FRASES PARA SACERDOTES

"TODO LO QUE EL SACERDOTE VISTE, TIENE UNA BATALLA ESPIRITUAL". De: Marino Restrepo.

Una misa de campaña en medio de las bombas


Al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así como este Santo sacerdote quiero decir que primero sirvamos a Dios y después, a los hombres.

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ORACIÓN DE SANTIFICACIÓN SACERDOTAL




Señor Jesús, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia de balde y con todo lo nuestro”. Que sean hombres, testigos del amor del Padre en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo pedimos por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amén.


Preces para pedir sacerdotes santos

V. Para conseguir el perdón de los pecados,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que no nos falte la Sagrada Eucaristía,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que prediquen a Cristo, y a éste crucificado,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que den testimonio de la Verdad,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que los niños conserven la Gracia,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que la juventud conozca y siga a Cristo,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que los mayores conformen sus vidas según la Ley de Dios,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que tengamos hogares cristianos,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que en nuestros pueblos se viva la unión y la caridad cristiana,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que los enfermos reciban los auxilios espirituales,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

V. Para que nos acompañen a la hora de nuestra muerte, y ofrezcan la Santa Misa por nosotros,
R. Señor, danos sacerdotes santos.

Santa María, Madre de la Iglesia, Reina de los Apóstoles, alcánzanos del Señor muchos y santos sacerdotes. Así sea.

OREMOS POR EL PAPA FRANCISCO, POR LOS SACERDOTES Y POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES


Por el Papa Francisco

Oh Dios misericordioso y eterno, nuestro Pastor y Guía, mira con amor a Francisco tu siervo, a quien elegiste como sucesor de san Pedro y pastor de tu grey.

Escucha, Señor, la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro Papa, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos, para que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad, el amor y la paz.

Concédele valor, sabiduría y amor a tu pueblo, para que él sirva con fidelidad a todas aquellas personas a quienes tú le has confiado sus cuidados y lleve a tu Iglesia unida en la fe, de corazón y voluntad, mientras procuramos llevar a su pleno cumplimiento la misión de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. 
Amén


Por los sacerdotes

Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento,
que quisiste perpetuarte entre nosotros
por medio de tus Sacerdotes,
haz que sus palabras sean sólo las tuyas,
que sus gestos sean los tuyos,
que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres
y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio,
sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo,
caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso
y haciendo el bien a todos.
Que sean fieles a sus compromisos,
celosos de su vocación y de su entrega,
claros espejos de la propia identidad
y que vivan con la alegría del don recibido.
Te lo pido por tu Madre Santa María:
Ella que estuvo presente en tu vida
estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes.
Amen


Por las vocaciones

Padre Celestial, Dueño de la cosecha,
Concédenos vocaciones sacerdotales y la vida consagrada de nuestra diócesis y de nuestras familias.

Inspira a los hombres a imitar a Cristo el Sumo Sacerdote al servicio sacrificial de Tu Iglesia. Conmueve los corazones de hombres y mujeres para que se ofrezcan completamente a Ti en la pobreza, castidad y obediencia. Mándales como obreros a Tu cosecha.

Inspira a los fieles que los apoyen con oración y sacrificio.

Fomenta familias santas que promuevan una actitud abierta a Tu llamado. Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.

ORACIONES POR LOS SACERDOTES

ORACION POR LOS SACERDOTES de la exhortación apostólica Pastores dado vobis Juan Pablo II 

Oh María, Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes: acepta este título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad y contemplar contigo el Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos, oh Santa Madre de Dios. Madre de Cristo, que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la Iglesia a los sacerdotes, oh Madre del Salvador. Madre de la fe, que acompañaste al templo al Hijo del hombre, en cumplimiento de las promesas hechas a nuestros Padres: presenta a Dios Padre, para su gloria, a los sacerdotes de tu Hijo, oh Arca de la Alianza. Madre de la Iglesia, que con los discípulos en el Cenáculo implorabas el Espíritu para el nuevo Pueblo y sus Pastores: alcanza para el orden de los presbíteros la plenitud de los dones, oh Reina de los Apóstoles. Madre de Jesucristo, que estuviste con Él al comienzo de su vida y de su misión, lo buscaste como Maestro entre la muchedumbre, lo acompañaste en la cruz, exhausto por el sacrificio único y eterno, y tuviste a tu lado a Juan, como hijo tuyo: acoge desde el principio a los llamados al sacerdocio, protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y en su ministerio, oh Madre de los sacerdotes. Amén


