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 "A MIS SACERDOTES" DE CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA. CAP.  CXV: EL ESPIRITU SANTO Y LOS SACERDOTES.


CXV

EL ESPIRITU SANTO Y LOS SACERDOTES

 

En el fin de los siglos, cuando acabe la Iglesia en la tierra la sublime y divina misión que le he confiado, pasará triunfante al cielo a glorificarme con sus miembros glorificados eternamente.

 

Donde el Espíritu Santo sopla ahí está la fecundidad eterna, porque en Dios todo es eterno.

 

¡Y que delicadeza de mi Padre, después de la Redención y de mi Ascensión a los cielos!; cierto es que suplique al Padre que enviara su Espíritu a mi Iglesia para regirla y para consolarla; pero El no solo envió al Espíritu Santo como  fruto de tu mi petición, sino que lo mando en mi nombre, como un obsequio mío a la Iglesia y a la humanidad, un obsequio conquistado con mi Sangre y con mi vida.

 

Y lo que pasa siempre en el seno amoroso de la Trinidad, la lucha del Amor con el Amor, de la Caridad con la Caridad. Yo enviaba al mundo al Espíritu Santo a nombre de mi Padre amado, y ese Padre Santísimo lo enviaba en mi nombre, como riquísimo precio de la Redención del Verbo hecho carne. Así pasa en todo lo relacionado al Amor entre el Padre y el Hijo, entre el Hijo y el Padre, se unifican esas luchas de amor, esos quereres en el querer unitivo de la Divinidad, en el Espíritu Santo.

 

Y de aquí otro punto: el de que los favores de Dios son eternos, participan del Ser de Dios que no tuvo principio ni tendrá fin.

 

Vino el Espíritu Santo, no por un día, no por un tiempo fijo, no por solo siglos y más siglos, sino para quedarse en la Iglesia eternamente. Pero ¿cómo, si el mundo tendrá fin? Es que la Iglesia no concluirá en la tierra. Terminará su misión salvadora con la última alma que salga de este mundo; pero continuará en el cielo eternamente, glorificándome en sus hijos salvados.


 Así es Dios en sus obras; no las desmiembra, no las destruye, sino que las eterniza.  Y es que todo lo que sale de E, lleva el sello sublime de la Trinidad, algo de su infinito y perdurable Ser; una extensión de su estabilidad eterna, imperturbable, inamovible e inmutable.

 

¡Oh, si el hombre comprendiera y pensara en eso, no en algo, sino en todo lo terreno que lleva en si mismo, en su cuerpo y en su alma!

 

El Padre dejó al Espíritu Santo toda la libertad de vaciar sus tesoros en el alma creada de su Verbo hecho carne, y se gozó además en su Hijo muy amado, UNO con El, por la misma Divinidad.

 

¡Con que complacencia me contemplaba en unión del Espíritu Santo, en mi estancia sobre la tierra!

 

La parte intima de mi Humanidad vivía enajenada en la contemplación de la visión beatifica que ensanchaba mi Espíritu en el Amor y lo fundía en el ardentísimo centro unitivo y atrayente de la Trinidad. Mi Humanidad, no solo tenía un ángel a mi lado, sino que legiones me rodeaban, adorando a la Divinidad, unida a mi naturaleza humana. Esos ángeles adoraban en el Dios-hombre los inescrutables designios de la Trinidad y admiraban y respetaban mis planes redentores.

 

La parte inferior de mi humanidad, aunque también estaba divinizada, sin embargo, por su ofrecimiento de inmolación voluntaria, estaba sujeta a las tristes necesidades del hombre.

 

Me ofrecí puro y sacrificado al Padre por el Espíritu Santo.  Ame como hombre también a ese Santo Espíritu, y con El mismo, a Él y a mi Padre amado.

 

Con que amor podía amar el Verbo hecho carne, sino con el Amor mismo, con el Centro unitivo y eterno entre el Padre y el Hijo?  Con cual amor podía amar a la humanidad caída que venía a redimir, sino con el divino Amor que estaba en Mí como Dios y como hombre, con el Espíritu Santo?  Ese divino Amor me impulso a ofrecerme al Padre como Victima y a ofrecerme al hombre en voluntaria inmolación.  Ese infinito amor en el cual estaba amasado, compenetrado, fundido, que era como mi Ser y mi vida, me impulso del cielo a la tierra, de la Cruz a los altares, de los altares al cielo, para poner el broche de oro a mi Iglesia enviándole al Espíritu Santo.

 

Si soy caridad, si soy Amor,  que otra cosa podía dar al hombre sino a mi mismo Amor, al Espíritu Santo, a Mí mismo, su Redentor dolorido y amoroso, en su favor?

 

Solo este amor infinito y eterno podía abrir el cielo, eterno e infinito.

 

Oh, si todos mis sacerdotes fueran amor!  Oh, si cifraran toda su dicha en la tierra en una sola inmolación de amor unidos a Mí, transformados en Mi!

 

Pero  quien hace estas maravillas de amor, sino únicamente el que es  Amor?  El mundo necesita imperiosamente al Espíritu Santo  para espiritualizarse; pero más mis sacerdotes que deben abrir sus almas a un nuevo Pentecostés, limpias y puras, transformadas en Mi para honrar al Padre y salvar al mundo.

 

El Espíritu Santo busca, divinamente ansioso, recipientes en donde derramar sus tesoros infinitos; quiere almas sacerdotales que se dilaten y lo llamen, lo invoquen, lo reciban, lo comuniquen, lo den; porque Él es el Don de Dios, el Don de dones, el único capaz de renovar almas y mundos, y limpiar, purificar y hacer que renazca en el Espíritu Santo.

 

Una nueva etapa, la que toca muy especialmente al Espíritu Santo, está llegando al mundo para renovarlo; pero quiere hacerse sentir especialmente en sus sacerdotes transformados en Mí, y elevarlos, angelizarlos y santificarlos para que con El, por El y en El, impulsen en la Iglesia su reinado que conmoverá almas y corazones.

 

Cuanto desea mi Padre el ver honrado, enaltecido, sublimado, en los corazones sacerdotales muy principalmente, a esa Persona divina de la Trinidad que es Amor y que rige por el Amor!  Porque no solo vino el Espíritu Santo en aquella época, sino para siempre, eternamente, a poseer a su Iglesia y a gobernar con suavidad infinita por medio de la gracia su campo favorito—las inteligencias y las almas.

 

En muchos corazones se tiene relegado al Espíritu Santo, a pesar de ser la Persona divina sin la cual la criatura no sería capaz de moverse en el orden sobrenatural de la gracia.   Y ay! aun para muchos de mis sacerdotes es como secundario su recuerdo, siendo que Él es la acción divina del sacerdote, y debe ser lo más íntimo que en el exista, su latido y su vida.  Debe circular por el alma del sacerdote como la sangre por sus venas; debe impregnar sus pensamientos, palabras y obras/ debe ser su mismo espíritu como lo fue mío.

 

No son acaso mis sacerdotes otros Yo? Entonces,  como no dejarse incondicionalmente poseer de ese Santo Espíritu a quien todo deben y con quien tiene filiación infinita su vocación sublime?

 

Quien los ungió para el sacerdocio?  Quien da virtud a sus palabras en la Consagración?  Quien los llevo al altar y los hizo dignos por la ordenación de transformarse en Mí, de hacerme bajar a sus manos, de operar la transustanciación?  Quien opera en ellos ese reflejo de la Encarnación y del Verbo que se renueva en cada misa con mi Pasión y muerte?  A quien le deben la vocación?  Quien los escogió para perfumar con el aroma de su pureza los altares?  Quien los ofrenda constantemente a mi Padre desde la tierra, en mi unión, y envuelve esté presente en amor para complacer al Padre, y transformarlos en Mi?

 

Oh si mis sacerdotes meditaran en los infinitos beneficios, unos que ven y que tocan y muchos más ocultos a sus ojos, pero que tienen como principio activo al Espíritu Santo!

 

Se puede decir con certeza, que en la vida espiritual—en la del sacerdote muy especialmente—no hay un solo acto en el que no lo asista, lo acompañe y lo penetre el Espíritu Santo.

Por esto mismo es más culpable el sacerdote que se olvida de sus santos deberes; porque más que nadie contrista y lastima a esa Blancura, a esa Luz increada, a ese Consolador que constantemente le hace compare el cielo.

 

No me cansare de insistir en el reinado pleno, absoluto y sin obstáculos del Espíritu Santo en el alma de sus sacerdotes. Transformarlos en Mi es su delicia para presentarlo al Padre, unos Conmigo, en la unidad de la Trinidad.

 

Que se den mis sacerdotes de lleno, sin estorbos, sin mengua, sin egoísmos, sin cortapisas, a esa Persona divina; que si esto hacen, muy pronto quedaran transformados, porque solo el Espíritu Santo hace un Jesús de cada alma y la simplifica en la unidad”.

 

EL COLOR NEGRO DE CLERIGMAN EN EL SACERDOTE: SIGNIFICADO GOZOSO

Por Padre Santiago González

En el Código de Derecho Canónico (canon 284) se expresa la obligatoriedad, para el sacerdote, de identificarse como tal en el vestido, ya sea con traje talar (sotana) o clerigman. Sobre este aspecto ya publiqué un artículo en este blog:


La cuestión que toco en este artículo, relacionado con la identidad sacerdotal, es el COLOR preferentemente NEGRO, por si tuviera algún significado y comentarlo no sólo por satisfacer la curiosidad sino para provecho espiritual. En efecto, cada conferencia episcopal manifiesta los colores que, además del negro, pueden llevarse en cada nación. En España, por ejemplo, se mencionan el negro y el gris (ya sea gris claro u oscuro). Hay países tropicales donde el calor es tan intenso que el color recomendado es el blanco (y ello está totalmente justificado).

No obstante es bueno reconocer y valorar el NEGRO como el que, en circunstancias normales, representa mejor la entrega del Sacerdote. En una ocasión un sacerdote mayor en edad, y muy espiritual, me explicó la causa y la verdad es que me encantó, y ahora la comparto en este blog. El color negro es color de LUTO: eso ya lo sabemos todos. Pero en el caso del sacerdote se trata de un LUTO GOZOSO. Cuando el candidato al sacerdocio, en la ceremonia de ordenación, está tumbado en el suelo mientras se recita la letanía de los santos, y ya está muy cercana la imposición de manos del Obispo (momento de gran alegría y expectación), es como si ese hombre MUERE a su vida pasada. Su vida se va a transformar por completo: seguirá siendo EL MISMO pero no LO MISMO. El sacramento del Orden imprime CARÁCTER ETERNO y va a ser sacerdote para toda la eternidad. Eso significa que su vida anterior va a la tumba (por eso está tumbado en el suelo) y desde entonces, una vez ordenado, se vestirá de color negro para recordar a todos, y a si mismo, que está de luto por su pasado y que es un luto gozoso ya que ha recibido, de forma inmerecida y por el amor infinito de Dios, el DON del sacerdocio ministerial para el bien de las almas.

Por eso el color negro (en la sotana o la camisa de clerigman) NO es algo triste ni serio, en absoluto. Es un signo ALEGRE de identidad, pero una alegría que, para asumirla y captarla, precisa de la catequesis sacramental y la apertura del corazón. El sacerdote, vestido de color negro, expresa (sin necesidad de hablar) que:

– Pertenece totalmente a Dios, y desde Dios está al servicio de las almas y de la Iglesia

– Está feliz de haber sido llamado a esa vocación, pero no está orgulloso (ya que no es por su mérito)

– Su vida pasada queda en la memoria y el entendimiento, pero NO en la voluntad presente y futura (al menos no en lo que esa vida anterior, sobre todo, hubiera tenido de lejanía de Dios)

– Se entrega a todas las almas, pero sin exclusividad ni dependencia. El sacerdote dice a su hermano/a que “Estoy a tu servicio, pero ni tú serás el centro de mi corazón ni yo lo seré del tuyo; en el centro de mi corazón está Cristo”

Por tanto, valoremos el color NEGRO en el vestido sacerdotal: muestra el sentido FELIZ del LUTO que es signo de Vida ETERNA.


FUENTE: adelantelafe.com

LAS INDULGENCIAS


Por: Ignacio Juez | Fuente: www.ideasrapidas.org

LAS INDULGENCIAS
• A. Las indulgencias en general
• B. Indulgencias plenarias.
• C. Indulgencias parciales

A. Las indulgencias en general

1. ¿Dónde situamos las indulgencias? Las indulgencias están relacionadas con la confesión, los pecados, la redención y la comunión de los santos.

2. ¿En qué estado queda un hombre al pecar? Una persona que comete un pecado adquiere obviamente la condición de pecador, se aleja del Señor y queda más inclinado al mal. Además, la justicia reclama una reparación, llamada también pena, expiación o penitencia.

3. ¿Cómo cambia la situación al confesarse? La confesión borra la culpa del pecado, -la condición actual de pecador-, y también perdona parte de la penitencia que debía realizarse, aunque queda en el alma una señal o cualidad de que ha sido pecador y debe repararlo. Esto que falta por expiar se purifica mediante los sufrimientos y buenas obras de esta vida, con las penas del purgatorio, y mediante las indulgencias.

4. ¿Qué son las indulgencias? Digamos dos definiciones:

o Brevemente: indulgencia es la supresión de la pena debida por los pecados que la Iglesia otorga a quien realice determinadas acciones.
o La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos. (cfr. Mt 16, 19).

5. ¿Las indulgencias pueden aplicarse a los difuntos? Las indulgencias siempre son aplicables o a sí mismos o a las almas de los difuntos, pero no son aplicables a otras personas vivas en la tierra. Algunas indulgencias sólo pueden aplicarse a los difuntos; por ejemplo, rezando por ellos en un cementerio se consigue una indulgencia parcial, que será plenaria si se hace los días 1 al 8 de noviembre (una cada día).

6. Tipos de indulgencias: Las indulgencias se agrupan en dos clases:

o Indulgencias plenarias: borran todo resto de pecado dejando el alma dispuesta para entrar inmediatamente en el cielo.
o Indulgencias parciales: borran parte de la pena que los pecados cometidos reclaman.

B. Indulgencias plenarias

1. Condiciones para conseguir una indulgencia plenaria: Esta indulgencia tiene un valor muy grande y requiere varias condiciones:

o Los mismos requisitos que en las indulgencias parciales:
. realizar la acción que la Iglesia premia con esta indulgencia.
. estar en gracia de Dios antes de acabar la obra premiada.
. tener intención al menos general de ganar la indulgencia.
o Sólo se puede ganar una indulgencia plenaria cada día.
o Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial.
o Confesarse, al menos veinte días antes o después de realizar la acción premiada (sin olvidar que hay que estar en gracia de Dios antes de acabar la acción). Una misma confesión puede servir para ganar varias indulgencias plenarias.
o Comulgar, en ese mismo periodo de tiempo.
o Rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro y un Avemaría, u otras oraciones. Debe hacerse también en esos días.

2. ¿Qué acciones están premiadas con indulgencia plenaria? Cualquier día se puede obtener una indulgencia plenaria en estos casos:

o Adoración a la Eucaristía durante media hora.
o Realización del Via Crucis recorriendo las catorce estaciones erigidas meditando la Pasión del Señor.
o Rezo del santo rosario (5 misterios seguidos) en una iglesia, o en familia, o acompañado de otros.
o Lectura o audición de la Sagrada escritura durante media hora.

3. Indulgencias plenarias en circunstancias especiales.- En determinadas ocasiones pueden ganarse indulgencias plenarias. Por ejemplo:

o En el momento de la muerte a quien hubiere rezado algo durante su vida (es muy consolador). En este caso no se precisa la confesión, ni la comunión, ni la oración por el Papa; pero es necesario estar bien dispuesto: en gracia de Dios, rechazando cualquier pecado, y habiendo deseado alguna vez ganar esta indulgencia.
o Rezar un padrenuestro y un credo en un santuario o basílica (se concede una vez al año por santuario; santuario es una iglesia con muchos peregrinos, aprobada como santuario por el Obispo correspondiente).
o Recibir la bendición papal Urbi et Orbi (o escucharla por radio o televisión, en directo).
o Realizar ejercicios espirituales de al menos tres días completos.
o Asistir a una primera Comunión.

4. Indulgencias plenarias en fechas especiales.- Hay varios días al año donde se pueden conseguir indulgencias plenarias, con algunas condiciones. Por ejemplo:

o 31 de diciembre: recitando solemnemente un "Te Deum" en una iglesia, dando gracias a Dios por los beneficios recibidos el último año.
o 1 de enero: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
o Los viernes de Cuaresma: después de comulgar, rezando ante un crucifijo la oración "Miradme o mi amado y buen Jesús".
o En los oficios de Semana Santa:
. jueves santo: recitando el "Tantum ergo" durante la exposición que sigue a la Misa.
. viernes santo: asistiendo a los oficios.
. sábado santo: renovando las promesas bautismales en la Vigilia Pascual.
o Pentecostés: recitando solemnemente el "Veni Creator" en una iglesia.
o Corpus Christi: participando en la procesión eucarística (dentro o fuera de la iglesia).
o 2 Agosto: rezando un padrenuestro y un credo en la catedral o parroquia.

5. Indulgencias plenarias particulares.- Muchas instituciones gozan de indulgencias en determinados días del año, coincidiendo normalmente con fechas o santos propios. Hay un caso especialmente interesante, pues quienes llevan el escapulario del Carmen se unen a la familia carmelita y pueden ganar indulgencia plenaria el día en que le imponen el escapulario y los siguientes días:

o 16 de mayo (San Simón Stock).
o 16 de julio (Virgen del Carmen).
20 de julio (San Elías Profeta).
o 1 de octubre (Santa Teresa de Lisieux).
15 de octubre (Santa Teresa de Jesús).
o 14 de noviembre (Todos los Santos Carmelitas).
o 14 de diciembre (San Juan de la Cruz).

C. Indulgencias parciales

1. Condiciones para conseguir una indulgencia parcial: Cada día pueden ganarse muchas indulgencias parciales, con cumplir sólo tres condiciones: estar en gracia de Dios, realizar las obras que la Iglesia premia con esa indulgencia, y tener intención al menos general de ganar la indulgencia.

2. ¿Qué premios aportan las indulgencias parciales? Las indulgencias parciales proporcionan una remisión de la pena del mismo valor que el otorgado por esa misma acción. Dicho de otro modo: en las indulgencias parciales, la Iglesia duplica el mérito de esas acciones.

3. Oraciones premiadas con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas (todas ellas deben rezarse piadosamente, como es lógico):

o El Angelus, el Magnificat, la Salve, el Acordaos, las Letanías u otras oraciones marianas aprobadas. Lo mismo a san José o al propio ángel custodio. También con el Credo.
o rezar con devoción filial por el Papa una oración aprobada.
o rezar agradecido la oración por los benefactores.
o rezar antes y después de comer una oración aprobada de súplica y de acción de gracias. Lo mismo al empezar y acabar el día o el trabajo.
o visitar al Santísimo adorándolo; rezar una comunión espiritual; recitar una de las oraciones aprobadas de acción de gracias tras la Comunión (ej.: Alma de Cristo; Miradme o mi amado y buen Jesús).
o hacer examen de conciencia con propósito de enmendarse; rezar el Yo Confieso u otro acto de contrición aprobado.
o hacer la señal de la cruz diciendo En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

3. Otros ejemplos de indulgencias parciales. Si falta algún requisito a una indulgencia plenaria, suele alcanzarse una indulgencia parcial. Además de esto, hay muchas acciones premiadas por la iglesia con indulgencia parcial. Digamos unas cuantas:

  • o decir mentalmente una oración breve al trabajar o al soportar los sufrimientos de la vida.
  • o dedicarse uno mismo o gastar bienes en servicio a los demás, por amor a Dios.
  • o privarse libremente de algo grato y correcto, con espíritu de penitencia.
  • o dar testimonio de la propia fe; trabajar en la enseñanza o trasmisión de la doctrina cristiana.
  • o usar piadosamente un objeto de piedad bendecido (crucifijo, rosario, escapulario o medalla).
  • o dedicar un tiempo a la oración.
  • o asistir devotamente a cualquier predicación de la palabra de Dios.
  • o asistir piadosamente a una novena pública (ej.: Inmaculada).

4.¿Es raro que no se haya mencionado la misa? Según la tradición, no se incluye la participación en la misa ni los sacramentos entre las indulgencias pues ya tienen en sí mismos una gran eficacia santificadora y de purificación.

5. ¿Dónde encontrar todas las indulgencias? Sobre las condiciones para ganar indulgencias hay un breve resumen en esta web del vaticano (en español). Las normas completas están en estos documentos, también del vaticano (un texto muy amplio en latín, con un resumen al final).


FUENTE: es.catholic.net

POCA REVERENCIA, POCA HUMILDAD - VIDEO

 

Crédito: VerdadenlaRed


Extracto del contenido presentado

Como la mayoría de los católicos ya no tienen ningún interés en la Iglesia y la mayoría no tiene ni idea de la intensa batalla que se libra en estos momentos dentro de ella es preciso apuntar que esta batalla es entre una ideología revolucionaria que se hizo cargo del poder de la estructura de la Iglesia con toda su fuerza a partir de la década de los 70 y se ha quedado aferrada al poder desde entonces. Y aquellos contrarrevolucionarios que hoy quieren deshacer los daños de la revolución y hacer retroceder todo este daño.

En la Iglesia se produjo un momento de autentico desastre cuando el santo padre Juan XXIII inauguró el Concilio Vaticano II y dijo que a partir de ese instante la Iglesia se abría al mundo, la Iglesia dejaba de ser enemiga del mundo, de la doctrina de la felicidad del mundo, la Iglesia dejaba de denunciar errores, la Iglesia se abría al mundo, a las filosofías y a la comprensión de la doctrina de los hombres. A partir de ese momento se produjo en la Iglesia tal terremoto y tal desastre.

La Iglesia no puede ser amiga del mundo, la doctrina de Jesucristo nunca puede ser conforme a la doctrina y criterios del mundo, no puede ser.  La Iglesia está en el mundo pero es distinta del mundo, la Iglesia debe estar siempre en tensión con respecto al mundo. El mundo nunca acabará de comprenderla. La Iglesia no puede ser amiga del mundo, el cristiano no puede ser amigo del mundo. El administrador de los misterios de Dios, el ministro de Cristo no puede conducir a las ovejas ni puede enseñarles los criterios y filosofías de los hombres y criterios conforme al mundo. 

Así vemos estos escaramuzas manifestarse en muchas partes, desde el forcejeo entre monjas feministas radicales y las fuerzas ortodoxas en el Vaticano. Luego esta estira y afloja entre cardenales liberales heterodoxos como Walter Kasper quien abiertamente declara que los que viven en adulterio y los que practican la sodomía se les puede permitir recibir la Santa Comunión y los otros cardenales que están llamando estas declaraciones heréticas, luego está la batalla interminable como son los abusos en la Misa … cualquier medio católico que sea dirigido a la información veraz los radicales la han tomado . 

Pero eso fue hasta que una monjita muy dulce fundo una estación de televisión llamada EWTN Eterna Palabra Red de Televisión. La operación creció de manera constante en la década de los 80 en gran parte por la extraordinaria luchadora de madre Angelica. Ella salio al aire para denunciar los males que ahora son tan comunes … 

VIDEO:LOS SACERDOTES SOMOS COMO LOS AVIONES PADRE CARLOS CANCELADO


Sigamos orando por los sacerdotes pero yo también diría que por los seminaristas porque los seminaristas son las semillas del sacerdote. Es la semilla que Jesús va regando en cada seminario. Si rezamos para que los seminaristas sean santos sacerdotes, habrán santos sacerdotes. Mientras hayan sacerdotes sobre la tierra habrá misericordia de Dios, habrá perdón, estará Jesús Eucaristía. Cuando se acabe esta plaga sacerdotal se acabó la misericordia de Dios sobre la humanidad. 


ORACION POR EL PAPA


Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el Papa.

En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego.

Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas.

Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad.

Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención.

Amén.

BEATO CARLOS ACUTIS - UN SANTO DEL SIGLO XXI

  EVANGELIZACION CON LAS NUEVAS TECNOLOGIAS




Carlo Acutis no solo es ejemplo para la juventud sino para nosotros los adultos. El nos comunica claramente con su juventud, amor y sencillez que debemos vivir solo para Dios como si cada día fuera el ultimo que no tenemos tiempo. Como dice San Pablo: el día que se apellida de hoy. 

En muchas partes, en muchas iglesias, vemos a laicos y sacerdotes que llevan sobre la tierra veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta años y no le han entregado su sangre al Señor, no han muerto a si mismos. Toda esa vida no trasciende al espíritu.

En cambio Carlo Acutis con tan solo quince años nos da una lección eterna (Luc 10, 38-42 Jesús le dijo: Marta, Marta te preocupas y te agitas por muchas cosas y hay necesidad de pocas o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena que no le será quitada).




 


TODOS LOS PAPAS, SAN PEDRO, SAN FRANCISCO

 




Este video muestra cronológicamente a todos los papas de la Iglesia Católica con foto. Comienza con San Pedro y termina con el Papa Francisco. Importante: el número representa el pontificado, no el número de papas. Tal vez te hayas dado cuenta que a veces durante algunos años no hubo papa. Esto se debe a que los cardenales que votaron por el Papa no pudieron estar de acuerdo.

FUENTE: DIEU LE ROI 

EL PADRE JOVAN DA LA BENDICION A BIEN DE UN DEVOTO DE LA PARROQUIA -



Qué alegría y que gozo ver a los sacerdotes hacer las obras del Señor en este caso el padre Jovan Alfredo de nuestra capilla de Guadalupe en Burunga bendiciendo un auto después de celebrar el sacramento del bautismo en los primeros sábados del mes