizan de que algunos, escribiendo al papa, expresen ideas o quejas sobre la organización del gobierno mismo. Los documentos publicados no revelan luchas o venganzas, sino esa libertad de pensamiento que, en cambio, se dice que la Iglesia no permite. (…) Los diversos puntos de vista, incluso las valoraciones contrastantes, son más bien normales. Si alguien se siente incomprendido, tiene todo el derecho de dirigirse al Pontífice. ¿Dónde está el escándalo? Obediencia no significa renunciar a tener un juicio propio, sino manifestar con sinceridad y hasta el fondo el propio parecer, para luego aceptar la decisión del superior. Y no por cálculo, sino por adhesión a la Iglesia querida por Cristo”. 

En cuanto a la imagen del Vaticano que se está transmitiendo estos días, el arzobispo afirma que siente mucho que esté tan deformada, pero que “ello nos debe hacer reflexionar y estimularnos a todos nosotros a esforzarnos a fondo para hacer que se vea una vida más conforme con el Evangelio”. 


La parte periodística, la delego en unos videítos de Rome Reports, que recomiendo ver (***)

Estos sucesos, nos brindan la ocasión de recordar aspectos básicos sobre la naturaleza de la Iglesia: después de hablar de los Vatileaks, hablemos de la fe en la Iglesia. 

Fe en la Iglesia 

Tres principios básicos: 

1. Sin Iglesia no hay Jesús 

Lo hace presente. Jesús se hace presente en la Iglesia –y sólo en la Iglesia–. 

No es raro escuchar la falacia “Jesús sí, Iglesia no”. Es absurdo, por lo imposible (sin la Iglesia no es posible encontrar a Jesús en la tierra); es un contrasentido (contradice al mismo Jesús que fundó la Iglesia). 

Por señalar algunos ejemplos básicos: 

“Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…”: es decir, mi Iglesia –hay una Iglesia que Cristo fundó– está aquí, con Pedro. 

“Todo lo que ates, será atado en el cielo”: Jesús se comprometió a confirmar la acción de Pedro como cabeza de mi Iglesia, porque velará por él. 

“Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”: es decir, cuando quieran buscarme, búsquenme en la Iglesia, porque es allí donde estaré. 

“El Espíritu Santo los llevará a la verdad plena”: les he enseñado muchas cosas, pero necesitan que envíe el Espíritu Santo para que los conduzca a la verdad completa. 

No se puede entender a Jesús y su misión sin la Iglesia 

El encuentro con Jesús hoy se da en la Iglesia, que es su Iglesia (de la que Él es parte como cabeza). 


2. Sin Jesús no hay Iglesia 

La Iglesia no tiene consistencia propia: su misión y sentido es hacer presente a Cristo, ser el lugar de encuentro con Cristo. Su razón de ser es referir a Cristo. Es depositaria de tesoros de doctrina y gracia (sacramentos) que no le pertenecen (en sentido que no puede alterarlos a su antojo, sino sólo puede transmitirlos fielmente), porque son de Cristo. 


3. Sin Pedro no hay Iglesia 

Sin cabeza visible, no hay cuerpo. Pedro es vital: “sobre esta piedra”, aunque sea frágil por sí misma. Jesús sabe que Pedro lo negará, incluso después de Pentecostés necesitará ser corregido por Pablo cuando ante los judaizantes respete escrupulosamente la ley mosaica, confundiendo a los demás sobre la obligatoriedad de hacerlo. 

Fe, pero fe madura. Sin fundamentalismos, sin simplificaciones ingenuas. 

El Espíritu Santo asiste, pero no para que todo le salga bien humanamente… Tendrá que pasar por la cruz –Pedro, Benedicto XVI y todos los cristianos–. 

¿Qué supone la infalibilidad? Es garantía de la perennidad de la Iglesia: que la Iglesia dure para siempre, esencialmente idéntica a sí misma (como la fundó Cristo, sin cambiar; ya que si cambiara no sería la que Cristo fundó, sería otra). Esto implica una asistencia especial en temas doctrinales y morales. 

