"Ves cómo es necesario que el sacerdote este en medio de mis obras, y esto es ayuda también para cumplir la crucifixión; es cierto que si no hay nadie, por ti sola no puedes crucificarte, siempre se necesita de la ayuda de los demás".
"Hija mía, para asegurarte si soy Yo, o no soy Yo, tu atención
debe estar en los efectos internos, si se mueven a virtud o a vicio, ya que
como mi naturaleza es virtud, de ninguna otra cosa hago herederos a mis hijos, más
que de virtud. Mi naturaleza si mínimamente pudiese retener en si la sombra del
vicio, cesaría de ser aquel Dios que es, lo que no puede suceder jamás".
Y Él me ha dicho: "Todo lo que se hace con la única
finalidad de agradarme, resplandece ante Mi de una manera tal, que atrae mis
miradas divinas, y me agrada tanto, que a esas acciones, aunque fuesen solo un
movimiento de pestanas, les doy el valor como si fueran hechas por Mi. En
cambio las otras acciones, que en sí mismas son buenas y aun grandes, no hechas
únicamente para Mi, son como ese oro enlodado y lleno de herrumbre que no
resplandece, y Yo no me digno ni siquiera mirarlas".
Y yo: "Ah Señor, que fácil es que el polvo ensucie
nuestras acciones".
Y El: "No se necesita poner atención al polvo
porque este se sacude, a lo que hay que atender es a la intención".
Ahora, mientras esto se decía, Jesús se ocupaba de atarme
los brazos. Yo le he dicho: "Señor, que haces?
Y El: "Hago esto porque tu estando en la posición de crucifixión
me aplacas, y Yo como quiero castigar a las gentes te los estoy atando".
Todo lo que se quiere y desea, se debe querer y desear
porque lo quiere Dios:
Deséame, no como deseo tuyo, sino como deseo Mío, porque Yo
amo grandemente manifestarme contigo. En suma, todo lo que tú quieres y deseas,
debes quererlo y desearlo porque lo quiero Yo, esto es tomarlo de dentro de Mí
y hacerlo tuyo. Así será más agradable tu música a mi oído, porque es música
salida de Mi mismo".
"Todo lo que sale de Mi entra en Mí, es por esto que
los hombres se lamentan de que no obtienen tan fácilmente lo que me piden,
porque no son cosas que salen de Mi, y no siendo cosas que salen de Mi, no es
tan fácil que entren en Mi y salgan después para darme a ellos, porque sale de
Mi y entra en Mi todo lo que es santo, puro y celestial".
"Entonces, porque asombrarse si les viene cerrada la
audiencia si lo que piden no es así? Por eso tu ten en mente que todo lo
que sale de Dios entra en Dios".
La obediencia pone la paz entre Dios y el alma.
La impureza y las obras buenas imperfectamente hechas, son
alimento repugnante para Jesús.
Mientas reposaba me he encontrado en un lugar donde había
por piso muchas tablas móviles, y abajo el abismo. Yo temiendo
precipitarme, lo desperté, invocando su ayuda, y El me ha dicho:
"No temas, es el camino que todos recorren. No se necesita otra cosa que toda la atención, y como la mayor parte caminan distraídos, esta es la causa por la que muchos se precipitan al abismo, y pocos son los que llegan al puerto de la salvación".
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