CARTA III
A LA MADRE DE SUMAISE, DIJON
Jesús, tan amable en el Calvario como en el Tabor.
¡Viva + Jesús!
Mayo 1679.
Le confieso, mi querida Madre, que recibí consuelo por el placer que dio al Señor abrazando su Cruz con alegría y sumisión (3). Es verdad que El la ha cubierto de rosas, temiendo que le cause espanto; pero no es esto lo que más debe regocijarnos, sino sentir las punzadas de las espinas que están ocultas debajo, porque entonces el Señor se complacerá en conformarnos a El y le hará ver, que no es menos amable en las amarguras del Calvario que en las dulzuras del Tabor.
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