La asistencia del Espíritu Santo no es para toda la vida del Papa y todos sus actos. En lo administrativo, en lo humano, se puede equivocar… y no pasa nada. Dios nos santifica incluso con los errores ajenos. En lo opinable, lo estratégico, el nombramiento de Obispos y hasta de su mayordomo…, en la aprobación del presupuesto de la Santa Sede, y en mil cosas más no goza de la infalibilidad…, no la necesita. 

Y creemos en el Papa, lo seguimos y lo queremos, aunque no nos gustara la música clásica que Benedicto XVI tanto ama (ya la fe no nos pide que coincidamos en eso…). 

Creemos en la Iglesia ¿Qué es lo que creemos? Vamos a precisar un poco, también para superar posibles fideísmos… 

Una, Santa, Católica y Apostólica. De todo lo que supone la fe en la Iglesia, me detendré solo en un aspecto: su carácter de misterio. 


¿Qué es la Iglesia? 

La Iglesia es un misterio 

La Iglesia en sentido propio es un misterio. En el sentido teológico de la palabra misterio, es decir, una realidad donde se da lo humano y lo divino, donde lo que se ve es muy poco respecto a lo que hay (como sucede con la Eucaristía: uno ve sólo pan y vino, y está Cristo completo allí presente). 

La Iglesia es un misterio grande, profundo. No puede ser nunca abarcado en esta tierra. Si la razón intentara explicarlo por sí sola, vería únicamente la reunión de gentes que cumplen ciertos preceptos, que piensan de forma parecida. Pero eso no sería la Santa Iglesia (...). A nadie se le oculta la evidencia de esa parte humana. La Iglesia, en este mundo, está compuesta de hombres y para hombres, y decir hombre es hablar de la libertad, de la posibilidad de grandezas y de mezquindades, de heroísmos y de claudicaciones. Si admitiésemos sólo esa parte humana de la Iglesia, no la entenderíamos nunca, porque no habríamos llegado a la puerta del misterio (...): la Iglesia es el Cuerpo de Cristo [San Josemaría, El fin sobrenatural de la Iglesia]. 

Esto significa que no se puede entender a la Iglesia sin fe. 

Si me aproximo a Ella sin fe, veré muchas cosas, pero no entenderé mucho, me perderé lo más valioso, la riqueza verdadera. Es lo mismo que mirar una hostia consagrada sin fe: veo un trocito de pan, pero no reconozco en ella a Cristo escondido. 

La Iglesia es una realidad humana y divina al mismo tiempo. En la que Dios actúa. No debe sorprendernos que alguna vez alguna parte de la parte humana, falle… 

Lo humano y lo divino, se puede comparar con las dos naturalezas de Cristo: perfecto Dios y perfecto hombre: sin mezcla, sin separación, sin división, sin confusión. 

¿En qué consiste este misterio? Me limito a reproducir lo que enseña en Catecismo de la Iglesia al respecto: 

770 III. EL MISTERIO DE LA IGLESIA 

La Iglesia está en la historia, pero al mismo tiempo la transciende. Solamente "con los ojos de la fe" (Catech. R. 1, 10, 20) se puede ver al mismo tiempo en esta realidad visible una realidad espiritual, portadora de vida divina. 

771 La Iglesia, a la vez visible y espiritual 

"Cristo, el único Mediador, estableció en este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y amor, como un organismo visible. La mantiene aún sin cesar para comunicar por medio de ella a todos la verdad y la gracia". La Iglesia es a la vez: 

- "sociedad dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo;
- el grupo visible y la comunidad espiritual
- la Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de bienes del cielo". 

Estas dimensiones juntas constituyen "una realidad compleja, en la que están unidos el elemento divino y el humano" (LG 8): 

Es propio de la Iglesia "ser a la vez humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina. De modo que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos" (SC 2). 

