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EXORCISMO: EXPERIENCIA DE UN PADRE CATÓLICO -


Obispo Fabio Colindres, el Demonio, su Acción Maléfica y la actividad liberadora de la Iglesia




Texto primera parte -

Es importante decir que el exorcismo es un apostolado entre personas muy sufridas. ¡Como sufre una persona poseída por el demonio!... a menudo incomprendidas casi por nadie: ni por la familia, ni por los médicos y, muchas veces por los sacerdotes (no todos los sacerdotes pero si muchos).

A menudo el exorcista es mal visto e incluso combatido, ¡atacado! se le ve como un bicho raro al que hace este oficio. Este ministerio fue confiado a nosotros los obispos por Cristo en exclusividad y nosotros podemos no solo ejercerlo sino nombrar delegados para ello. Los demonios existen y también la posibilidad de una posesión diabólica. Esto no es broma ni es juego.

Cristo ha dado poder a sus apóstoles para expulsar demonios de aquellos que creyeron.  Esta es una verdad rebelada claramente en la Sagrada Escritura.

A medida que vaya exponiendo voy a explicar el poder que tiene la presencia de María sobre todo. Bajo el título “Inmaculada” es el tema que menos soporta el demonio… Hay otro: “Madre de Dios”. Son los dos títulos que no soporta Satanás. María es enemiga de satanás desde el primer anuncio de la Salvación.

Los demonios temen a Jesús por eso no es posible realizar un exorcismo si no es en el nombre de Jesús. Los demonios temen a Jesús (Mateo 8, 29); satanás sabe que es totalmente derrotado por Jesús. El poder del demonio es claro, Jesús lo llama príncipe de este mundo (Juan 14, 30); San Pablo lo señala como dios de este mundo (II Corintios, 4); Cristo demolió el reino de satanás e instituyó el reino de Dios. Sumamente son importantes los episodios en que Jesús libera a los endemoniados.  Hay que detenerse en esto. En las Escrituras, por ejemplo, cuando Pedro tiene que resumir la obra de Cristo solamente dice unas palabras: Jesús pasó sanando a todos los oprimidos por el Diablo. Así resume la obra de Cristo. Hoy entendemos por qué es el primer poder que Jesús da a los apóstoles: arrojar demonios (Mateo 10).

Debe quedar bien claro que el mal, el dolor, la muerte, el infierno no son obras de Dios pues el mal bajo ninguna forma viene de Dios ya que en Dios no hay mal. Lo que nos hace llorar, sufrir y nos mata es el pecado que tiene su última expresión en la muerte y no viene de Dios - de Dios viene la vida. Durante un exorcismo el exorcista dijo a la persona poseída o sea al demonio que estaba dentro de esta persona “Vete de aquí, el Señor te ha preparado una bella casa muy caliente”; con un poco de ironía le dijo así al demonio. El demonio respondió “tú no sabes nada, no fue El quien hizo el infierno, fuimos nosotros, El ni siquiera lo había pensado”. Nos queda bien claro que el infierno no es obra de Dios.

Todavía hay gente que cree que el infierno es obra de Dios y que Dios condena. Dios no condena a nadie, nos condenamos nosotros mismos cuando no somos capaces de optar por la verdad y el bien sumo que es Dios. Ninguno está predestinado. Dios quiere que todos los hombres se salven, por tanto nadie está predestinado a condenarse, nadie está predestinado al infierno. Jesús murió por todos, no ha hecho excepciones, a todos le son dadas las gracias necesarias para salvarse por lo tanto la predestinación en la doctrina católica no existe. Nuestras propias opciones son las que nos  hacen sufrir y nos llevan a la muerte.
La Cristología que quiera ignorar a satanás es una gran tentación en el mundo moderno. Ignorar a satanás va a ser siempre muy raquítico y no podrá comprender el alcance total de la Redención de Cristo. Si quieren hablar de la Redención de Cristo sin hablar de satanás se corre el peligro de no entender en plenitud la obra de la Redención. La escritura siempre nos habla del reino de Dios y del reino de satanás, nunca suprime el reino del mal, al contrario lo enfatiza para que quede más claro el poder redentor de Cristo que ha vencido al mal. Poder de Dios y poder de las tinieblas, hijos de Dios e hijos del diablo; esto es permanente en la Sagrada Escritura. Cuidado, satanás no es una idea abstracta del mal, como pretenden muchos teólogos modernos (… satanás no es persona, satanás no existe, no es un espíritu, es una forma de representar el mal). Cuidado con ese tipo de ideas, esa es una auténtica herejía, y además una autentica contradicción a la Sagrada Escritura, a la patrística y al magisterio de la Iglesia.

La Sagrada Escritura nos habla del demonio como un ser espiritual primero, segundo, persona dotada de inteligencia, voluntad, libertad y además de iniciativa. No tenemos ni idea de la inteligencia de satanás, no podemos ni tener idea. Recuerdo que la primera vez que fui a un exorcismo la persona a la que se iba a exorcizar estaba viendo hacia la pared. Yo entré por una puerta trasera y la capacidad de conocimiento que tiene el demonio es impresionante, apenas entré me dijo “ya te conozco, se quién eres y te voy a matar”. Como impresiona saber que siendo espíritu simple no compuesto tiene el poder de conocimiento del espíritu entonces él puede conocer lo que se piensa, lo que se hace y lo que se dice, no importa en la lengua que sea.

