Hoy muchos católicos, preocupados por la mantención del depósito de la fe de los apóstoles, están confundidos.
No logran comprender del todo como se ha producido este gigantesco cambio moral en la sociedad.
Cómo el laicismo radical está ganando batalla tras batalla.
Y cómo la Iglesia está asumiendo la agenda laicista del mundo rápidamente.
Sin embargo las explicaciones la podemos encontrar en lo que profetizó Joseph Ratzinger desde la década de 1950.
Su advertencia es: en occidente el Estado está empujando hacia una agenda secular de cambio moral y cultural.
Y esa agenda está tirando para afuera a la Iglesia, no sólo de la plaza pública, sino de la cultura.
Por lo que la amenaza a la libertad religiosa es muy real.
Y que la Iglesia se está convirtiendo en una comunidad de paganos.
A pesar de todas estas advertencias de Benedicto XVI vemos a la Iglesia cada vez más comprometida con las políticas del laicismo occidental.
Una de ellas es el compromiso con las políticas medioambientales de la ONU y otra con sus políticas migratorias.
Probablemente pasen décadas antes que entendamos el gran legado que nos dejó Benedicto XVI.
Fue el Papa reflexivo que se necesitaba en ese momento.
Para interpretar lo que está detrás del estado secular cada vez más agresivo
Que se ha empeñado en una reingeniería social, que usa un doble discurso.
Y que es ampliamente comunicado por los medios de comunicación del sistema.
LA AMENAZA DEL LAICISMO RADICAL AL TESTIMONIO DE LA IGLESIA
En enero de 2012, el Papa Benedicto se dirigió a los obispos estadounidenses de Baltimore, Washington y la Arquidiócesis para los Servicios Militares durante su visita ad limina a Roma, diciéndoles:
“Es imprescindible que toda la comunidad católica de los Estados Unidos se de cuenta de las graves amenazas al testimonio público moral de la Iglesia presentadas por un laicismo radical que se manifiesta cada vez más en el ámbito político y cultural.
La gravedad de estas amenazas deben ser claramente apreciadas en todos los niveles de la vida eclesial.
Especialmente preocupantes son ciertos intentos que se realizan para limitar la más apreciada de las libertades americanas: la libertad de religión”
Más o menos al mismo tiempo el Papa estaba advirtiendo a los obispos de Estados Unidos (y, de forma indirecta, todos los estadounidenses) sobre la amenaza a la libertad religiosa de los secularistas radicales, como los intentos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Obama.
Ese mismo enero, la secretaria del HHS, Kathleen Sebelius, pronunció un mandato a todas las instituciones religiosas – especialmente a las universidades y los hospitales católicos – que tendrían que proporcionar anticonceptivos abortivos y esterilización en sus planes de seguros.
El mandato HHS no es un hecho aislado, sino parte de una campaña más grande.
Está extendida por la mentalidad secular en Europa y América para reducir la presencia e influencia del cristianismo en el mundo hasta que finalmente desaparezca de la historia, invirtiendo así los efectos de los 2000 años de evangelización de la Iglesia.
COMPRENDER LO QUE SUCEDE Y LUEGO EVANGELIZAR
El llamado del Papa a una Nueva Evangelización – que redoble los esfuerzos del Papa Juan Pablo II – fue hecho para hacer frente a esta amenaza muy real.
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El destino de la Iglesia en el tercer milenio depende en gran parte de nuestra respuesta a la secularización activa que tanto ha hecho para borrar el cristianismo durante los dos últimos siglos del segundo milenio.
Para responder con oración, tenemos que comprender el alcance real de la amenaza secular.
Benedicto es un hombre muy leído en la historia, y así él entiende muy claramente que la secularización agresiva ha ido ganando terreno político desde los horrores de la brutal descristianización durante la Revolución Francesa.
Ocurrió en Francia; ocurrió en Rusia y en los satélites soviéticos; ocurrió de otra manera con la imposición de la pseudo-religión del nazismo que se hizo cargo de su tierra natal, Baviera; y continúa en la actualidad en todas las democracias liberales de Europa.
Y, como el Papa advirtió, la secularización ha llegado a los Estados Unidos de América.
Se retiran los Diez Mandamientos. No hay lectura de la Biblia en las escuelas.
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Ninguna oración pública. No hay “Feliz Navidad”.
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Se afirma el “matrimonio gay”.
Y hay una exigencia perentoria:
“Tú debes participar en la revolución sexual”.
DOBLAR LA RODILLA ANTE EL ESTADO
El mensaje de todo el laicismo radical tal es claro:
“Tú tienes que doblar las rodillas ante el Estado”.