"¡Qué humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario de Dios; una tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y una aula regia; un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los soberbios y la esposa de Cristo. Tiene la tez morena pero es hermosa, hijas de Jerusalén. El trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero también la hermosa su forma celestial" (San Bernardo, Cant. 27, 14). 

772 La Iglesia, Misterio de la unión de los hombres con Dios 

En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad de designio de Dios: "recapitular todo en El" (Ef 1, 10). San Pablo llama "gran misterio" (Ef 5, 32) al desposorio de Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo como a su esposo (cf. Ef 5, 25 - 27), por eso se convierte a su vez en Misterio (cf. Ef 3, 9 - 11). Contemplando en ella el Misterio, San Pablo escribe: el misterio "es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (Col 1, 27) 

773 En la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por "la caridad que no pasará jamás"(1Co 13, 8) es la finalidad que ordena todo lo que en ella es medio sacramental ligado a este mundo que pasa (cf. LG 48). "Su estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y la santidad se aprecia en función del 'gran Misterio' en el que la Esposa responde con el don del amor al don del Esposo" (MD 27). María nos precede a todos en la santidad que es el Misterio de la Iglesia como la "Esposa sin tacha ni arruga" (Ef 5, 27). Por eso la dimensión mariana de la Iglesia precede a su dimensión petrina" (ibid. ). 

774 La Iglesia, sacramento universal de la salvación 

La palabra griega "mysterion" ha sido traducida en latín por dos términos: "mysterium" y "sacramentum". En la interpretación posterior, el término "sacramentum" expresa mejor el signo visible de la realidad oculta de la salvación, indicada por el término "mysterium". En este sentido, Cristo es El mismo el Misterio de la salvación: "Non est enim aliud Dei mysterium, nisi Christus" ("No hay otro misterio de Dios fuera de Cristo") (San Agustín, ep. 187, 34). La obra salvífica de su humanidad santa y santificante es el sacramento de la salvación que se manifiesta y actúa en los sacramentos de la Iglesia (que las Iglesias de Oriente llaman también "los santos Misterios"). Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo. La Iglesia contiene por tanto y comunica la gracia invisible que ella significa. En este sentido analógico ella es llamada "sacramento". 

775 "La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano "(LG 1): Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia. Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, la Iglesia es también el sacramento de la unidad del género humano. Esta unidad ya está comenzada en ella porque reúne hombres "de toda nación, raza, pueblo y lengua" (Ap 7, 9); al mismo tiempo, la Iglesia es "signo e instrumento" de la plena realización de esta unidad que aún está por venir. 

776 Como sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. Ella es asumida por Cristo "como instrumento de redención universal" (LG 9), "sacramento universal de salvación" (LG 48), por medio del cual Cristo "manifiesta y realiza al mismo tiempo el misterio del amor de Dios al hombre" (GS 45, 1). Ella "es el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad" (Pablo VI, discurso 22 junio 1973) que quiere "que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo" (AG 7; cf. LG 17).


(***) VIDEOS.






JESUCRISTO EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN. (PARTE 12)


Oración de entrega a Jesús Víctima Divina
Diciembre 17/07 10:00 a.m.

Jesús da la siguiente oración:

“Corazón de Jesús, haz de mí tu víctima y zarza ardiente de amor por Ti, haz que nadie pueda acercarse a mí sin ser quemado.

Corazón de Jesús, Víctima pura y Santa, haz de mí una vela encendida que arda y se consuma en silencio, para sostener el sacerdocio, a cada uno de los sacerdotes en su lucha.

Corazón de Jesús, haz de mí holocausto para la redención sacerdotal y universal sobre el altar del sacrificio con la Víctima Divina y semejante al grano de incienso que el fuego consume para que suba al cielo, para convertirse en gracias de salvación que recaen sobre la tierra y el sacerdocio.

Corazón de Jesús, haz de mí lo que quieras, soy tu víctima; no puedo ya objetar, soy tuyo, ya no me pertenezco.

Corazón de Jesús, vacíame de mí mismo, lléname de Ti, sólo por Ti yo vivo.