Oración a la Santísima Virgen por los sacerdotes

Madre Nuestra María Santísima, Madre del verdadero Dios por quien, en quien y con quien vivimos, hoy te suplico humildemente que intercedas por tu hijo, _________. Pídele a Dios Espíritu Santo, encender en el corazón de este sacerdote tuyo el FUEGO DE SU AMOR. Un fuego que le de calor a él primero y luego que la chispa de ese fuego contagie a todos los que se acerquen a él. Un fuego que caliente a los que tengan frío en su corazón, que sea una llama de amor que no se apague nunca, ni de noche ni de día. Que sea un fuego que queme todo los resentimientos, todos los malos recuerdos, todo lo negativo, todo el dolor, toda la falta de amor, todo lo que necesita renovarse. Y luego que brote de ese mismo corazón un RÍO DE AGUA VIVA, un río que apague primero la sed de este tu siervo, su sed de Dios, su sed del Amor de Dios, su sed por la salvación de las almas. Y después que sea una fuente de donde las almas puedan encontrar y experimentar el AMOR DE DIOS, su misericordia, su perdón por medio de la absolución dada por Tu Hijo Jesucristo a través de las manos de este sacerdote tuyo. Madre Nuestra, este AMOR, este Fuego, esta AGUA VIVA es urgente que Dios le permita a este sacerdote experimentarlos, para su propia paz, alegría y salvación y para compartirlas con todas las almas que Dios tenga destinadas que se salven a través de su contacto con este humilde sacerdote tuyo. Gracias por tu amor y tus cuidados maternales. Cúbrenos con tu manto y protégenos de todos los males y de las asechanzas del demonio. Sé tú nuestra guía, nuestro lucero, nuestro faro, enséñanos el camino al Cielo donde por medio del amor, la misericordia y el perdón de Dios esperamos gozar por siempre del Amor de Dios, junto contigo por siempre. Amén


ORACIONES POR LOS SACERDOTES





María, Madre de Jesús,Cubre con tu manto de pureza a nuestros Obispos y Sacerdotes,

Protégelos, guialos y mantenlos unidos a tu corazón.
Se una madre para todos ellos,
Especialmente en momentos de desánimo y soledad



Suplica a Jesús Sacramentado a favor del clero

¡Oh Jesús! Eterno Sacerdote guarda a tus consagrados al abrigo de Tu Sagrado Corazón.

Conserva sin mancha sus ungidas manos que a diario tocan Tu Sagrado Cuerpo.

Guarda sin detrimento los labios enrojecidos con Tu Preciosa Sangre.

Conserva puros y desprendidos de la tierra, los corazones sellados con las sublimes señales de Tu Glorioso Sacerdocio.

Rodealos de Tu Santo amor y protégelos del contagio del mundo.

Bendice sus trabajos con abundantes frutos y aquellos en quienes han ejercido su ministerio, sean aquí en la tierra su gozo y su consuelo y en el cielo su hermosa y eterna corona.

Así Sea


A nuestro Santísimo Padre
Envuelvelos en tu gracia, Señor.
A los Cardenales y Delegados
Envíales tu luz, Señor
A los Arzobispos y Obispos
Concédeles tus dones, Señor
A los Sacerdotes Párrocos
Dales acierto, Señor
A los Sacerdotes Vicarios
Guíalos, Señor
A los Sacerdotes Misioneros
Protégelos, Señor
A los Sacerdotes Predicadores
Ilumínalos, Señor
A los Sacerdotes Directores de Almas
Instrúyelos, Señor
A los Sacerdotes Religiosos
Hazlos perfectos, Señor
A los Sacerdotes de los Seminarios
Enséñalos, Señor
A Los Sacerdotes en peligro
Líbralos, Señor
A los Sacerdotes tentados
Anímalos, Señor
A los Sacerdotes en pecado
Dales tu gracia, Señor
A los Sacerdotes pobres
Socórrelos, Señor
A los Sacerdotes débiles
Fortalécelos, Señor
A los Sacerdotes Turbados
Confórtalos, Señor
A los Sacerdotes aislados
Acompáñalos, Señor
A los Sacerdotes atados a las cosas de la tierra
Rómpeles sus cadenas, Señor
A los sacerdotes alejados de la Iglesia Atràelos, Señor
A los Sacerdotes confundidos
Ilumínalos, Señor
A los Sacerdotes sin fe, ni piedad Compadécelos, Señor
A los Sacerdotes disidentes
Vuélveles al seno de la Iglesia, Señor
A los Sacerdotes presos o sufriendo persecución
Atiéndelos Señor
A los Sacerdotes recalcitrantes
Suavízalos, Señor
A los Sacerdotes enfermos
Sánalos, Señor
A los Sacerdotes Ancianos
Sostenlos, Señor
A los Sacerdotes difuntos
Descansen en paz, Señor


Recítese después de comulgar y en la Visita al Sagrario.


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ORACIONES POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES




Oración a Jesucristo

Jesús justísimo, tú que con singular benevolencia me has llamado, entre millares de hombres, a tu secuela y a la excelente dignidad sacerdotal, concédeme, te pido, tu fuerza divina para que pueda cumplir en el modo justo mi ministerio. Te suplico, Señor Jesús de hacer revivir en mí, hoy y siempre, tu gracia, que me ha sido dada por la imposición de las manos del obispo. Oh médico potentísimo de las almas, cúrame de manera tal que no caiga nuevamente en los vicios y escape de cada pecado y pueda complacerte hasta mi muerte. Amén.


