MI VICARIO.
Yo estoy en medio de vosotros, hijo, en la persona de mi Vicario.
A él se le ha dado toda potestad para apacentar a los corderos y a las ovejas. Quien le ama, me ama a Mi, quien no le escucha, no me escucha a Mi, quie le combate me combate a Mi, quien le desprecia me desprecia a Mi.
El sube a su Calvario dia a dia, pero muchos no se dan cuenta. Derrama lágrimas por los hijos que se vuelven lobos rapaces y hacen estragos de su grey. Como a Mi, se le hace objeto de escarnio, de odio y de guerra.
El está al timón de mi navecilla en esta triste hora en la que el mar está fuertemente agitado y el sordo hervir del oleaje es presagio de próxima y salvaje tempestad.
Hijo mío, hace falta estar cercanos a mi Vicario, al dulce Cristo en la tierra, es necesario sostenerlo con la oración y con la ofrenda de los propios sufrimientos. Es necesario amarlo y hacerlo amar.
Todo lo que en bien o en mal se le hace a el, se me hace a Mi. Es necesario defenderlo de las insinuaciones satánicas, tan frecuentes, de sus enemigos.
Yo estoy en él, estoy presente en mi Iglesia en su persona.
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