Corazón de Jesús, Tú eres el único a quien considero, Tú eres el único de quien me preocupo contentar, soy tuyo, tienes por lo tanto derecho sobre mí, todo derecho de usarme y gastarme como quieras, cualquier cosa que Tú hagas conmigo para mí está bien, sólo dame la fuerza del Sí, la perseverancia en el Sí, en tu amor.

Corazón de Jesús, te agradezco por las desilusiones, por las humillaciones, las necesitaba para desprenderme de los bienes del corazón y de la tierra.

Corazón de Jesús, seas Bendito cuando me pruebas, me  despedazas, me anulas, me consumes, me destruyes, cuanto Tú haces es justo, es bueno y yo te Bendigo por mi indigencia, sólo añoro amarte bastante.

Corazón de Jesús, hágase tu Voluntad, lo deseo porque Tú eres mi buen Señor y yo soy tu propiedad. Vuélveme y revuélveme, trabájame y destrúyeme, quisiera de verdad ser reducido a la nada por amor Tuyo.

Corazón de Jesús, cuan suave es tu mano, también cuando me hieres y me crucificas. Amén”.
Ofrecimiento de la Comunión al Padre Eterno


Diciembre 18/07 6:40 a.m.
Jesús da la siguiente oración:

“Me ofrezco como hostia viva y alma víctima de amor, a imitación de Jesucristo, por la conversión y la salvación de todas las almas sacerdotales y religiosas, por la conversión y la salvación de todas las almas del mundo entero, por la conversión y la salvación de mi familia y de todos los que amo.
Tomadme en inmolación y holocausto para que todas las almas de la tierra Adoren Vuestro Divino Corazón y veneren el Inmaculado Corazón de María. Amén”.


Os cubro con mis llamas de Amor
Diciembre 18/07 5:35 p.m.

Jesús dice:

Mi pequeño jardín del vergel florecido de mi Madre Santísima: os amo tanto que mi Divino Corazón se consume en mi hoguera de amor como holocausto por vosotros, niñitos consentidos del Sagrado Corazón; Corazón abierto para calentaros, Corazón abierto para abrigaros y para cubriros con mis llamas de amor.

Orad muchísimo porque grandes cosas se os han dado.
La oración os mantendrá conectados con el cielo, cielo que os espera en un día de fiesta cuando exhaléis vuestro último suspiro y os unáis directamente a mi amor.


Llamados a ser apóstoles de luz
Diciembre 19/07 4:40 p.m.

Santa Margarita María Alacoque dice:

Hijitos en Jesús, cuánta gloria estáis dando al Sacratísimo Corazón de Jesús, horno de amor para todos los hombres.

Vuestras oraciones son escuchadas por el Hombre de Galilea, Hombre-Dios que está en medio de vosotros.

Sed perseverantes en la oración y en el anuncio de su mensaje. No os canséis porque Él os ha llamado a ser apóstoles de luz.

Él os ha llamado a ser anunciadores de su Reino.

Él os ha llamado a ser mensajeros de su Paz.

Os llamo, hermanitos en Jesús, porque Él os ha asignado a reavivar la devoción a su Sagrado Corazón, Corazón que es un manantial de agua limpia, Corazón que es un manantial de aguas reposadas, Corazón que es el tabernáculo del Altísimo.

Jesús me ha pedido que os guíe en su Obra, que os instruya en el amor, que os instruya en la Religión, que os instruya en el ejercicio de las virtudes que les son de suma importancia para alcanzar méritos para el cielo.

Sois almas víctimas reparadoras, como lo fui yo en la tierra, sois portadores de los tesoros del Sagrado Corazón, como también fui yo portadora de sus secretos. Aún, os queda mucho camino por recorrer; aún os queda mucha sabiduría para recibir, sabiduría que Dios derrama abundantemente sobre vosotros.

Sed fieles al llamado de Dios, sed fieles a su misión, sed fieles a su amor, sed fieles a su Palabra. Palabra que os anima, palabra que os sana, palabra que os acerca a sus Divinas fuentes. Divinas fuentes abiertas por vosotros; bebed de ellas, sumergíos en ellas hasta agotar sus frescas aguas, saturando vuestro corazón con su amor.