Oración del sacerdote

Señor, Tú me has llamado al ministerio sacerdotal
en un momento concreto de la historia en el que,
como en los primeros tiempos apostólicos,
quieres que todos los cristianos,
y en modo especial los sacerdotes,
seamos testigos de las maravillas de Dios
y de la fuerza de tu Espíritu.
Haz que también yo sea testigo de la dignidad de la vida humana,
de la grandeza del amor
y del poder del ministerio recibido:
Todo ello con mi peculiar estilo de vida entregada a Ti
por amor, sólo por amor y por un amor más grande.
Haz que mi vida celibataria
sea la afirmación de un sí, gozoso y alegre,
que nace de la entrega a Ti 
y de la dedicación total a los demás
al servicio de tu Iglesia.
Dame fuerza en mis flaquezas 
y también agradecer mis victorias.
Madre, que dijiste el sí más grande y maravilloso
de todos los tiempos, 
que yo sepa convertir mi vida de cada día
en fuente de generosidad y entrega,
y junto a Ti,
a los pies de las grandes cruces del mundo,
me asocie al dolor redentor de la muerte de tu Hijo
para gozar con Él del triunfo de la resurrección
para la vida eterna. Amén


Oración para suplicar la Gracia de custodiar la Castidad

Señor Jesucristo, esposo de mi alma, delicia de mi corazón, más bien corazón mío y alma mía, frente a ti me postro de rodillas, rogándote y suplicándote con todo mi fervor de concederme preservar la fe que me has dado de manera solemne. Por ello, Jesús dulcísimo, que yo rechace cada impiedad, que sea siempre extraño a los deseos carnales y a las concupiscencias terrenas, que combaten contra el alma y que, con tu ayuda, conserve íntegra la castidad.

¡Oh santísima e inmaculada Virgen María!, Virgen de las vírgenes y Madre nuestra amantísima, purifica cada día mi corazón y mi alma, pide por mí el temor del Señor y una particular desconfianza en mis propias fuerzas.

San José, custodio de la virginidad de María, custodia mi alma de cada pecado.

Todas ustedes Vírgenes santas, que siguen por doquier al Cordero divino, sean siempre presurosas con respecto a mí pecador para que no peque en pensamientos, palabras u obras y nunca me aleje del castísimo corazón de Jesús. Amén


Oración por los sacerdotes

Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento,
que quisiste perpetuarte entre nosotros
por medio de tus Sacerdotes,
haz que sus palabras sean sólo las tuyas,
que sus gestos sean los tuyos,
que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres
y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio,
sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo,
caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso
y haciendo el bien a todos.
Que sean fieles a sus compromisos,
celosos de su vocación y de su entrega,
claros espejos de la propia identidad
y que vivan con la alegría del don recibido.
Te lo pido por tu Madre Santa María:
Ella que estuvo presente en tu vida
estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes. Amen


Oración que los sacerdotes puedes rezar cada día

Dios omnipotente, que Tu gracia nos ayude para que nosotros, que hemos recibido el ministerio sacerdotal, podamos servirte de modo digno y devoto, con toda pureza y buena conciencia. Y si no logramos vivir la vida con mucha inocencia, concédenos en todo caso de llorar dignamente el mal que hemos cometido, y de servirte fervorosamente en todo con espíritu de humildad y con el propósito de buena voluntad. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.


FUENTE: aciprensa.com

ORACIÓN POR LOS SACERDOTES - Y POR LOS 50 AÑOS DE SACERDOCIO DEL PAPA FRANCISCO -



ORACIÓN POR LOS SACERDOTES

Señor Jesús, sumo y eterno Sacerdote; Guarda de todo mal y da tu gracia y bendición a quienes pertenecen al Orden Sacerdotal.

Concédeles oídos de discípulo para conocer y obedecer Tu voz; amor por Tu palabra y lengua de profeta para hablar contigo y de Ti; un corazón misericordioso como el Tuyo; manos compasivas que sepan bendecir, absolver, consagrar, consolar, ungir, y pies que los conduzcan a servir con alegría, caridad, sabiduría, y humildad. Conserva su asombro ante el milagro de Tu presencia entre nosotros. Mantenlos fieles a Tu Iglesia y a su vocación. Encomendados a la Virgen María y perseverantes en la oración, socórrelos, ilumínalos, cólmalos de amor. Hazlos santos y ayúdalos a irradiarte para que cuando los busquemos podamos siempre encontrarte. Te lo pedimos por nuestra dulce Madre, Santa María de Guadalupe y por San Juan María Vianney, patrono de los Sacerdotes.


Amén.



Una oración para pedir por el Papa Francisco en sus 50 años de sacerdote

El 13 de diciembre del pasado año el Papa Francisco cumplió 50 años de ordenación sacerdotal, y muchos obispos del mundo, junto a millones de fieles, se unieron para pedir a Dios por el Santo Padre y su misión a la cabeza de la Iglesia.

Una de estas personas fue el Arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. José Gomez, que envió una carta a todos los obispos del país.

En su texto, el prelado de origen mexicano incluyó una oración para que sea recitada y “Jesús, el Sumo Sacerdote, continúe renovando, aumentando y fortaleciendo en el Papa Francisco las gracias recibidas en su ordenación, mientras continúa llevando su ministerio sacerdotal al servicio de nuestra Santa Iglesia”.


La oración es la siguiente:


Dios de misericordia, llegamos ante ti con gratitud,
por los 50 años de sacerdocio del Papa Francisco,
a quien has hecho Sucesor de Pedro.
Confórtalo con los dones del Espíritu,
para que pueda continuar llevando el Evangelio con celo sacerdotal,
y guiar a la Iglesia con sabiduría, fuerza y valor.


Que su ejemplo de servicio fiel y continuado
sea una inspiración para tus sacerdotes y todos tus fieles.
Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén.

ORACIÓN PARA QUE NUESTRO SACERDOTES SEAN VERDADEROS SANTOS



Cada año, durante el Jueves Santo, comienzo del Triduo Pascual, todos los Católicos recordamos la extrema importancia de lo que significa el sacerdocio en la Iglesia Católica.

