Parte 19
Por el Padre Arnold Renz
El Santo Sacramento del Altar
J: ¡El Santo Sacramento del altar, si se supiera qué se le adora; está colocado por completo de lado. Las exposiciones del Santo Sacramento son hoy en día una rareza. Se efectúan todavía en las ceremonias de reparacion y por los tradicionalistas, pero si no es más bien una excepción. Pero este sacramento ...! ¡Si supiérais lo grande que es !
E: ¡continúa en nombre de...!
J: ¡El Santo Sacramento del altar, si se supiera qué bendiciones irradia, cuando antes estaba expuesto en el tabernáculo, y el pueblo hacía ante el la adoración reparadora! ¡Esto tenía una gran eficacia para los pecadores! Todo eso ya no existe por eso se salvan menos almas. No quisiera seguir hablando, no quisiera seguir.
E: ¡Sigue hablando, por orden de la Santísima Virgen, todo lo que tienes que decir di todo, y solamente lo que te ordena decir!
El Santo Rosario
J: También tengo que decir (respira fatigosamente), que la mayor parte de los sacerdotes están cegados. Nosotros los cegamos. Pero con un poco de buena voluntad, y rogando mucho al Espíritu Santo, terminarían, con el tiempo, por darse cuenta. El Rosario sería un remedio universal, pero en casi todos los sitios ha sido suprimido. Ya no está de moda. Como se dice vulgarmente, ya está pasado.
E: ¡Continúa hablando por orden de la Santísima Virgen y di toda la verdad, continúa diciendo lo que tienes que decir!
J: El Rosario de los Misterios Dolorosos pudiera ser el que tiene el mayor valor de los tres; pero hay que decir que los tres tienen un gran valor. Pero el Rosario de los Misterios Dolorosos, es el que más contribuye a salvar las almas. Por eso, Los de ahí arriba (señala en alto), lo consideran como el que tiene mayor valor.
E: ¿Y los otros Rosarios? ¡habla en nombre de...!
El Rosario y la imitación de Cristo
J: También son buenos. Naturalmente, son muy buenos, sobre todo los misterios gloriosos, que contienen la ley "Que nos ha enviado el Espíritu Santo". Todos son buenos. Pero el de los Misterios Dolorosos, bueno y de gran valor, porque es inseparable de la agonía de Cristo en el Huerto de los Olivos, de la flagelación, de la coraona de espinas, de la carga de la cruz y de la muerte en la cruz. El libro "La imitación de Cristo", sería trigo, sería una alimentación, sería pan para la humanidad. Pero lo han rechazado, como han rechazado los mejores libros que existen. Citemos por ejemplo "Agreda", "Emmerich", etc. Muchos otros libros sobre la vida de Santos, han caído en el olvido... Pero Catalina Emmerich y María de Agreda tiene la ventaja de poner la vida de Cristo ante los ojos de la gente, de una manera muy impresionante; y de mostrarles la extraordinaria pobreza que han tenido que vivir, la Santa Virgen y San José. Si la gente comprendiese esto con el corazón, no se convertirían en gente de dinero, como lo hacen, y no se dejarían cegar de tal forma por el orgullo. Verían que las únicas cosas benditas por el cielo son: la humild, las virtudes, las obras de misericordia -como bien se dice y sobre todo la perfecta imitación de Cristo y la entrega a Los de allí arriba (murmura)
E: ¡Continúa diciendo la verdad, y solamente la verdad, en nombre de la Santísima Virgen!
J: Lucifer me paraliza. No puedo más; no puedo más. He tenido que decir demasiadas cosas. Ya no quiero más, ya no quiero más. He tenido que decir demasiado, yo, Judas Iscariote (respira fuerte y fatigosamente).
E: ¡Continúa diciendo la verdad, Judas Iscariote! ¡Prohibimos a Lucifer que te cause mal! ¡Lucifer, es necesario que te vayas por orden de la Santísima Virgen, para que Judas pueda seguir diciendo lo que tiene que decir, por orden de la Santísima Virgen! ¡Lucifer, es necesario que te vayas! ¡Vete! (la respiración es fatigosa)
J: La imitación de Cristo sería un bien. La cruz sería un bien. En la cruz está la salvación; en la cruz está la victoria; la cruz es más fuerte que la guerra. ¡Oh! ¡Lucifer me atormenta porque digo eso!
E: ¡Continúa diciendo la verdad! ¡Lucifer, vete, sal de esta mujer! ¡No tienes derecho a hacer mal, en nombre de...!
J: Está aquí cerca.
E: ¡Vete Lucifer! ¡No tienes nada que hacer por aquí! ¡Judas Iscariote continúa! ¡Lucifer no tiene derecho a hacerte mal, en nombre de...!
J: Me atormenta. Unicamente gracias a La de ahí arriba (señala hacia lo alto) -que me ha amado mucho- no me tortura más terriblemente en el infierno por esto, ese viejo, ese loco, ese monstruo repelente.
E: ¡Continúa diciendo la verdad por orden de la Santísima Virgen, y Lucifer no debe estorbarte, no debe hacerte daño, en nombre...!
J: Me estorba y me hace daño, pero me da igual. Estaría contento si no tuviera que decir esto. Esto no hace más que recordarme mis propias fechorías. Yo quisiera volverme atrás, poder volverme atrás (suspira lamentablemente).
E: ¡Continúa diciendo lo que tienes que decir, por orden de la Santísima Virgen!. Lucifer no debe hacerte más daño, es necesario que parta, es necesario que se vaya, por orden de la Santísima Virgen.
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