Aún no alcanzáis a comprender la grandeza del amor de Dios sobre vosotros. Sois ovejas del rebaño de Jesús y muy pocas ovejas escuchan su voz, muy pocas ovejas son instruidas directamente por el Pastor.

Que vuestro espíritu esté más recogido, porque no es el instrumento tosco y burdo que os habla; es Dios mismo que os acaricia con su voz, es Dios mismo quien os mima enviando algunos Santos del cielo para hablaros y acercaros más a su Reino.

Camino con vosotros hermanitos de Jesús.

Camino con vosotros pregoneros de su Divino Corazón.

Camino con vosotros amantes de su Sagrado Corazón.

No es vuestro corazón quien palpita en vosotros, es el Corazón de Jesús que late dentro de vosotros, por eso, cerrad vuestros oídos a la voz del mundo y abridlos a la voz del dulce Maestro que os consiente con sus manifestaciones sobrenaturales de amor sobre vosotros.

Os llevo en mi corazón, hermanitos míos y ruego por vosotros ante el Trono de mi Padre.


Sois Soldados de mi Ejército
Diciembre 20/07 4:00 p.m.

La Santísima Virgen María dice:
Hijitos míos: las compuertas se os abren en esta tarde porque lentamente estáis muriendo a vosotros mismos. Renunciad a vuestras vejaciones, estando  atentos de que vuestro corazón conserve la blancura y la pureza de mi Corazón Inmaculado.

Os amo tanto, porque sois soldados de mi Ejército; soldados armados con la armadura de Dios, dispuestos a vencer la tiranía de Satanás.

Os amo tanto, porque sois apóstoles de los últimos tiempos, almas hostias vivas y almas víctimas de amor que se han donado completamente a la Voluntad Divina. No hay nada en vosotros, hijitos míos, que os pertenezca. Todo es propiedad del cielo.

No hay nada, hijitos míos, que os esclavice porque habéis recibido la libertad que Dios otorga a sus seguidores.

No hay nada en vosotros, hijitos míos, que os impida ofreceros diariamente en holocausto, holocausto e inmolación que es bien recibida por las manos de la Víctima Divina.

Víctima Divina que os crucifica.

Víctima Divina que os Cristifica.

Víctima Divina que os hace semejantes a Él.

Porque Él os ha creado.

Porque Él os ha formado desde que estabais en el vientre de vuestra madre.

Porque Él os ha llamado a una misión sublime dentro de la Iglesia.

Os amo tanto, que velo vuestro sueño en las noches.

Os amo tanto, que os despierto en cada mañana con mis caricias de Madre.

Os amo tanto, que recibo de vosotros cada rosita de cada Ave María y os la devuelvo con un dulce beso.

Beso que se transforma en gracia.

Beso que se transforma en bálsamo de amor.

Beso que se transforma en mimos para vosotros mismos.

Niñitos consentidos del cielo, debéis brillar ante los hombres en santidad, en humildad, en silencio exterior e interior, en el desprendimiento de lo terrenal y en el abandono a Dios.

Niñitos consentidos del cielo, entended que ya no sois vosotros, es Jesús en vosotros; ya no sois vosotros, soy yo en vosotros. ¿Comprendéis niñitos míos la grandeza de mi amor por vosotros?
¿Comprendéis niñitos míos la grandeza del amor de Dios por vosotros?

¿Comprendéis niñitos míos la insistencia que os hago a que viváis en santidad y en continua oración?

Para grandes misiones, grandes ayunos.

Para grandes misiones, grandes renuncias.

Para grandes misiones, grandes sacrificios.

Para grandes misiones, total abandono.

Para grandes misiones, total despojo de sí mismo.

Para grandes misiones, total anonadamiento ante la Grandeza y la Realeza de Vuestro Dios.