En esta celebración, revivimos la Última Cena, donde Jesús instituyó la Sagrada Eucaristía y dio a los apóstoles un nuevo mandato: “Hagan esto en memoria mía”.

Además, este es el día (por tradición) cuando el Obispo local celebra la Misa Crismal, donde bendice los santos óleos que se utilizan en los diferentes sacramentos de la Iglesia.

Durante esta misma Misa, todos los sacerdotes de la Diócesis son invitados a la Catedral para renovar sus votos sacerdotales. Este es otro gran signo de la belleza y el poder del sacerdocio y nos recuerda una vez más acerca de la dependencia que tenemos de nuestros sacerdotes, ya que sin nuestros sacerdotes no tendríamos Eucaristía y sin Eucaristía no tendríamos sacerdotes. No tendríamos la Presencia Real de Jesús Cristo en nuestros templos y no existiría el Santo Sacrificio de la Misa.
Por qué necesitamos Sacerdotes Santos

No solamente necesitamos sacerdotes para sobrevivir espiritualmente en este mundo, sino que también necesitamos que sean SANTOS. Necesitamos que sean verdaderos pastores, dispuestos a entregar su vida por las ovejas.

Existe un texto de Dom Jean Baptiste Chautard, resumido en 5 puntos, que encuadra perfectamente el por qué necesitamos sacerdotes que vivan una vida de santidad:
  • Si el sacerdote es santo, la gente será devota
  • Pero si el sacerdote solo es devoto, la gente será piadosa
  • Y si el sacerdote solo es piadoso, la gente será, por lo menos, decente
  • Pero si el sacerdote solamente es decente, la gente no encontrará a Dios
  • La generación espiritual que le sigue al sacerdote es siempre un grado menos intenso en la vida de los feligreses que la que el sacerdote recibe de Cristo.

Necesitamos sacerdotes que sean firme ejemplo para nosotros, de manera que conozcamos a través de ellos el modo de vivir la vida de Cristo.

Ellos son nuestros padres espirituales y constantemente los miramos. Frecuentemente se dice que la visión que los feligreses tienen de Dios, se basa en la forma en que el pastor predica y vive el Evangelio.

Bueno, ya está dicho, necesitamos sacerdotes santos.


Cómo orar por los Sacerdotes

Aunque los sacerdotes que necesitamos deben ser santos, gran parte de esa responsabilidad recae sobre nuestros hombros. Los Sacerdotes, Obispos, y el mismo Papa, necesitan nuestras oraciones todos los días.

Sin estas oraciones, ellos son más propensos a caer en las tentaciones. Por esto debemos orar por ellos sin cesar, aquí hay tres maneras:


1.- Ofrecer el Viacrucis por los Sacerdotes

Ellos llevan una gran carga tratando de imitar a Cristo. Seamos como Simón de Cirene y ayudemos a nuestro “alter cristus” a cargar la cruz.


2.- Sábados de oración por los Sacerdotes.

El sábado es un día dedicado a la Virgen, y también a todos los sacerdotes. Ofrezcamos nuestras oraciones y sacrificios por ellos durante todo el día. Esta es una oración que puede ayudarnos:


"Divino Salvador Jesucristo, que has confiado toda la obra de tu redención, el bienestar y la salvación del mundo al sacerdote como representante tuyo, te ofrezco a través de las manos de tu Santísima Madre, todas las oraciones, obras, sacrificios, alegrías y penas de este día por la santificación de los sacerdotes.

Danos Sacerdotes verdaderamente Santos que busquen tu mayor gloria y la salvación de nuestras almas.

Bendice sus palabras y oraciones en el altar, en el confesionario, en el púlpito, en su trabajo con los jóvenes, enfermos, ancianos y todo aquel que busque tu auxilio a través de él.

¿No eres tú, oh María, Madre del Sumo Sacerdote, que protege a todos los sacerdotes de los peligros que atentan contra su vocación?.

Obtenme un verdadero espíritu de fe y humilde obediencia para que pueda encontrar en el sacerdote al representante de Dios y voluntariamente seguirlo en el camino, la verdad y la vida de Cristo.

Amén".


3.- Orar por los Sacerdotes durante cada Misa.

Cada vez que asistimos a la Misa, tenemos un excelente momento para orar por ese cura y pedirle a Dios que lo bendiga y lo haga santo. Esta es otra oración que nos puede servir (se puede orar al recibir la Sagrada Comunión)

"Oh Señor, encuentra refugio y suave descanso dentro del corazón de tu amado sacerdote:

- Nombra a tu querido sacerdote -

Haz de él, oh Señor, un cura conforme a tu corazón: manso, humilde, celoso, de modo que todo lo que haga, tenga tu honra y gloria.

Moldéalo como un hombre de oración y trabajo, insensible a las cosas terrenas, y sensible únicamente a tu amor y a las gracias del Espíritu Santo. 

Amén".

Oremos por nuestros sacerdotes y pidamos a Dios que les conceda abundantes gracias. Que puedan seguir el ejemplo humilde de San Juan Vianney, patrono de todos los sacerdotes.

Tal y como le dijo el diablo al Santo Cura de Ars:

“Si hubiera tres sacerdotes como tú, mi reino sería arruinado”


DOS ORACIONES PARA ORAR POR EL PAPA FRANCISCO


ORACION 1

Oh Dios misericordioso y eterno, nuestro Pastor y Guía, mira con amor a Francisco tu siervo, a quien elegiste como sucesor de san Pedro y pastor de tu grey.

