ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE
CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO
(rezar diariamente meditando)
IMPORTANTE PEDIDO
Jesús ha pedido a todos Sus hijos que vayan con El a Getsemaní (Huerto de los Olivos). Por lo tanto, cada jueves, desde las 11 p.m. hasta las 3:00 a.m. de la mañana del viernes, es la Hora de Getsemaní.
Jesús dijo a Bernabé:
"Hijos Míos, Yo estoy en Getsemaní por ustedes y por la gente del mundo entero. Yo siempre estoy en Getsemaní debido a la hora que se acerca, la hora de terror, muy temible y terrible. Hijos Míos, ¿cuántos sobrevivirán? Por el amor que les tengo a ustedes y a todos los hombres, estoy aquí en Getsemaní, llamándoles para que vengan y velen Conmigo. Permanezcan en Getsemaní Conmigo, de manera que no desfallezcan cuando llegue la hora".
LA HORA DE GETSEMANÍ
Cada jueves de 11:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. del viernes es la Hora de Getsemaní. Las siguientes oraciones se deben decir durante ese tiempo:
I. Rosario a la Santísima Virgen María.
II. Santo Rosado a la Preciosa Sangre/Letanías.
III. Oración de Consagración a la Preciosa Sangre.
IV. Oraciones de Consolación y Adoración.
V. Oraciones de Reparación a Jesucristo Agonizante (los siete Llamados Angustiosos)
VI. Otras oraciones místicas de Nuestro Señor Jesucristo.
VII. La Misa Votiva de la Preciosa Sangre y exposición del Santísimo Sacramento (cuando sea posible)
Para los que lleven a cabo la Hora de Getsemaní, hay promesas de gracia. Además Jesús ha dicho que los que son fieles a esta Hora, no tendrán nada que temer al Anticristo.
ORACIONES DE REPARACIÓN A JESUCRISTO AGONIZANTE
LLAMADOS ANGUSTIOSOS
ORACIÓN INICIAL
Señor Jesucristo, a través de la historia. Tú nos conduces de regreso al Padre Todopoderoso. Te damos gracias y apreciamos Tu amor. Recordamos, con dolor en el corazón, nuestra debilidad, nuestros pecados, y todo Tu sufrimiento en esta noble tarea.
¿Cómo aminorar Tu sufrimiento? Ayúdanos a hacerlo, te lo pedimos. Haremos lo que sea necesario, si Tú así lo quieres. Muéstranos Tu amor si esa es Tu voluntad.
Hacemos esta oración, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con el Padre, en unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Padre Eterno, te ofrezco todas las Heridas de Tu amadísimo Hijo Jesucristo, los dolores y agonías de Su Sacratísmo Corazón, y Su Preciosísima Sangre que brotó de todas Sus Heridas, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén (3 veces)
Credo...
PRIMER LLAMADO ANGUSTIOSO
"¿Dónde estás hijo Mío? Tu Señor te busca... ¡Ven a Mí!... ¡Ven, acércate más, y escucha Mi angustioso llamado!
Hijo Mío... había una vez un Hombre que tenía muchas ovejas, las cuidaba y pastoreaba bien. Cuando tenían sed, las conducía a un manantial de agua fresca, para que pudieran satisfacer su sed. No permitía que pasaran hambre. Las llevaba a verdes praderas. Ellas comían y engordaban y se fortalecían. El Hombre fortificó la tierra donde pastaban, para que ningún lobo entrara y dañara el rebaño.
Un día, las ovejas planearon una rebelión, y a la fuerza escaparon del campo y se adentraron en el bosque. Allí, fueron capturadas por animales salvajes. Eran como esclavas sin esperanza. Sus cuerpos y sangre eran utilizados para festivales y sacrificios de animales a sus dioses.
A pesar de todo esto, el Hombre no se olvidó de su rebaño. Envió a sus sirvientes, y a todos los mataron. Por último, envió a Su Hijo, quien al fin ganó la batalla.
El Hijo del Hombre, condujo al rebaño, día y noche a través del desierto. En este caminar, surgieron muchas dificultades, que no podían soportar. Se quejaron al Hijo del Hombre, profirieron toda clase de palabras crueles contra Él, y finalmente lo mataron.
Hijo... ¿qué piensas que hará el Padre del Hijo del Hombre cuando se entere de la muerte de Su Hijo?
Hijo... ustedes son el rebaño. Mi Padre es el dueño del rebaño, quien envió muchos profetas a Su pueblo, que vivió en un desierto terrible.
Yo soy el Hijo, a quien ustedes persiguieron y mataron. ¿Qué les he hecho? A pesar de todos vuestros pecados. Mi Padre aún los está llamando para que regresen a Él. Pero ustedes no prestan atención a Su llamado.
¡REGRESEN! ¡OH ISRAEL, PUEBLO MÍO!
Hagan reparación por sus pecados y los pecados que el mundo entero comete contra Mí Padre y contra Mi Preciosa Sangre. ¡YO SOY EL AGONIZANTE JESUCRISTO!
(Silencio)
ORACIÓN (1)
Dios mío. Dios mío... yo creo firmemente con todo mi corazón... espero y confío sinceramente en Tí. Solamente a Ti adoraré por siempre. Con verdadero arrepentimiento y amor, me postro a Tus Pies; te pido perdón por aquellos que no creen y no quieren creer, por aquellos que no Te adoran y no quieren adorarte y por aquellos que Te crucificaron y Te están crucificando diariamente.
Querido Jesús, yo te consolaré durante toda mi vida. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Oh mi Dios, yo me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra Tí, por ser Tú tan bueno. Con la ayuda de Tu gracia, no pecaré nuevamente. Amén
Padrenuestro (1) -Avemaría (1) - Gloria (tres veces)
Señor nuestro Jesucristo agonizante. Tú sufriste y pagaste por nosotros... Que se haga Tu voluntad en la tierra.
Aplaca el fuego de Tu cólera, oh Señor... perdón porque hemos pecado... No pecaremos nunca más.
Jesús Sacramentado perdónanos, te rogamos, oh Señor.
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Te ofrezco la Palabra hecha carne, Jesucristo, su carne cubierta de Heridas y Sangre, su agonía en el huerto, su flagelación, su coronación de espinas, el repudio que sufrió, su condena, su crucifixión y muerte, en unión con todos los sufrimientos de Tu Santa Iglesia y la sangre de los mártires, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén
ORACIÓN AGONIZANTE
Jesús Agonizante, yo te ofrezco mi corazón para unirlo a Tu Corazón Agonizante y compartir Tu agonía. Jesús, yo deseo permanecer en agonía Contigo, a fin de apresurar Tu glorioso Reino de Paz. Amén.
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