FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

REVELACIONES A AGUSTÍN DEL DIVINO CORAZÓN - TOMO 3, parte 2-


EN LAS FUENTES DE MI DIVINO CORAZÓN
HALLARÉIS MENSAJES DE MISERICORDI





Enero 8/08 1:50 p.m.

Jesús dice:

Pequeños míos, escuchad cómo os hablo, pero vuestros oídos están cerrados a mi voz, voz que desde el silencio del Sagrario os llama a venir a Mí, porque mi mansión acá en la tierra ha dejado de ser mansión para convertirse en un desierto árido y solitario. Solitario porque os llamo y no hacéis caso a mi llamado. Solitario porque esta porción de cielo, en medio de vosotros, está deshabitada; los pobladores no quieren salir de sus parcelas, parcelas regaladas por Mí, porque mi amor es infinito y eterno por vosotros.

Solitario porque las almas son remisas a mi presencia, presencia que es cuestionada, ya que la inteligencia es menguada para creer en esta manifestación de mi amor.

Venid, que henchiré vuestro corazón del silencio.

Henchiré vuestro corazón de mi Divinidad.

Henchiré vuestro corazón de mi paz.

Henchiré vuestro corazón de mi misericordia.

En la Hostia Sagrada está mi Divino corazón, Corazón Eucarístico que arde de amor.

Corazón Eucarístico solitario que desea ser acompañado.

Corazón Eucarístico que está impregnado de misericordia para todos vosotros.

En el silencio de mi Sagrario cubro la desnudez de vuestro corazón, os revisto como a príncipes porque sois hijos del gran Rey. Rey que regirá la tierra por órbitas sin límites.

En el silencio de mi Sagrario tomo vuestras flaquezas y os hago fuertes.

Tomo vuestras miserias y os purifico.

Tomo vuestro gemir y os lo devuelvo en gracias, gracias imperceptibles a vuestros ojos, pero perceptibles para los ojos del cielo.

En el silencio de mi Sagrario vuestras llagas son sanadas, vuestros muros de concreto son derribados, vuestras quimeras se hacen realidad, vuestros pasos vacilantes toman vigor a seguir caminando, aún, en medio de vuestras luchas, luchas que sólo son superadas si gastáis parte de vuestro tiempo a la oración de corazón, frente a mi Corazón Eucarístico presente en la Sagrada Hostia.


Enero 10/08 6:10 p.m.

Jesús dice:

Acercaos a mi Corazón Eucarístico porque mi Divino Corazón supura misericordia para vosotros.

Misericordia desbordante porque os amo.

Misericordia para vosotros porque sois importantes para Mí.

Misericordia para vosotros porque os redimí muriendo en la cruz.

Misericordia para vosotros porque me ha llevado a la locura de la cruz.

Misericordia para con todos vosotros porque estoy presente hasta el sin fin de los siglos en la Sagrada Hostia.

No temáis en acercaros a mí, no os echaré en cara vuestros pecados porque sois frágiles, porque sois débiles porque sois almas terrenales.

Mi amor por vosotros no tiene límites.

Mi amor por vosotros es tan infinito como la arena en el desierto, tan infinito como el agua en el océano, tan infinito como las estrellas en el cielo.

Dejad vuestros miedos que mi Divino Corazón es un confesionario de perdón y de misericordia.

Es un confesionario en el que os purifico.

Es un confesionario en el que os libero.

Es un confesionario en el que os absuelvo de toda culpa.

Os llevo tan dentro de mí, que hago mía vuestra tristeza, hago mía vuestra alegría, hago mío vuestro llanto, hago mía vuestra risa, hago mío vuestro cansancio, hago mía vuestra esperanza, os hago míos a todos vosotros hijitos míos porque fuisteis creados a mi imagen y semejanza.

Porque os di victoria a una vida de gracia, muriendo en una cruz.

Porque os di victoria a una vida de hijos de Dios en el bautismo.

Porque os di victoria a una vida de santidad al llamaros por Él, que es tres veces Santo.

Hijos míos, misericordia os doy.

Hijos míos, perdón os doy.

Hijos míos, bondad os doy.

Hijos míos, ternura eterna os doy.

Hijos míos presencia hasta el sin fin os doy, porque estoy en medio de vosotros en la Hostia Consagrada. Hostia dada a vosotros para elevaros al cielo.

Hostia dada a vosotros para que vuestro corazoncito disminuya a todo amor de la tierra y se ensanche a mi amor Divino.