Escucha, Señor, la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro Papa, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos, para que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad, el amor y la paz.

Concédele valor, sabiduría y amor a tu pueblo, para que él sirva con fidelidad a todas aquellas personas a quienes tú le has confiado sus cuidados y lleve a tu Iglesia unida en la fe, de corazón y voluntad, mientras procuramos llevar a su pleno cumplimiento la misión de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén


ORACION 2

Una petición tradicional en español y latín, que lleva asociada una indulgencia parcial


En español:

℣. Oremos por nuestro Pontífice (Francisco)

℟. Que el Señor le conserve, y le dé vida, y le haga santo en la tierra, y no le entregue a la voluntad de sus enemigos.

℣. Tu eres Pedro,

℟. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.


Oremos

Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira lleno de bondad a tu siervo, el Papa (Francisco), a quien quisiste colocar al frente de tu Iglesia como pastor. Concédele, Te pedimos, la gracia de hacer, por sus palabras y por su ejemplo, que progresen en la virtud aquellos a quienes él preside, y llegue, con el rebaño que le fue confiado, a la vida eterna. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


En latín

℣. Oremus pro Pontifice nostro (Francisco)

℟. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.

℣. Tu es Petrus,

℟. Et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam.

Oremus.

Deus, ómnium fidélium pastor et rector, fámulum tuum N.N., quem pastórem Ecclésiae tuae praeésse voluísti, propítius réspice: da ei, quaésumus, verbo et exémplo, quibus praeest, profícere; ut ad vitam, una cum grege sibi crédito, pervéniat sempitérnam. Per Dominum nostrum Jesum Christum. Ámen.


FUENTES: la-palabra.com // es.aleteia.org/

ORACIÓN


Padre Santo,
Tú has querido que el misterio de Salvación
que realizó tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor,
fuera prolongado en hombres configurados
con su sacerdocio.

Haz que en toda la Iglesia se despierte el deseo
de que muchos sean llamados a tu servicio.

Qué los sacerdotes sean ejemplo por una vida santa
Que la vida consagrada sea testigo de su inefable amor.
Que las familias sean escuela de discernimiento.

Padre, haz de tu Iglesia un seno fecundo
por la acción del Espíritu Santo
en el que muchos escuchen tu llamada al sacerdocio.
Que nuestros seminarios sean lugares de encuentro
y comunión en el corazón de la Iglesia
para la formación de pastores según tu corazón. 

Amén.

ORACIONES POR LOS SACERDOTES -


Oración por sacerdotes

Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, escucha mi humilde oración en nombre de tus sacerdotes. Dales una fe profunda, una esperanza firme y brillante y un amor ardiente que crezca en el curso de su vida sacerdotal. En su soledad, confórtalos. En sus tristezas, fortalécelos. En sus frustraciones, señálales que es a través del sufrimiento que el alma se purifica, y muéstrales que son necesarios para la Iglesia, que son necesarios para las almas, y ante todo que son necesarios para la obra de la Redención.

Amada Virgen María, Madre de los sacerdotes, acoge en tu corazón a tus hijos que están cerca de Ti a causa de su ordenación sacerdotal y por el poder que han recibido para llevar a cabo la obra de Cristo en un mundo que los necesita tanto. Se Su consuelo, Se su alegría, Se su fortaleza, y sobre todo ayúdales a vivir y defender los ideales del celibato consagrado.

AMEN

John J. Cardinal Carberry de St. Louis



Señor Jesús, Tú has escogido tus sacerdotes entre nosotros

Y los has enviado a proclamar tu palabra y actuar en Tu nombre.
Por ese regalo tan grande a Tu iglesia, te alabamos y te damos gracias.
Te pedimos que los llenes con el fuego de tu amor,
Para que en su ministerio ellos puedan revelar Tu presencia en la Iglesia.
Ya que ellos son tus instrumentos aquí en la tierra, te pedimos
Que tu poder brille a través de sus debilidades.
En sus aflicciones, que nunca se sientan aplastados;
En sus dudas, nunca desalentados
En sus tentaciones, nunca destruidos
En las persecuciones, nunca abandonados.
Inspíralos a través de la oración a vivir cada día
El misterio de tu muerte y resurrección.
En los momentos de debilidades envíales Tu Espíritu
Y ayúdales a alabar a tu Padre Celestial y a orar por los pobres pecadores.
A través del mismo Espíritu Santo, pon tus palabras en sus labios y tu amor en sus corazones
Para llevar la Buena Nueva a los pobres y sanar los corazones heridos.
Que el regalo de María, Tu Madre,
Al discípulo amado, sea Tu regalo a cada sacerdote.
Concédeles que Ella, que Te formó en su imagen humana,
Los forme en Tu Imagen Divina
Por el poder de Tu espíritu, para la gloria de Dios Padre, Amén.
O María concebida sin pecado original, rogad por nosotros que recurrimos a voz.



