MENSAJES DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO PARA SUS PREDILECTOS
("A Mis Sacerdotes" de Concepción Cabrera de Armida)
Para los sacerdotes a quienes Jesús ama tanto que tiene celos de sus almas, de su tiempo y hasta del aire que respiran!
I
¡AMOR SACERDOTAL!
"¡Ay!... ¡quiero almas de sacerdotes...ternuras... consuelo! ¡Quiero amor en las almas sacerdotales, quiero destruir la indiferencia que me hiela en ellas; quiero vida interior, intimidad Conmigo en esas almas consagradas; quiero desterrar la apatía en sus corazones y hacerlos arder en el celo de mi gloria; quiero activar la vida divina en tantas almas de los míos que desfallecen ; quiero destruir la indiferencia que paraliza la acción de Dios y aleja de los sacerdotes mis gracias; quiero hacer de cada pecho un nido para el Espíritu Santo; quiero barrer de mi Iglesia y arrasar todo lo que no sea puro!
¿Si se pudiera ver lo que Yo veo, lo que me hiere y me lastima en mi Iglesia, cubierto con la capa de la hipocresía, de la falsedad, de la mentira y aun del deber?
Mi Iglesia necesita una sangría de México; una llamada enérgica en muchos corazones resfriados.
Y todo ¿por qué? Porque les falta Espíritu Santo, porque el mundo ha llegado a los altares, porque la impureza ¡ay! ha minado muchos corazones.
Había y hay pecados ocultos que expiar, indiferencia en los actos litúrgicos y religiosos, tibieza en mi servicio, comodidad y molicie para servir a las almas. , mucha exterioridad y poco fondo, y sobre todo, ¡poco amor! Es necesario volver a encender el fuego, y esto solo se hará por el Espíritu Santo, por el Verbo, ofreciéndolo al Padre, clamando misericordia.
Quisiera que se activara ese ofrecimiento del Verbo al Padre en favor de la Iglesia de México por medio de María. Quisiera que se diera un impulso poderoso a ese acto expiatorio, uniendo víctimas a la gran Víctima para desagraviar y apresurar el triunfo de la Iglesia en México. Es necesario que los sacerdotes mismos se muevan a este fin, porque hay que expiar en ellos mismos mucho de la causa de la actual situación religiosa.
Mi Padre quiere perdonar, el Espíritu Santo quiere la paz; pero el Verbo divino hecho hombre es el canal por donde desciende y se compra toda gracia.
Vendrá la reacción, pero por este medio y por María; y se apresurará a medida que se haga lo que pido.
Que todos a una me ofrezcan y se ofrezcan en mi unión, y sean hostias con la Hostia, y pidan a mi padre con María que limpie a México, que una a la Iglesia y que una también los corazones en la caridad.
Yo, aunque Dios, no dejo de ser hombre, y los pecados - sobre todo los de mis sacerdotes-, hacen que me ruborice ante la Divinidad ofendida. Este es un secreto, un martirio oculto de mi Corazón de hombre que ama a los hombres y a los sacerdotes con fibras y latidos especiales, y quiere -como tierra madre- cubrir lo incubrible ante las miradas de mi Padre amado.
En este punto muy principalmente tengo tales fibras de madre que quisiera Yo solo cargar con el lodo con que manchan las vestiduras de mi Iglesia, la Esposa inmaculada, y lavar con mi sangre y ocultar con mi Blancura las impurezas ¡ay! de los que se llaman míos. Nadie se imagina esta vergüenza de las vergüenzas para Mí; estas faltas que hieren en lo más vivo mis entrañas de cándido amor, que obligan a mi Padre a los castigos, y que Yo, como Dios hombre, quisiera, renovando mis dolores, impedirlos.
Este martirio oculto de mi Corazón es casi desconocido; martirio de amor divino-humano, porque mi Corazón de hombre ama con todas las cualidades del amor humano divinizado.
¿Se comprenden ahora más profundamente las quejas de mi corazón lastimado en lo que más ama?
Cierto que hay mucho bueno en la Iglesia; pero nadie sabe lo que hieren el fondo de mis entrañas los pecados de esas almas escogidas que tanto me han costado. Una ofensa de ellas es para Mí como miles del común de las gentes que no han recibido esa superabundancia de carismas. No hay quien alcance a comprender la delicadeza torturante con que sé sentir sus ingratitudes..."
-Continuará-
Que el Espíritu Santo y la Virgen María los transforme en otros Jesús,
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SEÑOR: Comprendo Tus quejas, y cuántas quejas tendrás de nosotros, Tus laicos pecadores!
ResponderEliminarACTO DE REPARACÍON DE SACERDOTE ETERNO:
De los Sacerdotes que dan la Santa Misa en tan solo 15 ó 20 minutos. (TE CONSOLAREMOS, SEÑOR).
Por aquellos que nunca explican el Santo Evangelio(solo los domingos). (TE CONSOLAREMOS, SEÑOR)
Por aquellos, para quienes confesar es una incomodidad. (TE CONSOLAREMOS, SEÑOR).
SEÑOR JESÚS:
ResponderEliminarBendice a todos los buenos y santos Sacerdotes. Concédeles el don del Espíritu Santo, la perseverancia y una gotita de Tu preciosísima Sangre, en sus corazones!