CRISTO TAMBIÉN SERÍA REPUDIADO HOY EN DÍA COMO AGITADOR POPULAR.
V: Si Cristo volviese a venir hoy en día nuevamente a la tierra, y predicase lo mismo, también habría hoy miles y miles que lo considerarían como un agitador popular y un chiflado, lo mismo que hoy en día hay miles y más miles que que consideran como locos, como desgraciados o como apartados del camino, a los buenos sacerdotes, a las buenas almas privilegiadas y a las personas que todavía viven según los mandamientos. En lugar de ir hacia arriba, se va hacia abajo, porque es más fácil.
Como ya he dicho, muchos sacerdotes no llegan en sus sermones a la profundidad, porque sería para ellos mismos un reproche. Primero tendrían que empezar por sí mismos, pero eso no lo quieren y opinan que no lo pueden. Si siguiesen ellos mismos el camino de la virtud, entonces sí que podrían llegar hasta las últimas profundidades en sus sermones, pero lo que yo vivo y no quiero, pienso que tampoco lo pueden los otros, y tampoco lo querrán. Como sacerdote , no puedo exigir de mis laicos más de lo que yo hago y realizo. Esa es la terrible tragedia que tenéis hoy en día en vuestras iglesias católicas. Eso abarca desde los sacerdotes hasta, en lo alto, los cardenales en Roma. Si viviesen su vida todavía como la han vivido Cristo y sus Apóstoles, entonces también guiarían a sus fieles por otro camino. Este sería mucho más fundamental, profundo, más claro y estrecho, pero que llevaría al cielo. Eso es lo que falta. Esa es la principal tragedia que ellos mismos no hacen penitencia y no quieren convertirse. Ya San Juan Bautista ha predicado esto, y el propio Jesús lo ha dicho en diferentes ocasiones a la gente y a los Apóstoles (habla fuerte y penetrantemente).
E: ¡Di la verdad, solamente la verdad, Garandieu, en nombre de Jesucristo, solamente la verdad!
V: (respira fatigosamente).
E: ¡En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Verdi Garandieu, di la verdad y únicamente la verdad sobre el sacerdocio, si esa es la voluntad de Dios!
HACED, CON TACTO, QUE SE VUELVAN ATRÁS LOS SACERDOTES.
V: La mayor parte de los sacerdotes que combaten hoy en día contra lo profundo, lo verdadero y lo bueno, porque ellos mismos ya no viven de acuerdo con ello. Eso lo hacen porque su corazón se ha convertido en un antro de asesinos, o bien porque ya van por el amplio camino de las masas. Habría que tener el valor...(con voz apagada). No quiero hablar.
E: ¡Di la verdad, solamente en honor del Señor, en nombre de Jesucristo, en nombre de la Santísima Virgen María, la Inmaculada, sobre el sacerdocio, solamente la verdad!
V: ...el valor, de contradecir a los que destruyen diferentes cosas y critican injustamente. Habría que decirles esto directamente en la cara, y lo mejor sería en una forma que fuese ofensiva. Habría que actuar con una cierta sensibilidad y tacto, de una forma que les muestre que se les quiere ayudar. Habría que corregirlos con principios psicológicos.
E: ¡Di la verdad, y solamente la verdad!
V: Claro que hay que decir que la psicología actual ya no es buena, pues precipita a muchos en la perdición. Pero si he dicho eso, es que pienso en una psicología sana, en la que no se dice precisamente: Eres malo. Eres terrible, por eso no lo quieres. Habría que preguntar: ¿Ya no lleva usted una vida interior que corresponde por completo a la verdad, y por eso no predica la verdad, o no se atreve a predicarla? ¿Es que la gracia ya ha desaparecido de su interior? Ya sabemos que los demonios ahora andan demasiado sueltos. Quizás necesite usted oraciones, ¿Reza usted mismo? Tiene usted que volver a la verdadera y pura profundidad, para que pueda usted conducir a su rebaño debidamente. En el caso de hombres que lo pueden aguantar, y que son más resueltos y de una naturaleza más áspera, se podría actuar más energéticamente. Siempre existen hombres diferentes. Ya el Padre Pío trataba a los hombres de maneras diferentes. Pero en todo caso habría que tener el valor y agarrarlos o sujetarlos por donde hace falta. Existen algunos, muy pocos, que obran por ignorancia. Pero la mayor parte predicaría de otra forma y conducirían a su rebaño de otra manera, si estuviesen dispuestos a vivir mejor y a seguir el camino de la renuncia. Esta es una gran verdad que no puedo ocultar-aunque yo ya esté perdido y me encuentre en el infierno- porque Los de ahí arriba (señala hacia lo alto) lo ordenan (con una voz triste). A mí mismo me ha ido así, como...(no puede pronunciar las palabras).
E: ¡Di la verdad, Verdi Garandieu, en nombre de...!
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