Oh Jesús

Yo rezo por tus sacerdotes que son fieles y fervientes
Por tus sacerdotes que son infieles y tibios
Por tus sacerdotes trabajando aquí o en distantes campos de misión
Por tus sacerdotes acosados por la tentación
Por tus sacerdotes desolados y solo
Por tus sacerdotes muy jóvenes
Por tus sacerdotes moribundos
Por las almas de tus sacerdotes en el purgatorio
Pero sobre todo, te encomiendo los sacerdotes más queridos por mí
El sacerdote que me bautizó
El sacerdote que me absolvió de mis pecados
El sacerdote a cuyas misas yo asistí y que me dio Tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión
El sacerdote que me instruyó y me educó
Por todos los sacerdotes a quienes estoy en deuda por alguna u otra razón, (especialmente por….)
Oh Jesús, guárdalos cerca de tu corazón,
Y bendícelos abundantemente en el tiempo y en la eternidad. Amén.


ORACIONES POR LOS SACERDOTES


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Plegaria para pedir por los sacerdotes


Señor Jesús, te pido por tus sacerdotes. Que cuando estén clavados en la cruz del confesionario, pongas en ellos tu corona de luz en vez de tu corona de espinas.

Que cuando, día a día, te traigan al pan convertido en tu cuerpo, ello no se les vuelva rutina, sino diario milagro.

Que su trato con las almas sea siempre para dejar en ellas el amor y el valor que Tú nos entregas.
Que cuando jóvenes, tengan la fortaleza de tus últimos tres años y cuando viejos, sigan sintiendo que «Dios alegra su juventud».

Que espíritu viviente en carne y hueso, sean como Tú, profundamente humanos y perfectamente divinos.

Que cuando el desánimo y la debilidad los agobien en el camino de su calvario, estés Tú, como Cirineo, para llevarles la cruz y volvérselas gozo.

¡Y que nunca falte quien de la vida por ellos, así como Tú la diste por nosotros!


Oración del Apóstol (s.XIV)

Cristo, no tiene manos, tiene solamente nuestras manos para hacer el trabajo de hoy.
Cristo no tiene pies, tiene solamente nuestros pies para guiar a los hombres en sus sendas.
Cristo, no tiene labios, tiene solamente nuestros labios para hablar a los hombres de sí.
Cristo no tiene medios, tiene solamente nuestra ayuda para llevar a los hombres a sí.
Nosotros somos la única Biblia, que los pueblos leen aún; somos el último mensaje de Dios escrito en obras y palabras.

Amén

Como siempre te agradezco mucho tu tiempo de lectura y te invito a seguir al pendiente de los demás artículos que encontraras en nuestra página, siempre con información actual sobre distintos temas católicos, Dios te bendiga hermano.


FUENTE: catoliscopio.com


ORACIONES POR LOS SACERDOTES -


"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,

te rogamos que por el inmenso amor y misericordia

de Tu Sagrado Corazón,

atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.

Te pedimos que retomes en Tu Corazón

todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,

que enciendas de nuevo el deseo de santidad

en los corazones de aquellos sacerdotes

que han caído en la tibieza,

y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes

el deseo de una mayor santidad.

Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,

te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial

en la unidad del Espíritu Santo. Amén."



Omnipotente y Eterno Dios: dígnate mirar el rostro de tu Cristo, eterno y Sumo Sacerdote, y por amor a ÉL, ten piedad de tus Sacerdotes.

Recuerda, oh Dios misericordioso, que no son sino débiles y frágiles criaturas. Mantén vivo en ellos el fuego de tu amor. Guárdalos junto a Ti, para que el enemigo no prevalezca contra ellos, y para que en ningún momento sean indignos de su sublime vocación.

¡Oh Jesús!, te ruego por tus fieles y fervorosos Sacerdotes, por tus Sacerdotes tibios e infieles; por tus Sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones; por tus Sacerdotes que sufren la tentación; por tus Sacerdotes que sufren soledad y desolación; por tus jóvenes Sacerdotes; por tus ancianos Sacerdotes; por tus Sacerdotes agonizantes; por las almas de tus Sacerdotes que padecen en el Purgatorio.

Pero sobre todo. Te encomiendo a los Sacerdotes que me son más queridos; al Sacerdote que me bautizó, al que me absolvió de mis pecados; a los Sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión; a los Sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron; a todos los Sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud.

¡Oh Jesús!, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y la eternidad. Así sea. 

Roguemos a Nuestro Señor Jesucristo para que nos mande sacerdotes con verdadera vocación de servicio y que crezcan en amor y santidad.



Buen Pastor y Señor Jesucristo

que sentiste compasión al 

ver a las muchedumbres

como ovejas sin pastor.



Te pedimos que envíes a la Iglesia

sacerdotes según tu corazón.



Que ellos presidan la oración y

las alabanzas de tu pueblo,

que alimenten nuestras vidas

con el pan de tu Palabra

y nos congreguen a celebrar

el Bautismo, el Perdón, la Eucaristía

y todos los sacramentos de la fe.



Hoy ponemos en tus manos

a todos los sacerdotes que has llamado

ayúdalos a crecer en amor y santidad

para que vivan plenamente su vocación.



Santa María, Madre de la Iglesia,

Virgen de la fidelidad y del servicio

ruega por nosotros. Amén

EN QUE CONSISTE EL INCREIBLE PODER DE LA ORACIÓN DE INTERCESION


Un miembro de la familia o un amigo se enfrenta a una enfermedad mortal.  Tu vecino necesita desesperadamente Jesús pero se aleja cada vez más.  Una nación comienza a desmoronarse porque su gente sigue malos caminos.  Y luego el pedido del prójimo ¿Orarías por mí?

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La respuesta a estas demandas es una de las cuestiones más importantes de la vida espiritual: la oración por los demás.

Mediante la oración de intercesión, Dios nos está pidiendo entrar más profunda y abiertamente en su amor y misericordia.


ANTE GRANDES PROBLEMAS, CONSTRUCCIÓN DE PUENTES CON DIOS

A menudo, los problemas que enfrentamos como seres humanos parecen demasiado grandes para nosotros.

No importa lo mucho que lo intentemos, no podemos resolverlos por nosotros mismos. 

Es en momentos como estos cuando tenemos que volvernos al Señor en oración de intercesión.

Hay muchas maneras de amar al prójimo, pero la oración de intercesión, la oración en nombre de otras personas, es la demostración más poderosa.

Porque la oración es la fuerza más potente conocido por la humanidad.

Debido a que hemos sido hechos partícipes de la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte, tenemos la autoridad como hijos e hijas de Dios para orar por los demás, hacer retroceder la oscuridad del pecado y la opresión. 

En la oración, tenemos un arma que tiene el poder divino para derribar fortalezas.

Pero además Dios aprecia a la gente que ora fervientemente por otras personas que enfrentan tribulaciones. 

La Escritura nos dice que cuando decimos oraciones de intercesión, estamos construyendo puentes entre Dios y el pueblo por quien oramos.

Recuerda que esto no es sólo una oración, es una acción deliberada. 

No es sólo decir palabras, se trata de un proyecto de construcción. 

En 1 Timoteo 2: 1-2 Pablo escribe:

“Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad”.



LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN ES UN ARMA DE BATALLA

La intercesión es la oración que ruega a Dios por sus necesidades y las necesidades de los demás. 

Pero es mucho más que eso. La intercesión consiste en apelar a la voluntad de Dios y negarse a abandonarla hasta que su voluntad se cumpla.

La intercesión es la guerra, la clave del plan de batalla de Dios para nuestras vidas. 

Pero el campo de batalla no es el de esta tierra.

La Biblia dice:

“Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas” (Efesios 6:12).
La oración de intercesión tiene lugar en este mundo espiritual donde se ganan o pierden las batallas por nuestras propias vidas, nuestras familias, nuestros amigos y nuestra nación.


PRINCIPIOS PARA ORAR POR LOS DEMÁS

Dios nos da instrucciones para orar por otros en varios lugares en la Biblia.

El apóstol Santiago nos dice que “orar unos por otros, para que sean sanados” (Santiago 5:16).

El apóstol Pablo nos anima a interceder por miembros de la Iglesia y los ministros,

“siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, y también por mí, para que me sea dada la Palabra al abrir mi boca y pueda dar a conocer con valentía el Misterio del Evangelio, del cual soy embajador entre cadenas, y pueda hablar de él valientemente como conviene” (Efesios 6: 18-20).

San Pablo también nos exhorta a que

“Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad”. (1 Timoteo 2: 1-2).

Jesucristo incluso ordenó:

“Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan” (Mateo 5:44).

¿Por qué Dios quiere que oremos por los demás?

Debido a que la oración de intercesión refleja el carácter del amor y la misericordia de Dios.

Dios quiere que pensemos como lo hacemos, y orar por los demás nos ayuda a pensar más allá de nosotros mismos y crecer en compasión por los demás.

Dios compara la oración con olor dulce incienso que le agrada (Apocalipsis 5: 8).


CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN

La oración de intercesión no es un juego de números. 

Dios no tiene que esperar hasta que 10 o 20 o 100 personas recen sobre una situación con el fin de intervenir.

La oración no es un voto o petición que Dios tiene para actuar si hay suficiente gente.

Nuestras oraciones no pueden obligar a Dios a hacer nada. 

Él puede y debe actuar a Su tiempo, sea uno o un millón que oran al respecto.

Además, la oración de intercesión no es algo que debemos hacer para tratar de ganar puntos con Dios, que podemos recoger cuando algo malo nos suceda.
Nuestra motivación debe ser el amor por los demás, la preocupación desinteresada.

¿Cuál es la responsabilidad de la persona que solicita oraciones?

¿Puede una persona pedir a otros creyentes que oren por ella y luego encontrar que no es necesario orar a sí misma?

No, no podemos delegar la oración.

La oración es parte de nuestra relación personal con Dios, y por lo que debemos ir a Él fervientemente nosotros mismos, sea que otros están orando por nosotros o no.



7 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UNA BUENA ORACIÓN DE INTERCESIÓN


1 – Orar con Fe, en el Espíritu y en Amistad con Dios

La fe es primordial.
La fe es la puerta que nos acerca a Dios.

Siempre que nos acercamos a Dios lo hacemos en la fe.

Como nos recuerda Hebreos 11: 6,

“Sin fe es imposible agradar a Dios, quien quiera acercarse a Él tiene que creer que Él existe y que Él recompensa a aquellos que le buscan”.

Toda buena oración es realizada en el espíritu.

Leemos en Romanos 8: 26-27 que

“el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; para nosotros que no sabemos orar como se debe, el Espíritu mismo intercede por nosotros con susurros más profundos que las palabras.

Y Él, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios”.
La oración es una conversación con Dios, y es en nuestra amistad con Dios, que la oración se vuelve más regular y vivificante.

Santa Teresa de Ávila dijo que

“la oración no es más que estar en términos de amistad con Dios.”


