Para
los que buscamos la santidad, la perfección.
Alma, sabias que un consagrado, una monja, un
sacerdote es esposo de Nuestro Señor Jesús? Si, si no lo sabías ya lo sabes. Entonces tratémoslos
como lo que son: esposas del Rey.
Te das cuenta qué grandeza y qué honor es
este? A ellos ya se les ha dado en vida
lo que nosotros tendremos después de esta vida, si Le somos fiel.
Debemos orar diariamente al Señor por ellos pues
son los más atacados por el infierno ya que Le pertenecen a Él y como el
demonio odia a Jesús, los odiará igual a ellos, quiere exterminarlos.
Alma como ves, un sacerdote (igual que nosotros los
laicos) está en el mundo sin ser del mundo. Pero el sacerdote es tentado
directamente por los ángeles caídos y nosotros por las almas malditas; hay una
gran diferencia. Por eso Alma, ora y
pide al Señor siempre, siempre por los sacerdotes. Hagamos la comunión de los
santos suplicando por ellos al Padre, haciendo sacrificios, mortificaciones.
Alma, el sacerdote que le es fiel al Señor y que
confía en Él (así como nuestro Padre Abrahám confío) podrá hacer las mismas
cosas y más, que las que Jesús hizo durante esos benditos tres años de evangelización
aquí en la tierra.
Ves ahora Alma porqué me duele tanto ver a una
esposa del Hijo de Dios pasar sin identificación de lo que es? Ves porqué lloro al ver que no se arrodillan
al entrar a la casa de Dios? De que algunos no quieren confesarte? De que algunos huyen a dar una dirección espiritual? Lloro por los que no son humildes, obedientes,
silenciosos, pobres, castos. Porque según sea su vida diaria y según celebre la
santa misa así es su espiritualidad, su entrega al Señor. Muchos de ellos no
despiden ese perfume de Jesús, que deben despedir por ser esposas del Señor.
Alma sabemos que la Santa Misa que el sacerdote
celebra es la ofrenda más grande y más poderosa que hay, es divina. Pero sabrás
que también él debe ser hombre de oración, debería así como el santo cura de
Ars, pasar horas frente al Santísimo.
Lloro al ver a sacerdotes vestidos como cualquier
laico (cometen adulterio espiritual), en fiestas, de compras con compañía
femenina como una simple pareja, aquellos que en su día libre no son
sacerdotes, o gastando su tiempo organizando ferias, concursos, bingos,
celebraciones que bien pueden organizar los laicos.
Sigamos Alma
orando mucho para que el Señor nos envíe muchos y santos sacerdotes, por el
crecimiento de las vocaciones sacerdotales ya que como casi no hay familias
santas no hay vocaciones sacerdotales.
Alma los laicos somos en gran parte responsables por lo que le sucede a los
sacerdotes porque no oramos lo suficiente por ellos que son el blanco de
satanás. Pero como te dije anteriormente no solo pidamos por ellos con la
oración sino también con la mortificación, buenas obras, muriendo a nosotros
mismos, con súplicas y sacrificios.
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