FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

PEQUEÑO MANUAL DE INDULGENCIAS PARA USO DE LOS FIELES - Parte 3 -

-Extracto-

LIBER
CIUDAD DEL VATICANO

Cuanto sigue ha sido extraído del Enchiridion Indulgentiarum o Manual de Indulgencias, publicado en el Acta Apostolicae Sedis, el 29 de julio de 1968.


OTRAS CONCESIONES


16. Credo in Deum (Creo en Dios)

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su único Hijo Nuestro Señor, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa Maria Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los Cielos; está sentado a la derecha del Padre; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, la vida eterna. Amén.

Se concede indulgencia parcial al fiel que piadosamente recite el precedente símbolo de los Apóstoles, o símbolo Niceo-Constantinopolitano.


17. Crucis Adoratio (Adoración de la Cruz)

Se concede indulgencia plenaria al fiel que, en la solemne adoración litúrgica del Viernes Santo, participe en la adoración de la Cruz y la bese.

18. Defunctorum officium (Oficio de Difuntos)

Se concede Indulgencia parcial al fiel que devotamente recite las Loas o las Vísperas del Oficio de Difuntos.

19. De Profundis

Se concede Indulgencia parcial al fiel que piadosamente recite el salmo De Profundis (Salmo

20. Doctrina Christiana (Doctrina Cristiana)

Se concede Indulgencia parcial al fiel que imparte o recibe la enseñanza de la doctrina cristiana. Aquel que, en espíritu de fe y de caridad, imparte la enseñanza de la doctrina cristiana, puede conseguir la indulgencia parcial según la concesión de carácter general número 11. Con esta nueva concesión se confirma la indulgencia parcial para el que enseña y se la extiende al discípulo.

21. Domine, Deus Omnipotens (Señor, Dios Todopoderoso)

Señor, Dios Todopoderoso, que nos has hecho la gracia de comenzar un nuevo día, ayúdanos hoy con tu poder, para que en este día no cometamos ningún pecado y que nuestros pensamientos, palabras y obras sean siempre conformes a tu santa ley. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Indulgencia parcial.

22. En ego, o bone et dulcissime Iesu (Heme aquí, oh! mi amado y buen Jesús)

Heme aquí, oh! mi amado y buen Jesús, que postrado ante tu santísima presencia, te ruego con el fervor más vivo, que imprimas en mi corazón sentimientos de fe, de esperanza y de caridad, de dolor de mis pecados y propósito de no ofenderte más; mientras yo, con todo amor y toda compasión, voy contemplando tus cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Ti, oh mi amado y buen Jesús, el santo profeta David: “Han perforado mis manos y mis pies; puedo contar todos mis huesos” (Salmo 21, 17-18).

Se concede al fiel que piadosamente recita, luego de la comunión, la anterior plegaria delante de la imagen de Jesús crucificado, indulgencia plenaria en cada uno de los viernes de Cuaresma y de Pasión; e indulgencia parcial en todos los otros días del año.

23. Eucharisticus conventus (Congresos Eucarísticos)

Se concede indulgencia plenaria al fiel que participa devotamente en la solemne función eucarística que suele hacerse como conclusión de un Congreso Eucarístico.

24. Exaudi nos (Escucha nuestra plegaria)

Señor, Padre santo, Dios Todopoderoso y eterno, escucha nuestra plegaria; manda desde el Cielo a tu santo Ángel a custodiar, confortar, proteger, visitar y defender a los habitantes de esta casa. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Indulgencia parcial.

25. Exercitia spiritualia (Ejercicios Espirituales)

Se concede indulgencia plenaria al fiel que participa de ejercicios espirituales, al menos por tres días enteros.

26. Iesu dulcissime (Jesús Dulcísimo - Acto de Reparación)

Jesús dulcísimo, cuyo inmenso amor por los hombres está pagado con tanta ingratitud y olvido, con descuido, con desprecio, he aquí que nosotros postrados ante Ti, entendemos reparar con particulares actos de honor tanta indigna frialdad y las injurias con las cuales, de todas partes es herido por los hombres tu amantísimo Corazón. Sabiendo que también nosotros otras veces nos manchamos de mucha indignidad y probando por ello grandísimo dolor, imploramos ante todo para nosotros Tu misericordia, prontos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros pecados, sino los de aquellos que, errantes y alejados de la vía de la salud, se niegan a seguirte como pastor y guía, obstinándose en su infidelidad o pisoteando las promesas del Bautismo, sacudiendo el suavísimo yugo de Tu ley.

Y mientras entendemos expiar todo el cúmulo de tan deplorables delitos, nos proponemos reparar cada uno en particular: la inmodestia y las fealdades de la vida y del vestir, las muchas insidias tendidas por la corruptela a las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las injurias de execración lanzadas contra Ti y contra tus Santos, los insultos arrojados contra tu Vicario y el orden sacerdotal, las negligencias y los horribles sacrilegios con los que es profanado el mismo sacramento del Amor Divino y, en fin, las culpas públicas de las naciones que hostilizan los derechos y el magisterio de la Iglesia por Ti fundada.

