Por Michael Voris
Material de dominusestblog.wordpress.com
El sacerdote debe dejar de celebrar misa de frente a la gente [de espaldas a Dios], y la práctica destructiva de dar la Sagrada Comunión en la mano debe terminar. Estas dos cosas, muy simples de hacer, contribuirían en gran medida a solucionar muchos errores en la Iglesia en estos días.
Fueron implementados en las décadas de 1960 y 1970 por hombres que querían remodelar la identidad católica y hacerla más atractiva para los no católicos. Ambas prácticas han demostrado ser desastres comprobados para la Iglesia. Así que deja de ir por el camino equivocado, y vuelve al correcto.
Estos cambios podrían ir acompañados de una correcta catequesis e instrucciones sobre por qué se está haciendo esto. De esa manera, tales cambios estarían en contraste directo a cuando las prácticas horribles fueron instituidas en un principio.
Al igual que muchos que leen y escuchan ésto, yo estuve presente cuando estas cosas pasaron en mi parroquia. Yo era un monaguillo. Prácticamente nadie nos advirtió sobre estos cambios. De repente, apareció una “mesa” en el santuario un domingo, y nuestros párrocos sonreían torpemente a la gente, y la gente simplemente les devolvió la sonrisa, es lo que se hace…
No mucho tiempo después, nos dijeron que ahora podías acercarte, extender las manos y “obtener” la Sagrada Comunión de esa manera. Esto fue en la diócesis de Sacramento [EE.UU.], dirigida por una serie de obispos extremadamente liberales que datan de la década de los 1960s.
Pero eso sucedió en muchas diócesis. Se aseguraron de que a sus seminaristas se les enseñara a ver hacia las personas y no a Dios, y luego dejar caer a Dios en sus manos. Dejamos de ponernos de rodillas y recibir la Hostia Sagrada en nuestra boca porque – entiendan esto –“éramos adultos maduros en la fe”, así que debíamos ponernos de pie.
Aparentemente, los obispos liberales olvidaron que Nuestro Bendito Señor dijo: “En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. (Mateo 18, 3). Esta práctica de recibir la Sagrada Comunión de pie y en la mano está mal. Envía completamente el mensaje equivocado y ha contribuido grandemente a un alejamiento masivo de la Única Verdadera Fe.
(Nuestro panel en [nuestro programa] “Download” habló ampliamente sobre este tema. Ese episodio en particular fue un episodio [para suscripción] Premium, pero vamos a sacarlo de la presentación Premium y ponerlo a disposición aquí para su visualización gratuita).
Algunos puntos: Esto se hizo para dar cabida al error Protestante. Nunca debió haber ocurrido. Fue hecho por una camarilla de obispos engañados, liderados por supuesto, por el Cardenal Joseph Bernardin. Lo introdujo a la fuerza ilegalmente y mintió a los funcionarios en el Vaticano para asegurar el cambio, a lo cual, el Vaticano ingenuamente cayó en el error.
Los católicos, simplemente, deben dejar de participar en esta horrible práctica. Y no permitas que un sacerdote te diga que no puedes recibir la Comunión de esta manera [denúncialo con su Obispo]. Ese sacerdote está equivocado. Roma ha dicho muy claramente que los católicos pueden recibir de rodillas y en la boca, además, que esta es la manera preferida por la Iglesia.
Ambas prácticas no son iguales. Una es una mala práctica que está permitida; la otra es lo que la Iglesia desea.
Se te dirá que estás presumiendo, tratando de llamar la atención sobre ti mismo, “desobedeciendo la voluntad del obispo” (eso es cierto pero completamente sin sentido). Se te dirá que ésta fue la forma en que se hizo en el Siglo II. Lo que no se le dirá es que no se distribuyó en la mano de la manera que se hace hoy, ni se te dirá que la Iglesia detuvo esa práctica después de que se hizo evidente que la falta de reverencia por el Santísimo Sacramento se estaba generalizando.
Y si alguien te dice: “Así es como se hacía en el siglo II…”, no, no lo era, y me regreso a aclarar este punto. Uno se acercaría a recibir la comunión con las manos una debajo de la otra, con un velo blanco sobre tus manos, y la Santa Comunión se te daría, no tocando tus manos, sino depositándola sobre el velo, por lo que no la tocarías con la mano para recibirla, sino que te inclinarías hacia el velo para recibirla con la boca, uno no tocaría nunca el bendito Sacramento.
Nuestras manos no están consagradas [ungidas] como lo están las de los sacerdotes. Santa Teresa de Ávila, cuando se le concedió la visión del Infierno, pudo notar cuáles almas en el Infierno eran las de sacerdotes porque podía ver las palmas de sus manos ardiendo más intensamente que las de las otras almas porque sus manos habían sido ungidas, consagradas, y por esto, sus dolores en el Infierno eran mucho mayores, y para ella mucho más visibles.
Quédate con esta idea en la cabeza, los católicos simplemente NO podemos andar por ahí tocando el Bendito Sacramento. No se supone que nosotros los laicos estemos haciendo eso, es por esto que la recepción de la Santa Comunión en la mano es una práctica horrible.
Dependiendo de dónde vayas a Misa, podrás ser la única persona que cambia y comienza a hacer esto, y eso está bien. Puede hacer que te sientas gracioso, que te señalen, el sacerdote puede decirte algo. Haz lo mejor y recibe a tu Rey de rodillas y en la boca. Ninguna de esas otras cosas importa.
Lo que importa es resistir la basura en la Iglesia donde sea que se pueda y hacerlo de inmediato. Olvídate de los insultos, burlas y “correcciones” que se te presenten, y simplemente arrodíllate ante tu Rey. Y si eres un “ministro de la Eucaristía” (que no lo eres, dicho sea de paso), debes renunciar de inmediato a esa posición de abuso.
No hay mucho que los laicos podamos hacer en el ámbito práctico para resistir el mal que se ha inyectado en la vida de la Iglesia, pero esta es ciertamente una forma.
[Traducción de Filius Mariae. Dominus Est. Artículo original]
No hay comentarios:
Publicar un comentario