Amor Divino para toda la humanidad, aun, para los pecadores más acérrimos en el pecado.

Aun, para los de corazón endurecido. Aun, para los mundanales que no han puesto sus ojos en Mí.

Mirad pequeños míos que no os discrimino.

Mirad pequeños míos que no os censuro.

Mirad pequeños míos que no os señalo, antes, os llamo.

Porque sé de vuestras miserias.

Porque sé de vuestra testarudez.

Porque sé de vuestra gran necesidad de ser amados y el

Dios de amor os da amor en plenitud.

Os da amor en abundancia.

Os da el Amor, amor que os derrite de amor por el Dios de Amor.

Os amo hijos míos.


Enero 10/08 6:23 p.m.

Jesús dice:

Deseo escuchar de vuestros labios un te amo.

Deseo percibir de vuestra mirada, mirada de amor.

Deseo sentir de vuestro corazón, palpitaciones de amor.

Deseo veros caminar hacia Mí.

Deseo veros extender vuestras manos hacia el cielo para llenároslas de mis bendiciones.

Deseo ver vuestros oídos abiertos a mi voz.

Deseo que estéis anhelantes de Mí.

Deseo sentir que el mundo no os llena.

Deseo veros como peregrinos del Absoluto.

Deseo veros con alas de ángeles que vuelan hacia el cielo.

Deseo veros con vuestros pies caminantes hacia el Sagrario, Sagrario en el que amorosamente os espero para daros mi amor.

Sagrario en el que amorosamente os espero, para embadurnar vuestro ser con mi amor.

Sagrario en el que amorosamente os espero, para estrecharos en mi corazón eucarístico y besar vuestro corazón dándoos mi paz.

Sagrario en el que amorosamente os espero, para desmanchar vuestro corazón y daros pureza.

Sagrario en el que amorosamente os espero, para que nadéis en los ríos de misericordia de mi Divino Corazón.

Sagrario en el que amorosamente os espero, para cubriros de mis destellos de luz y haceros radiantes. Radiantes porque sois hijos de la luz.

Radiantes porque sois enemigos de las tinieblas.



Enero 10/08 6:45 p.m.


La Santísima Virgen María dice:

Hijitos míos cuidad de mi Hijo Jesús, amadlo como yo le amo, adoradlo como yo le adoro y glorificadle como yo le glorifico. Cuidad de mi Hijo y consentidle como a un bebé frágil, estrechadle en vuestro corazón con suma delicadeza.

Estrechadle en vuestro corazón con suma ternura y prodigadle vuestro calor. Vuestra Madre os acompaña en vuestra adoración a Jesús Eucaristía e intercede por vosotros.

Donad vuestra vida al Señor, rendíos absolutamente a su Divina Voluntad.

Jamás penséis en agradar a los hombres, agradad a Jesús Misericordioso.

Agradad a Jesús, tierno y compasivo con vosotros.

Os cubro con mi manto, manto que desea cubrir a toda la humanidad en su desnudez.

Manto que desea cubrir a toda la humanidad en su ceguera espiritual.

Manto que desea cubrir a toda la humanidad ausente de mi Hijo Jesús.

Entregadme a mis hijos pródigos, entregadme a mis hijos ausentes de la Iglesia.

Entregadme a mis hijos díscolos en el amor de Dios que yo abogaré por ellos, para que Él se apiade y tenga misericordia de sus almas.

Sed asiduos en la oración, sed asiduos en la adoración.

Sed asiduos en la alabanza.

Os amo y os bendigo, hijitos de mi Inmaculado Corazón.



Enero 10/08 8:55 p.m.


La Santísima Virgen María dice:

Agustín, hijo querido, escribe para los sacerdotes, mis hijos predilectos, no tengas miedo, no eres tú quien escoge las palabras. Soy yo, Tu maestra espiritual que guía tu mano, mano dócil a mi mensaje, mensaje que debes hacer llegar a un gran número de elegidos porque ya es hora que despierten del sueño letargo y abran sus ojos a la luz.

Luz que los guía, pero muchos no la ven.

Luz que los ilumina, pero no alcanzan a percibir sus reflejos.

Luz que los enruta hacia Dios, pero varios de estos hijos se encuentran alejados de sus caminos.

Vosotros que sois sacerdotes, por la misericordia de Dios, sed perfectos como perfecto es Vuestro Sumo y Eterno Sacerdote.