Hijitos míos, no dudéis en acudir a mí cuando os sintáis solos que yo os acompañaré por el paso de vuestro desierto. No dudéis en llegar a mí cuando sintáis miedo, que yo os protegeré.

No os preguntéis más, por qué Dios os eligió.

No os preguntéis más, por qué Dios os llamó.

Abandonaos a su Divina Voluntad, como lo hice cuando se me anunció que sería la Madre del Salvador.

Caminad a ciegas por los caminos que os lleve a Jesús.

Él será vuestra luz, cuando os envíe nuevos servidores para la obra. Recibidlos con cariño, con amor, como si verdaderamente estuviesen entrando a mi humilde hogar de Nazaret.

Os amo hijitos míos, encantos de mi Jesús y encantos míos. Conservad con amor y gran recelo vuestros Santos Rosarios, Rosarios que serán bendiciones para provecho a vuestras propias almas y de muchas almas más que se os acerquen.

No os canséis de orar, no os canséis de seguir las huellas de mi amado Jesús. Yo os sostengo, yo os fortalezco porque continuamente os presento a Jesús y Él me los presenta a mí.
Os bendigo:


Orad por las almas del purgatorio
Diciembre 21/07 4:09 p.m.

La Santísima Virgen María dice:

Orad hijitos míos por las almas del purgatorio, ya que el purgatorio es un estado de purificación del alma, es un estado que la limpia de todo pecado, es un estado en la dulce espera de ser elevado al cielo plenitud beatífica de la presencia de Dios; no os olvidéis de ellas, ellas esperan vuestras oraciones, oraciones que son descanso a su sufrimiento. El ofrecimiento de las Santas Misas es una perfecta oración, es un perfecto medio para sacarlas pronto del nivel en que se hallen.

Pedid por todas las almas que se hallen en los niveles más bajos, niveles que producen grandes sufrimientos, sufrimientos que acrisolan, sufrimientos que liberan de todo vestigio de pecado.

Los hombres de hoy en día creen poco en su existencia argumentando, erróneamente, que el purgatorio se halla aquí en la tierra. Pobrecitas almas, qué equivocadas están, el demonio las ha enceguecido haciéndoles creer que son historias de ciencia ficción, ficción inventada por personas fanáticas de la Religión; pero si alcanzan a llegar allí, medirán las consecuencias de su gran error.

Hijitos, vosotros que habéis recibido la unción del Espíritu Santo, vosotros que habéis botado las escamas de vuestros ojos que os enceguecían, vosotros que escucháis lo que otros no pueden escuchar, decid al mundo entero que el purgatorio existe; decid al mundo entero la urgente necesidad de convertirse a Dios, de cambiar de vida; decid al mundo entero que las indulgencias otorgadas por la Santa Iglesia, son gracias especialísimas; especialísimas porque disminuyen tiempo en el purgatorio pero muchos son incapacitados para pensar, les es imposible creer sobre su eficacia, eficacia que es concedida por el cielo para todos vosotros hijitos míos que pobláis la faz de la tierra. Las indulgencias son llaves maestras que abren las puertas del cielo; las indulgencias son grandes tesoros, cuyo precio es incalculable.

Las indulgencias son perlas preciosas de exquisitez finura; las indulgencias son lluvias de bendiciones caídas del cielo. No dejéis que esta lluvia de bendiciones se pierda, no dejéis que caigan en terreno baldío.

Vosotros hijitos míos que escucháis mi voz a través de este mensaje, volved vuestros ojos a Dios que os ama. Volved vuestros ojos a Dios convirtiéndoos definitivamente a Él, dejando el bando en el cual estéis, para pasar al bando de los Santos del cielo. Por eso no os canséis por alcanzarlo. Soportad todo sufrimiento unido a la Cruz de Cristo, soportad toda vejación, toda humillación.

Amad con locura la Cruz, Cruz que llevada con amor hace que os ganéis una morada en el Reino Celestial.

Orad pues por las almas del purgatorio para que cuando estéis allí, otros oren por vosotros.