FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

MUCHAS VECES TENGO QUE DESCENDER EN CORAZONES SUCIOS


DEL LIBRO APÓSTOLES DE REPARACIÓN. DADO A AGUSTÍN DEL DIVINO CORAZÓN.


Jesús dice:

El gran amor que os tengo me conllevó a soportar acérrimos dolores en mi Divino Corazón, corazón que
aún sigue palpitando en la Sagrada Hostia.

Hostia que es mi invento de amor para acompañaros, para escucharos y asistiros en vuestras necesidades.

Hostia que como Pan de Ángeles os nutre, os vigoriza espiritualmente.

Hostia que por muchas almas es vilipendiada, reducida a la nada.

Hostia revestida de blancor y pureza que es manchada por los pecados de los hombres, hombres que me reciben indignamente, bebiendo y comiendo su propia condenación.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, por todas las irreverencias e ingratitudes que recibo de las criaturas, criaturas que amo y perdono porque son la razón de mi Getsemaní en todos los Sagrarios de la tierra.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, porque mi Misterio Eucarístico es cuestionado, es puesto en tela de juicio.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, porque varios de mis sacerdotes me hacen descender de manera rutinaria, sin preparación, para recibir en sus manos el milagro más grande de los milagros. Sacerdotes que deben ser otros Cristos en la tierra por la vocación especial a la que fueron llamados.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, porque muchas veces tengo que descender en corazones sucios; corazones manchados por el pecado, corazones que deben purificar sus inmundicias en los ríos de la gracia.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, porque algunos de mis hijos predilectos se están dejando seducir por el demonio, el mundo y la carne.

Reparad, en esta noche del jueves sacerdotal, porque vivo el mismo sufrimiento de mi Dolorosa Pasión; pasión que se reanuda nuevamente en la soledad de los Sagrarios.

Sagrarios que son porciones de cielo en la tierra, pero los hombres, aún, no se han percatado de mi presencia.

Presencia que siempre os acompañará porque os amo; no me importa vuestra indiferencia, os espero pacientemente porque sé que algún día llegaréis a Mí.

El gran amor que os tengo me conlleva a soportar acérrimos dolores en mi Divino Corazón; corazón que sufre los vejámenes de los hombres; corazón que derrama gotas de Sangre porque mis palpitaciones de amor, en la Sagrada Hostia, se pierden ya que me encuentro solitario en el Getsemaní de los Tabernáculos, porque son muy pocas las almas que vienen a visitarme.

Me hallo sediento por vosotros, sed que sólo es consumada por vuestra presencia, por vuestro amor.
Sé que ya alcanzáis a comprender un poco el gran amor que os tengo al quedarme por siempre en todos los Sagrarios del mundo. Sagrarios que deben ser escuela para vosotros, porque en él recibiréis mis lecciones de amor para haceros buenos cristianos, para incrementar más vuestra devoción y vuestro espíritu de piedad. Escuela en la que Yo soy vuestro Maestro y vosotros mis discípulos.

Llegad siempre con el libro abierto de vuestro corazón, para que toméis atenta nota de todo lo que os digo, de todo lo que os enseño, para que seáis discípulos que se identifiquen con los pensamientos de su Maestro.

Maestro que os adelanta en sabiduría para que seáis santos como Santo es Vuestro Divino Maestro. Alma Reparadora:

Sois bondadoso, Jesús mío, en haberos fijado en mi pequeñez, en haberos dignado llamarme en esta noche
para ser vuestro adorador del silencio.

Silencio que habla en la profundidad de mi corazón.

Silencio que acaricia todo mi ser. Silencio que, como la voz de un ángel, me motiva a amaros porque sois el desvelo de mis noches y la luz de mis ojos.

Sois el delicado perfume que me impulsa a seguiros porque vuestro aroma me seduce, vuestro aroma me 
enamora, vuestro aroma me aferra a vuestro Sacratísimo

Corazón. Corazón que es mi deleite, la razón de mi vivir.

Sois bondadoso, Jesús mío, en haberos quedado hasta la consumación de los siglos, presente en la Hostia Santa.

Hostia Santa que adoro porque es manjar de ángeles, manjar celestial que se nos da a nosotros.

Hostia Santa que adoro porque sé que estáis realmente presente bajo este velo sacramental.

Hostia Santa que vibra de amor cuando voy al Sagrario a haceros compañía, cuando os reconozco como a mi Señor, como a mi Dios.

Hostia Santa que es columna que sostiene a la Iglesia. Iglesia que jamás será destruida porque sois su piedra angular.

Hostia Santa que es manantial en el desierto, luz en la oscuridad, rayo esperanzador en un mundo en que todo anda mal.

Hostia Santa que está en nuestra turbación, alegría en nuestra tristeza.

Hostia Santa que hace de mi alma reparadora, alma que desagravie Vuestro Divino Corazón, porque muchos hombres dudan de Vuestra presencia Eucarística, muchos hombres os lastiman, os hieren con su indiferencia.

Por eso quiero hacer de mi oración bálsamo sanador, bálsamo que os alivie en Vuestro dolor.


Actos de reparación:

V/ Corazón de Jesús, paciente en la Eucaristía.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, víctima de expiación en el
Sacramento de vuestro amor.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, que renováis el Sacrificio de la Cruz
sobre nuestros altares.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, triste hasta la muerte.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, debilitado en el huerto por el sudor
de su Sangre.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, vendido por el traidor Judas.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, afligido por la cobardía de los
apóstoles.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, preso por nuestro amor.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, desgarrado por los azotes.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, llagado por las espinas.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, traspasado con los clavos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, abofeteado y escupido.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, saturado de oprobios.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, lleno de amargura en la agonía de la
cruz.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, oprimido de dolores en todo el
cuerpo.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, traspasado con la lanza.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, víctima de propiciación en el ara de
la Cruz.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Corazón de Jesús, Hostia Santa humillada en el ara del
altar.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, despreciada por los malos cristianos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, ultrajada por los blasfemos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, blanco de las contradicciones.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, entregada frecuentemente a los herejes.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, Pan de los Ángeles dado a los animales.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, lanzada en el fango y menospreciada.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, deshonrada por los malos sacerdotes.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Hostia Santa, olvidada y descuidada en los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por el abatimiento profundo de tan admirable
Sacramento de amor.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por las comuniones sacrílegas.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por las irreverencias de los cristianos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por la profanación de los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por la profanación de los Vasos Sagrados.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por las infames conversaciones que se tienen en los
Santos Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por las blasfemias de los impíos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por los robos en los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por las inmodestias en los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por los profanadores de los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por los escándalos en los Templos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Por toda clase de sacrilegios que se cometen contra
Vos.
R/ Reparamos, Señor.
V/ Atended, Señor, nuestra aflicción.
R/ Sea para dar Gloria y Honra a Vuestro Santo Nombre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR

EL HOMBRE DEBERÍA TEMBLAR
San Francisco de Asís