Al inicio de su pontificado, Juan Pablo II, tuvo que realizar un exorcismo en un pueblo llamado Spoleto.
Actualmente existen muchas películas hollywoodenses que desenvuelven el tema de los 'exorcismos' en el mundo y que autoridades religiosas no han negado pero tampoco confirmado.
Muchas de estas cintas aseguran estar basadas en hechos reales como el caso de la película "El exorcismo de Emily Rose" o "Las cintas del Vaticano", pero lo que es totalmente cierto es que este tema realmente despierta la curiosidad y sí el miedo de que realmente sucedan esas cosas paranormales en las personas.
Y fuera del mundo de las películas existen relatos que la Iglesia jamás ha desmentido y son los que se cuentan sobre dos exorcismos que realizó el pontífice Juan Pablo II.
Estos relatos comenzaron a tomar fuerza después de que se llevara a cabo la publicación de libro "Así se vence al demonio" del periodista y escritor José María Zavala en el 2012.
El libro es un testimonio sobre la realidad de la posesión diabólica, los exorcistas y poseídos, y las armas que ocupa la iglesia católica para luchar contra estas fuerzas.
Con el surgimiento de la psicología y psiquiatría, los temas de las posesiones dieron un giro radical, pues comenzaron a ser catalogados como trastornos mentales.
Pero ¿por qué?, simple porque los 'poseídos' tienen la capacidad de hablar más idiomas, romper ataduras con una fuerza sobrehumana, etc; esto hizo que se les denominara personas con demencia, esquizofrenia o trastornos bipolares.
Exorcismos de Juan Pablo II
Pero es en el capítulo 3 del libro "Así se vence al demonio", Gabriele Amorth, el más prestigioso exorcista del mundo y diócesis de Roma, cuenta los dos exorcismos realizados por Juan Pablo II.
Ahí se habla que el pontífice tuvo que luchar contra demonios de gran poder que no salieron de sus víctimas tras el primer ritual celebrado, se necesitó de muchos esfuerzos posteriores.
Estos casos sacudieron a la medicina, que no fue capaz de ofrecer respuestas ni soluciones contundentes a conductas anormales de individuos que de pronto vieron cómo su mente se desequilibraba y sus cuerpos realizaban acciones antes imposibles.
Caso Francesca
El pontífice Juan Pablo II llevaba cuatro años a cargo, cuando en abril de 1982, recibió una petición del obispo de la diócesis del pueblo de Spoleto para practicar un exorcismo a una joven llamada Francesca F.
Esta joven de pronto presentó conductas agresivas con su propia familia.
Ante tal petición el pontífice aceptó recibirla en su capilla privada del Vaticano.
En cuanto la vio, quedó impresionado ante semejante espectáculo: la chica escupía y se retorcía ferozmente en el suelo.
El exorcista experto, Gabriele Amorth, estaba presente en ese instante para asistir al Papa.
"Su exorcismo fue de cierta eficacia aunque, siendo sincero, debo añadir que para liberar a Francesca se requirieron cinco años enteros de bendiciones", comentó Amorth.
Fue el primer caso en 400 años en que un papa enfrentaba de manera directa a un demonio por medio de los rituales del exorcismo.
Al año Francesca F. y su marido se presentaban en audiencia privada ante Juan Pablo II para agradecerle su ayuda y contarle con ilusión en su rostro que estaba embarazada de su primer hijo.
El hecho también fue constatado en 1993 por el cardenal francés Jacques Martin en su libro "Mis seis papas".
Segundo caso
Muchos años después, cuando el pontífice, Juan Pablo II, se encontraba ya enfermo tuvo que volver a enfrentar un caso más de posesión, en esta ocasión fue durante su audiencia general en la Plaza de San Pedro, Roma.
Esta vez era una chica de 19 años, proveniente de Monza, al norte de Italia, quien mostraba una actitud violenta en contra de los guardias que intentaban calmarla.
En ese momento Juan Pablo II ofrecía su misa ante miles de peregrinos y la joven gritaba insultos y blasfemias.
Por lo que Gianni Danzi, secretario general de la Gobernación del Vaticano, se acercó hasta la chica para intentar calmar sus ímpetus portando un crucifijo.
Al sospechar que podía estar poseída Danzi informó del hecho al secretario de Juan Pablo II, monseñor Stanislaw Dziwisz, para que se le diera aviso al Papa.
Ante esto se ordenó que llevaran a la chica a un sitio apartado para revisarla una vez culminada la audiencia pública.
Gabriele Amorth relata de la siguiente manera el exorcismo que practicó Juan Pablo II:
"Hicieron entrar así a la joven por el Arco de las Campanas, rodeando la Basílica de San Pedro, para conducirla finalmente hasta un lugar cerrado donde Juan Pablo II la exorcizó en presencia de sus padres, del obispo Danzi y de varios hombres que a duras penas podían sujetarla".
El Papa trató con dulzura y cuidado a la supuesta posesa durante cerca de media hora, atendiendo su pena con oraciones y rituales para intentar sacar al ente que estaba en su interior.
Después fue el propio Amorth, su compañero Giancarlo Gramolazzo y Gianni Danzi los que siguieron con el ritual durante un par de horas más.
En algún punto, la joven gritó con voz gutural y desafiante a los exorcistas: "¡Ni siquiera tu jefe ha logrado hacer nada conmigo!".
Amorth sospechaba que las palabras eran una clara alusión y provocación al Papa.
"Satanás ataca sobre todo al Papa. Su odio por el sucesor de Pedro es feroz. Lo he experimentado en mis exorcismos".
"Después del Papa, Satanás ataca a los cardenales, obispos y a todos los sacerdotes y religiosos. Es normal que sea así. Ninguno se debería escandalizar. Los sacerdotes, religiosos y religiosas, están llamados a una dura lucha espiritual", afirma en su libro "El último exorcista – Mi batalla contra Satanás"
El exorcismo tuvo éxito y la chica fue liberada del demonio que la poseía.
Fue el último ritual de su clase reconocido oficialmente por la Iglesia y adjudicado a Juan Pablo II, quien 9 años después de su muerte fue canonizado en 2014, en una ceremonia oficializada por el papa Francisco.
Con información de La Silla Rota.
FUENTE: laverdadnoticias.com
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