Vosotros que sois sacerdotes, por la misericordia de Dios, sed santos como Santo es Vuestro Sumo y Eterno Sacerdote.

Vosotros que sois sacerdotes, por la misericordia de Dios, sed hostias vivas como lo es Vuestro Sumo y Eterno Sacerdote, Jesucristo.

Dios puso su mirada de amor en vosotros, los hombres ponen su mirada de censura en vosotros.

Sed, pues, ejemplo de quien os llamó; que vuestro corazón no contenga mancha alguna.

Sed cuidadosos en conservar la pureza de vuestro corazón, ya que a vosotros se os ha encargado el misterio más loable sobre la tierra: hacer descender del cielo al Hijo de Dios.

Para que seáis sacerdotes santos orad muchísimo a los pies de Jesús Eucaristía.

El Sagrario ha de ser para vosotros un dulce encuentro de amor, encuentro en el que saldréis renovados, vivificados y fortalecidos para continuar con la ardua tarea que se os ha encomendado.

En el Sagrario os hacéis fuertes, en el Sagrario recibís efusión del Espíritu Santo.

En el Sagrario beberéis en las fuentes de su Divino Corazón, para que la sed no os consuma en la mitad el desierto.

En el Sagrario quedan atrás vuestras tentaciones, entrando como hombres y saliendo ángeles.

Sed, pues, hijos predilectos de mi Inmaculado Corazón, sacerdotes de oración.

Porque sin oración: vuestra vocación perderá su colorido, vuestra vocación perderá vigor haciéndoos débiles, vuestra vocación se derrumbará como se derrumba un castillo construido en arena.

Jesús es modelo de oración. Por lo tanto, vuestro apostolado debe ir acompañado de oración para que vuestra voz haga eco.

Para que con vuestras obras glorifiquen a Dios.

Para que no os vean a vosotros, sino a Jesús en vosotros.

El activismo os hace estériles, os marchita.

La oración os hace fértiles, os reverdece.

El activismo os agarra para el mundo, la oración os roba para el cielo.

Hijitos míos, contemplad actuando y actuad contemplando.

Deshojad pétalos de rosas rezando el Breviario como la Santa Madre Iglesia os lo manda. No rezarlo es como cultivar cardos y espinas, espinas que satanás sutilmente siembra en vuestros corazones, para que no lo oréis a conciencia y pausadamente sino cuando os encontréis fatigados, de tal modo que se os haga monótono y poco apetecible para vuestro espíritu.

Hijitos míos estáis obligados a vivir con radicalidad el Evangelio, sed celosos y recelosos en el cumplimiento de vuestros tres votos: pobreza, castidad y obediencia.

Que vuestro corazón no se desvíe por las riquezas materiales, riquezas que son como cadena al cuello atándoos para que no viváis el verdadero sacerdocio en Cristo Jesús.

Vivid modestamente y en austeridad a semejanza de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote.

Sed obedientes al Santo Padre, permaneciendo en la Iglesia que mi Hijo Jesús fundó. No os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda, ella siempre prevalecerá.

Sed puros como el resplandor de una hostia blanca.

Os habéis casado con la Iglesia y a ella le debéis fidelidad, fidelidad en el amor, fidelidad en vuestra entrega.

Que vuestra conciencia, que es la voz de Dios, no tenga nada que recriminaros. A los hombres se les puede engañar, mas a Dios no, porque Él todo lo ve.

Aún, aquello más oculto a los ojos del mundo es visible para los ojos de Dios.

Hijos predilectos, que os habéis segregado del rebaño de Jesús, volved vuestra mirada y vuestro corazón a Él.

Su Divino Corazón es rico en bondad y misericordia.

Él perdonará vuestros deslices.

Él restaurará de nuevo vuestro corazón en el amor.

Él os devolverá la pureza a vuestro corazón.

Él ceñirá la argolla en vuestro dedo y calzará vuestros pies con sus sandalias.

Él os vestirá con los ropajes de la gracia si volvéis a Él.

Jesús os espera para daros amor.

Jesús os espera para perdonaros.

Jesús os espera para abrazaros.

Jesús os espera para derramar en vosotros sus lágrimas, porque volvisteis a Él.

Jesús os espera para bañaros en los ríos de su misericordia, misericordia que perdona y borra vuestro pasado para que viváis en su eterno presente.

Os amo retoñitos de mi frondoso jardín.

Volved a mí, que os plantaré como una rosa de predilección y para cultivaros con gran esmero y con gran amor.

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