El Estado laico a menudo pone el mensaje en términos más acogedores, términos que deben sonar como una tentación muy familiar:
“Si tu doblas la rodilla delante de mí, entonces yo te daré todo el esplendor y placeres del mundo”.
El laicismo es, por definición, la afirmación de este mundo y el rechazo del otro.
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Está históricamente arraigada en un materialismo que niega la existencia de Dios, los ángeles, el alma y la vida futura.
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Su fundamento es “el espíritu mundano” que es la fuente de antagonismo del laicismo a la Iglesia.
Como el Papa Benedicto XVI ha advertido, este antagonismo está a menudo disfrazado de la benefactora afirmación de la pluralidad.
Pero cuando secularistas contemporáneos predican la tolerancia, practican lo que el Papa ha llamado una “tolerancia negativa”:
una “nueva intolerancia”, a través de “las normas de pensamiento que se supone que deben imponerse a todo el mundo” – lo que en Estados Unidos llaman “lo políticamente correcto”.
El resultado, ha señalado el Papa, es en realidad:
la “abolición de la tolerancia, pues significa, en definitiva, que la religión, que la fe cristiana, ya no se permite que se exprese visiblemente“.
Ese resultado es, por supuesto, el verdadero objetivo de la laicidad: la eliminación del cristianismo de la cultura.
PROMOCIÓN DEL RELATIVISMO
La afirmación aparentemente benéfica de la pluralidad tiene, como el Papa Benedicto XVI ha señalado, una manifestación más profunda – la promoción del relativismo.
El relativismo dice con una sonrisa amable:
“Vamos a afirmar todos los puntos de vista como igualmente buenos; todas las maneras de vivir como igualmente admirables.
Todos los pensamientos como igualmente verdaderos“.
Pero oculto bajo el guante de terciopelo de esta afirmación está a menudo una mano de hierro dispuesta a imponer lo que el Papa ha llamado con razón “la dictadura del relativismo”.
Como advirtió el cónclave que acabaría de elegirlo para el papado,
“Estamos avanzando hacia una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que tiene como su más alta meta su propio ego y sus propios deseos”.
Ese “egoísmo” es inherente a la negación secular de Dios y la reducción materialista del bien y del mal al placer personal físico y al dolor.
Sin Dios para definir el bien y el mal, la gente se vuelve a sus pequeños dioses propios, creando sus propias reglas morales que maximicen este mundo de satisfacciones.
EL LLAMADO DE BENEDICTO XVI
En respuesta, el Papa Benedicto XVI ha hecho un llamamiento
“para un laicado católico comprometido, articulado y bien formado, dotado de un fuerte sentido crítico de la cultura dominante.
Y con el coraje para hacer frente a un secularismo reductivo que deslegitima a la Iglesia para participar en el debate público sobre las cuestiones que están determinando el futuro de la sociedad”.
Esa llamada fue dada directamente a los obispos de Estados Unidos que lo visitaron en enero de 2012 como una tarea esencial de la nueva evangelización, que incluye también
“Una articulación convincente de la visión cristiana del hombre y de la sociedad”, como la verdadera alternativa al secularismo radical.
Un llamado que es para todos los católicos de todo el mundo.
MAGNÍFICO ALEGATO DE BENEDICTO XVI SOBRE LOS “VALORES NO NEGOCIABLES” DE LOS SEXOS Y LA FAMILIA
En diciembre del 2012 Benedicto XVI dio el tradicional discurso papal previo a la Navidad dirigido a la Curia romana.
Pero se dirigió en realidad a toda la Iglesia y al mundo.
Habló de la crisis en la familia y de la “nueva filosofía de la sexualidad”, pidiendo la defensa de “los valores no negociables”.
La ideología de género, es uno de los desafíos más serios que la Iglesia se ha enfrentado en su historia.
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Y no sólo la Iglesia, porque la ideología de género pone en peligro a toda la sociedad y subvierte la persona humana.
Se trata de una rebelión contra Dios. Criticó la idea que los sexos sean el producto de la sociedad y del individuo y defendió la familia constituida por el padre, la madre y los hijos.
LA CUESTIÓN DE LA FAMILIA TIENE QUE VER CON LA CUESTIÓN MISMA DEL SER HUMANO
Con el rechazo de los vínculos duraderos, añadió el Pontífice,
“desaparecen también las figuras fundamentales de la existencia humana: el padre, la madre, el hijo.
Decaen dimensiones esenciales de la experiencia de ser persona humana”.
En nombre de la filosofía de “género”, el ser masculino y femenino se convierte en un producto de la decisión del individuo.
“Si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad pre establecida por la creación”.
Tenemos en primer lugar la cuestión sobre la capacidad del hombre de comprometerse, o bien de su carencia de compromisos.
¿Puede el hombre comprometerse para toda la vida?
¿Corresponde esto a su naturaleza?
¿Acaso no contrasta con su libertad y las dimensiones de su autorrealización?
CON LA DESAPARICIÓN DE LOS LAZOS DESAPARECEN EL PADRE Y LA MADRE
Benedicto XVI ha dicho que
“el hombre sólo logra ser él mismo en la entrega de sí mismo, y sólo abriéndose al otro, a los otros, a los hijos, a la familia.
Sólo dejándose plasmar en el sufrimiento, descubre la amplitud de ser persona humana.
Con el rechazo de estos lazos desaparecen también las figuras fundamentales de la existencia humana: el padre, la madre, el hijo; decaen dimensiones esenciales de la experiencia de ser persona humana”.
“Si hasta ahora habíamos visto como causa de la crisis de la familia un malentendido de la esencia de la libertad humana, ahora se ve claro que aquí está en juego la visión del ser mismo, de lo que significa realmente ser hombres”.
UNA NUEVA FILOSOFÍA DE LA SEXUALIDAD
Y cita una afirmación de Simone de Beauvoir que se ha hecho famosa: “Mujer no se nace, se hace” (“On ne naît pas femme, on le devient”).
“En estas palabras se expresa la base de lo que hoy se presenta bajo el lema ‘gender’ (género) como una nueva filosofía de la sexualidad.
“Según esta filosofía, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía”.
Benedicto XVI advierte que se trata de una falacia:
“La falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que subyace en ella es evidente.
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El hombre niega tener una naturaleza pre constituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano.
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Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear”.
“Según el relato bíblico de la creación, el haber sido creado por Dios como varón y mujer pertenece a la esencia de la criatura humana.
Esta dualidad es esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado.
Precisamente esta dualidad como dato originario es lo que se impugna.
Ya no es válido lo que leemos en el relato de la creación: ‘Hombre y mujer los creó’ (Gn 1,27).
No, lo que vale ahora es que no ha sido Él quien los creó varón o mujer, sino que ahora ha sido la sociedad la que lo ha determinado, y ahora somos nosotros mismos quienes hemos de decidir sobre esto.
Hombre y mujer como realidad de la creación, como naturaleza de la persona humana, ya no existen.
El hombre niega su propia naturaleza. Ahora él es sólo espíritu y voluntad”.
“La manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre respecto a sí mismo.
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En la actualidad, existe sólo el hombre en abstracto, que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya.
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Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente”.
“Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación.
Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia”.
Y ASÍ SE LLEGA A LA NEGACIÓN DE DIOS
“Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacer por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo.
Y con ello, también el hombre como criatura de Dios, como imagen de Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser”.
“En la lucha por la familia está en juego el hombre mismo.
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Y se hace evidente que, cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre.
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Quien defiende a Dios, defiende al hombre”.
También Ratzinger hizo profecías sobre la Iglesia que hoy se cumplen.
LA PROFECÍA DE RATZINGER SOBRE LA IGLESIA
En el año 1969 hacía tres años que había finalizado el Concilio Vaticano II.
Y el teólogo padre Joseph Ratzinger hizo unas profecías sobre la Iglesia Católica que se están materializando ahora.
Pensando en occidente, él previó una implosión de la Iglesia, en medio de conflictos y luego de una crisis de achicamiento, profetiza un resurgir renovada.
“El futuro de la Iglesia puede y va a surgir de aquellos cuyas raíces son profundas y que viven de la plenitud pura de su fe.
No surgirá de aquellos que se acomodan solo al momento que pasa…”
En otras palabras, el catolicismo liberal, el catolicismo progresista que se adapta a los dictados del mundo secular, será el que sufrirá más.
Y hoy vemos en todas las denominaciones cristianas, que quienes se han alejado más de las doctrinas tradicionales de los apóstoles, son los que decrecen más en número de fieles.
Por otro lado, las órdenes católicas más conservadoras y de clausura han sufrido menos la crisis que aquellas que se abrieron al mundo.
Ratzinger además dice que,
“El futuro de la Iglesia, una vez más como siempre, será reformado por los santos, por los hombres cuyas mentes son más profundas que las consignas del día”.
“Lo que quedará será la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia que cree en el Dios que se hizo hombre y nos promete vida más allá de la muerte”.
Y aún Ratzinger abunda más,
“El tipo de sacerdote que no es más que un trabajador social puede ser reemplazado por el psicoterapeuta y otros especialistas…”
Este era una advertencia – y sigue siéndola – para aquellos que quieren convertir a la Iglesia en una ONG que trabaje por la justicia social.
Los sectores católicos que se jugaron más a esta estrategia casi desaparecieron, como por ejemplo la Teología de la Liberación.
“A partir de la crisis de hoy, surgirá la Iglesia del mañana, una Iglesia que ha perdido mucho…
Se volverá pequeña y tendrá que comenzar de nuevo más o menos desde el principio.
Ya no podrá habitar en muchos de los edificios que construyó en prosperidad…”
Y esto ya se ve en EE.UU. y en Europa las diócesis están en un estado de declive controlado, fusionando parroquias y vendiendo edificios porque van cada vez menos fieles a misa.
Este proceso solo empeorará en los próximos años,
Y continúa Ratzinger con su profecía,
“A medida que el número de sus adherentes disminuye, perderá muchos de sus privilegios sociales…”
Esto ya pasa.
La Iglesia católica no solo ha perdido casi toda su influencia política, sino que los propios católicos están cada vez más marginados en la sociedad.
El sólo mencionar que una persona es católica hoy le cierra puertas laborales en occidente, especialmente en EE.UU. y Europa.
Esto también empeorará porque vemos crecer la idea que fe católica “peligrosa” y fomentadora de odio.
Y respecto a la Iglesia que emerja renovada de esta crisis Ratzinger predice:
“La Iglesia será una Iglesia más espiritual, no presumiendo de un mandato político, sin coquetear con la izquierda como con la derecha…”
“Será difícil para la Iglesia, porque el proceso de cristalización y clarificación le costará mucha energía valiosa.
La hará pobre y hará que se convierta en la Iglesia de los mansos”.
“Uno puede predecir que todo esto tomará tiempo.
El proceso será largo y agotador, como lo fue el camino del falso progresismo en vísperas de la Revolución Francesa, cuando un obispo podría ser considerado inteligente si se burlaba de los dogmas e incluso insinuaba que la existencia de Dios no era segura en absoluto”.
Esto predice las luchas internas en la Iglesia, que ya estamos viendo entre cardenales y obispos.
“Pero cuando la prueba de este tamizado haya pasado, un gran poder fluirá de una Iglesia más espiritualizada y simplificada.
Los hombres en un mundo totalmente planificado se encontrarán indeciblemente solos.
Si han perdido completamente de vista a Dios, sentirán todo el horror de su pobreza.
Entonces descubrirán la pequeña bandada de creyentes como algo completamente nuevo.
Lo descubrirán como una esperanza que es para ellos, una respuesta para la cual siempre han estado buscando en secreto…”
Una vez que la Iglesia sea revivida y renovada, ya no importará qué tamaño tenga, porque muchos dentro del mundo secular comenzarán a tomarla en serio otra vez.
Ahí es cuando la Nueva Evangelización comenzará en serio.
LA IGLESIA CONVIRTIÉNDOSE EN UNA COMUNIDAD DE PAGANOS
Joseph Ratzinger escribió en 1958, a la edad de 31 años, su ponencia de que los católicos se estaban convirtiendo en una comunidad de paganos.
Esto fue una década antes que la revolución sexualbarriera la ley natural.
Y esto ha tenido un terrible efecto dentro de la Iglesia, sobre lo cual Ratzinger ha hablado más entre líneas luego que en profundidad.
Tal vez para no confrontar con las jerarquías obispales en todo el mundo.
Porque hoy vemos que cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos se hacen eco de las consignas de la cultura dominante.
El caso más claro es asumir que el calentamiento global y las migraciones son los temas más importantes para la militancia de la Iglesia.
Cuando la Iglesia ha sido instituida para salvar almas. Y éste es el discurso que debería ser central.
Además hay temas aún más importantes como la defensa de la vida y de la ley natural, sobre lo que hoy faltan promoción y catequesis.
Paralelamente vemos que aquellos que aún sostienen los valores centrales de la fe en estos dos mil años son tildados de rígidos.
Y que universidades católicas y teólogos dan una aprobación sofisticada a las proposiciones de la cultura dominante.
Argumentando que lo que Dios reveló en el pasado está aprisionado por la mala interpretación histórica.
Y que la buena interpretación debe hacerse en cada situación histórica.
Parecería que ciertos líderes de la Iglesia han abierto la canilla permitiendo que los fieles elaboren tranquilamente sus racionalizaciones para asumir la cultura del mundo.
Y se han convertido en files custodios del pasaje de un cristianismo contracultural a uno acomodado a los valores del mundo.
FUENTE: forosdelavirgen.org