Jesús de todas maneras es el más fuerte, ató a satanás (marcos 3, 27); el reino del demonio está para acabarse.

Tengamos cuidado con las fuerzas espirituales. Las fuerzas espirituales han sido inventadas por los espiritistas. No existen espíritus buenos fuera de los ángeles. La gente que invoca espíritus no hace una cosa buena. Los difuntos van al paraíso, al infierno, o al purgatorio pero los difuntos que se presentan en sesiones espiritistas solo son demonios, mucho cuidado. El papa Juan Pablo II visitando el santuario de San Miguel Arcángel dijo esta lucha contra el demonio que caracteriza al arcángel Miguel es actual. También hoy el demonio está siempre vivo cuidado con lo que dicen que no existe el demonio. Esto ha hecho mucho daño. El papa Pablo VI decía que el peligro más grande de nuestros tiempos es creer que el demonio no existe. Opera en el mundo, dice el papa Juan Pablo II. El mal que existe en él, el desorden del mundo se presenta en la sociedad, la incoherencia del hombre, la ruptura interior de que es víctima y no son solamente las consecuencias del pecado original sino efecto de la acción infectadora y tenebrosa de satanás. Gran parte del sufrimiento brutal que sufre El Salvador, América Latina y el mundo tiene que ver con satanás. No es normal que sucedan las cosas que suceden, no solo aquí sino en todo el mundo. De Dios no puede venir, solo puede venir de un hombre o una mujer que está sumamente lejos de Dios y sumamente cerca del mal.

¡Una cosa curiosa!  ¿saben ustedes que al infierno ni el demonio quiere ir?  Cuando un demonio sale de una persona (que por eso no quiere salir …) por eso es que hay exorcismos que duran tanto tiempo, es porque el demonio no quiere irse, no quiere ir al infierno. ¿Por qué? Porque cuando un demonio sale de una persona y es precipitado al infierno, es para él como un muerte definitiva.

Nunca menospreciemos a los ángeles, no tienen idea del poder que en un exorcismo tienen los ángeles. Desde la concepción hasta la muerte nos acompaña el ángel de la guarda. Esto es de fe para el cristiano católico, no solo una idea piadosa y bonita para los niños, pues 24 horas al día el ángel custodio está con nosotros, nos protege en alma y cuerpo. Las naciones tienen un ángel particular, probablemente cada comunidad y cada familia tienen un ángel que los protege. Son numerosos y están más deseosos de hacer el bien que los demonios de hacer el mal. Ya sabemos que el príncipe de todo es Miguel, después Rafael que significa “medicina de Dios” y Gabriel que significa “Fuerza de Dios”.

¿De dónde surgieron los exorcismos? Pues es la Iglesia que para dar más eficacia al poder que Cristo ha dado a ella misma y para salvaguardar a los fieles de los embusteros, magos, agoreros, adivinos, hechiceros, brujos que arrasan con la fe del pueblo, se aprovechan de la gente humilde, la ven sufrir y le quitan todo el dinero. Entonces ya es un tema viejo, la Iglesia para proteger a sus fieles instituye lo que son los exorcismos. Es un sacramental especial instituido en la Iglesia. Lo administran solo obispos y delegados y en el caso que se delegue tiene que ser una delegación específica. Es el Canon 1172 del Derecho Canónico y debe utilizarse el ritual solamente aprobado por la iglesia Católica. No se puede inventar un exorcismo, lo vemos en el Canon 1167.

Solo mediante un exorcismo podemos saber si hay posesión o no. Un exorcista sabe la diferencia que hay entre un enfermo mental y un poseído. Es muy claro para un exorcista, no hay confusión. A veces la medicinas no funcionan, pero el exorcismo sí. ¿Qué significa eso? Que no se  trata de una enfermedad psíquica, hay una presencia tremenda del mal en esa persona. ¿Cuánto tiempo dura un exorcismo?  Lo que Dios quiera porque el que expulsa al demonio no es el exorcista, es Cristo. El exorcista es solo el instrumento, pues el que expulsa es Cristo a través de su oración.

Son muy importantes las imágenes, no quiten las imágenes de sus casas. Hemos quitado a Dios no solo de nuestras casas, también de nuestros labios. Ya no oramos al levantarnos, al acostarnos, antes y después de comer. Ya no vamos a Misa los domingos, ya no nos confesamos con frecuencia. Las imágenes siguen siendo cruciales en la vida cristiana, naturalmente no somos talismanes ni amuletos pero en el justo sentido de la comprensión de una imagen es poderosa la imagen de la Virgen en la casa, de Jesús en la cruz.  Donde decae la religión crece la superstición sobre todo en los jóvenes.

Otra cosa fundamental, nunca maldiga. ¿Saben que es la palabra predilecta del demonio? maldecir. Nunca maldigas a nadie, es de las cosas más tristes que puede haber.

Otra cosa fundamental es María. En los exorcismos que he participado lo que más furia le da al demonio es mencionar el nombre de María. Una vez mencioné el nombre de María en un exorcismo y el demonio me dijo: si vuelves a decir ese nombre te voy a matar.  (…no la soporta).


... Continua - 

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