2 – Orar con amor Humilde y Obediente
El amor humilde es el amor altruista y es el fundamento de toda oración de intercesión.

Amar es querer el bien del otro y orar por otros es un gran acto de desear el bien de los demás.

El amor humilde va y busca a las necesidades de otros, porque el amor altruista siempre está dispuesto a dar el regalo del tiempo.
Del amor humilde aprendamos el lenguaje del amor obediente.

La virtud de la obediencia tiene sus raíces en nuestra respuesta gozosa a lo que se nos ha solicitado.

Vemos amor obediente modelado perfectamente en la respuesta de María al Ángel Gabriel:

“Que se haga en mí según tu palabra” (Lucas 1:38).

Es como un alegre deseo de cumplir la voluntad de Dios.


3 – Interceder con Confianza en la Respuesta de Dios

Debemos tener en cuenta que Dios no siempre responde a nuestra oración con un “sí”.

Sino que a veces responde con un “no” o un “aún no.”

¿Por qué? Debido a que la oración más perfecta es “Hágase tu voluntad”.

Podríamos ver algo como un bien, pero tal vez no sea el bien que es voluntad de Dios en ese momento.
Sin embargo, Dios responde, y esto no debe apartarnos de nuestras intenciones y ser específicos en la oración.

Nos abre al plan de amor del Padre para la salvación de todas las personas.

4 – Interceder desde el Corazón y Fervientemente
La Biblia tiene muchos ejemplos de hombres y mujeres orando desde el corazón.

En 2 Reyes 20: 1-3, el profeta Isaías dijo al Rey Ezequías que iba a morir.

En respuesta a este mensaje, el Rey Ezequías volvió su rostro a la pared y llorando amargamente oró:

“Acuérdate ahora, oh Señor, te ruego que haya andado delante de ti con fidelidad, y con todo corazón, y hecho lo que es bueno para tus ojos” (2 Reyes 20: 3).

Al final, Dios quiere algo más que solo el movimiento de la boca quiere un pueblo que acuda a Él con todo el corazón.

La “oración ferviente de un hombre justo es poderosa en sus efectos” (Santiago 5:16), porque él erige como una corriente eléctrica entre Dios y el hombre.

El hombre ferviente está lleno del amor y la gracia de Dios, y por lo tanto está energizado en su fe.

En muchos sentidos, orar fervientemente es añadir leña a la fe ya existente por la que Dios se regocija.
También se agrega leña con el ayuno.

El ayuno es orar con el cuerpo y una gran expresión de nuestra seriedad hacia la oración de intercesión.

Sacrificar lo que nos es más cercano, la comida y la bebida (y también aquellas otras cosas a las que estamos unidos),

En esencia, el ayuno es entrar más profundamente en la exhortación de Pablo a presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, nuestro culto espiritual (Romanos 12: 1).

El ayuno es como incienso aromático, un aroma que es agradable a Dios.


5 – Orar Sin Perder Tiempo

Así como debemos responder en obediencia amorosa, deberíamos hacerlo en el momento.
En otras palabras, no debe perderse el tiempo para nuestra oración de intercesión.

Por otra parte, cuando oras en el momento, la persona por la que estás orando sabrá que eres serio acerca de la oración.

Y esto puede ser una fuente de consuelo para la persona que solicita sus oraciones.


6 – Ser Detallado en la Oración
¡No seas genérico delante de Dios! Él desea conocer los detalles de nuestras oraciones de intercesión.

Esto no es por Su bien (Él ya conoce los detalles), es por nuestro bien.

Hay un gran poder cuando escuchamos nuestras oraciones de intercesión.

Y dos consejos prácticos.

Uno es que los intercesores hagan una lista de las personas y sus intenciones en un cuaderno(o en su smartphone).

Esto evita que se olviden, por más que si son muchas quizás no encuentres el tiempo y el lugar para mencionarlas una a una.

Además, nuestras intenciones específicas se deben presentar a Dios Padre en la misa, especialmente durante la consagración de la Eucaristía.

No hay un mejor tiempo para la oración de intercesión que cuando todas las huestes del cielo están mediando en nombre del cuerpo de Cristo.


7 – Hacer una Acción de Gracias

Al comienzo de la oración, la fe abre la puerta del corazón de Dios.
Después de un período de oración, Dios nos llena de esperanza y amor (caridad) para nosotros y para el que estamos orando.

¡Por ello, estamos eternamente agradecidos y alabamos a Dios!

Una plegaria ideal de intercesión es el Memorare.

“Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos.

Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos.

Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.”
Tan poderosa es esta plegaria que la santa Teresa de Calcuta instituyó entre las Misioneras de la Caridad recitarla en Novena en el mismo momento, o sea 9 Memorare juntas, la que llamó Flying Novena.

Y tal es su poder que experimentaba la solución a los problemas agudos por los que oraban antes de terminar de recitar las 9 oraciones. Puedes leerlo aquí.

Y después hacía otra Flying Novena en acción de gracias.


FUENTE: forosdelavirgen.org

CORONILLA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

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Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.


Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.

En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.

En el Nombre del Padre...
Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, etc.

1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías
2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.



Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro

Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.

V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oremos. Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.  



Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel, podemos agregar la siguiente oración:

REINA DE LOS ÁNGELES

¡Oh Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles!

Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad las santas legiones para que, bajo vuestras órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios?

Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén. 

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís