Páginas

DE LA AUTORA

EL EJEMPLO DE LOS SANTOS

La Iglesia sabiamente aconseja seguir el ejemplo de los santos pues son claro ejemplo que se entregaron al Señor y por consiguiente un camino seguro para resucitar a la Gloria. Mas sin embargo algunos sacerdotes (los cuales deben ser otros Jesús) no siguen sus ejemplos.

El Santo Cura de Ars era humilde, pobre, confesaba por larguísimas horas seguidas, permanecía arrodillado en el Altar después de terminada la Santa Misa dando gracias a Dios por haberle permitido celebrar el Santo Sacrificio, hasta por 15 minutos sin permitir que lo interrumpieran.
Oraba el Rosario con los fieles, se mortificaba, ayunaba. Se veía que era un sacerdote transformado en Jesús; por consiguiente su ministerio fue muy muy fecundo, le arrebato miles de almas al Maligno, y glorificó al Señor.

Como  Dios es el mismo ayer, hoy y siempre ("como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amen"), como no hay excusa de que los tiempos han cambiado y que hay que adaptarse a los tiempos; suplico al Señor que transforme a los sacerdotes descarriados y que imiten al Santo Cura de Ars, al Padre Pío de Pietrelcina, a San Juan Bosco, a San Alfonso María de Ligorio, a San Ignacio de Loyola, a San Martín de Porres, a San Agustín, al Beato Juan Pablo II, etc. etc.

El sacerdote que sigue la nueva era y el modernismo,  no es un sacerdote de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario