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"A MIS SACERDOTES" DE CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA. CAP. LX: La Palabra Eterna

Mensajes de Nuestro Señor
Jesucristo a sus Hijos Los Predilectos. 

("A Mis Sacerdotes" de Concepción Cabrera de Armida)


LX

LA PALABRA ETERNA 


Yo soy Palabra y la palabra se comunica. Soy Palabra eterna, Palabra de Sabiduría que tiene virtud de penetrar y de obrar en las almas, por lo divino que lleva consigo, porque es la misma Divinidad con el Padre y con el Espíritu Santo 

El Verbo es Palabra, porque es la voz de Dios, la voz del Padre, creadora y santificadora por el Espíritu Santo, quien la comunicó a los Apóstoles en Pentecostés. 

Palabra que unifica, Palabra única, aunque con derivaciones y ecos íntimos infinitos eterna Voluntad, por donde se comunica a la Iglesia y a las almas. 

Soy la Palabra eterna, la Palabra fecunda del Padre, su “fiat” sin principio, su eterna Voluntad, por donde se comunica a la Iglesia y a las almas. 

Esta Palabra es Dios, es el Verbo por el cual se sube al Padre y se le conoce; porque nadie conoce al Padre, si no es por su Verbo y en su Verbo. 

Soy Palabra sapientísima, fecundísima, y toda la sabiduría y la ciencia de la tierra tiene su principio en esta Palabra única en su esencia y fecundísima en la inmutabilidad de su ser. Y esta Palabra es la que habla sin sonidos; e ilumina, porque es Luz; y obra, porque es eficaz; y santifica y penetra, porque es divina. 

Esta Palabra es penetrante y aguda como espada de dos filos que corta las tentaciones; es sublime por la naturaleza de su principio; es santa, porque viene de Dios; y es operativa, porque palpita y reside en el Corazón de Dios. 

Por eso no quedará estéril esta Palabra para las almas sacerdotales. Todo lo que procede de Dios no es muerte, sino vida; no es estéril, sino fecundo. No es pasible esta Palabra, sino activa en su desarrollo, que despierta corazones y quebranta rebeldías, y arrolla tentaciones, y vigoriza y fortalece con su energía. 

La palabra del hombre pasa y muere; la Palabra de Dios opera, y vive, y vuelve de donde salió llena de triunfos, porque es Palabra salvadora, Palabra de luz, de fuego, Palabra única, en donde se encierran creaciones y cuanto existe y existirá, porque esa Palabra es Dios. 

También esa Palabra, que es el Verbo, es amor y no puede ser otra cosa, ni encerrar otra cosa, ni producir otra cosa, porque su sustancia es amor. 

Con la profundidad de esa palabra escribirían miles y miles de libros que sólo tendrían una nota, un sonido, un sentido, ¡AMOR! 

Amor dice siempre esa Palabra, Yo, en la multiplicidad de sus derivaciones; porque Yo soy amor, con el Padre y con el Espíritu Santo; y no puedo producir sino amor, siempre amor, amor en la unidad de la Trinidad. 

Así es que todo lo que sale de Mí tiene espíritu y vida, por cualquier contacto que me comunique…Y Yo prometo que estas Confidencias del Corazón de un Dios hombre conmoverán y darán copioso fruto a mi Iglesia y una grande gloria a la Trinidad”

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