Oh! pudiésemos nosotros lavar con nuestra sangre estas afrentas!

En tanto, como reparación del honor divino conculcado, te presentamos –acompañándola con las expiaciones de la Virgen tu Madre, de todos los Santos y de las almas piadosas- aquella satisfacción que Tu mismo un día ofreciste sobre la Cruz al Padre y que cada día renuevas sobre los altares; prometiendo con todo el corazón querer reparar, por cuanto nos concierne y con la ayuda de tu gracia, los pecados cometidos por nosotros y por los otros y la indiferencia hacia un tan grande amor, con la firmeza de la fe, la inocencia de la vida, la observancia perfecta de la ley evangélica, especialmente de la caridad y de impedir con todas nuestras fuerzas las injurias contra Ti y de atraer a cuantos podamos a tu camino.

Acoge, te rogamos, oh benignísimo Jesús, por intercesión de la santísima Virgen Maria

Reparadora, este voluntario obsequio de reparación y consérvanos fidelísimos en tu observancia y en tu servicio hasta la muerte con el gran don de la perseverancia, mediante el cual podremos un día llegar a aquella patria, donde Tu, con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Se concede indulgencia parcial al fiel que recita piadosamente el anterior acto de reparación. La indulgencia será plenaria si este acto se recita públicamente en la fiesta del

Sagrado Corazón de Jesús.

27. Iesu dulcissime, Redemptor (Oh Jesús dulcísimo, oh Redentor – Acto de Consagración del género humano a Cristo Rey –

Oh Jesús dulcísimo, oh Redentor del género humano, míranos humildemente postrados ante Ti.

Nosotros somos tuyos y tuyos queremos permanecer; y para vivir más estrechamente unidos a Ti, he aquí que cada uno de nosotros, hoy espontáneamente se consagra a tu sacratísimo Corazón.

Desgraciadamente muchos no te conocieron nunca, o despreciando tus mandamientos, te repudiaron. Oh benignísimo Jesús, ten misericordia, atrayendo a tu sacratísimo Corazón a unos y a otros. Oh Señor, sé Rey no sólo de los fieles que no se apartaron nunca de Ti, sino también de aquellos hijos pródigos que te abandonaron. Haz que éstos, cuanto antes regresen a la casa paterna para no morir de miseria y de hambre. Sé el Rey de aquellos que viven en el engaño y en el error, separados de Ti por discordias. Llámalos al puerto de la verdad, a la unidad de la fe, para que en breve se haga un solo rebaño bajo un solo pastor.

Otorga, oh Señor, incolumidad y libertad segura a tu Iglesia, concede a todos los pueblos la tranquilidad del orden, haz que de una a otra parte de la tierra resuene esta única voz: Sea alabado aquel Corazón Divino, del cual viene nuestra salud; a El se eleven cánticos de gloria y honor por los siglos de los siglos. Amén.

Se concede indulgencia parcial al fiel que recita piadosamente el anterior acto de consagración. La indulgencia será plenaria si este acto se recita públicamente en la fiesta de

Cristo Rey.

28. In articulo mortis (En peligro de muerte)

Al fiel en peligro de muerte que no pueda ser asistido por un sacerdote que le administre los sacramentos y le imparta la bendición apostólica con la correspondiente indulgencia plenaria, la Santa Madre Iglesia concede igualmente la indulgencia plenaria en peligro de muerte, siempre que esté debidamente dispuesto y haya recitado durante su vida cualquier plegaria. Para la obtención de tal indulgencia es recomendable el uso del crucifijo o de la cruz.

La condición “siempre que haya recitado durante su vida cualquier plegaria” suple en este caso las tres condiciones requeridas para la obtención de la indulgencia plenaria.

Esta indulgencia plenaria en peligro de muerte puede ser obtenida por el fiel que, en el mismo día haya alcanzado ya otra indulgencia plenaria.

29. Litaniæ (Letanías)

Están enriquecidas con indulgencia parcial las siguientes Letanías: del Santísimo Nombre de Jesús del Sacratísimo Corazón de Jesús de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de la Santísima Virgen Maria de San José y de los Santos

30. Magnificat

Se concede indulgencia parcial al fiel que recite piadosamente el cántico del Magnificat

31. Maria, Mater Gratiæ (María, Madre de la Gracia)

María, Madre de la Gracia, Madre de Misericordia, protégeme del enemigo y acógeme en la hora de la muerte. Indulgencia parcial.

32. Memorare, o piissima Virgo Maria (Acordaos, oh piadosísima Virgen Maria)

Acordaos, oh piadosísima Virgen Maria, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a tu patrocinio, implorado tu ayuda y pedido tu protección, haya sido abandonado de Vos.

Animado por esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre Virgen de las Vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, atrévome a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre del Verbo, mis humildes súplicas, antes bien, inclina a ellas tus oídos y atiéndelas favorablemente. Amén.

Indulgencia parcial.


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